
En el año 73 de la era actual el imperio romano puso en asedio al enclave de Masada, una alta colina no muy lejos de Jerusalén en la que habían tomado refugio unos rebeldes judíos. Cuando los romanos finalmente lograron entrar al lugar encontraron que sus 900 habitantes habían cometido suicidio. De acuerdo al relato del historiador Josefo, los judíos dentro de Masada se dividieron en parejas y mediante una lotería el que sacaba el número mataba a la otra persona (el judaísmo prohibe el suicidio). Ese tipo de suicidio colectivo les impidió ser capturados,
Los rebeldes Tigres Tamil en Sri Lanka juran luchar hasta la muerte, prefiriendo cometer suicidio antes de rendirse. Igualmente, durante la segunda guerra mundial los pilotos japoneses cometían “kamikaze”, prefiriendo suicidarse al estrellar sus aviones sobre objetivos militares y así ocasionar grandes pérdidas. Los militantes musulmanes dirigieron aviones suicidas, cargados de pasajeros, en contra de las torres gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington, D.C. en septiembre 11 del 2001. Yo vivía en ese tiempo en Capitol Hill, en la capital estadounidense, lo que ví y sentí fue verdaderamente impactante y hasta espeluznante.
A pesar de estos ejemplos la verdad es que el ser humano tiene una poderosa fuerza interna hacia la vida. Generalmente nadie se inflige dolor así por así,

Por otro lado, las comunidades existen para hacer posible la vida, una mejor vida, para sus residentes. En una comunidad hay acceso a bienes como comida, muebles y recreación, al igual que acceso a servicios como luz eléctrica, agua, escuelas, hospitales, transporte, recogida de basura, seguridad ciudadadana, iglesias y oficinas gubernamentales.
Un pueblo o ciudad ofrece promesas de una mayor y mejor calidad de vida. Los pueblos no existen para que la gente viva peor y nadie comete el “suicidio” de irse a un pueblo para vivir peor. Los que vienen a las ciudades lo hacen porque piensan que vivirán mejor. Cuando una ciudad abandona la promesa de una mejor vida comete un trágico error, uno que trae profundas consecuencias sociales, económicas, culturales, espirituales y políticas.
La ciudad carece de un plan de prevención y mitigación de desastres, de un plan de protección medioambiental, de un plan de negocios y de una estrategia de desarrollo. Aunque es un destino turístico es obvio que no tenemos una “marca” de destino y que se hace lo opuesto a lo que los turistas desean y aspiran tener: una ciudad limpia y agradable. Nadie puede pretender manejar una ciudad turística con tanta basura porque es un suicidio económico.
L@s terrener@s nativ@s o adoptive@s, necesitamos volver a la vida. Prontamente debemos comenzar a hablar, a explorar, a consultar, a proponer, a idear, a soñar con lo posible y con lo deseado como comunidad. Si no lo hacemos nos vamos a autodestruir, nos vamos a suicidar, económica, social, cultural y políticamente. Por eso es que por este medio anuncio la eventual formación de un Foro Ciudadano Terrenero, para que nos pongamos de acuerdo en las maneras en que buscaremos la vida, una mejor vida, a través de procesos inclusivos, bien informados y profundamente estratégicos.
Estoy cansado de ver perecer a Las Terrenas. Es tiempo de darle vida, nueva vida! Como lo dijera el fenecido autor uruguayo, Mario Benedetti, “No te rindas.”
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.