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lunes, 27 de octubre de 2008

La Arquitectura al Servicio de la Destrucción

Imagina una comunidad en necesidad de cambios. Cambios porque las cosas han cambiado. Ya no es una comunidad chiquita sino grande, ya no es una comunidad atrasada sino muy adelantada, ya no es una comunidad pobre sino muy rica, ya no es una comunidad pasiva sino una en constante evolución.
Los cambios son tan grandes, las necesidades tan perentorias que todo el mundo desea hacer algo. Bueno, no todo el mundo, claro, sino algunos que piensan que debería hacerse algo. La gente se pone a hablar, a opinar, a pensar, a criticar, a soñar, a proponer, a escribir y hasta a molestar: “el gobierno debiera hacer esto y aquello,” “el síndico debiera hacer esto y aquello,” “la gobernación debiera hacer esto y aquello,” “turismo debiera hacer esto y aquello.” “Lo que hizo el gobierno está mal,” “lo que hizo turismo está mal,” “lo que hizo la gobernación esta mal”; y, claro está, hay opiniones contrarias y las hay encontradas.
De repente, fuá!!!! Nos llega el cambio. Tremendo cambio. El cambio, sin duda alguna, venía pasando por meses, en secreto, en una oficina con aire acondicionado quién sabe dónde y ahora nos llega en un flamante “plan de reordenamiento municipal.”
De la noche a la mañana nos llegan los cambios y qué cambios damas y caballeros!!! Parques, calles, zonas de estacionamiento, zonas turísticas, nuevo cementerio, nuevos puentes, zona industrial, calles de acceso a la playa, avenida de circunvalación, zonas verdes, saneamiento de cañadas, desarrabalización…en fin, Las Terrenas convertida en un verdadero “paraíso.” Lo que todos hemos soñado. Bueno, ¿de veras?
Cambios. Muchos. Buenos. ¿Buenos?
No puedo encontrar nada malo (casi nada). Todo muy bueno y bonito (casi).
El arquitecto Marcelo Alburquerque aparentemente terminó el diseño del Plan de Reordenamiento en Marzo del presente año y aquí nos llegó el mes pasado, pero no a todo el mundo, sino por vía de presentaciones selectas y, eventualmente, a mayores públicos. (Si desea una copia solicítela a contacto@las-terrenas-live.com). Felicidades Arq. Alburquerque. Bonito trabajo.
Yo, en mi ignorancia y boca de chivería, tengo un solo problemita con esta cosa tan linda: no fue participativo. ¿A qué me refiero? A que este diseño en todo el despliegue de su excelencia consistió principal y aparentemente (admito mi potencial ignorancia en cuanto al proceso) en la visión de un arquitecto y de algunos otros que influyeron en el diseño del mismo.
Yo no soy arquitecto (soy sólo un boca de chivo), pero me imagino que todo proceso de diseño y planeamiento comunitario (sobre todo una tan amplia como la que ya está en camino) implicaría investigaciones y exploratorias que inmiscuyen a la sociedad misma, a todos los niveles y de todos los tipos. Por ejemplo, un grupo de enfoque (uno de los procesos de búsqueda de opiniones) podría consistir en padres y madres preguntándoles sobre las características que buscan en la “nueva” Las Terrenas. Yo diría “calzadas verdaderamente peatonales para pasear a mi niña en el coche” (lo digo porque las calles y calzadas actuales son verdaderos obstáculos repletos de inseguridades. Lo que tenemos son barbaridades peatonales no espacios peatonales. Bueno, es probable que el nuevo diseño incorpore grandes cantidades de espacios abiertos y una mejor circulación peatonal (o así lo espero). Pero la concepción del mismo no fue resultado de una indagación apreciativa entre las fuerzas vivas de la sociedad. En su lugar, un profesional excelentísimo y muy bien pagado se sentó en su oficina de aire acondicionado en la capital y determinó para cada uno de nosotros cómo será nuestra ciudad, nuestros espacios recreativos, nuestras playas, nuestros estacionamientos, nuestras calles, nuestros puentes, nuestras calzadas y, además, también determinó cómo vamos a vivir en este nuestro nuevo espacio comunitario.
La insolencia de actitudes paternalistas es que el “papá” lo sabe todo y lo sabe mejor que nadie. No me extraña que, en un medio como el nuestro, algo “muy bueno” sea el resultado de algo muy malo, porque el patriarca que tiene el poder es el determina el qué, el cómo, el quién, el dónde y el cuándo (entre muchas otras cosas); sabe igualmente lo que es mejor para TODOS (hombres, mujeres, niños, escuelas, empresas, turistas, gobierno local, visitantes, etc.) y determina en base a su autoridad excelsa como serán las cosas.
Proceso.
Para mi un deseo muy bueno (que haya un mejor reordenamiento basado en el caos actual) se convierte en algo muy malo por la ausencia de un proceso participativo. Un proceso verdaderamente participativo hubiera otorgado a la comunidad de muchos una voz, un oído y una conciencia relacionadas al destino ulterior del proyecto. Nunca sabremos si los resultados de procesos verdaderamente participativos hubieran resultado en la elaboración de un diseño mucho mejor aunque diferente. Esa oportunidad se perdió para siempre. O nunca sabremos si procesos verdaderamente participativos hubieran resultado en exactamente el mismo diseño actual, con la diferencia de que “se siente” diferente. A fin de cuentas, aún utilizando el proceso sin proceso (porque “papá” siempre sabe lo que es mejor para todos) la gran mayoría del pueblo todavía desconoce lo que nos va a ocurrir a todos.
La arquitectura se define como el arte de proyectar o construir espacios y edificios para uso del ser humano. Desprovisto del elemento humanamente participativo el “arte” se convierte en patraña. Lo que produce es un diseño deshumanizante aún cuando pretenda mejorar las condiciones de vida humana. Es como mudarse a una casa nueva, diseñada con las últimas teorías de diseño y con las últimas tecnologías disponibles y cuando nos toca mudarnos descubrimos que no podemos vivir ahí. La casa no se siente casa, sólo se siente espacio; no se siente habitable, sólo se ve como una vivienda; y de repente descubrimos que eso no era lo que buscábamos y que gastamos tiempo, dinero y recursos para producir algo que no aumenta nuestra calidad de vida. Descubrimos el fallo: el arquitecto nunca nos preguntó lo que deseábamos, sino que él determinó por nosotros cómo íbamos a vivir (después de todo la palabra “arquitecto” proviene del griego “arke” que quiere decir “jefe”). Todo se ve muy bonito. Todas las puertas, armarios, goznes y escalones funcionan a la perfección, son ultramodernos y ultraeficientes. Pero simplemente no se siente como casa; no, no es mi casa, es la casa que el arquitecto diseñó para mi, para yo vivir pero no para vivir como yo quiero o deseo sino como el arquitecto deseó que yo viviera. Como el arquitecto sabe más de cómo debe ser diseñada una casa hizo el mejor trabajo posible. Pero el arquitecto nunca me preguntó cómo deseo vivir yo.
La arquitectura al servicio de la explotación espiritual.
Para mi lo peor de esta patraña es que nos recuerda lo que hemos perdido: perdimos al uso de la arquitectura como instrumento de la democracia participativa. Perdimos igualmente el beneficio arquisocial, o sea, el uso de la arquitectura para reconocer el valor del uso del género, del urbanismo y de la participación ciudadana. Las matriarcas de la comunidad nunca serán escuchadas sobre lo que desean ver en su comunidad, tampoco los jóvenes, ni las asociaciones, ni los comerciantes, ni las iglesias, ni los turistas, ni los niños. Perdimos sus voces porque nunca se les permitió ser escuchadas. Con estas pérdidas Las Terrenas no ha dado un solo paso hacia delante, sino que ha quedado aferrada al lodo de sistemas y procesos centralizados, autoritarios y profundamente desempoderantes.

