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sábado, 21 de mayo de 2022

Lo que el viento se llevó

 

"En nombre de la historia, la identidad y la cultura se ha cometido una palpable desgracia"

Por José R. Bourget Tactuk, 20 de mayo del 2022

 Desde el 4 de septiembre del 2021 cuando ocurrió el último incendio en el Pueblo de los Pescadores de Las Terrenas, hasta el 19 de mayo del 2022 cuando se declara que será reconstruído definitivamente en el mismo sitio, transcurrieron 257 días. 

En ninguno de esos días se juntó nadie en Las Terrenas para estudiar, analizar, ponderar y decidir sobre todos los factores que inciden en la ya aprobada reconstrucción.

El alcalde no llamó a una reunión.

Ni uno de los regidores llamó a una reunión.

El MITUR no llamó a una reunión.

La Unión de Juntas de Vecinos no llamó a una reunión.

La Federación de Clubes de Madres no llamó a una reunión.

La Confederación de Pastores Evangélicos de Las Terrenas no llamó a una reunión.

ASONAHORES no llamó a una reunión.

La Asociación de Taxistas no llamó a una reunión.

La Asociación de Motoconchistas no llamó a una reunión.

El Sindicato de Camioneros no llamó a una reunión.

La Asociación de Ferreteros no llamó a una reunión.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales no llamó a una reunión.

La “Asociación de Historia y Preservación de la Cultura Terrenera” no llamó a una reunión.

Y tampoco llamó a una reunión la “Asociación Pro Defensa de Las Terrenas en Contra de Todos los que Opinan en Contra de los Intereses del Pueblo de Las Terrenas, Inc.”


Hubo reuniones aquí y allí, sobre todo en los últimos días antes del 19 de mayo, para ir a “defender la cultura, la esencia y la identidad terrenera”, pero en ninguna de ellas se escuchaban a profundidad los temas vitales que tienen que ver con cultura, con identidad, con esencia, con impacto ambiental, con cambio climático, con gerencia, con municipalidad y, mucho menos, para explorar, analizar, estudiar cómo casar los temas cruciales (que sin duda alguna incluye consideraciones medio ambientales) para beneficio de todos.  Lo que vimos fue algo reaccionario e impulsivo, ciego e irracional.

En nombre de la cultura, de la historia y de la identidad terrenera se cometió una gigantesca tragedia ese 19 de mayo del 2022.  No fue tanto el que se aprobara la reconstrucción en ese mismo sitio, sino que se haya hecho con el desnudo extremismo populista, sin verdaderamente considerar todas las implicaciones para el municipio a mediano y largo plazo.  A corto plazo se va a construir (según el plano aprobado por David Collado y a todo color), pero es trágico ver cómo se llevó el proceso como chivo al matadero.  Los líderes sociales, habilitados por los políticos, escogieron el camino más fácil pero el más desinformado e inconsciente.

No sólo fue una tragedia al desnudo, sino que en defensa de la historia, de la cultura y de la identidad terrenera se acribillaron personas e ideas, denigrando y sacrificando lo más sacrosanto:  la integridad humana.  La peor de las falacias, ad hominem, en la que se ataca a la persona y no las ideas, fue el proceso común empleado.  “Si no estás conmigo te ataco y voy a llevar a los míos a atacarte también.  Y te atacaremos si tratas de opinar algo diferente en el mitin” (realmente no fue una vista pública.  Ganó el vox populi pero perdimos lo esencial en el proceso de toma de decisiones en una comunidad.

¿Cuál hubiera sido la alternativa constructiva?  ¿Qué pudo haber ocurrido en esos 257 días?  Que la alcaldía o el MITUR, las principales voces cantantes en la toma de decisiones, llamaran a conversatorios donde se exploraran todos los factores en juego, que se invitaran especialistas, que se conocieran más a fondos los temas y que se sopesaran las pérdidas y las ganancias.  Una vez se supo que el gobierno iba a asumir la reconstrucción ese mismo gobierno debió procurar la búsqueda de un consenso consciente.  Debió realizar verdaderas vistas públicas (no mítines políticos) en los que los participantes consideraran opciones e implicaciones, ponderaran los riesgos y los beneficios y luego consensuaran respuestas. Pero 257 días después de la tragedia fue terrible ver cómo colocaron a las juntas de vecinos, clubes de madres, organizaciones sociales y a la mayoría de los que estaban ahí en una posición insostenible en las que no les quedó otra alternativa que disparar desde los cojones y desde los ovarios.  Disparar así ocurre muy a menudo en Las Terrenas y es muy probable que por causa de ello tengamos muchos de los problemas que afrontamos.

