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miércoles, 25 de enero de 2012

Legislación Boliviana otorga 11 derechos básicos a la Naturaleza.


La nueva legislación boliviana otorga 11 derechos básicos a la naturaleza, entre los que destacan:
- el derecho a la vida y a la existencia;
- el derecho a continuar ciclos vitales y procesos libre de la alteración humana;
- el derecho a no tener su estructura celular contaminada o alterada genéticamente;
- el derecho “a no ser afectada por mega infraestructuras y proyectos de desarrollo que afecten el balance de los ecosistemas y las comunidades de los pobladores locales”;
- el derecho al aire limpio y al agua pura;
- el derecho al equilibrio;
- el derecho a no ser contaminada;

“Es histórico mundialmente. La Tierra es la madre de todos”, dijo el vicepresidente Álvaro García Lenera. “Establece una nueva relación entre el hombre y la naturaleza, la armonía que debe de ser preservada como garantía de su regeneración”.
Como parte de este proyecto que reconoce a la Madre Tierra, o Pachamama, entre las culturas locales, como una entidad legal, se establecerá un Ministerio de la Madre Tierra y se nombrará un ombudsman para monitorear a las industrias y proteger a las comunidades y ecosistemas.
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La Ley de la Madre Tierra: Bolivia da a la naturaleza los mismos derechos que al hombre.
En un destacada iniciativa, una ley apoyada por el gobierno y la gente de Bolivia propone establecer un Ministerio de la Madre Tierra y otorgar a la naturaleza igualdad de derechos con el ser humano
Bolivia está por pasar la primera ley en el mundo que le otorga a la naturaleza los mismos derechos que a los seres humanos, haciendo al hombre, a la planta, al animal, al río o a la montaña, iguales. La Ley de la Madre Tierra, acordada por los políticos y con un fuerte apoyo popular, redefine las riquezas minerales del país como “bendiciones” y propone radicales medidas de conservación para reducir la contaminación y controlar la industria.
La nueva legislación otorga 11 derechos básicos a la naturaleza, entre los que destacan: el derecho a la vida y a la existencia; el derecho a continuar ciclos vitales y procesos, libre de la alteración humana; el derecho al aire limpio y al agua pura; el derecho al equilibrio; el derecho a no ser contaminada; el derecho a no tener su estructura celular contaminada o alterada genéticamente. Y quizás, lo más interesante: el derecho “a no ser afectada por mega infraestructuras y proyectos de desarrollo que afecten el balance de los ecosistemas y las comunidades de los pobladores locales”, lo que en teoría prácticamente bloquearía la mayoría de los proyectos petroleros, mineros y de extracción de recursos naturales. Algo que habrá que verse, ya que Bolivia recibe cientos de millones de dólares de compañías extranjeras en el sector minero y las leyes son suficientemente abstractas para encontrar caminos para seguir explotando en cierta forma la naturaleza. En Ecuador, una legislación que también da derechos básicos a la naturaleza, no ha impedido que las compañías petroleras sigan destruyendo partes biológicamente invaluables del Amazonas.
No quedan claro tampoco algunos detalles de aplicación, ¿tendrán los bichos y los insectos, los mismos derechos que los mamíferos o las aves?

“Es histórico mundialmente. La Tierra es la madre de todos”, dijo el vicepresidente Álvaro García Lenera. “Establece una nueva relación entre el hombre y la naturaleza, la armonía que debe de ser preservada como garantía de su regeneración”.
Como parte de este proyecto que reconoce a la Madre Tierra, o Pachamama, entre las culturas locales, como una entidad legal, se establecerá un Ministerio de la Madre Tierra y se nombrará un ombudsman para monitorear a las industrias y proteger a las comunidades y ecosistemas. Habrá que verse hasta que punto esto no es solamente un nombre más sofisticado para el Ministerio del Medio Ambiente, de cualquier forma la iniciativa del gobierno del primer presidente indígena de la región, Evo Morales, es digna de celebrarse y quizás en algunos años sea recordada como precursora de una legislación global impostergable, sensible a la consciencia de que la Tierra no sólo es el sustento de todos los seres vivos, es un ser vivo en sí misma.

lunes, 6 de julio de 2009

El País Más Feliz del Mundo

Somos el segundo país más feliz del mundo, después de Costa Rica. El dato aparece en el reporte Happy Planet Index (Indice del Planeta Feliz) publicado por la Fundación de la Nueva Economía (NEF, New Economics Foundation) y aparece en http://www.happyplanetindex.org/.

