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miércoles, 4 de febrero de 2009

Revolución Terrenera

Fidelina Jones de Alcalá se levantó un día, salió al balcón de su casa, miró la escena triste da cada día y dijo “basta ya!!!” Reclutó a la presidenta de la junta de vecinos de Caño Seco, Sra. María Luisa Kery Green, igual hizo con varias vecinas y vecinos y juntos armaron el comienzo de una revolución en Las Terrenas.
Es posible que Fidelina y sus vecinos y vecinas empezaron algo que ni ellos mismas se dan cuenta de lo que realmente hicieron. Aunque estoy seguro de que muchas personas en Las Terrenas podrán decir que ellos han empezado cambios locales, lo importante es reconocer que cuando ese grupo de personas dijo que ya estaba bueno del desastre medioambiental en Caño Seco hicieron algo que podría sentar las pautas para otra revolución similar en todos los barrios de Las Terrenas por sus características particulares, principalmente que ningún otro barrio tiene un problema tan grande con la bendita basura como lo tenía Caño Seco.
Lo que esta revolución quiere decir es que la gente misma, los vecinos de conciencia y de voluntad, pueden levantarse ellos mismos para transformar sus entornos de manera efectiva, productiva y significativa.
Es altamente significativo que la última inundación causada por las lluvias ocurrió 4 días después de la tremenda limpieza de Caño Seco. Si esa limpieza no se hubiera hecho el efecto en la playa de la basura que el Caño arrastra hubiera sido mucho mayor. Ellos se proponen seguir haciendo lo mismo, manteniendo al Caño Seco limpio, al igual que se proponen impedir que gente de fuera traigan basura al Caño.
El sábado pasado hubo una reunión en el barrio donde se juntaron los líderes comunitarios y también estuvieron presentes la directora regional de turismo, Dra. Elsa de León, el director provincial de medioambiente Sr. Erich Espinal y otros representantes locales. Aunque invitado un número de veces el síndico municipal no asistió. Qué pena! En la reunión no solamente se trató sobre lo que ya se hizo sino que se discutió otros problemas del barrio, como el lavado de mondongo en el río, problemas de desagues sanitarios y el aquejante problema sanitario del matadero.
La reunión del sábado es una buena evidencia de lo que ocurre cuando una comunidad se empodera; o sea, comienzan a actuar no solamente en cuanto al problema que los aglutinó inicialmente, sino que empiezan a crear conciencia de otras áreas y descubren que así como afrontaron una situación pueden hacer lo mismo con otras áreas.
Es interesante notar que las principales revoluciones clásicas fueron todas el resultado del desencanto de la gente con el status quo. La Revolución Inglesa de Cromwell en el Siglo XVII dio al traste con la monarquía, permitiendo a los nobles poder y control para poder organizarse y decidir su destino, lo que produjo una Mancomunidad Republicana en Inglaterra. Cromwell no era más que un campesino gentilhombre que ascendió rápidamente en su liderazgo. La Revolución inglesa comenzó en rebelión al poder absoluto de un monarca despótico e irrazonable.
La Revolución Francesa de finales de Siglo XVIII también derrocó a un estado despótico monárquico, uno que no prestaba atención a las necesidades más perentorias del pueblo y dando paso a una repartición del poder entre la burguesía y el pueblo y poniendo fin a la monarquía en Francia hasta el día de hoy. Los enciclopedistas nutrieron las ideas y las inconformidades en el pueblo mismo, quien se levantó quemando La Bastilla y cortándole la cabeza a los que efectiva y simbólicamente conducían el poder.
La Revolución de los Estados Unidos de Norteamérica comenzó como una protesta en contra de los impuestos excesivos de un rey inglés que, entre otras cosas, buscaba expandir su reino y mantener una guerra contra otro pais (Francia) a costa de su colonia en el continente americano. Bajo el liderazgo de George Washington, escogido como jefe del ejército libertario, la gente decidió que podían y debían escoger su propio destino y así lo lograron, creando una proclama, un sistema y un estilo de gobierno que se ha convertido en ejemplo para mucho de los valores del sistema representativo.
La Revolución Rusa que culminó en el 1917 fue igualmente un proceso en contra de la autocracia zarista encabezada por el Zar Nicolás II de Rusia. Bajo el liderato teórico de Lenin y el práctico de Leon Trotsky crearon la primera nación y sistema proletario, abandonando todos los modelos existentes y creando uno propio que duraría hasta el 1991.
El punto común en todas esas revoluciones fue la insatisfacción con las condiciones existentes acompañado con el uso del poder popular para alcanzar metas a veces imprecisas pero siempre decisivas. Aunque hay mucho más que se puede decir sobre cada una de las revoluciones, creo que la que condujo Mahatma Gandhi en la India tiene profundo significado para nosotros hoy, por ser una rebelión basada sobre valores de autosuficiencia, de apego a la conciencia, del uso de la no violencia y del liderazgo transformador. Sin armas y sin guerra, utilizando solamente su habla, sus escritos y sus huelgas de hambre logró que el imperio moderno más grande en el mundo, el inglés, otorgara la independencia a su nación. Su frase “sé el cambio que deseas ver en el mundo” expresa un ideal de cambio que comienza con la persona misma.
Lo que ocurrió en Caño Seco fue un cambio, autogestado, autosuficiente y sostenido bajo el simple principio de querer vivir no en medio de un basurero sino decentemente. Comenzó con “no quiero basura frente a MI CASA” y culminó con “no quiero basura en MI BARRIO.” El paso que falta dar, el que todos los barrios deben dar, es “no queremos basura en LA COMUNIDAD”.
La revolución comenzó con la gente, no con la oligarquía política aunque la misma acudió rápidamente a darles su apoyo. Es curioso, si el ayuntamiento estuviera haciendo su trabajo bien hecho no hubiera habido tal revolución, pero ahora lo que ocurrió en Caño Seco debiera ser el ejemplo a seguir en todos los barrios, motivando a mujeres y hombres a buscar a soluciones autóctonas a sus problemas.