Es un buen ejemplo de algo muy bueno convertido en algo penosamente destructivo. Si resultamos vivir mejor no será por causa del diseño sino a pesar del mismo.

martes, 5 de agosto de 2008

Presupuesto Participativo

Arriba, una reunión comunitaria en Tireo (distrito municipal de Constanza). En esas reuniones se decide el destino de la mayoría de los fondos municipales y se consensa la manera de llegar a las metas comunes previamente escogidas.
Arriba, puentes peatonales como éste hacen posible que los niños y niñas de Tireo se muevan con seguridad y, entre otras cosas, puedan ir a la escuela. Una visión clara sobre el futuro deseado para la niñez debiera ser parte y todo en la gestión municipal.

“Sabiduría es poder discernir cuál es el camino…integridad es tomarlo.”
David Lloyd George


Por un momento breve imagínese una comunidad de 20,000 personas recibiendo honores por la manera en que se conduce. La comunidad funciona tan bien que recibe una tarja de bronce con su nombre grabado en relieve, a manera de reconocimiento de que en el pais es una de las mejores. De hecho, esa comunidad recibió un índice de desempeño de inversión y de participación general muy por encima de la media nacional.

La comunidad reconocida es Tireo, un distrito municipal de Constanza, en el corazón de la cordillera central. De acuerdo a Clave Digital (Domingo 3 de Agosto, http://clavedigital.com.do/App_Pages/Portada/PerspectivaA.aspx?Id_Articulo=5843), el distrito municipal de Tireo recibió la tarja de bronce que consigna que Tireo obtuvo el mejor desempeño municipal durante el período 2007-2008 entre los 263 municipios y distritos municipales que actualmente aplican el presupuesto participativo.

