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lunes, 11 de octubre de 2010

La Búsqueda del Equilibrio

Uno de los valores universales más preeminentes es la búsqueda del equilibrio.
En su libro “Lecciones de la Historia,” Will y Ariel Durant detallaron la manera en que la historia de la tierra revela cómo las civilizaciones tanto como la naturaleza misma buscan “correctivos” toda vez que se desequilibran las cosas. A manera de ejemplo, decían que una inundación, una guerra muy cruenta, un terremoto, una plaga parecerían ser acciones que resultan en un mejor equilibrio poblacional luego de décadas de sobre-población o de excesos y abusos a la naturaleza. Aunque esos doctos historiadores se limitaron simplemente a sugerir tales conclusiones, cabe destacar que los correctivos hacen simplemente eso, “corregir.” O sea, toda vez que hay un desequilibrio algo ocurre para llevar las cosas de vuelta al punto medio.
Lo que llamamos “equilibrio” no es otro cosa que el punto intermedio entre variantes múltiples, mientras más cerca estamos al punto medio de las cosas mayor será el equilibrio, el balance. Actualmente se dice que las grandes tormentas, huracanes y terremotos, al igual que las grandes inundaciones y fluctuaciones en temperaturas alrededor del mundo son resultados de la pérdida del balance en el clima por causa del sobrecalentamiento global, una de las consecuencias de la quema indiscriminada de combustibles fósiles.
Igualmente, el ser humano muestra notablemente en su físico las consecuencias de excesos o de carencias. El sobrepeso, la desnutrición, el rompimiento de huesos e infartos son a menudo resultados de esa pérdida en el equilibrio nutricional y en el estilo de vida. En la vida familiar los excesos y extremos de los padres e hijos tienen graves consecuencias.
Vivimos mejor en el equilibrio, los extremos son peligrosos,
real y potencialmente.
La vida en comunidad no es diferente y la política es una de las prácticas más reveladoras de la presencia o de la ausencia de equilibrio. Los que somos estudiosos de las ciencias políticas como teoría y los que practicamos las ciencias sociales a menudo nos hemos encontrado con discusiones muy relevantes en relación a la “eficiencia” de la democracia. El tema aparece más a menudo por causa del neoliberalismo y de la aplicación de teorías económicas neoliberales a la práctica de la política partidaria.
En artículos anteriores hablábamos del partido en el poder, el que ha perdido su equilibrio filosófico, escogiendo candidates corruptos e ineficaces pero que son vendibles en el mercado politico local. En la política neoliberal lo importante no es llevar al MEJOR candidato sino al que pueda GANAR. Esa búsqueda incesante de politiquitos vendibles pero inefectivos ha creado un gran desequilibrio en las comunidades porque los candidatos vendibles y comprables tienden a crear gobiernos representativos de los extremos y tendentes a conductas combativas y opresivas de defensa. Estos no buscan los equilibrios, sino que a toda costa buscan quedarse en el poder obteniendo los más pingües beneficios, en detrimento de la mayoría de la población.
La democracia desequilibrada no es muy eficiente, es depredadora.
El ejemplo lo tenemos en el plano local donde el gobierno municipal sólo escucha y sólo actúa en base a los dictámenes del cacique local o de sus allegados. Lo local refleja el caciquismo a nivel nacional, si le va bien al Presidente entonces le debe ir bien también al síndico. Eso basta para mantenerse en política pero es un pobrísimo servicio a la comunidad. Por el contrario, el buen gobierno busca un equilibrio asegurándose que diversas voces formen parte de las discusiones sobre problemas comunes, amparando, fomentando y apoyando voces e ideas alternas.
Se gobierna mejor con el equilibrio que crea la diversidad y la creatividad en las ideas, se malogra a una comunidad cuando todo viene de un solo lado. Los mejores ejemplos de gubernabilidad a nivel mundial son aquellos que saben beneficiarse de la diversidad de ideas y pensamientos, no los que se asemejan a una dictadura autocrática o plutocrática.
Las Terrenas necesita un gobierno municipal más equilibrado. A manera de ejemplo, en lugar de atacar e intentar opacar al único regidor con ideas independientes a las del cacique local debieran asegurarse de que tenga el foro adecuado para ejercer su función constitucional. Igualmente, en lugar de formar comités y propiciar nuevas funciones rodeados de empleados del cabildo y miembros del partido oficial debieran asegurarse de una mayor representatividad aunque hayan conflictos de ideas.
Es en la tensión creativa de las ideas donde encontramos el equilibrio, lo que traducido al gobierno municipal querrá decir que 6 años de un monopolio de ideas parcializadas y extremas, tirando de un solo lado, resultará en la pérdida del equilibrio necesario para echar a Las Terrenas pa’lante. Y quién sabe cuál desastre nos pueda ocurrir.
!!!Equilibrio, Señor Alcalde, equilibrio!!!

viernes, 23 de julio de 2010

Restauración

En algún momento de la historia de este universo todo existía en perfecta armonía. Durante la mayor parte de la historia de este mundo la naturaleza y los seres humanos convivían bajo una relación dinámica: había suficiente para todos y lo que se usaba era lo que se necesitaba para subsistir. La calidad del aire y del agua, al igual que la energía de la tierra y la riqueza de los lagos y mares estaban a niveles óptimos. Había más de lo esencial y lo que era usado no desgastaba lo existente.