Viva Caño Seco, que viva la revolución!

lunes, 10 de noviembre de 2008

El Ombligo de la Vida


Señores y señoras, el más feo, el más lindo, el más pobre, el más rico, el más comparón, el más retrasao, el más sucio y el más limpio, todos, sin excepción, tienen un ombligo.
Un niño, con una infección severa del ombligo llamada “onfalitis” se puede morir.
Un gordo, tan gordo y tan panzón, puede que no se pueda ver el ombligo (entre otras cosas que no se puede ver en sí mismo).
Y los antiguos griegos dicen que el rey de todos los dioses, queriendo encontrar al centro del mundo, mandó a dos aguilas a volar y a darle la vuelta al mando, y al lugar donde el vuelo de ambas se cruzó allí lo llamaron “onfalón”, que quiere decir ombligo.
En algunas culturas alrededor del mundo se guarda parte del ombligo después de nacer. Yo sé que mi mamá tiene el mío y el de mi hermana.
Hoy en día se guarda la sangre y el tejido contenidos en el ombligo para uso futuro y para investigaciones clínicas.
Hoy en día el ombligo es la parte del cuerpo más popular. Párese en la calle y de cada 10 mujeres que usted ve 5 van enseñando el ombligo. Y señores, cuando usted ve a Shakira meneando su ombligo en uno de sus videos musicales, ahí se paran las aguas. A mi me ha estado al dar dos ataques al corazón observando al ombligo de Shakira por TV.
A algunas gentes que se creen más que todo el mundo se les dice “se creen el ombligo del mundo.” Aquí en Las Terrenas hay varias de esas gentes que se creen que son el papaupa de la matica y que saben más que el diantre; o sea, que son el ombligo de Las Terrenas.
Algunas gentes se hacen cirugías dizque para que se le vea el ombligo más chiquito, o más parado, o más vertical. Lo que no se puede hacer es hacer desaparecer el ombligo. A unos pacientes se lo cubrieron de piel y le tuvieron que hacer la cirugía otra vez porque sin el ombligo se sentían desorientados.
Y es porque el ombligo marca el centro de nuestros cuerpos. En algunos círculos se dice que del ombligo pa’arriba todo es santo y bueno; y que del ombligo para abajo por ahí es que manda el diablo. Yo no tengo la menor idea de por qué dicen eso, pero así dicen.
Lo que el ombligo sí hace, para todos, es recordarnos la vida fetal, ese momento en que estábamos apegados a la vida de otra persona, de nuestra madre. Sin estar pegado de la madre no podíamos vivir. Y eso gesto de dependencia indispensable crea en nosotros una deuda que nunca se podrá pagar. Es la deuda de la vida y el ombligo nos recuerda que no nacimos solos, que nacimos de alguien, que le debemos nuestra vida a otra persona, es una deuda eterna mientras tengamos vida y sea grande, chiquito, feo o bonito, el ombligo nos dice “le debemos la vida a otra persona.”
Y por eso es que el ombligo, el ombligo de la vida, es una buena metáfora para el medio ambiente.
Damas y caballeros, el ombligo de la vida es la naturaleza que nos rodea. El aire limpio provee de las hojas de los árboles, las que absorben la contaminación y despiden entonces aire purificado. El agua sin la cual no podríamos vivir proviene del ciclo de evaporación del agua del mar, que sube y se convierte en nubes y luego desciende a bañar toda la superficie terrestre, haciendo posible la vida de las plantas, que luego nos nutren y producen lo necesario para nosotros comer y subsistir.
Mucha gente viven tan ocupados y tan preocupados con simplemente vivir, o sea, tienen que pasarse el día buscándose la vida, que entonces se olvidan de dónde proviene la vida. La vida proviene de ese ombligo que se llama la naturaleza, la madre tierra. Sin esa naturaleza no podríamos vivir. Lo que le hacemos a la madre naturaleza se lo hacemos a la vida. Tratamos bien al ombligo de la vida y eso ayuda a preservar la vida; tratamos mal al ombligo de la vida y eso trae sus resultados negativos para nuestra existencia.
