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lunes, 3 de octubre de 2022

Un Llamado a la Conciencia

 


(Puedes compartirlo si gustas)

UN LLAMADO A LA CONCIENCIA

Por José Bourget

Con todo el respeto que la libertad de opiniones permite, me tomo yo la libertad de igualmente expresarme amparado por el mismo criterio en respuesta a ese lamentable anuncio.

-creo que la República de Haití debe proveer a sus ciudadanos todos los estamentos de ciudadanía de tal manera que tengan registro civil y legal aceptables en cualquier parte del mundo.

-creo que la República Dominicana, al igual que todo otro miembro de la comunidad de naciones, debe establecer claras pautas de migración, inmigración, tránsito, comercio y turismo.

-creo que el anuncio en cuestión es lo más feo, pútrido, obsceno, racista, xenófobo, indecente, inmoral, ofensivo y repudiable que se pueda hacer en contra de cualquier grupo étnico, racial o nacional en calidad de los más esenciales valores humanos y en base a la fragilidad social y política como es el caso de Haití. 

Esos valores negativos expresados en esa arenga visual se CUADRUPLICAN cuando provienen de una población (la dominicana) con millones de ciudadanos residentes en todas las naciones del mundo, una buena parte de los cuales carecen de documentos de residencia legal.  Ellos son también refugiados económicos y comparten muchas condiciones similares a la de haitianos en este país.

Hacer aquí lo que dice ese anuncio seria demostrar una doble moral y una destructiva hipocresía amparada bajo un pseudo patriotismo que no es mas que un reflejo de ignorancia, analfabetismo histórico y una expresa carencia de compasión y de cordura.

Como es el caso de muchos dominicanos y dominicanas en el exterior, muchos haitianos documentados o no, son refugiados involuntarios cuya participación económica en nuestro país contribuye al bienestar económico en Haití a través de las remesas, tal como sucede con la mayoría de los dominicanos en el exterior.

Los haitianos que venden, compran y alquilan son parte del desarrollo económico nacional.  Saque a un millón  de haitianos de aquí y se cae gran parte de la economía dominicana.

La solución a la crisis haitiana que se refleja en una variedad de incidentes lamentables en Haití y en nuestro país debe impulsarnos a presionar por el cambio fundamental que se necesita con el concurso de tres naciones claves: Francia, Estados Unidos y Canadá.  Son las que tienen los recursos y la acusación de la historia por las condiciones existentes en Haití.  

Es un caso complejo y mientras compartamos la isla tendremos que vivir con todas las condiciones que esas grandes naciones y otros factores lamentables crean en el territorio vecino.  Ningún muro podrá separarnos de condiciones históricas, políticas y económicas entre nuestros dos países.

La nación dominicana ha sido a la vez auxilio y causa de las condiciones en Haití.  Creo que somos la nación que más ayuda directa ha provisto a ciudadanos haitianos en condiciones de fragilidad, pero debemos igualmente reconocer que el dominicano promedio mantiene concepciones racistas, xenófobas y prejuicios en contra de los Haitianos, gracias a nuestra educación y cultura trujillista y pist-trujillista, que todavía llevamos en la sangre.  

Hemos sido practicantes del genocidio cultural y social en contra de los haitianos y, aparte del genocidio de Trujillo en el 1937, también hemos amparado actuaciones esclavizantes por casi un siglo en relación con la mano de obra haitiana.  Entonces colgamos de un hilo flojo y frágil, por un lado compasivos y por otro opresores.

Aunque lo anterior es lamentable, lo considero ínfimo comparado a las acciones y ausencias imperdonables de Francia, USA y Canadá, sin dejar aparte las acciones de los mismos haitianos privilegiados dentro y fuera de Haití.  Sin el concurso de esos potentados haitianos privilegiados no habría el Haití de hoy.

Considero escandalizante que personas de confesión cristiana, en las redes y en los medios de comunicación de nuestro medio, se expresen como lo hacen sobre los haitianos y sus condiciones aquí y allá, como si no fueran seres humanos y que apoyen expresiones, actitudes y conductas anti-evangelio, anti-compasivas y anti-humanistas. ¿Quién lo diría?  Eso es sumamente peligroso porque contribuyen a crear opinión pública parcializada, desbalanceada, racistas y prejuiciosas.

Si no te gusta mi opinión (es tu derecho) te doy permiso a que me insultes como escojas, como llamándome pro-haitiano; pero también llámame pro-palestino, pro-refugiado, pro-armenio, pro-mejicano, pro-centroamericano, pro-indígena, pro-ruso, pro-ucraniano y pro cualquier otro grupo étnico, social, cultural y nacional en condición de fragilidad por causa de la desigualdad social, de la explotación o del imperialismo económico y político.

Animo a todo buen dominicano y Dominicana  a repudiar arengas y anuncios tales, que son un oprobio a la concepción patriótica de Duarte, que son un insulto a los valores del evangelio y que son una bofetada a los principios humanísticos más fundamentales.

miércoles, 2 de junio de 2010

Transgresiones

No hay cambios sin transgresiones.

