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domingo, 25 de junio de 2017

Esperanza y Otras Ilusiones

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Es casi imposible evitar la esperanza.  

Al abrir nuestros ojos cada mañana lo primero que nos viene a la mente es una esperanza:  que algo se cumpla, que algo salga bien, que algo suceda o que algo no suceda, que el dolor se vaya o que la dicha llegue, que el negocio se realice o que cumplan su palabra, que me llegue el amor o que desaparezca la tristeza.  En cada sorbo del pensamiento aparece un suspiro de esperanza.

Sigo pensando que la esperanza es lo único que puede salvar a Las Terrenas, porque la verdad es que en los últimos años nuestro pueblo vive de drama en drama y de crisis en crisis.  Y, por qué no decirlo, de tragedia en tragedia.  El vertedero con su humo, el río que se desborda, heces fecales en las calles, la erosión en las playas, la muerte de los corales, la reducción de la pesca, el tránsito vehicular, el ruido, la desaparición de la seguridad peatonal, vedas que no se respetan (langostas, cangrejos, lambí), el pez león acabando, el narco tráfico, el alcoholismo rampante, la violencia de género, la explotación sexual de niños y niñas, la creciente explotación sexual de jóvenes y señoritas, el mal estado de las calles, promesas del gobierno incumplidas, un acueducto infuncional, la basura en las calles, un costo del peaje insostenible e inmoral, abogaduchos vergonzosos, accidentes de tránsito por doquier, muertes de jóvenes, robos por aquí y por allá, la interminable multiplicación de bancas, el vacío creado por un periodismo esclavizado a intereses particulares, uno que otro homicidio, pleitos entre familias, falta de trabajo, “el peso que baja” (J.L.G.) y los turistas que se nos van.
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Están igualmente los “escándalos”:  un alcalde casi preso, una alcaldesa no reelegida, huelgas y marchas, el fin del monopolio eléctrico, alcaldesa y regidores que dicen “no es nuestro problema”, elecciones internas y locales casi a punto de pistola y con papeletas en mano, el multi-drama del campo de golf, juicios de fondo, un hospital destruido, el puente de Margarita, mil millones en promesas (y las que faltan).

La constante letanía de dimes y diretes, la chismografía política, los tirijalas, los desfalcos, los engaños y, ¡oh Dios!, hasta los terribles y lamentables accidentes de tránsito que enlutecieron a tantos y tantas, nos hacen preguntar, “¿y qué más nos puede pasar?

Que Las Terrenas sobrevive es una señal evidente de que hay razón para tener esperanza.  Siguen las construcciones, inversionistas van y vienen, se vende y se compra, se expanden negocios y llegan otros nuevos, la calidad de vida mejora en algunos barrios, cada fin de semana es un peregrinaje de gente que viene a gozar, todavía hay mucha gente buena por aquí y por allá que siguen haciendo el bien a diestra y siniestra y por eso seguimos abriendo nuestros ojos cada mañana haciéndole un giño coqueto a la esperanza.
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Yo, como buen terrenero (aunque “importado”), le hago el amor a la esperanza como un carajito de 17 años: ¡mañana, tarde y noche!  Por eso me atrevo a escupir tres ilusiones:  primero, que aprendamos a hablarnos los unos a los otros porque sin una buena comunicación nos seguiremos enlodando de insultos y eso no lleva a parte; segundo, que nos provoquemos a crear espacios para la acción orientada hacia el bien común, o sea, que por un momento dejemos de pensar solamente en nuestros beneficios para enfocarnos en las cosas que nos benefician a todos; y, tercero, que reduzcamos el flagelo de la política paupérrima que nos rodea a través del compromiso cívico de demandar respeto, acciones concretas y transparencia, las que sólo pueden ser resultado de aprender a exigir lo que la ley prescribe y lo que nos merecemos.

Si no aprendemos a dialogar, si no abandonamos el egoísmo para orientarnos hacia el bien común y si no transformamos la politiquería en el ejercicio incansable del buen gobierno entonces sí nos vamos a joder, de una vez por toda.


Yo apuesto a la esperanza como amiga, novia, amante, esposa y excelente compañía.  Espero que tú también te atrevas a echarle el brazo, a bailar un tango con ella y invitarla a ver la luna salir en la esquinita dulce y dorada de Punta Popy.

domingo, 16 de enero de 2011

Ballenas y Participación Ciudadana


El año pasado varias personas de Las Terrenas acudimos a Santo Domingo para formalmente hacer entrega ante la Embajada de Japón de una petición para que termine la caza global de ballenas, situación que afecta a los cientos de ballenas que vienen a Samaná cada año.  Esta petición comunitaria fue resultado de un movimiento internacional porque la Comisión Ballenera Internacional (CBI) hizo una propuesta para levantar la veda contra la caza de ballenas a principios del 2010.  Esto hubiera implicado, muy seguramente, la extinción de estos mamíferos, los más grandes del reino animal.