En un pueblo como el nuestro, aquí en Las Terrenas, la naturaleza es espléndida. En Las Terrenas hay árboles, cañadas, pozos, tierra, campo, lluvia, aire y bellezas naturales por doquier. Yo creo que si hay un sitio en el mundo al que le corresponde que se le llame “el ombligo del mundo,” es aquí en Las Terrenas. Aquí hay tantas cosas bellas, hermosas, inolvidables. No solamente la gente, aquí en Las Terrenas hay gente bonita, hermosas, aquí hasta los más feos son bonitos, porque aquí hay una mezcla increíbles de personalidades, de diseños físicos, de corazones, de sentimientos; pero también muchísimas cosas liadísimas en la naturaleza que nos rodea.
En el medio de toda esa belleza natural, de ese ombligo de la vida natural y permanente, hay también problemas. Hay ciertas cosas que han puesto en gran riesgo al ombligo de la vida terrenera. En los últimos años ha habido depredaciones increíbles en el medio ambiente. En casi seis años que he vivido aquí me ha dado pena ver cómo han desaparecido humedales, árboles antiquísimos, las colinas de Cosón la han depredado como se depreda un lechón en nochebuena. La tala de árboles, camiones llenos de mierda de pozos sépticos echándolos en las cañadas de la loma, permisos otorgados para cortar árboles, para talar montañas, para cegar humedales. Aquí ha habido y las hay, ahora mismo, compañías constructoras e inversionistas, que tiran plásticos y basura al subsuelo y luego lo cubren, como si eso no importara. Los platos de comida de todos sus trabajadores son plásticos y en lugar de buscar alternativas, o de recogerlos y disponer de ellos adecuadamente, simplemente lo dejan ahí o lo siembran en el subsuelo donde van a durar 500 años antes de reintegrarse a la naturaleza.
Aquí prácticamente nadie supervisa adecuadamente para que ese ombligo de la vida no se maltrate tan malvadamente y esa onfalitis, o sea, la infección del ombligo que puede matar, la causan no solamente los depredadores mismos, como los dueños de camionetas y camiones que recogen basuras en restaurantes y hoteles y luego las tiran en las esquinas de las carreteras, como la nueva carretera a Limón, que es un basurero abierto; sino que también la han causado y la siguen causando autoridades a todos los niveles quienes demuestran no solamente ser ignorantes y desfachatados, sino que no le tienen el menor respeto al ombligo de la vida.
En medio de la magia de este lugar, el centro del mundo, el ombligo de la belleza de este pais, da pena que hallan charlatanes que no cumplan con sus obligaciones para preservar y cuidar del ombligo de la vida.
Pero el peor de los depredadores es, ¿saben quién es? Saben quién es el peor abusador del medio ambiente, el charlatán más grande, el salvaje más cruel, vil, el que merece que lo agarren ya ustedes saben por dónde y le arranquen lo que tiene y lo que no tiene? ¿Quiéren saber quién es?
Aquí y ahora mismo se los voy a decir y voy a dar la evidencia.
El peor de los depredadores del ombligo de la vida aquí en Las Terrenas he sido yo. Sí, damas y caballeros, yo. Yo, cuando no he hecho caso al hermoso mundo que me rodea. Yo, que cuando llueve aprovecho a tirar mi basura al Caño Seco para que se la lleve al mal. He sido yo, con el humo excesivo de mi vehículo. He sido yo, echando baterías y pilas cargada de mercurio. He sido yo, echando los pañales desechables o pampers inadecuadamente (los pampers son una de las fuentes más grandes de contaminación química y no solamente por lo que recogen de los niños). He sido yo, cuando no me preocupo por el manejo de la basura en mi casa, en mi barrio, en mi ciudad.