¿Cómo es posible que con tantas quejas que emitimos a diario sobre las condiciones en nuestro país salgamos en el mismito tope, bueno, detrás de Costa Rica? Primero hay que entender los fundamentos del análisis y luego el análisis mismo.

En primer lugar, los fundamentos son dos y son simples: a) lo que más nos importa a nosotros en cuanto a una larga y placentera vida, y b) lo que más importa para beneficiar al planeta, o sea, el impacto de vivir sobre los recursos que produce el planeta. Eso quiere decir que un país dado alcanza un nivel alto en el cuadro de “planetas felices” cuando sus gentes viven muchos años y lo hacen de manera mayormente agradable y significativa. Si el promedio de longevidad (años de vida) en un país es de sólo 44 años (como ocurre en muchos planetas de centro y sur en el continente africano) no se le podrá llamar “larga vida.” En la República Dominicana la expectativa de longevidad llega a los 70 años.

En segundo lugar lo que más beneficia al planeta está relacionado directamente con la cantidad de recursos que sacamos del planeta para sostener la vida. Por ejemplo, digamos que el dominicano promedio puede vivir un año con lo que producen mil metros cuadrados de tierra. En un sentido relativo a la vez que figurado, eso querría decir que los dominicanos podríamos vivir con lo que produce el planeta actualmente, o sea, sólo necesitamos a un planeta para vivir felizmente. Los norteamericanos, por el contrario, consumen y desperdician tanto que ellos necesitan cuatro planetas para sostener sus estándares de vida por un año. Vivir con lo que produce un solo planeta es sostenible, vivir necesitando cuatro planetas no es sostenible. Por eso es que en este estudio la República Dominicana es el segundo en felicidad para el planeta comparado a 140 otros países, mientras que los Estados Unidos ocupa la posición 100, o una de las peores.

Un aspecto importante en la “manera de vivir” tiene que ver con los valores que se otorgan a la vida. Por ejemplo, todavía en la República Dominicana se otorga un alto valor a la familia y a pasarla bien juntos; en otros países, particularmente en los Estados Unidos de Norteamérica y en Europa existe un gran afán por poseer cosas y por trabajar mucho para tener más dinero. Ese afán por el bienestar material causa un mal uso de l os recursos naturales y un mayor nivel de estrés personal. Mientras que la mayoría de los norteamericanos apenas disfrutan de 2 semanas de vacaciones al año aquí en la República Dominicana vivimos en constantes vacaciones, ¿no?

Muchos europeos abandonan a sus países y se mudan a Las Terrenas porque viven cansados de los impuestos y de las tantas reglas y leyes, ya sean que no puedan respirar demasiado o porque respiran muy poco. Si doblan por la esquina equivocada le ponen una multa, si echan un palito de madera en la calzada les viene otra multa, si ganan 10,000 euros la mitad es para el gobierno, etc. Aquí en Las Terrenas, a manera de ejemplo, hasta los caballos andan en las calzadas, las vacas caminan a cualquier hora del día en contra vía, uno se estaciona donde quiera, se bebe cerveza hasta en la bañera y los 126 bares que hay en el pueblo se encargan de hacerle la vida feliz hasta al más aburrido. Muchos viven del dao, del cogío y del engaño y todos vivimos como al otro día de haber nacido. Con ese estilo de vida, ¿cómo podemos evitar ser los más felices del mundo?

