jueves, 21 de enero de 2021

Rojos y Azules: No Son Santos

 


Los demócratas no son santos. La tragedia del 6 de enero no los convierte en santos.
Los republicanos no son santos tampoco y lo del 6 de enero no es sólo reflejo de algunos republicanos extremistas sino de muchos norteamericanos no republicanos que comparten los mismos sentimientos.
En los ultimos meses le hemos visto el refajo a la nación norteamericana.
No es cierto que lo del 6 de enero no es un reflejo de la nación norteamericana, es el puro reflejo histórico desde sus raíces, lo único que en lugar de suceder en Latinoamérica, o en Asia o en cualquier otra parte del mundo donde sus botas militares han incursionado, ocurrió esta vez en la misma capital del imperio.
Todo el mundo espera ver en los próximos 4 años y como resultado de la reflexión y examen de conciencia provocados forzosamente por los incidentes que culminaron el 6 de enero, cómo la nación americana podría ser más justa hacia sus propios ciudadanos y hacia el resto del mundo.
¿El mayor mérito de Trump? Quitar la ceguera a decenas de millones de personas dentro de los EE.UU. y en el resto del mundo sobre el peligro detrás de la búsqueda persistente e indigna del poder y del lucro por encima de todo y todos, porque él encarna el absoluto mejor ejemplo del despiadado yoísmo busca lucro y poder. Su vanidad y ceguera son partes responsables de la pérdida de 400,000 vidas. Eso no es poca cosa, es y ha sido un costo muy alto para que la nación (quizás) aprendiera una gran lección.
Trump hizo real y evidente todos los peligros sociales nacidos en prejuicios, injusticias, racismo, inequidades y privilegios dentro de la sociedad estadounidense, muchos de los cuales son también compartidos por muchos demócratas. Ciertas realidades sociales y económicas trascienden partidos, como en todas partes.
Si decenas de millones siguen creyendo que Trump fue un enviado de Dios, pues allá ellos con su torpe auto-engaño; pero, ay de las decenas de millones que podrían poner a Biden sobre un pedestal idealizado, irreal y no afín a la evolución histórica de la nación americana y de su mismo partido demócrata. Tanto Biden como Harris son hijos del sistema político imperante.
¿De qué nos sirve lo sucedido en USA? Para mirarnos en el espejo mismo de nuestra democracia, de nuestras falacias históricas, de nuestros prejuicios y de nuestros desafíos.
Trump es el mejor ejemplo de un líder fatuo y obtuso, pero haríamos mal si no nos hacemos un examen de conciencia reconociendo que en las últimas décadas nosotros los dominicanos hemos elegido y mantenido en el poder a personas y sistemas aún más petulantes.
Ningún dominicano puede señalar a Trump con un dedo acusador sin antes dirigir ese dedo a sí mismo, por nuestro propio quehacer político reciente. Ninguno tampoco puede extender la mano a los demócratas, un partido que gobernaba bajo Woodrow Wilson cuando los marines llegaron en el 1915 y también en el 1965 cuando los marines fueron enviados por Lyndon B. Johnson.
Pausemos, reflexionemos y roguemos que Abinader encuentre la fórmula secreta de separarse de la herencia Trump/Giulianni y descubra cómo aprovecharnos de lo mejor que nos pueda ofrecer el nuevo presidente.
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Jose Maria Sanguino, Thelma Felissa Francisco y 24 personas más
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martes, 12 de enero de 2021

