miércoles, 7 de septiembre de 2011

Una Necesidad Turística Imperante

Las Terrenas
 lo más natural posible

           Para muchos de nosotros resulta imperante que Las Terrenas se avoque a una clara, precisa, definida, contundente, efectiva y productiva marca-destino.  Las condiciones económicas en la población y entre los empresarios turísticos son tales que de no producirse cambios rápidos y certeros las consecuencias funestas serán demoledoras y permanentes para la gran mayoría del empresariado turístico y para la comunidad en general.

            No cabe duda en ninguna mente que Las Terrenas en particular y Samaná en general constituyen polos turísticos atractivos, viables y fructíferos.  Sus atrayentes son únicos, son especiales y son envidiables.  Ningún otro mercado turístico nacional (ni caribeño) ofrece en oferta y en potencial lo que ofrece Samaná en general y Las Terrenas en particular.  Pero hay una circunstancia indeseable y fortuita:  el Estado no se ha enfocado en el desarrollo de mercado (aunque sí en las infraestructuras), el Alcalde y su administración han hecho caso omiso a las obvias necesidades de su rol (al tiempo que han hecho lo posible por no hacer nada) y el empresariado recién ahora hace gestos de unidad y objetividad (pero permanecen divididos y tirantes entre sí a causa de las obvias tensiones en filosofías y en poderes económicos).  

            Al fin de cuenta, todavía carecemos de una certera imagen de mercado, de atractivos que se hayan desarrollado para ampliar el mercado y de las condiciones necesarias para promocionar un destino todo-año en lugar de temporada alta (muy reducida por ciento).  Rutas que pudieran desarrollarse permanecen en la imaginación de algunos o en la ejecución de unos pocos, ciertamente no en ofertas que atraen a cientos y miles de personas.  La nueva autopista nos ha traído primordialmente al capitaleño, pero la ausencia de una mercadoternia internacional efectiva nos ha prevenido de la presencia del resto del mundo de manera significativa y constante.  Al mismo tiempo, los problemas municipales reprimen al turista y los insta a no regresar otra vez.

            El desarrollo de una marca-destino o “branding” no puede ser medalaganario ni puede depender de los políticos.  Debe ser resultado de procesos técnicos, científicos, mercadológicos y estratégicos.  Implica el ceder los intereses individuales de ciertas empresas o personas en pos del bien común.  Mucho se ha escrito al respecto y fondos han sido puestos a la disposición de municipios, de organizaciones empresariales y del Estado en general para asistir en su implementación.  Pero los tales no han llegado a Las Terrenas.  ¿Por qué y a qué se debe que a esta altura del juego aún carezcamos de un “branding” particular a Las Terrenas?

            La respuesta es compleja pero se puede resumir en tres factores;  primero, la falta de visión y capacidad dentro de la administración edilicia sin la cual no se puede desarrollar ni implementar un branding efectivo; segundo, la diversidad de opiniones e intereses mercadotécnicos entre los miembros de la clase empresarial (la misma diversidad cultural que nos enriquece igualmente nos perjudica) y, tercero, las constantes tensiones entre municipio-Estado-empresariado.  Un reino dividido entre sí no puede triunfar ni permanecer.  En medio del caos se aprovechan los que tienen poderes y recursos para impulsar y potenciar intereses privados y particulares.

            El “branding” o marca destino es indispensable si queremos que el turismo llegue a los niveles que todos deseamos.  Pero igualmente importante es que en su desarrollo no se obvien las implicaciones sociales.  Tenemos problemas sociales profundos que impiden ciertos aspectos importantes tales como las limitaciones culturales, educacionales y técnico-profesionales entre los miembros de la población que pudiera beneficiarse de los empleos que puedan surgir.  Traer gente de otras comunidades no es la respuesta, porque crea presiones sociales, de servicios y de costos, por mencionar algunas.  La carencia de servicios municipales eficientes (manejo de desechos sólidos, tránsito vehicular, aparcamiento, seguridad, información al turista, facilidades/seguridad para el transeúnte, entre otros) y la percepción de deshonestidad y engaño entre funcionarios y profesionales tal como ha sido revelado en la prensa recientemente no ayudan.  Resulta indispensable, entonces, buscar ámbitos de diálogo, de decisión y de ejecución para que algunos elementos perjudiciales desaparezcan o se reduzcan y para que nuevos elementos que actualmente no existen se puedan producir.

            Los costos en la luz, en la renta y en la seguridad impactan igualmente.  Debería haber un congelamiento en los costos, pero para ello debe haber una agenda común en la que muchos actores sacrifiquen beneficios a corto plazo para producirlos a largo plazo.  Más que nada, no debemos olvidarnos de las teorías conspiratorias, la que nos dice que hay muchos actores externos a quienes les favorece las condiciones existentes para venir a comprar e invertir a precios de vaca muerta.  Algunas fuerzas poderosas se están haciendo de mucho a todo costo para apostar a beneficios enormes en el futuro cercano y ahi, entiendo, hay empresarios poderosos, políticos inescrupulosos y todo lo demás que se pueda añadir.