Hablando en serio, “planeta feliz” quiere decir eso mismo—PLANETA feliz. O sea, el mundo vive más feliz con 8 millones de dominicanos que con 8 millones de gringos. Así de simple, siendo la razón principal que hasta el momento presente abusamos menos de los recursos del planeta en la R.D. que en los USA o que en Europa. Estadísticamente la República Dominicana cuenta con la mayor cantidad de parques nacionales y de reservas naturales en todo el continente, un 32% del territorio dominicano. Esa tremenda estadística se la debemos a una sola persona quien con todo lo malo que pudo haber hecho logró colocar a la República Dominicana en el mapa mundial como el país en Las Américas con la mayor cantidad de terrenos libres de deforestación, libres de poblaciones y totalmente dedicados a la preservación natural. Y ese hombre fue el fenecido presidente Joaquín Balaguer. Tal como lo dice el reporte del NEF, quizás no lo hizo de la mejor manera posible, o sus métodos fueron cuestionables, pero el resultado está ahí.

Los dominicanos somos depredadores por naturaleza y echamos basura hasta durmiendo. Pero el hecho de que un tercio de nuestro país sea zona vedada tiene su impacto positivo en la forma en que impactamos al planeta. O sea, la parte del planeta ocupada por el territorio dominicano es “más feliz” porque hay más parques y zonas verdes per cápita que en cualquiera otra parte del continente.

Y eso, señores, hay que celebrarlo. Prendámosle una velita a Balaguer y démosle las gracias. Eso será como echarle una gotita de agua sobre la lengua ya que estoy seguro que ni eso lo salvó del ardiente infierno.

miércoles, 1 de julio de 2009

La Dulce Pasión de la Naturaleza

La naturaleza es eterna.
Cuando nosotros ya no estemos la naturaleza continuará.
Nosotros pasamos, nuestros hijos quedan y con ellos la naturaleza que les dejamos atrás.
Amar nuestros hijos es amar a la naturaleza que tenemos hoy, para que así perdure para ellos.
Amarnos a nosotros mismos significa que amamos todo lo que nos rodea: el sol, las nubes, la lluvia, la luna, los árboles, los ríos, las cañadas, las cuevas, la arena, el aire, las montañas, los valles, las lagunas, los manglares, los humedales, los corales, los peces, las aves y, sobretodo, el zurco pasional del sol cuando recorre el cielo besando el azul eterno del universo.
Eso es amor.
El mayor egoísmo es pensar que todo nos pertenece y que tenemos derecho a hacer con todo lo que nos venga en gana.
En verdad nada trajimos a este mundo y nada llevaremos con nosotros cuando nos despidamos al inmenso vacío eterno.
Cuando nacemos desnudos y cuando nos pudrimos al morir la naturaleza continúa.
La naturaleza llama nuestros nombres cuando nacemos y nos susurra palabras de esperanza al morirnos.
Es la naturaleza la que nos da el primer beso de vida y es la naturaleza la que nos da el último abrazo que recordamos a través de la eternidad.
Amar es el regalo más sublime que nos ha dejado la naturaleza.
Cuando amamos copiamos lo que la naturaleza nos ha enseñado.
Y poco a poco, lenta o rápidamente, aprendemos que somos mejor mientras mejor cuidemos a la naturaleza.
Cuando proteges a la naturaleza le devuelves una minúscula parte de la inmensidad que ella ya te ha dado a ti.
Seamos buenos hijos e hijas.
La naturaleza siempre nos espera, con el alma abierta, el cálido abierto y amante de quien sabe lo que deseamos, lo que necesitamos, lo que ansiamos, lo que somos…
La naturaleza es la amante que todos deseamos tener.
Salve, bendita naturaleza!

lunes, 13 de abril de 2009

Samaná, Lo Más Natural Posible

Las Terrenas
Me imagino contigo,
la mejor de las compañías,
perdido en el oro de tu arena,
en el abrazo de tu mar,
en el amparo de tu cielo
y en la magia de un encuentro imaginado
entre el vaivén de mil sueños y realidades.
Si existen besos mágicos
me los has dado tú...
José R. Bourget Tactuk
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Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...