La sotereología es la ciencia de la salvación.
El
cristianismo (católicos, protestantes y evangélicos) son prácticas religiosas salvíficas y también mesiánicas. Predican la existencia del pecado, del Mesías que derrota al pecado y de una salvación eterna para los que creen en ese Mesías.
Hoy, viernes santo, es un día sagrado para los cristianos porque es un recordatorio del sacrificio del Mesías para salvar a los pecadores y que por medio a su creencia en ese acto, conocido también como "redención", obtendrán la vida eterna.
Históricamente, el Mesías cristiano llamado Jesús no murió para esta fecha (marzo o abril según los cambios del calendario), sino que fue la Iglesia Católica Apostólica Romana, con su dominio religioso y político, quien estableció las fechas de la semana santa en el Concilio de Nicea en el año 325 D.C. Una de las circunstancias primordiales fue la sustitución de la fiesta pagana más notable del mundo antiguo, Nowruz o el comienzo de la primavera, con la historia de la pasión y muerte del Mesías.
La gran mayoría de las otras religiones en el mundo no son mesiánicas y, por lo tanto, no son salvíficas. Casi todas tienen una concepción soterióloga en cuanto a la condición espiritual del ser humano, pero ninguna guarda relación con las escatologías (estudio del fin del mundo) cristianas, ni con sus hermenéuticas (interpretación de los textos sagrados).
Una buena interpretación de un texto sagrado demanda una buena y sólida exégesis, fundamentada en el estudio de los idiomas originales y el contexto de un escrito en particular. Cualquiera puede interpretar lo que quiera sobre un texto sagrado, pero una exégesis requiere un estudio a fondo y no sectario. Por ejemplo, una interpretación superficial diría que el octavo mandamiento dice "no mentirás" aunque en realidad se refiere a no levantar falso testimonio en el contexto evidéncial tribal en ese tiempo. De igual manera se podría entender que el quinto mandamiento dice "no matarás", cuando en verdad se refiere a no cometer un homicidio que no es igual a matar.
La idea de un "pecado original" no es bíblico, la descripción de "la caída del hombre" en Génesis 3:1-24 no menciona el término "pecado". Fue el recién convertido al catolicismo Agustín de Hipona (San Agustin, 354-430 D.C.) quien introdujo la idea de un pecado original, finalmente adoptado por la Iglesia Católica Romana como doctrina por ser una iglesia que reconoce dos autoridades a su interpretación teológica, la bíblica y la patrística.
La patrística es la teología derivada de los Padres de la Iglesia (también llamados "Doctores de la Iglesia"). Los ocho primeros, de un total de 37, fueron Agustin de Hipona, Ambrosio de Milán, Gregorio Magno, Jerónimo de Estridón, Atanasio de Alejandría, Juan Crisóstomo, Basilio de Cesarea y Gregorio Nacianceno. El listado general se encuentra en
http://www.catolico.org/diccionario/doctores_iglesia.htm e incluye al "doctor angélico", el monje dominico Santo Tomás de Aquino. Nuestra universidad primada de America, fundada el 28 de octubre del 1538, lleva su nombre. El toponímico "dominicano" se origina con los monjes dominicos, orden monástica creada por el castellano Santo Domingo de Guzmán (1179-1221 D. C.), cuyo nombre lleva nuestra ciudad capital.
Incidentalmente, fue San Agustín, uno de los primeros Padres o Doctores de la iglesia, quien expuso la idea de que la mujer estaba sujeta al hombre y fue "el angélico", Tomás de Aquino (1225-1274 D.C.), quien dijo que la mujer era "mal nacida y defectuosa" y mostró acuerdo con Aristóteles quien había anunciado que la mujer "era un varón frustrado" y no merecía estar en la primera creación.
Hasta el día de hoy, la patrística Católica romana tiene profunda influencia en la concepción moderna de la mujer como sujeta al hombre porque, como dijo Santo Tomás de Aquino (cuyo nombre es llevado por la primera universidad de Las Americas, hoy UASD), la función primordial de la mujer es engendrar hijos (ver 1ra. Timoteo 2:14-15).
Pero, volviendo al tema del viernes santo, la conmemoración hoy del sacrificio del Mesías es un recordatorio del rol de la fe en una creencia fundamentada en un texto sagrado interpretado por teólogos de la iglesia en un concilio o por los creyentes.
Tener fé es tener confianza (ciega). Una creencia no es una "verdad" en el sentido absoluto del término. Tu creencia en una "verdad" puede no ser mi creencia sobre el mismo tema. Por ejemplo, uno puedes decir que "la verdad" es que el día de reposo sagrado es el domingo mientras los judíos practicantes creen en "la verdad del sábado" como día sagrado.