Y digo que soy yo porque aunque tuviéramos la mejor oficina de medio ambiente del pais, que no la tenemos; aunque tengamos al mejor ayuntamiento del pais, que no lo tenemos, yo creo que tenemos una de las peores administraciones edilicias del pais y la peor que ha tenido Las Terrenas en toda su historia; aunque tengamos 50 camiones que recojan la basura; aunque tengamos un vertedero que dure para toda la vida; aunque tengamos todo un sistema eficiente y perfecto; aún así, si yo, yo el individuo, yo la persona, yo la ama de casa, yo el estudiante, yo el profesional, yo el marchante, yo el ventorrillero, yo el vendedor de frutas, yo el lavador de carros, yo el dueño de gasolinera, yo el ministro de iglesia, yo el dueño de bar, yo el médico, yo el maestro, yo soy el principal responsable de mantener al ombligo de la vida sano y saludable. Nadie puede hacer por mi lo que yo debería hacer por mí mismo.
Señores, nosotros preservamos cuidadosamente a nuestros ombligos. Lo mantenemos limpio y aseado. No hay cosa más fea que un ombligo asqueroso. Y si tomamos tanto cuidado con nuestro ombligo, con el centro de nuestros cuerpos, a ese punto central de nuestro físico que si pudiéramos hacerlo nos pasaríamos el día dándole besos, así como llenamos de besos ardientes, cálidos, quisquillosos, lujuriosos, al ombligo de nuestras esposas, de nuestras amantes; porque nos gusta, porque es hermoso, porque es limpio. Y así como nos gusta y así como cuidamos de nuestros ombligos debemos preservar al ombligo de la vida, a la naturaleza, sus aguas, sus ríos, sus árboles, sus calles, sus veredas, sus playas, sus montes, sus valles y su aire.
Si quieres preservar la vida entonces cuida del ombligo de la vida. Yo sé que puede ser difícil, cansador, sacar esa fundita de basura para llevarla al zafacón, pero cuando lo haces ayudas a preservar al ombligo de la vida. Gracias a Hervé Brousset, un ciudadano francés preocupado por el problema de la basura, en los últimos 4 años se han colocado cerca de 500 tanques de basura en todo el pueblo. ¿Se imaginan cómo sería Las Terrenas sin esos 500 tanques donde uno puede echar la basura? Porque sin esos tanques, ¿adónde iría a parar la basura? Gracias a él y a muchos donantes, comerciantes y particulares, la basura se recoge un chin chin mejor en esos tanques. Y ya que los tenemos, caminemos el poquito de espacio hacia uno de ellos y echemos la basura adentro. Luego, prendámosle 50 velas a San Miguel y roguemos que el ayuntamiento haga el trabajo al cual lo obliga la ley y para el cual recibe dinero del presupuesto nacional, o sea, que recoja la basura en todas partes. La gente cuando ve basura echa más basura. Pero por eso es que yo, yo y yo, soy el responsable y yo, yo y yo, puedo cambiar las cosas en mi entorno inmediato.
Yo confío, terrenero, que el amor hacia el ombligo de la vida sea mucho mayor que el amor a la apatía, al no hacer nada, al no hacer nuestra parte individual, a no ser responsables de preservar al ombligo de la vida. Sí, es más fácil echarle la culpa a otros, es más fácil decir que es culpa del ayuntamiento, o de cualquier otra entidad. No es fácil echarnos la culpa a nosotros mismos.
Lo que yo te pido no es que te eches la culpa. Lo que yo te pide es que tú te conviertas en el dueño de tu ombligo, del ombligo de la vida, de la naturaleza. En que tú seas un agente de cambio para ayudar a preservar la vida. Que hagas lo posible TU, y nadie más, para que ese ombligo de la vida sea preservado y cuidado. Cuando te pongas a lavar tu motor en el río, piensa en el ombligo de la vida. Cuando tu muffler hace ruido y echa humo, piensa en el ombligo de la vida. Cuando la fundita de basura se llenó, piensa en el ombligo de la vida. Antes de cortar ese árbol o de tumbar ese monte, piensa en el ombligo de la vida. Acuérdate que tienes una deuda de por vida con la que te dio la vida, estás pegado por el ombligo a la que te dio la vida. Y así estés igualmente pegado al ombligo de la naturaleza, a su aire, su agua, sus árboles, sus frutos, su mar, sus ríos, sus humedales, sus cañadas, sus cuevas y sus colinas. No maltrates a la que te dio y a la que te preserva la vida.
Terrenero, enamórate de tu ombligo, enamórate de la vida, protege al medio ambiente.

