martes, 20 de mayo de 2008

No Perdí, Gané!!

En mi amada comunidad de Las Terrenas perdí y gané. Entre los 7,294 votantes registrados sólo dos personas votamos por el candidato Guillermo Moreno. Fue una derrota aplastante, avasalladora, totalmente crujiente y demoledora.

Sin embargo ¿por qué no me siento ni mal ni arrepentido? Porque yo no buscaba ganar. Ni soy miembro del MIUCA (soy totalmente apartidista) ni esperaba que el MIUCA ganara las elecciones. Gané pura y simplemente porque mi conciencia está satisfecha, feliz, complacida y calmada. Tal como lo expresé en otro artículo la política local es reflejo de la cultural nacional y aquí en Las Terrenas, lamentablemente, tenemos un gobierno municipal tan malo en relación con los signos vitales de una comunidad transparente, progresista, digna y justa que es un reflejo adecuado y acertado de condiciones nacionales propiciadas por las aspectos más negativos del gobierno del PLD y de las acciones de líderes de partido, oficiales del gobierno y burócratas que han olvidado la vocación cívica que debieran enmarcar sus funciones. No todo es malo en el PLD pero lo que es malo es verdaderamente malísimo.

Quisiera, en lo más profundo de mi ser, poder decir que el PRD es mejor, o que lo es el Reformista, o cualquier otro partido. Pero no lo son. En el enjambre de la política dominicana el escenario es deprimente porque se han abandonado principios básicos del sano, justo y digno vivir. El nivel de clientelismo, abuso y opresión es tan abarcante que no queda otro remedio que concluir que vivimos (como siempre lo ha sido) en un pais de maravillas, como el portal de la Cueva de las Maravillas en San Pedro de Macorís, en el que damos el primer paso y enseguida nos damos cuenta de que es otro mundo, irreal e ilusorio pero obviamente palpable y evidente a nuestros sentidos.

Lo que contemplamos es la total desnaturalización del haber político, desde la naturaleza de los partidios mismos (en su afán de ganar) hasta la naturaleza del funcionamiento político (de espaldas al servicio). Lo que saboreamos es la contemplación de una Monalisa que se ríe pero de nosotros mismos, con sus ofertas de violencia, explotación y terror. Atrae con su magia a unos pocos, pero al fin de cuentas lo que nos debe producir es terror.


Gané porque entre todas las voces la de Guillermo Moreno fue la más sensata, la más ponderable, la más digna. No es candidato perfecto (¿quién lo es?), pero su llamado calaba en las fibras de la integridad personal porque lo que existe no se puede negar y los últimos cuatro años ha sido la repetición diaria de la desnaturalización de los principios básicos del manejo político.


Porque la política sin su objetivo fundamental de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos de un pais a través de los mecanismos, recursos y funciones del estado es pura y simplemente una manipulación de las fuerzas, las intenciones, las emociones, los talentos y los recursos de unos pocos para el bienestar de unos pocos, para la preservación de unos pocos, para el engrandecimiento de unos pocos. El enjambre existe para nutrir a todos, claramente destinado a mantener la vida de la colmena. La pregunta obligada sigue siendo, ¿Quién y quiénes se alimentan de la miel del estado? ¿Las mayorías (mayormente pobres), o los que han colocado al lado de la Reina para chupar la miel (la sangre) más pura, más dulce y más vital?


Es lamentable que el PRD siga clavándose el cuchillo a sí mismo, es lamentable que el PRSC haya colapsado casi totalmente, y es lamentable que el universo de otras opciones políticas son como pollitos corriendo alocadamente buscando las alas bajo las cuales ampararse, el desparramiento del biscocho nacional cuando las moronas quedan para los que no son recipientes de los pedazos grandes del biscocho nacional. Es lamentable porque una oposición sana, fuerte e inequívocamente leal al bienestar nacional es la mejor función de partidos en oposición. Mirando para atrás no obtenemos mejores esperanzas, mirando para adelante nos llena el desasosiego.


Por eso gané, porque Guillermo Moreno parecía no estar en la búsqueda ni de boronas ni de alas inciertas que lo protegieran. Como mi voto fue uno de conciencia no perdí, sino que gané inmensamente, como inmenso es el umbral creado por los rayos del sol en un amanecer.


No perdí, señores, gané y me siento lleno, satisfecho y contento.

Sísifo y el Fénix

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