Los eventos
recientes han sido trascendentales. Sus
resultados pueden ser analizados por sus causas o por sus consecuencias, pero
también por los procesos a los cuales dan orígenes.
De manera
superficial encuentro que las transformaciones sociales nacidas de esos eventos
trascendentales apuntan en muchas direcciones, algunas de las cuales vale la
meta considerar y matizar con nuestras opiniones.
1. El fin de una era. El advenimiento del servicio eléctrico trajo a Las Terrenas un desarrollo veloz, pero pobremente planeado. Ambiciones personales provocaron que algo muy
bueno se convirtiera en algo terriblemente malo. Tenía que terminar. De hecho, terminó hace tiempo, pero implosionó
de manera dramática apenas hace unos días.
Luz y Fuerza/Generadora implosionó. Su auto destrucción comenzó moralmente. Lo demás era asunto de tiempo. |
2. El amanecer de un despertar. El pueblo de manera dramática produjo dos
eventos claves, un cierre total y un caos virtual en menos de un mes. Cogió a todo el mundo de sorpresa. Para una larga crisis y para una extensa
angustia lo sucedido apenas se comienza a entender, pero lo importante es que
el pueblo descubre de lo que es capaz. Ya
nadie se podrá limpiar el CXXO con la gente de Las Terrenas.
3. El difícil proceso de la comprensión. Los líderes emergentes tienen mucho que
aprender, empezando por saber hablarse y entenderse mutuamente. Es normal, el bebé tuvo que aprender a correr
bajo una tormenta de nieve. No hay gente
más independiente ni más rebelde que el terrenero y para sentarlo a pensar y a
gestar cambios de peso requiere de mucha pero mucha paciencia. Es terriblemente prometedor, pero angustioso.
Coronel Caamaño Deñó |
4. El impremeditado fruto de la
sorpresa. Nadie lo esperaba y nadie
estaba preparado. Un general y 5
coroneles no pudieron pararlo. El
ejército no lo paró. Hubo cierto
control, pero nadie duda de quién estaba en control. Gente sin preparación en guerra de guerrillas
se convirtieron en Caonabos, Anacaonas, Enriquillos, Lembas, Luperones,
Manolos, Minervas y Caamaños.
5. Las vacas sagradas pa’l matadero. En el 2014 han caído tres vacas
sagradas: José Alexis, Orsini y
Marianita, ésta última en acelerado proceso de degradación. Gente ya empiezan a recoger firmas para pedir
la renuncia de esta última. Crecen las
expectativas del pueblo en cuanto a sus líderes. Los que no saben escuchar al pueblo o los que
sólo piensan en sí mismos descubren de repente que les ha llegado su hora de
patíbulo.
Orsini, Vanderhorst, Martínez. |
6. El desfalco del pseudo-liderazgo. A los así llamados políticos les agarra el
fuego con las manos en la masa. El
pueblo los rechaza, no sólo sus posturas sino también sus ofertas. Nadie quedó vivo, a todos les tocó algo. El pueblo se queda sin un liderazgo político notable
o de alcance. ¿Cuál será el escenario
para las elecciones del 16? Nadie sabe,
pero los cadáveres de los políticos ya comienzan a heder.
7. ¿Qué prensa?
Un reconocido “periodista” recibe 250 kilos gratis de luz al mes. Otro tiene mucho que agradecerle al
tirano. Otros no se saben dónde están o
están en todas partes. Cuando más se
necesitaba no hay programa donde la opinión pública, transparente, balanceada,
informada, se exprese. Sólo quedan las
voces de los pagados. Todo el mundo sabe
quiénes son. Los únicos que no saben
cómo se los ve son ellos mismos, pero eso es parte del yoísmo que los envuelve. Algunos que escriben en la prensa dan, bueno,
francamente, mucha pena, pero a ellos no les dá el más mínimo resquemor.
La "prensa" local fue puesta a prueba y se quemó. |
8. El gran teatro. No pasa un día sin un drama en Las
Terrenas. Este pueblo vive del teatro y
ese teatro es la principal fuente de entretención. Este pueblo conoce todos los vicios, tapujos,
grietas y hoyos de todo el mundo y exhibe una enorme e intensa tolerancia hacia
la fragilidad de todos los expuestos a la opinión pública. Los más visibles y los semi-ocultos
participan en la novela diaria de nuestro pueblo como si fueran artistas
principales. Los vemos, los reímos, los
gozamos y luego nos juntamos con otros asistentes al teatro para quejarnos del
alto precio de la boleta para entrar a ver nuestro propio teatro. Los griegos crearon el teatro, los terreneros
lo perfeccionamos.
9. Los grandes ausentes. Los extranjeros y los empresarios turísticos son los grandes
ausentes. Muchos huyeron, otros sólo se
quejan, pero los que han expresado solidaridad ante la crisis se cuentan con
los dedos de una mano. ¿Qué pasa cuando
nuestros vecinos, amigos, clientes y empleadores de otras tierras parecen como
vivir en la luna ante condiciones que sólo los sufrientes del pueblo parecen
entender? ¿Qué pasa cuando empresarios turísticos que viven del quehacer de este pueblo mantienen una actitud apática, fríamente calculada y orientada exclusivamente a sus intereses particulares, sin solidaridad ni empatía? Es posible que digan como la
triste frase del descaro: “no es asunto
nuestro.” De alguna manera deben llegar
a comprender que ciertas cosas son más importantes que lo que hayan perdido en
términos de dólares o euros.
La dignidad habla por sí sola |
10. Apagando fuegos. No podemos pasarnos la vida apagando
fuegos. El bien hay que hacerlo a pesar
de todo. Esta experiencia debe
enseñarnos más profundamente el valor de la solidaridad, de la templanza, del
sosiego; pero, más que nada, comenzar a vernos como lo que somos, ciudadanos
compartiendo una inmensa humanidad, reflejos de un deseo simple, espontáneo y
poderoso: queremos vivir vidas
dignas. La dignidad no es posible cuando
el abuso es la norma y, sobretodo, cuando el abuso es amparado por la impunidad
y por la misma ley llamada a destruirlo.
No más abuso.
Es el tiempo de la
dignidad.