jueves, 9 de octubre de 2008

El Ombligo de la Vida

Señores y señoras, el más feo, el más lindo, el más pobre, el más rico, el más comparón, el más retrasao, el más sucio y el más limpio, todos, sin excepción, tienen un ombligo.
Un niño, con una infección severa del ombligo llamada “onfalitis” se puede morir.
Un gordo, tan gordo y tan panzón, puede que no se pueda ver el ombligo (entre otras cosas que no se puede ver en sí mismo).
Y los antiguos griegos dicen que el rey de todos los dioses, queriendo encontrar al centro del mundo, mandó a dos aguilas a volar y a darle la vuelta al mando, y al lugar donde el vuelo de ambas se cruzó allí lo llamaron “onfalón”, que quiere decir ombligo.
En algunas culturas alrededor del mundo se guarda parte del ombligo después de nacer. Yo sé que mi mamá tiene el mío y el de mi hermana.
Hoy en día se guarda la sangre y el tejido contenidos en el ombligo para uso futuro y para investigaciones clínicas.
Hoy en día el ombligo es la parte del cuerpo más popular. Párese en la calle y de cada 10 mujeres que usted ve 5 van enseñando el ombligo. Y señores, cuando usted ve a Shakira meneando su ombligo en uno de sus videos musicales, ahí se paran las aguas. A mi me ha estado al dar dos ataques al corazón observando al ombligo de Shakira por TV.
A algunas gentes que se creen más que todo el mundo se les dice “se creen el ombligo del mundo.” Aquí en Las Terrenas hay varias de esas gentes que se creen que son el papaupa de la matica y que saben más que el diantre; o sea, que son el ombligo de Las Terrenas.
Algunas gentes se hacen cirugías dizque para que se le vea el ombligo más chiquito, o más parado, o más vertical. Lo que no se puede hacer es hacer desaparecer el ombligo. A unos pacientes se lo cubrieron de piel y le tuvieron que hacer la cirugía otra vez porque sin el ombligo se sentían desorientados.
Y es porque el ombligo marca el centro de nuestros cuerpos. En algunos círculos se dice que del ombligo pa’arriba todo es santo y bueno; y que del ombligo para abajo por ahí es que manda el diablo. Yo no tengo la menor idea de por qué dicen eso, pero así dicen.
Lo que el ombligo sí hace, para todos, es recordarnos la vida fetal, ese momento en que estábamos apegados a la vida de otra persona, de nuestra madre. Sin estar pegado de la madre no podíamos vivir. Y eso gesto de dependencia indispensable crea en nosotros una deuda que nunca se podrá pagar. Es la deuda de la vida y el ombligo nos recuerda que no nacimos solos, que nacimos de alguien, que le debemos nuestra vida a otra persona, es una deuda eterna mientras tengamos vida y sea grande, chiquito, feo o bonito, el ombligo nos dice “le debemos la vida a otra persona.”
Y por eso es que el ombligo, el ombligo de la vida, es una buena metáfora para el medio ambiente.
Damas y caballeros, el ombligo de la vida es la naturaleza que nos rodea. El aire limpio provee de las hojas de los árboles, las que absorben la contaminación y despiden entonces aire purificado. El agua sin la cual no podríamos vivir proviene del ciclo de evaporación del agua del mar, que sube y se convierte en nubes y luego desciende a bañar toda la superficie terrestre, haciendo posible la vida de las plantas, que luego nos nutren y producen lo necesario para nosotros comer y subsistir.
Mucha gente viven tan ocupados y tan preocupados con simplemente vivir, o sea, tienen que pasarse el día buscándose la vida, que entonces se olvidan de dónde proviene la vida. La vida proviene de ese ombligo que se llama la naturaleza, la madre tierra. Sin esa naturaleza no podríamos vivir. Lo que le hacemos a la madre naturaleza se lo hacemos a la vida. Tratamos bien al ombligo de la vida y eso ayuda a preservar la vida; tratamos mal al ombligo de la vida y eso trae sus resultados negativos para nuestra existencia.
En un pueblo como el nuestro, aquí en Las Terrenas, la naturaleza es espléndida. En Las Terrenas hay árboles, cañadas, pozos, tierra, campo, lluvia, aire y bellezas naturales por doquier. Yo creo que si hay un sitio en el mundo al que le corresponde que se le llame “el ombligo del mundo,” es aquí en Las Terrenas. Aquí hay tantas cosas bellas, hermosas, inolvidables. No solamente la gente, aquí en Las Terrenas hay gente bonita, hermosas, aquí hasta los más feos son bonitos, porque aquí hay una mezcla increíbles de personalidades, de diseños físicos, de corazones, de sentimientos; pero también muchísimas cosas liadísimas en la naturaleza que nos rodea. En el medio de toda esa belleza natural, de ese ombligo de la vida natural y permanente, hay también problemas. Hay ciertas cosas que han puesto en gran riesgo al ombligo de la vida terrenera. En los últimos años ha habido depredaciones increíbles en el medio ambiente. En casi seis años que he vivido aquí me ha dado pena ver cómo han desaparecido humedales, árboles antiquísimos, las colinas de Cosón la han depredado como se depreda un lechón en nochebuena. La tala de árboles, camiones llenos de mierda de pozos sépticos echándolos en las cañadas de la loma, permisos otorgados para cortar árboles, para talar montañas, para cegar humedales. Aquí ha habido y las hay, ahora mismo, compañías constructoras e inversionistas, que tiran plásticos y basura al subsuelo y luego lo cubren, como si eso no importara. Los platos de comida de todos sus trabajadores son plásticos y en lugar de buscar alternativas, o de recogerlos y disponer de ellos adecuadamente, simplemente lo dejan ahí o lo siembran en el subsuelo donde van a durar 500 años antes de reintegrarse a la naturaleza.