Afortunadamente organizaciones como Avaaz.org y otras mobilizaron las inquietudes a nivel mundial y un millón doscientas mil firmas fueron colectadas a nivel mundial pidiendo a la CBI que mantenga la veda.  La lista de firmas fue entregada a la CBI en Australia hace meses y finalmente, la protesta dió resultados ya que durante las reuniones de la CBI en Marruecos se votó mantener la veda.  Una victoria formidable, sin embargo importante lagunas legales permiten a paises como Japón a continuar la caza limitada, por lo que decenas de ballenas samanenses (nacen en nuestra bahía) y otras alededor del mundo seran exterminadas en un momento u otro.

La lucha continua dentro de cada uno de los paises que realizan aún esta caza criminal, la que pone en peligro el precioso y necesario balance natural a nivel mundial.  Los que participamos en el viaje a la capital y aquellos que expresaron apoyo a la veda de una forma u otra debemos sentirnos animados por haber sido parte de esta lucha de protección al reino animal.  Al igual que la protección a las ballenas hay muchas otras luchas para personas con conciencias ambientalistas y para los que piensan que la depredación de las riquezas naturales, o sea, su uso de manera insostenible, es un peligro para toda la humanidad.  Unase a http://www.avaaz.org yendo a su sitio Web o subscríbase al Foro Nacional de Areas Protegidas yendo a http://www.foroap.net.do.
Gandhi, invitado por el Virrey Inglés.

La participación ciudadana es importante en la búsqueda de un mundo más sostenible y balanceado.  Aunque la sociedad dominicana carece aún de los cambios sistémicos necesarios para la protección del medio ambiente y de los derechos ciudadanos no podemos cruzar los brazos.  Históricamente el mundo ha visto como los ciudadanos de la India bajo la dirección de Mahatma Gandhi pusieron de rodillas al imperio más grande del mundo en ese tiempo, logrando que India alcanzara su independencia.  Los ciudadanos de todo el mundo hicieron posible que el apartheid acabara en Sudáfrica y Nelson Mandela se convirtiera en su presidente.  Cientos de miles de ciudadanos protestaron contra las políticas económicas explotadoras logrando cambios significativos en las políticas del Banco Mundial y otros organismos de financiamiento.  Fue ese mismo tipo de participación ciudadana que en el campo local logró que no se construyera una cementera dentro del área de impacto de Los Haitises y que ahora impulsa la lucha para una educación pública digna a través del 4% del PIB y la no autorización de la Barrick Gold en Cotuí.  
Mandela pasó la mayor parte de su vida en la cárcel.

Si la participación ciudadana ha de tener éxito dependerá enormemente del desarrollo de la conciencia cívica y de la disposición de producir una distribución económica más equitativa, al tiempo que se preservan los recursos naturales que permiten una más elevada calidad de vida.  En el caso de Las Terrenas, los terrenenses, nativos o no, deben comenzar a mirar más profundamente las consecuencias de la explotación económica desmedida sin ningún aporte social significativo.  Ciertamente ha habido explotación, pero no la distribución equitativa correspondiente para que la riqueza adquirida esté mejor distribuída.  De hecho, la marginalización social es mayor que en años anteriores; o sea, el crecimiento económico observado por todos no ha resultado en un verdadero desarrollo social y económico para la mayor cantidad de personas posibles.  Todo ese crecimiento no ha producido mejor educación, mejor salud, mejores servicios comunitarios o mayores acceso al progreso económico de las mayorías.  Por lo tanto ha sido un crecimiento unilateral, homogéneo e indecente.  
Los ciudadanos de todas las edades "salvaron" a Los Haitises.

Lo observado en Las Terrenas es uno de los ejemplos del capitalismo explotador condenado, entre otros, por el fenecido Papa Juan Pablo II.  Ya que el sistema político actual ha abandonado a las grandes mayorías debe ser la conciencia y la participación ciudadanas las que ayuden a transformar las cosas.  Lo que sucedió con las ballenas es un ejemplo, lo que sucedió con la cementera fue otro, lo que está sucediendo con el 4% para la educación digna es otro.  Cabe preguntarnos, ¿y en Las Terrenas, en qué consistirá esa lucha?

La lucha social es un trabajo de conciencia.
Empecemos creando conciencia, luego empeñémosnos en la acción.  Prontamente saldrá a la luz una organización comunitaria empeñada en mejorar la calidad de vida en Las Terrenas desde el punto de vista de la acción comunitaria pro-desarrollo.  Hasta ahora nos llamamos Grupo Acción Pro-Desarrollo, una coalición mixta y diversa de comunitarios que incluye a obreros, profesionales, ingenieros, abogados, educadores, arquitectos, políticos y personas interesadas en un mejor futuro para Las Terrenas.  

La transformación es posible y si los lectores desean ser parte de ese nuevo intento de transformación comunitaria les invito a escribirme para ponerles al tanto de esta coalición.  Las Terrenas se merece un mejor presente y un mejor futuro.  ¿Quieres ser parte de la transformación?

Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...