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miércoles, 7 de febrero de 2018

Dilema Terrenero--El Plan de Ordenamiento


Todos tenemos la llave de la ciudad.


Dilema Terrenero—El Plan de Ordenamiento
“Para guerra generales, para crisis pensadores” Confucio

Todos tenemos derecho a una ciudad viable y sostenible.

Por años la queja ha sido que no existe un planeamiento ni ordenamiento municipal.  Ahora hay un borrador de ordenamiento y comienza la guerra.  Ya hay “generales” prestos para el ataque.  Fue lamentable que Las Terrenas por sí sola no pudo producir un plan de ordenamiento por carecer, obviamente, de los elementos mínimos para su elaboración.  El ICMA, una ONG financiada por la USAID, utilizó múltiples mecanismos de consulta y redacción para producir un borrador de plan de ordenamiento y luego de tres años el mismo ha sido entregado a sus autoridades para su discusión, posible modificación y eventual aprobación.


Las Terrenas vuelve a sumirse en el dilema constante de la contradicción.  Aún no comienzan los procesos de consultas, de debates, de enfoques, y de ediciones del documento y ya hay personas tajantemente opuestas y dispuestas a hacerle guerra.  Nada más terrenero que hacerle oposición a lo que no se ha leído, discutido, explorado, enriquecido, afinado y consensuado.  Es una reacción común en nuestro medio, el del pistolero que dispara desde los cojones sin importar a quién va a herir, aunque sea él mismo. Protestar es fácil, pero la participación ciudadana requiere un nivel superior de conciencia.

Tenemos que ponderar fríamente de qué se trata, porque Las Terrenas, a pesar de los “generales” que nos gastamos, se merece un plan de ordenamiento que ayude a colocarlo en el mundo del desarrollo sostenible a corto, mediano y largo plazo.  Si continuamos como vamos mataremos el futuro, de ahí la urgencia de un plan de ordenamiento que nos obligue a vivir de manera ordenada y planeada.  Entonces, ¿cuáles son los factores que debemos tomar en cuenta?

Primero, entender que el documento no está aprobado.  La aprobación sería un voto del Concejo Municipal pero para llegar ahí el documento debe ser discutido y consensuado.  La misma USAID ha provisto fondos para que dentro del contexto de los cinco municipios beneficiados bajo el plan de resiliencia ante el cambio climático se produzcan procesos de consulta transparentes y participativos (los que pronto serán anunciados).  Participación Ciudadana ha sido la entidad escogida por la USAID para dirigir el proceso y emplear los consultores y mecanismos necesarios bajo la prioridad de “fortalecer la participación pública y la supervisión en el desarrollo e implementación de los planes municipales de ordenamiento territorial y de las políticas locales de adaptación climática.”  Es una oportunidad única para Las Terrenas, no la perdamos, participemos activa y constructivamente.  Próximamente Participación Ciudadana anunciará los procesos para transparentar el documento.

Segundo, entender que el documento debe ser leído por todas las partes interesadas.  Leer el documento va a ser difícil porque algunos de los “generales” en nuestro medio ni leen, ni les gusta leer, prestándose simplemente a tomar secciones del documento para atacarlas porque aparentemente afectan sus intereses.  El documento hay que leerlo, discutirlo. separarlo en sus partes (que son muchas), analizarlo (porque es complejo) y encontrar maneras de negociar sus diversos componentes.  La entidad que debe leerlo y entenderlo bien son los regidores, quienes tienen la pesada pero necesaria responsabilidad de responder de manera consciente y entendida sobre los temas contenidos en el documento.  El Concejo de Regidores tendrá a su disposición personas y recursos a su disposición para ayudarles a analizar y comprender sus muchas partes, si es que ellos lo desean y se prestan para ello, porque no se les pueda obligar ni a que lean ni a que participen.  Son soberanos.