Una Estrategia para la Justicia Social en Las Terrenas

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El Dilema Terrenero—3 de 3

Una Estrategia para la Justicia Social en Las Terrenas
Mejorar no comienza encontrando culpables sino entendiendo las causas. Si existen injusticias sociales en Las Terrenas es indispensable entender los por qué, en lugar de levantar dedos acusadores. Si una comunidad es en verdad una telaraña en la que cada uno es un nudo, entonces todos seríamos igualmente culpables de lo que existe, como también somos igualmente responsables del cambio que podría ocurrir.
El primer artículo de esta serió estableció la premisa de que la alcaldía, tanto el alcalde como los ediles, comparten responsabilidad en transformar la sociedad terrenera en una de mayor justicia social. Ni el alcalde ni los ediles nacieron culpables de lo que dijimos existe (artículo 2), como tampoco nacieron sabiendo lo que hay que hacer. No creo que ninguno de ellos se levanta en la mañana diciéndose a sí mismo “a ver cómo puedo joder más a la gente hoy”. Pero ahora, al asumir su rol como líderes máximos del municipio, deben igualmente asumir responsabilidad por adquirir los conocimientos fundamentales relativos al tema, como también descubrir las posibles respuestas que ayudarían a alterar las despreciables condiciones sociales que afectan a la mayoría.
Para mi ni Willy ni sus regidores son culpables por encontrar lo que hay, pero sí son responsables re reconocer el dilema y decidir qué hacer. Están obligados, por su condición humana y por su condición política, a tomar medidas para transformar a Las Terrenas a una sociedad donde el bienestar deseable alcance a todos, o a la franca mayoría. No es una utopía, sino que es un asunto de moral, de ética y de respeto a sus responsabilidades consagradas en la Constitución y en la ley que rige a los municipios. No se levantan preguntándose cómo pueden joder a los demás, pero sí deberían levantarse con el cometido de hacer lo mejor posible dentro de sus ámbitos particulares para que las condiciones que crean injusticia, inequidad y pobreza sean cambiadas de cuajo.
Los que comparten tales responsabilidades deben saber que se les evalúa en base a lo que hacen, como también a lo que no hacen. Por eso, cualquier recomendación para ellos debería ser de naturaleza integral y siempre reconociendo que la responsabilidad que ellos pudieran asumir no exime al resto de nosotros. Nadie se puede lavar las manos porque las injusticias sociales nos afectan a todos. En principio, todos somos actores, todos somos agentes de cambio y todos somos responsables de que ocurran los cambios deseados. La responsabilidad, las acciones, las metas, las ideas, son compartidas por todos y a todos los niveles.
¿Qué pueden hacer el alcalde y los ediles? (Identificadas entre paréntesis con la letra A=acción + un número)
1. Empezar por lo tácito, (A1) reconocer que hay injusticias sociales en el municipio que ameritan ser eliminadas. Si no reconocen la presencia de injusticias no habrán razones para desear un cambio.
2. Aparte de reconocer que existen injusticias igualmente deben (A2) reconocer que es responsabilidad edilicia tomar medidas para eliminarlas.
3. (A3) Reconocer lo más difícil, las carencias y limitaciones personales, tanto cognitivas (lo que saben) como prácticas (lo que hacen). Conocer más permite ampliar nuestros radares para que nuestros ojos, oídos y corazones puedan ver más, oír más y sentir más.
4. Para conocer más (A4) deben formalmente escoger pautas para la transformación personal: leer más, adquirir nuevas destrezas, escuchar a otros y aprender de las prácticas exitosas de los demás. No aprenderemos más quedándonos como estamos. El peor obstáculo para el cambio es la ignorancia intencional.
5. ¿Qué hacen el alcalde y los regidores, los responsables de las tomas de decisiones, para evitar que las ignorancias que puedan poseer se conviertan en los obstáculos principales para la eliminación de las injusticias sociales en el municipio? (A5) Esto debe ser de reflexión personal pero también institucional. Imagínense una sesión del Concejo donde se haga la pregunta “¿qué hemos hecho y qué podemos hacer a partir de ahora para tomar las decisiones más sabias y más efectivas para reducir y eliminar las injusticias sociales en nuestro querido municipio?”