Aquí prácticamente nadie supervisa adecuadamente para que ese ombligo de la vida no se maltrate tan malvadamente y esa onfalitis, o sea, la infección del ombligo que puede matar, la causan no solamente los depredadores mismos, como los dueños de camionetas y camiones que recogen basuras en restaurantes y hoteles y luego las tiran en las esquinas de las carreteras, como la nueva carretera a Limón, que es un basurero abierto; sino que también la han causado y la siguen causando autoridades a todos los niveles quienes demuestran no solamente ser ignorantes y desfachatados, sino que no le tienen el menor respeto al ombligo de la vida.
En medio de la magia de este lugar, el centro del mundo, el ombligo de la belleza de este pais, da pena que hallan charlatanes que no cumplan con sus obligaciones para preservar y cuidar del ombligo de la vida.
Pero el peor de los depredadores es, ¿saben quién es? Saben quién es el peor abusador del medio ambiente, el charlatán más grande, el salvaje más cruel, vil, el que merece que lo agarren ya ustedes saben por dónde y le arranquen lo que tiene y lo que no tiene? ¿Quiéren saber quién es?
Aquí y ahora mismo se los voy a decir y voy a dar la evidencia.
El peor de los depredadores del ombligo de la vida aquí en Las Terrenas he sido yo. Sí, damas y caballeros, yo. Yo, cuando no he hecho caso al hermoso mundo que me rodea. Yo, que cuando llueve aprovecho a tirar mi basura al Caño Seco para que se la lleve al mal. He sido yo, con el humo excesivo de mi vehículo. He sido yo, echando baterías y pilas cargada de mercurio. He sido yo, echando los pañales desechables o pampers inadecuadamente (los pampers son una de las fuentes más grandes de contaminación química y no solamente por lo que recogen de los niños). He sido yo, cuando no me preocupo por el manejo de la basura en mi casa, en mi barrio, en mi ciudad.
Y digo que soy yo porque aunque tuviéramos la mejor oficina de medio ambiente del pais, que no la tenemos; aunque tengamos al mejor ayuntamiento del pais, que no lo tenemos, yo creo que tenemos una de las peores administraciones edilicias del pais y la peor que ha tenido Las Terrenas en toda su historia; aunque tengamos 50 camiones que recojan la basura; aunque tengamos un vertedero que dure para toda la vida; aunque tengamos todo un sistema eficiente y perfecto; aún así, si yo, yo el individuo, yo la persona, yo la ama de casa, yo el estudiante, yo el profesional, yo el marchante, yo el ventorrillero, yo el vendedor de frutas, yo el lavador de carros, yo el dueño de gasolinera, yo el ministro de iglesia, yo el dueño de bar, yo el médico, yo el maestro, yo soy el principal responsable de mantener al ombligo de la vida sano y saludable. Nadie puede hacer por mi lo que yo debería hacer por mí mismo.
Señores, nosotros preservamos cuidadosamente a nuestros ombligos. Lo mantenemos limpio y aseado. No hay cosa más fea que un ombligo asqueroso. Y si tomamos tanto cuidado con nuestro ombligo, con el centro de nuestros cuerpos, a ese punto central de nuestro físico que si pudiéramos hacerlo nos pasaríamos el día dándole besos, así como llenamos de besos ardientes, cálidos, quisquillosos, lujuriosos, al ombligo de nuestras esposas, de nuestras amantes; porque nos gusta, porque es hermoso, porque es limpio. Y así como nos gusta y así como cuidamos de nuestros ombligos debemos preservar al ombligo de la vida, a la naturaleza, sus aguas, sus ríos, sus árboles, sus calles, sus veredas, sus playas, sus montes, sus valles y su aire.
Si quieres preservar la vida entonces cuida del ombligo de la vida. Yo sé que puede ser difícil, cansador, sacar esa fundita de basura para llevarla al zafacón, pero cuando lo haces ayudas a preservar al ombligo de la vida. Gracias a Hervé Brousset, un ciudadano francés preocupado por el problema de la basura, en los últimos 4 años se han colocado cerca de 500 tanques de basura en todo el pueblo. ¿Se imaginan cómo sería Las Terrenas sin esos 500 tanques donde uno puede echar la basura? Porque sin esos tanques, ¿adónde iría a parar la basura? Gracias a él y a muchos donantes, comerciantes y particulares, la basura se recoge un chin chin mejor en esos tanques. Y ya que los tenemos, caminemos el poquito de espacio hacia uno de ellos y echemos la basura adentro. Luego, prendámosle 50 velas a San Miguel y roguemos que el ayuntamiento haga el trabajo al cual lo obliga la ley y para el cual recibe dinero del presupuesto nacional, o sea, que recoja la basura en todas partes. La gente cuando ve basura echa más basura. Pero por eso es que yo, yo y yo, soy el responsable y yo, yo y yo, puedo cambiar las cosas en mi entorno inmediato.
Yo confío, terrenero, que el amor hacia el ombligo de la vida sea mucho mayor que el amor a la apatía, al no hacer nada, al no hacer nuestra parte individual, a no ser responsables de preservar al ombligo de la vida. Sí, es más fácil echarle la culpa a otros, es más fácil decir que es culpa del ayuntamiento, o de cualquier otra entidad. No es fácil echarnos la culpa a nosotros mismos.
Lo que yo te pido no es que te eches la culpa. Lo que yo te pide es que tú te conviertas en el dueño de tu ombligo, del ombligo de la vida, de la naturaleza. En que tú seas un agente de cambio para ayudar a preservar la vida. Que hagas lo posible TU, y nadie más, para que ese ombligo de la vida sea preservado y cuidado. Cuando te pongas a lavar tu motor en el río, piensa en el ombligo de la vida. Cuando tu muffler hace ruido y echa humo, piensa en el ombligo de la vida. Cuando la fundita de basura se llenó, piensa en el ombligo de la vida. Antes de cortar ese árbol o de tumbar ese monte, piensa en el ombligo de la vida. Acuérdate que tienes una deuda de por vida con la que te dio la vida, estás pegado por el ombligo a la que te dio la vida. Y así estés igualmente pegado al ombligo de la naturaleza, a su aire, su agua, sus árboles, sus frutos, su mar, sus ríos, sus humedales, sus cañadas, sus cuevas y sus colinas. No maltrates a la que te dio y a la que te preserva la vida.
Terrenero, enamórate de tu ombligo, enamórate de la vida, protege al medio ambiente.