La práctica del presupuesto participativo no comenzó ni en New York, Paris o Roma, sino en la ciudad brasileña de Porto Alegre en el 1989, tras la victoria del Partido de los Trabajadores en las elecciones municipales (el partido del actual Presidente Lula). Dicho en pocas palabras el presupuesto participativo busca la justicia social dándole poder a los que no lo tienen y asegurándose que los más necesitados dentro de la comunidad reciban los beneficios que el manejo adecuado de los bienes comunes proporciona. La práctica adquirió mayor notoriedad en el 2004 y hoy es la forma de manejo municipal fomentada por las naciones industrializadas y también en nuestro pais, que por medio de la nueva ley municipal la establece como mandato.

La premisa básica es que un presupuesto abierto y participativo reduce la corrupción. Además, que la participación activa de los ciudadanos determinando en qué se usan los dineros que ellos mismos aportan con sus impuestos y a través del gobierno central podrán hacer que el municipio sea más progresista, productivo y justo.

¿Por qué Tireo se ganó la tarja de reconocimiento? Según la nota de Clave Digital, “en Tireo está constituida una fuerte voluntad política de las autoridades locales, asistencia técnica competente, una amplia participación de la población y la solidaridad que está contenida como valor fundamental en la cultura campesina, especialmente en zonas de montaña donde el vecino es por lo general el único auxilio al cual se puede recurrir. Esta fórmula no es exclusiva de esta localidad. En alguna medida está presente en todas aquellas que aplican el Presupuesto Participativo, pero en Tireo está en dosis muy elevadas.”

Según la noticia desde el año 2003 Tireo practica de manera consecutiva el Presupuesto Participativo junto a los primeros municipios que en el país comenzaron en ese año a experimentar esta herramienta de gestión pública. Todas las autoridades que durante estos últimos cinco años han estado al frente del distrito municipal, sin importar su adscripción partidaria, han dispuesto la mayor cantidad de recursos para que la población decida las obras y los proyectos que en cada año se han hecho.

Las sumas millonarias que la junta distrital de Tireo reservó mediante resolución para ser destinados a la inversión resultaron en 89 obras realizas dirigidas a satisfacer necesidades relacionadas principalmente con infraestructura básica. A estos recursos destinados a la inversión, se le suman alrededor de medio millón de pesos que en los últimos dos años el distrito municipal ha dedicado para facilitar y apoyar el proceso del Presupuesto Participativo, lo que conlleva una masiva movilización de las comunidades, la labor de un equipo técnico y de facilitadores que se esparce en todo el territorio durante varios meses, y materiales de apoyo y alimentación.

Según Clave Digital, Tireo es el único lugar del país que las organizaciones comunitarias y territoriales como las juntas de vecinos, centros de madres y clubes, reciben de la municipalidad una subvención de mil pesos mensuales para la realización de sus actividades. De tres organizaciones que existían, en el presente están registradas 29, con una matrícula de mil personas, dotadas de estatutos, con reuniones periódicas y con directivas electas.

“En Tireo funciona un sistema de transparencia y seguimiento del gasto de los recursos del distrito municipal, constituido por un comité de seguimiento electo cada año en el cabildo abierto que se celebra al final del proceso de asambleas del Presupuesto Participativo, y por comités de obra que supervisan la construcción y controlan los materiales e insumos que se incorporan a las obras. Entre el 28 de marzo al 18 de junio del año pasado, se formaron, mediante asambleas, 21 comités de obra“ (Clave Digital).
Imagínese una cosa tal en Las Terrenas.

“Todos los años, antes de iniciarse las asambleas del Presupuesto Participativo en las que se deciden los proyectos y las obras del plan de inversión del distrito municipal del año siguiente, se celebra la rendición de cuentas de las autoridades ante un pleno de delegados. En la última rendición de cuenta efectuada el 12 de octubre del año pasado, participaron 212 personas.”
Imagínese una cosa tal en Las Terrenas.

“En Tireo las comunidades han fortalecido su autoestima, han aumentado su capacidad expositiva y, de una actitud de resignación y pasividad, despliegan ahora iniciativas para buscar de manera conjunta la solución de los problemas. Han aprendido a negociar entre ellos y con otros, y a practicar la solidaridad como base del desarrollo. Es precisamente en reconocimiento a esta realidad que parcial y pálidamente reflejan los números y los indicadores del informe del Comité de Observación del Desempeño Municipal, que se le ha otorgado a Tireo la mayor distinción en el desempeño municipal.”

Imagínese eso aquí en Las Terrenas.

España, Finlandia, Noruega, Estados Unidos y otros países donan dinero para que los municipios tengan éxito aplicando el presupuesto participativo.

Imagínese eso aquí en Las Terrenas.

Y en el mejor de todos los mundos TODAS las obras son realizadas en base a una visión estratégica, realizada por medio del consenso y fundamentada en la visión de futuro que fomente la mejor calidad de vida para TODOS los ciudadanos del municipio.

Imagínese eso aquí en Las Terrenas.

Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...