6. Con un más amplio conocimiento (radares personales potenciados) y con la adquisición de destrezas relevantes, el Concejo Municipal estará en una posición privilegiada para (A6) escoger una estrategia de desmonte de las injusticias sociales dentro del municipio, la que por necesidad tendrá que ser escalonada (empezando por lo más fácil), requerirá escoger recursos (internos y externos) y enumerará objetivos realizables, medibles y replicables, que es lo opuesto a la improvisación y a poner parchos.
7. Por necesidad es (A7) el alcalde quien debe tomar la iniciativa en escoger el tema de las injusticias sociales como una prioridad en el municipio y proponer la estrategia a seguir, reconociendo sus limitaciones y la de sus ediles, pero también reconociendo las oportunidades y recursos al alcance.
8. Es indispensable que (A8) toda estrategia efectiva debe contar con la participación de los organismos sociales existentes, como actores vitales en la mejora de su calidad de vida (juntas de vecinos, clubes de madres, iglesias, clubes deportivos y otras entidades relevantes).
9. Con la participación de expertos y con el conocimiento de mejores prácticas en el tema, el alcalde y sus ediles pueden (A9) elaborar una “matriz de mejoras” en el ámbito de la justicia social. Esa matriz es el primer nivel de “ataque” ante las injusticias porque expresa los cambios deseados a nivel de barrio y de pueblo. Como parte de la estrategia, el mecanismo escogido para promover el cambio utiliza esa matriz para identificar las injusticias existentes y el nivel en el que existen.
Ejemplo: ningún hogar debe tener piso de tierra porque es una injusticia social que haya hogares con piso de tierra. La matriz establece “la eliminación de los pisos de tierras en los hogares terreneros” y al ir al Barrio La Granja descubren que hay 50 hogares con pisos de tierra. Al ir a todos los barrios descubren 325 hogares con piso de tierra. La alcaldía, motivada por esta agenda de justicia social, establece el plan de eliminación de los pisos de tierra y al lograrlo lo contará como un logro 100% de este aspecto de la lucha. Materiales y mano de obra para mejorar esa condición es parte de la estrategia y pueden ser recursos internos, externos y con la participación activa de los dueños de casa.
10. La presencia de una “matriz de justicia social” implica que el municipio de manera pro-activa, transformativa y revolucionaria ha hecho de la justicia social una prioridad. En su primer nivel, esa matriz enumera acciones posibles, realizables, sencillas pero vitales. La feliz ejecución de esa primera etapa no sólo es motivo de amplia celebración, sino que (A10) constituye el fundamento para llevar la agenda de justicia social municipal a un mayor nivel de complejidad. La presencia de una matriz indica la presencia de una estrategia de cambio, opuesto a poner parchos aquí y allí. Es resultado del proceso indicado arriba y, por lo tanto, se ha incorporado a la textura institucional del municipio.
Es evidente para muchos que acciones como la ejemplificada aquí se ven a menudo en las acciones clientelares de los partidos políticos durante los tiempos de campaña; pero, al convertirlas en estrategia municipal ya no son parchos, ni clientelares, ni temporales, sino parte activa de la agenda municipal en la que participaron el alcalde, los ediles, las organizaciones, los líderes comunitarios y la comunidad en general.
Es fácil y factible llegar a ese punto inicial. ¿Tendrá el alcalde la convicción y disposición de tomar la justicia social como tema vital en el resto de su gestión? Si no lo hace el alcalde, ¿habrá algún edil que se proponga hacerlo tema de discusión y decisión en el Concejo? ¿Estará listo el municipio para tomar a la justicia social y a las injusticias existentes como temas trascendentales que ameritan respuesta y soluciones?
Confío que el poner este desafío sobre el tapete resulte en transformaciones deseables para una mejor justicia social y un mayor bienestar en Las Terrenas, sobre todo para los más perjudicados por las inequidades que nos corrompen. Ojalá que el próximo 20 de febrero, Día Internacional de la Justicia Social, se convierta en un día memorable para Las Terrenas.
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