miércoles, 23 de enero de 2008

Enamórate de Las Terrenas


Cuando tenía 13 años me enamoré perdidamente de Chavela. Chavela era la muchacha más linda del mundo—me gustaban sus ojos, sus orejas, su cabello, sus labios, sus manos, sus brazos, su mirada, su voz, su sonrisa, su cuello, su espalda. Una vez se estaba riendo tanto conmigo que se le zafó un peo y hasta eso me gustó. Porque, señores y señoras, cuando uno está perdidamente enamorado todo le cae bien a uno.

En esos tiempos no era posible vernos a solas porque sus padres no sabían de nuestros amorcitos de pariguayos. Por fin una noche nos pusimos de acuerdo para juntarnos por sólo 5 minutos en la esquina del liceo donde no había luz. Señores y señoras, cuando uno está más enamorado que un burro en luna llena cinco minutos es toda una eternidad. Y en esos cinco minutos con sólo verla se paró el tiempo, dejaron de correr las aguas, aunque era pleno invierno en Constanza donde vivía, esa noche yo me estaba derritiendo del calor. Y todo lo que pude hacer fue darle un besito estúpido en la mano porque un carro se apareció en la esquina y tuvimos que salir corriendo.

Imagínense si ese amor que uno siente por otra persona se pudiera sentir de igual manera hacia su pueblo. Imagínense usted enamorado de sus calles, de sus cañadas, de sus playas, de sus árboles, de su clima, de su aire, de su sol, de sus montañas, de su gente, de sus contenes, calzadas, colmados, ventorrillos, cunetas, ciénagas, ríos y playas.
Imagínense si en Las Terrenas hubieran cien personas enamoradas del Caño Seco. ¿¡Que sucedería!?

Civismo se define en el diccionario como la "Actitud del ciudadano que cumple con sus obligaciones para con la comunidad." Yo defino al civismo como la actitud del ciudadano que está enamorado de su comunidad. Es como lo que dijo Juan Pablo Duarte, "Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos."

Las Terrenas se merece todo el amor que podamos darle. Enamorémonos de Las Terrenas, mantengámosla limpia, no echemos basura, evitemos la contaminación, seamos honrados, paguemos nuestros impuestos, seamos corteses en las calles, en las calzadas, en los negocios, estudiemos, preparémonos para ser útiles y productivos. Cada acción cívica de su parte es como darle un beso apretado al amor de su vida, a su pueblo.

No hay nada tan bueno y tan sabroso como un beso a escondidas, pero el beso a lo claro es todavía mucho mejor. A uno hasta se le sale la babita de la boca. Y tan bueno es eso como lo es vivir rodeados de ciudadanos con conciencia cívica, ciudadanos enamorados de su pueblo.

Terrenero de nacimiento, Terrenero inmigrante, Terrenero visitante, enamórate de Las Terrenas.

Si Duarte Pudiera Reir










Si Duarte Pudiera Reir…

...Reiría con nosotros al mirar cómo preservamos la tierra, cuidando de sus ríos y cañadas, evitando contaminarlos con basura, evitando destruir permanentemente sus ciénagas y pantanos con rellenos abusivos e ilegales, sembrando y no talando sus árboles de manera desenfrenada, manteniendo una atmósfera limpia sin venenos, evitando contaminar irrevocablemente sus playas y ríos, porque cuidando nuestra tierra nos cuidamos a nosotros mismos.
El que nos dijo: "Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos." ¿No reiría con nosotros al ver como valoramos profundamente a la madre tierra y a sus muchas bendiciones?

El que nos dijo: "Todo poder dominicano está y deberá estar siempre limitado por la ley y ésta por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le pertenezca." ¿No reiría con nosotros al ver como ciudadanos y líderes actúan en pro del bienestar común, buscando la manera de beneficiar al mayor número de personas con su buen ejemplo, con su integridad y con sus acciones efectivas y justas?

El que nos dijo: "Unidad de las razas, los blancos, morenos, cobrizos, cruzados, marchando serenos, unidos y osados, la Patria salvemos de viles tiranos, y al mundo mostremos que somos hermanos." ¿No reiría con nosotros sabiendo que actuamos sin prejuicios, sin racismo, sin discriminación hacia los demás?
SE HACE PATRIA HONRANDO A DUARTE.
Gocémonos con él, construyendo una patria noble, limpia y hospitalaria.
Honremos a Duarte honrando la tierra.

jueves, 23 de agosto de 2007

Valorar

En algún momento de la vida a todos nos llega el momento de valorar las cosas.

En base a los valores hacemos lo propio: matamos, salvamos, mentimos, creemos, lloramos, reimos, abandonamos, acudimos, decimos, callamos, oimos, hablamos, odiamos y, por suerte, también amamos.

En una aldea de la región oeste del continente africano los habitantes comenzaron a sentirse muy preocupados. Sus vacas dejaron de dar leche de la noche a la mañana. Consternados llamaron a una reunión para saber si alguien había descubierto lo que pasaba. Nadie sabía nada. ¿Qué hacemos?, se preguntaron. A un joven valiente se le ocurrió una idea. “Pienso quedarme despierto esta noche para velar por las vacas y ver si descubro algo.” “Buena idea”, contestaron los ancianos de la aldea. Así que esa noche el joven se quedó medio oculto, velando por las vacas, esperando a ver lo que pasaba.

Exactamente a la media noche algo nunca antes visto se presentó ante él. Del cielo a la tierra un rayo de luna apareció y sobre su superficie plateada el joven miró cómo una joven de excepcional belleza descendía llevando en sus manos una ponchera. Al llegar a la tierra la bella doncella celestial procedió a ordeñar las vacas colocando la leche en la ponchera. Una vez terminada ascendió por el sendero luminoso de luna y desapareció en el espacio infinito.