El artista es un transgresor. Altera la realidad conocida por la mayoría de nosotros y la presenta visualmente de manera alterna, diferente, provocativa, alterada, transformada; o sea, transgredida. Si no tuviéramos transgresores como Cezanne, Renoir, Dalí, Picasso, Hashigushi Goyo, o como Charlie, Esteban o Moiseau entonces la realidad sólo sería en blanco y negro o en colores pasteles. Los pinceles, los acrílicos, las navajas, el taladro, la guitarra o simples piedras ayudan al artista a transgredir el espacio simple y monótono, creando para el mundo nuevos espacios, nuevas emociones y nuevas experiencias. El artista nos ayuda a explorar los tabús, a veces profundizándose en lo prohibido y ayudándonos de esa manera a comprender de manera diferente nuestra realidad. Sin esas transgresiones todo estaría en un máximo de dos dimensiones y limitado a los siete colores del arco iris.

El educador es un transgresor. No me refiero al que se para en un aula para vomitar lo que se tragó, sino al que llega a un aula con la intención consciente de crear una revolución por medio de cada lección. Si los alumnos salieron del aula como llegaron perdieron una preciosa oportunidad de cambiar el teclado de sus mentes, la combinación numérica de sus corazones. El educador transgresor hace del aula un taller de la revolución, fomentando el que sus alumnos desafíen las realidades conocidas, alteren la apatía creada por el consumismo y provoquen alteraciones forzosas en la manera en que se conduce la sociedad. La falta de educadores transgresores y de educandos transgredidos ha ayudado a crear entre nosotros una sociedad de vacas que van camino al matadero.

Los niños son transgresores. No aceptan los espacios, ni las órdenes, ni las reglas, ni la manera en que funcionan las cosas. Los forzamos a que se pongan ropa, a que no se enloden, a que hagan estrictamente lo que le decimos y a que crean nuestras mentiras; pero pronto descubren que hay muchas maneras de hacer las cosas y que les voceamos para encubrir nuestra falta de lógica y nuestra ignorancia. Cuando los niños se convierten en espejos de nuestras conformidades dejan de transgredir y se convierten en adultos chiquitos: morosos, aburridos, ignorantes y malhumorados.

El político es un anti-transgresor por naturaleza y por necesidad. Codicia la conformidad y fornica diariamente con las musas de la pobreza. Ama a los pobres porque son los desempoderados y puede hacer con ellos lo que les plazca y lo que le place es que todo siga como es. Por eso no transgrede, para no cambiar las cosas. Concreto, contenes, obras, corrupción, impunidad y manipulaciones son los artificios del político para dejar las cosas como son, para que el engaño continúe. Hacer buena política, la del servicio, la de la honestidad, sería transgredir demasiado y por eso no tiene ni la capacidad ni el deseo de trangredir. El político transgresor sería un suicida. Por eso no conocemos de ningún político que se haya suicidado.

Los capitalistas son anti-transgresores por obligación. El capital es una maldad maléfica aunque desgraciadamente necesaria. Su antítesis es la transgresión provocada por el capital con equidad social. Necesitamos capitalistas transgresores, los que trabajan para la equidad y la sostenibilidad, para que haya una mejor redistribución de la riqueza y mejores garantías de un futuro mejor. El capitalista común, explotador y depredador, se cree dueño de su capital y de los recursos que lo crearon, tratando al componente humano dentro del esquema de explotación como una utilería más, dispensable, cambiable y abandonable. Por otro lado, el capitalista transgresor invierte igual o más en el desarrollo humano y en la equidad económica que se atreve a poner en riesgo a los capitalistas tradicionales, desenmascarando sus sistemas de explotación. Hay muy pocos capitalistas transgresores porque los capitalistas explotadores se encargan de hacerlos desaparecer.

La transgresión es una experiencia social y espiritual. Los que la viven han revelado obtener profundas recompensas personales y grandes sacrificios materiales. En el mundo se escasean los Nelson Mandela, los Mahatma Gandhi, las Madre Teresa, los Martín Luther King, los Grameen Shakti, los César Chávez, las Arundhati Roy, los Paulo Freire, los Muhammad Yunnus, los Malcom X, las Rigoberta Menchú, los Juan Bosch.

Los transgresores son ejemplos civilistas. Uno de nuestros más grandes transgresores, Francisco Alberto Caamaño Deñó, le tocó ser presidente de la república en sustitución, por acto del Congreso Nacional, al electo Presidente Juan Bosch, derrocado en un golpe de estado. En un acto multitudinario en la Torre del Homenaje el transgresor Caamaño renuncia a la presidencia el 3 de septiembre del 1965 con las siguientes palabras:
Porque me dio el pueblo el poder, al pueblo vengo a devolver lo que le pertenece. No pudimos vencer, pero tampoco pudimos ser vencidos. Nunca tal vez en la vida de los dominicanos se había luchado con tanta tenacidad contra un enemigo tan superior en número y en armas. Luchamos, sí, con bravura de leyenda, porque íbamos desbrozando con la razón el camino de la Historia. Ante el pueblo dominicano, ante sus dignos representantes que aquí encarnan el Honorable Congreso Nacional, renuncio como Presidente Constitucional de la República. Dios quiera y el pueblo pueda lograrlo, que esta sea la última vez en nuestra historia que un Gobierno legítimo tenga que abandonar el poder bajo la presión de fuerzas nacionales o extranjeras. Y tengo fe en que así será.”
Transgresores así hacen mucha, mucha falta.
Comenzando desde arriba: Martin Luther King, Arundhati Roy, Grameen Shakti, Paulo Freire, Nelson Mandela, Mohammen Yunnus, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Juan Bosch, Madre Teresa de Calcuta, Rigoberta Menchú, Malcolm X, Mahatma Gandhi, Ché Guevara, César Chávez.

Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...