Tercero, entender que todo el que tiene una opinión, sin importar cuán interesada, individualista, particular o mono-temática sea, tiene que ser escuchado y va a ser escuchado.  No solamente escuchado, cada miembro de la comunidad tiene el derecho y el deber de aportar al proceso, porque el interés detrás del proceso ejecutado por Participación Ciudadana será el de transparentar el proceso y la rendición de cuentas.  La mejor participación es bien informada, nutrida por informaciones y no por chismes, es creativa porque no es sólo acerca de los problemas sino también acerca de las soluciones posibles.

Cuarto, entender que Las Terrenas no es un municipio cualquiera.  Es una comunidad donde diversos dueños la reclaman: el BTA (bajo la tutela del Ministerio de Obras Públicas), el Ministerio de Turismo (quien regula permisos y densidad), el Ministerio de Medio Ambiente (quien regula el uso de suelo y el manejo de los mismos) y el Concejo Municipal (quien tiene potestad sobre las prerrogativas que le confieren la ley).  La exploración, discusión, análisis, aprobación e implementación del plan de ordenamiento logrará, en el mejor de los casos, que estos múltiples actores se pongan de acuerdo y logren dar nacimiento al bebé que todos deseamos:  una comunidad donde la vida sea buena, enriquecedora, larga, saludable y sostenible. 

Quinto, entender que el plan de ordenamiento municipal requiere que se preste debida atención al crecimiento económico representado por el uso de los terrenos y los espacios de tal forma que los inversionistas y los residentes encuentren la fórmula mágica para producir riqueza PARA TODOS y crear en Las Terrenas un verdadero desarrollo sostenible que supere las limitaciones de un retorno financiero amplio y rápido para segmentos limitados de la población.  El nativo dueño de tierras, el inversionista nativo o extranjero que invierte en el destino y el residente que se beneficia o se perjudica de lo que se haga son partes indispensables del proceso de consulta.

Sexto, entender que nadie busca hacer de Las Terrenas un parque nacional o un área protegida (el que dice eso es un chismoso de primer orden), pero que si no se presta atención al balance adecuado para el desarrollo sostenible y para la preservación de los recursos naturales, las inversiones que se hagan serán de muy corto plazo, porque si se destruye la razón misma por las que la gente quiere venir aquí entonces no habrá retorno satisfactorio para nadie.  Lo que tenemos que ser es sabios y pensadores, encontrando el mejor bien común para que todos salgamos ganando, incluyendo la naturaleza.

Séptimo, entender que el Estado, a través de MITUR, Medio Ambiente, Obras Públicas y otras agencias, entiende que tiene prerrogativas que superan la frágil soberanía municipal otorgada por la Ley del Distrito Nacional y los Municipios.  Una guerra contra el Estado produciría resultados pírricos, lo que hay que hacer es iluminar a los representantes del Estado para que comprendan mejor las circunstancias locales.  Ellos quizás tendrán que voluntariamente abandonar ciertos privilegios y moverse en la dirección del ciudadano local, mientras que los de aquí tenemos que aprender a utilizar el conocimiento, el pensamiento crítico y la persuasión para poder argumentar convincentemente los derechos y las esperanzas que poseemos.  Una simple guerra y oposición a todo simplemente dará al traste con el plan de ordenamiento, el que eventualmente podría ser impuesto forzosa y unilateralmente.  No necesitamos a pistoleros encojonados, sino a sabios pensadores que sepan producir un discurso que resuene entre los múltiples actores y produzca resultados.