Y si la próxima tormenta del 2022 se mete en el recién reconstruído Pueblo de los Pescadores, o si el río se entra y se lo lleva, o si viene una marejada y lo destruye, ¿iremos al mismo sitio a decir que si no se reconstruye ahí mismo perderemos la historia, la cultura, la identidad y la esencia terrenera? 

¿Cuántas veces tendrá que ser destruido para que entendamos que sin buenos conocimientos y prácticas no tendremos ni historia, ni cultura, ni identidad, ni la esencia, porque si no se las lleva el mar se las llevará el viento?


viernes, 20 de mayo de 2022

Collado y Jorge Mera: El Puente del Milagro

 


Collado y Jorge Mera:  El Puente del Milagro

José R. Bourget Tactuk

20 de mayo, 2022

De todos los balbuceos, arengas, protestas, demagogias e informaciones que dio el Ministro de Turismo, David Collado, el día de ayer, resaltan para mi las dos cosas más relevantes:  1) el Pueblo va aquí; y 2) hacerlo aquí crea problemas de impacto ambiental.  Y lo más importante que dijo, aunque con exagerada timidez, fue que hay que trabajarlo para reducir el daño ambiental mientras se complace a la gente.

Bingo!!!

Nadie sale beneficiado de un conflicto entre dos ministros y entre dos ministerios, Ministerio de Turismo y Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, David Collado y Orlando Jorge Mera.  Las Terrenas sería la más perjudicada de un conflicto tal.  Por eso creo que la reconstrucción del Pueblo de los Pescadores es un puente potencialmente milagroso para que ambos ministerios trabajen en búsqueda del mayor bien común:  reducir y mitigar el impacto ambiental negativo mientras que se construya una obra considerada de importancia para el pueblo y políticamente innegociable.

La reconstrucción ahí crea un tremendo conflicto y no sólo potencial, porque podría quitarle al ministerio de medio ambiente la autoridad para denegar permisos a otros proyectos, basado en que si el mismo Estado trabaja sin estudio de impacto ambiental, “por qué exigírmelo a mi”?  Es una consideración válida y delicada.  Sin un decreto presidencial de reconstrucción la objeción sería más valida por lo que sería indispensable que ese decreto salga para proteger el trabajo del Ministerio de Medio Ambiente. 

Pero lo peor de todo sería si el MITUR no produce el acercamiento con Medio Ambiente para que con la asistencia de sus técnicos y de otras entidades se trabaje protegiendo lo que hay, reduciendo los daños potenciales y mitigando los posibles impactos negativos.  Si los dos ministros/ministerios no se ponen de acuerdo en edificar ese puente del milagro estarían de facto creando las bases para una derrota política en varios ámbitos.

Vale reconocer, nos guste o no, que la decisión de Collado y, por ende, del Presidente Abinader, crea más conflictos que soluciones en el macro contexto de la situación.  Resuelve un problema estrictamente político-populista, pero crea muchos otros enredos que solamente son visibles a unos pocos.  Habrán compromisos débiles y habrán improvisaciones malsanas, de eso no le quepa la duda a nadie.  El Estado perdió su mejor oportunidad de hacerlo mejor, pero ganó la batalla del populismo.  Hoy no hay guerra ni en contra de Collado ni en contra de Abinader.

Lo cual me devuelve al tema del liderazgo ciudadano, porque sin verdaderamente sopesar todos los factores de una manera racional, científica y objetiva, el llamado “pueblo” pidió a voces (y a ciegas) que se haga ahí, perdiendo grandes oportunidades de hacerlo mejor sin hacerlo daño a nadie y sin crear conflictos legales e interministeriales.  El vox populi fue ciego, sordo y mudo, por lo que tendrá que vivir con las consecuencias que no se harán esperar.

No todo está resuelto aún señores, falta mucho camino por recorrer y de caminar en ese sendero vamos a aprender muchas cosas, o así yo espero, para que algún día podamos hacerlo mejor.


Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...