Durante ese mismo tiempo hubo desastres, erupciones volcánicas, terremotos, huracanes, calentamientos y enfriamientos, guerras y pestilencias. En muchas ocasiones la mano del hombre contra el hombre era la causa de muerte de cientos de miles de personas.Entre la armonía y las destrucciones periódicas había cierto balance, cierta tensión creativa, lo que impedía que la tierra y sus recursos se destruyeran o que el ser humano desapareciera de sobre la faz de la tierra.

Las cosas han cambiado enormemente en los últimos siglos y han cambiado de manera alarmante en las últimas décadas. Gran parte de la humanidad no ha podido comprender que para sostener la vida es necesario que la tierra posea la capacidad de regenerarse y que nunca se agoten los recursos que hace posible que generaciones futuras disfruten de la calidad de vida que se pueda estar ofreciendo hoy. El principio de mantener los recursos naturales y su uso a niveles tales que las generaciones futuras no se afecten se le llama sostenibilidad.

Pero la sostenibilidad es casi imposible de identificar, monitorear, predecir y realizar. Por ejemplo, la pesca y la riqueza del mar que rodea a Las Terrenas ha sido agotada y destruída tan completamente que no hay ni visos ni esperanzas de que pueda reponerse a como era 50, 40, 30, 20, ni siquiera 10 años atrás. La próxima generación no encontrará las langostas, los langostinos, los pulpos, los cangrejos y los peces que encontramos hoy. Razonablemente, no podemos esperar que decenas de personas que viven de la pesca dejen de pescar por 5 años para darle un chance a la naturaleza a que se reponga. Sería factible (como muchas otras cosas), pero eso necesita cometido, fondos y creatividad.

Se habla mucho de desarrollo sostenible. Me gusta como suena, sostengo sus principios y me encantaría que ocurriera. Pero la parte realista de mi cerebro me dice "es imposible obtener niveles sostenibles de desarrollo en los actuales momentos y no hay nada que indique que las causas de no sostenibilidad vayan a cambiar en cualquier momento." Creo que estamos en medio de un viaje de auto destrucción y no está limitado a los recursos naturales.

Los que hacemos exploraciones sociales de manera regular nos damos cuenta, y notamos con preocupación, como existe una aparente marea autodestructiva dentro de nuestra comunidad. Más personas mueren en accidentes de tránsito que se pueden evitar. Mucho más invierten las familias en bebidas que en la educación de los hijos y las hijas, los niveles de contaminación del agua alcanzan índices epidémicos, más y más niñas menores salen embarazadas y más y más niños menores son explotados sexualmente, el ruido es insostenible en muchos sitios y no ha habido ninguna iniciativa de repoblar los árboles, ni de sanear los pantanos, ni de rescatar los humedales, que han sido destruídos o alterados en los últimos años.

Los vegetales que consumimos vienen de otras comunidades, después de haber sido manoseados, expuestos al sol, a la interperie, al polvo, a la contaminación y nos llegan mareados y en variedades reducidas y limitadas. La agricultura ha desaparecido del lugar y por eso la fuente de comida está situada cada vez más lejos. Para hablar de sostenibilidad tendríamos que hablar de vacas cercanas que produzcan buena leche, de gallineros que produzcan carne blancas y huevos sin tirar la sangre de las aves sacrificadas en las cunetas del centro del pueblo (la que atraviesa 650 metros por las cunetas de la calle principal hasta llegar al puente de Abundio y, finalmente, al mar).

Para hablar de sostenibilidad tendríamos que producir nuestros vegetales en valles y montañas más cercanas, reduciendo el costo y aumentando su calidad y durabilidad.

Todas esas cosas son idealismos. Por eso creo que en lugar de hablar de sostenibilidad (de la que realmente nadie está hablando en ningún sitio) deberíamos realmente hablar de restauración. Restaurar significa volver las cosas a su estado anterior. Es un proceso lento, premeditado, enfocado pero persistente. Es hablar de empezar con una hortaliza a la vez, es hablar de sembrar 500 arbolitos a la vez, es hablar de la piscicultura de la tilapia para darle un descansito al mar, es hablar de parar el chorro de sangre en las calles y de invertir más en la educación que en las bebidas, es hablar de dar a los niños y niñas los valores y derechos que se merecen.

Si queremos un mejor futuro hay que empezar a restaurar ahora mismo.

Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...