Octavo, el tema de la densidad es crucial porque es el que produce las mejores o peores reacciones entre los inversionistas que mucho tienen que ver con el crecimiento económico.  Ellos tienen los numeritos, pero son numeritos limitados por los intereses particulares.  A esos numeritos hay que ponerle valores humanos.  Toda inversión posee también una hipoteca social que todos debemos pagar y es esa hipoteca social la que bien pagada podría producir los bienes que a largo plazo benefician a la mayor cantidad de personas, no sólo a los inversionistas.  Encontrar la fórmula más beneficiosa al tema de la densidad requerirá intensa creatividad, ingenuidad y adaptabilidad entre todos los actores (inversionistas y entidades del Estado). No podemos ser ciegos a las condiciones locales que rigen costos y margen de beneficios, como tampoco podemos ser ciegos al necesario cuidado de los recursos naturales.  De igual manera, debemos entender que lo muy presente en la mente de algunos es que la corrupción e impunidad han permitido de todo y que muchos sólo conocen el estado corrupto de las cosas e intentan seguir pescando en el mismo río revuelto.  Por eso es que necesitamos un proceso transparente y de rendición de cuentas para nacer un documento aceptable para el futuro y para el desarrollo sostenible de Las Terrenas en su totalidad.

Noveno, habiendo dicho todo lo anterior, la necesidad más urgente es que nuestros concejales, los regidores, entiendan la urgente necesidad de que estén debidamente preparados para lo que tienen en sus manos.  Es un desafío histórico.  Ellos tienen la oportunidad de ponerse a la altura del desafío o pueden abandonarse a lo mismo de siempre.  “Eso no es asunto nuestro” ha sido el mantra del pasado entre algunos.  Además, todos en la comunidad conocen los constantes pugilatos entre alcalde y regidores, algo presente en cada gobierno municipal incluyendo el actual.  Muchas veces ese pugilato es un drama en el que se pone en juego el futuro municipal a costa de defender intereses propios y particulares.  Este es un momento para enfocarse en el bien común, pero en amplitud de conocimientos, no en franca ignorancia, por lo que tanto el alcalde como los regidores deben leer el documento y ser parte de todos los procesos que les permitan ilustrarse en cuanto a los factores envueltos.

Décimo, existen evidencias de que el Estado piensa intervenir toda la provincia, posiblemente a través de las acciones de URBE, el organismo mejor conocido por sus acciones en La Barquita bajo el liderazgo de Jose Miguel González Cuadra, presidente del Grupo Centro Cuesta Nacional y Megacentro y uno de los diez hombres más ricos del país.  En La Barquita hubo un solo proyecto donde se invirtieron más de 2,000 millones de pesos.  Imagínense cuánto podría invertirse en Las Terrenas si se dedican a resolver el problema del río, de los barrios vulnerables, del vertedero, del tránsito, de la falta de viviendas, del sistema sanitario, del agua, de la educación, del desarrollo social.  Es lamentable que, en su ignorancia, muchas de las partes interesadas no han prestado debida atención a lo que podría ser una minita de oro para decenas de profesionales terreneros y se han
Comunidad sostenible
enfocado en hacerle guerra al mismo proceso que podría enriquecerlos.  Señores, la ignorancia es una cosa grande!!  Según entiendo el proyecto de URBE espera que el plan de ordenamiento sea aprobado para comenzar a trabajar.  Si eso es cierto entonces a todos nos urge el estudio acelerado pero sopesado, las decisiones claves pero inteligentes, los resultados constructivos y visionarios, en relación al propuesto plan de ordenamiento.  Lo más fácil es ignorarlo y enlodar el proceso, pero lo crucial es asumirlo, afrontarlo, analizarlo y consensuarlo.  ¿Estará Las Terrenas lista para asumir el desafío y responder al dilema de manera efectiva?

Es tiempo de que los generales pistoleros se pongan a descansar. 
Es tiempo de pensar y hacerlo inteligentemente porque el futuro de Las Terrenas está en juego.
Es tiempo de imaginar lo posible, imaginar lo que el ordenamiento representa para el futuro de Las Terrenas y, pensando en grande, construir la comunidad que todos nos merecemos.
El plan de ordenamiento es sólo la fuente para todo lo que deseamos ver.  Es el lugar desde donde podremos construir el futuro sostenible para todos y todas.
No mates al plan de ordenamiento.  Dale vida.  Participa.  Contribuye.  Construye.



Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...