            Empecemos por empujar la marca-destino y, quizás, con mucha suerte, muchas cosas podrán mejorar. (Ver más en http://fundacionmahatmagandhi.com/cluster_marca.html.

martes, 6 de septiembre de 2011

"Es Tan Difícil"

Hola Marcos:
            Te escribo esta carta porque, francamente, a esta altura del juego ya no sé qué mas hacer.  Cuando varios meses atrás me prometiste el cielo y la vida no te tomé en serio porque, ¿a quién se le ocurre ofrecer tales cosas?  En tus ojitos verdi-azules noté ese tono ensoñador de los que saben muy poco de la vida, o sea, de la vida que vivimos aquí.  Yo sé que conoces de la vida, después de todo no naciste ayer y, de hecho, tienes más años que yo.  Pero mi vida ha sido dura, muy dura, muy pobre, muy jodida, lo que me hace una persona menos confiada, más cuidadosa y menos soñadora.

            Esto no quiere decir que no tenga mis sueños y mis decepciones. Me acuerdo de las muchas veces que me quería ir, lejos de ti, de tus abrazos, de tu salamería, de la melcocha de tus besos espantados por el calor del mediodía sobre sábanas que no aguantaban un sudor más.  Después de esos momentos de estupor, de verte bajo el peso de mi cuerpo suspirando vanamente los placeres con los que te engañaba, terminaba volviendo mi rostro hacia la pared para no ver más en tu rostro la satisfacción que a mi misma me hastiaba.  Hubiese querido que fuese “mi primera vez” con un enamorado, pero no, Marcos, ya han sido cinco, séis, diez, o más y tú tampoco has podido marcar sobre mi cuerpo la herida mortal del amor para siempre.  

            No me siento culpable porque no te he dejado solo, porque cada noche que vengo donde ti me entrego, siguiendo melodiosamente tus caricias y comportándome como el cocotero del patio bajo la brisa, extendiendo mis brazos para acompañar el movimiento incansable de tus labios sobre mis pechos.  Confiesas que tengo la piel más dulce y más suave que jamás hayas conocido.  Ay, mi Marcos, te puedo llevar a cualquier barrio en Las Terrenas y vas a descubrir que en cada calle hay veinte o trenta chicas como yo, cada uno prometiendo piel de melao y suavidad de seda entre pecho y pecho.  ¿A quién quieres engañar?  Será a ti mismo, porque hace años que a mi ya no me engaña nadie, ni siquiera el padre de mi hija quien fue el primero que me enseñó que no hay tal cosa como  una mentira amarga.  Todas son dulces, las que te dicen al oído o en los callejones, en susurros o en maldiciones.  Hasta los engaños repetidos cada noche son endulzados con melao aunque al amanecer tengan sabor de trapo viejo en la boca.

            Marcos, Marcos, párate ahi, devuélvete, móntate en la guagua y súbete en el avión.  Regresa a tu pais, llévate en tus maletas el recuerdo que creaste para satisfacer tus propias fantasias.  De aquí no me saca nadie, ni sueños ni promesas, ni yola ni Yolanda, ni dólares ni Dolores, ni visas ni Euros.  Cuando llegues allá mirarás atrás y pensarás en mi.  Sí, eso lo sé, carajo, porque hice lo imposible para que no te olvidaras de mi, de mi piel, mis senos, mis entrañas, mis abrazos, mis risas y mis placeres, los que son fórmula macabra, embrujadora, marcándote para siempre con el veneno mortal de recuerdos imperecederos.  Se te caerán los dientes, Marcos, y todavía pensarás en mi, en el sudor inagotable de cada amor que hicimos en cada esquina de la casa.  Mientras hurtabas el placer de mi cuerpo nunca supiste el color del techo, yo sí Marcos.  Nunca supiste el olor de las cayenas al otro lado de la ventana, yo sí Marcos.  Nunca escuchaste los perros, yo sí Marcos.  Nunca escuchaste al platanero ni al que compra hierros viejos, yo sí marcos. Cuando te parabas de la cama lo primero que decías era “tengo hambre”.  Por eso, en parte, nunca confié en tus palabras porque si recién me acababas de comer cómo diantre podías tener hambre, ¿o es que nunca te diste cuenta de toda la energía que me costaba amarte?  Si había alguien con hambre debí haber sido yo porque mentirte como lo hacía cada vez que hacíamos el amor me sacaba todo lo que tenía por dentro.

            Te escribo estas media-verdades cuando estás al otro lado del mundo, del cual no quiero que vuelvas, por lo menos no vuelvas a buscarme, no vuelvas con nuevas (o viejas) promesas.  Séis mil setecientos kilometros me separan físicamente de ti, pero para mi son séis mil setecientos mundos, porque en el otro mundo, en el sensato, el real, el de cada día, el de no tener nada y desearlo todo, en ese mundo mío, muy mío, ahi vivo con mi distancia.  Tu mundo y el mío nunca se encontrarán, líneas paralelas que nunca se cansan de verse a distancia.  Entre tú y yo hay demasiados espacios vacíos de por medio que nunca se llenarán y, Marcos, más que nada, hay millones de cosas que nunca sabrás y que ni en ésta ni en la otra vida podrás descubrir.  

            Como lo dice Zacarías, "es tan difícil", Marcos, pero así es.
            Tu Bella.









Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...