sábado, 15 de enero de 2022

Despierten, Charamicos!!

 ¿Dónde están los charamicos terreneros?

José R. Bourget Tactuk



Un charamico es una astilla de madera, una ramita seca, un pedazo de una rama que generalmente se utiliza para dar comienzo al fuego de una hoguera o en un anafe.  Es la ramita que prendida produce el fueguito que hace posible el fuego grande, que se prendan los carbones o que arda una fogata.

Las transformaciones sociales comienzan con el fueguito de un charamico, una persona, una idea, una inquietud, una iniciativa la cual capturan los idealistas, los soñadores, los que aspiran a que las cosas mejoren y cambien.  Los pueblos, las naciones, los partidos, las organizaciones necesitan charamicos para mantener vivos los ideales detrás de los grandes cambios.

Un pueblo sin charamicos es un pueblo casi muerto!

A veces me pregunto dónde están los charamicos de Las Terrenas, los jóvenes, varones o hembras, que inquietados por lo que ven o lo que sienten, inspirados por las ideas, por las canciones, por los cambios sociales allende al mar, en otras latitudes, en otras sociedades y paises, inspirados por un libro, por una película o por un héroe o heroína que trasciende la geografía, se lanzan en campañas de transformación social.

Me temo que, por el contrario, lo que tenemos en mayoría son las veletas infuncionales que se mueven según las lleve el viento político, o el dinero, o los intereses personales; los que viven consumidos por la crítica y que mantienen sus pies podridos y enterrados en el lodo de la apatía; o, quizás son aquellos que pasaron por la universidad pero la universidad no pasó por ellos, que lo observan todo desde la seguridad de su estrechez mental y se dedican a escribir en las redes sociales sin mover un solo dedo que ayude a mejorar la comunidad que los vió nacer.

Oh Dios, dános charamicos que enciendan los ideales latentes y que ayuden a poner paro al disparate monumental en que nos encontramos, que se animen a procurar ideas, a cultivarlas y a ejecutarlas con todos los riesgos del idealista juvenil que luego se convierte en un agente de cambio.  

Oh Dios, ilumina a estos charamicos apagados por la vagancia, el alcohol, las drogas, la explotación sexual y el regatón, oxidados por la comodidad y por la desesperanza.  

Oh Dios, despiértalos y convierte a la juventud terrenera en el verdadero futuro de un paraíso A PUNTO DE SUCUMBIR.  

Gracias por los pocos charamicos que sí existen y gracias por el desafío de intentar provocar y despertar a los que ni ven, ni oyen, ni hablan, ni hacen!

AMéN!!

(Inspirado por la nueva obra de Angela Hernández, “Charamicos”, https://acento.com.do/cultura/charamicos-de-angela-hernandez-un-libro-transgresor-8987714.html)

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