El joven experimentó sentimientos de sorpresa, de miedo, de atracción y también de decisión. Decidió que la próxima noche prepararía una trampa para apresar a la bella doncella celestial y así solucionar el problema de una vez por todas. Lo pensó, lo planeó y lo hizo.

La próxima medianoche el joven esperaba la llegada de la dulcinea del cielo y, efectivamente, justo a medianoche el sendero de luz brillante apareció nuevamente y pudo ver cómo, al punto de descender a la tierra, la princesa nocturna cayó en la trampa que la aguardaba. “Déjenme ir, déjenme ir!”, gritaba la doncella desesperada. El joven acudió rápidamente y sin dudarlo comenzó a intemperarla preguntándole “¿Por qué nos robas nuestra leche?” La hermosa damisela le rogaba que la dejara ir, pero el joven valiente se negaba. Finalmente la joven explicó lo que sucedía. “Vengo de una tribu del cielo y necesitamos de esta leche para sobrevivir ya que no tenemos tierra para cultivar.” Y entonces rogó, “Por favor déjame ir.”

El joven aldeano lo pensó y entonces le contestó: “Está bien, te dejaré ir, pero con una sola condición, que te cases conmigo.” La doncella se iba a negar pero al pensarlo un momento le dijo: “Me casaré contigo, pero primero déjame ir a mi casa y a mi gente y en tres días regreso y me caso contigo.” El muchacho accedió y la joven princesa regresó al cielo por el rayo de luna que la trajo a la tierra.

Tres días más tarde la bella princesa apareció sobre el rayo de luna llevando en sus manos una caja de madera. Acercándose al joven aldeano le dijo: “Voy a casarme contigo y te voy a hacer muy feliz, pero tienes que prometerme que nunca abrirás esta caja.” “No hay problema,” contestó el joven.

Se casaron y eran muy felices, pero un día la doncella salió de viaje y el joven aldeano no pudo resistir más y abrió la caja. Para su asombro no encontró nada, la vió vacía. Al regresar del viaje la doncella vió en el rostro del muchacho la verdad. “Abriste la caja, ¿verdad?” “Sí, pero no encontré nada, estaba totalmente vacía.”

Airada la doncella le respondió con tesón: “Es imposible que pueda seguir viviendo contigo, me tengo que ir.” “Pero, ¿por qué?, fue sólo por curiosidad.” “No te dejo porque la hayas abierto,” dijo la doncella, “yo sabía que en algún momento u otro lo harías. Te dejo porque dices que estaba vacía.” “Pero sí lo estaba,” dijo el joven varón. Entonces la doncella le explicó: “Mira, cuando dejé mi casa y mi gente recogí todo lo que era hermoso y precioso para mi, el silencio del cielo, el polvo de las estrellas, el espacio que todo lo llena, ¿cómo podré vivir contigo cuando aquello que es lo más precioso para mi es nada para ti?” (Del libro “Who Needs God” del Rabí Harold Kushner).

A todos nos llega el momento de valorar y cuando lo hacemos las consecuencias son a menudo inmutables: avanzamos o retrocedemos, luchamos o nos dejamos vencer o, simplemente, existimos plenamente o existimos vacíos como el huevo que no tiene nada adentro y todo lo que ofrece es un frágil cascarón.

El amor es la manera más inmensa de valorar.

El amor es la manera más intensa de valorar.

Amamos la patria, amamos nuestra madre o nuestro padre, amamos nuestros hijos, amamos a nuestro amante o cónyuge. El poeta turco Nazim Hikmet escribía desde su celda poemas para su esposa cada noche entre 9 y 10. En uno de ellos le decía, “El gozo de amarte es como una segunda persona dentro de mi.” ¡Que profunda sencillez!

En otro de sus versos floreados y melancólicos le compartía: “¡Cuán hermoso es pensar en ti, escribir acerca de ti, recostado aquí en mi prisión y recordar las palabras que decías, no las palabras mismas sino la manera en que las decías!”

Tal como lo hizo Hikmet, si has amado, si amas o cuando ames, descubrirás el milagro de valorar las cosas que escapan a tus sentidos. Verás más que las expresiones o las imágenes; podrás ver los bosquejos de las palabras en el aire y el perfume de las miradas ocultas tras una sonrisa inesperada.

Imaginémonos por un momento que valoramos no sólo al amado o a la amada, sino todo lo que se encuentra en nuestro entorno. Por ejemplo, la basura echada sin cuidado dice mucho sobre lo que valoramos en la Madre Tierra. ¿Quién echa mierda sobre el rostro de su propia madre? Pero se lo hacemos a la Madre Tierra a diario. ¿Por qué? Porque no la valoramos. Imagínense si la valorábamos como debiéramos. Y si hiciéramos lo propio con nuestros amigos, con nuestros talentos, con nuestras relaciones, con nuestros compañeros y nuestras compañeras, con nuestros amantes y cónyuges.

¿Cómo sería si la Madre Tierra o la Madre Patria fuera una segunda persona dentro de nosotros y la amásemos como tal?

“Te deseo,” decía Nazim Hikmet. “La vida debería ser tan hermosa como lo eres tú.”
No hay nada más que se pueda decir, Nazim lo dijo todo.

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  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...