Lo que los griegos identificaron como "aletheia" ("verdad"), era un término griego creado por Aristóteles 400+ años antes de Cristo y utilizado en Juan 8:32, ἡ ἀλήθεια ἐλευθερώσει ὑμᾶς. En el pensar hebreo "la verdad" es אמת “Emet” que significa "lo sustancialmente real y auténtico; lo consistentemente real y sin apariencia; y lo definitivamente consecuente”. Una interpretación es eso, una interpretación y no necesariamente "lo sustancialmente real y auténtico".
Cuando un creyente le asigna el valor "verdad" a una creencia basada en una interpretación le atribuye un valor enorme a esa creencia. Esa creencia podría ser "la mujer no debe hablar en público" (1ra Corintios 14:33-39), o puede ser el mandato dado a Saúl de matar "a todos los hombres y mujeres, a los niños, hasta los de pecho y todos los animales" entre los Amalequitas (1ra Samuel 15). Creer en ese Dios que años antes había comandando "no matarás" (no cometerás homicidio) demanda mucha fe ciega (confianza). Igualmente es la creencia en Jesús como Salvador del mundo a través del sacrificio salvífico y mesiánico en la cruz que se conmemora hoy. Una creencia que, de paso, no es compartida por ninguna interpretación o secta entre los judíos.
Hoy entonces es un buen día para reflexionar y meditar sobre la fe, la redención, el Mesías y las creencias que sostienen la fe de los creyentes. Pero igualmente aceptar que lo que hoy se conmemora es apenas un pensar entre los muchos otros pensares sobre la verdad, la realidad humana, la espiritualidad, nuestra relación con Dios, con el universo y entre nosotros mismos.
José R. Bourget Tactuk, Ph.D.
Profesor de Filosofía
Universidad de Maryland Campus Global (UMGC)
Good Friday and Sotereology
By José R. Bourget Tactuk
Sotereology is the science of salvation.
Christianity (Catholics, Protestants and Evangelicals) are salvific religious practices and also messianic. They preach the existence of sin, the Messiah who defeats sin and eternal salvation for those who believe in that Messiah.
Today, Good Friday, is a holy day because it is a reminder of the Messiah's sacrifice to save sinners and that through their belief in that act, also known as "redemption", they will obtain eternal life.
Historically, the Christian Messiah named Jesus did not die on this date (March or April depending on calendar changes), but it was the Roman Catholic Apostolic Church, with its religious and political dominance, who established the dates of Holy Week at the Council of Nicea in the year 325 A.D. One of the paramount circumstances was the replacement of the most notable pagan holiday of the ancient world, Nowruz or the beginning of spring, with the story of the passion and death of the Messiah.
The vast majority of other religions in the world are not messianic and therefore not salvific. Almost all of them have a soteriological conception regarding the spiritual condition of the human being, but none is related to Christian eschatologies (study of the end of the world), nor to their hermeneutics (interpretation of sacred texts).
A good interpretation of a sacred text demands a good and solid exegesis, based on the study of the original languages and the context of a particular writing. Anyone can interpret what they want about a sacred text, but an exegesis requires a thorough and non-sectarian study. For example, a superficial interpretation would say that the eighth commandment says "thou shalt not lie" even though it actually refers to not bearing false witness in the tribal evidential context at the time. In the same way, it could be understood that the fifth commandment says "you shall not kill", when in fact it refers to not committing a homicide that is not the same as killing.
The idea of an "original sin" is not biblical, the description of "the fall of man" in Genesis 3:1-24 does not mention the term "sin". It was the recently converted to Catholicism Augustine of Hippo (San Agustin, 354-430 AD) who introduced the idea of original sin, finally adopted by the Roman Catholic Church as a doctrine for being a church that recognizes two authorities to its theological interpretation, the Biblical and Patristic.
Patristics is theology derived from the Church Fathers (also called "Church Doctors"). The first eight, out of a total of 37, were Augustine of Hippo, Ambrose of Milan, Gregory the Great, Jerome of Estridon, Athanasius of Alexandria, John Chrysostom, Basil of Caesarea, and Gregory of Nazianzus. The general list can be found at
http://www.catolico.org/diccionario/doctores_iglesia.htm and includes the "angelic doctor", the Dominican monk Saint Thomas Aquinas. Our primate university of America, founded on October 28, 1538, bears his name. The place name "Dominican" originates with the Dominican monks, a monastic order created by the Castilian Santo Domingo de Guzmán (1179-1221 AD), whose name our capital city bears.
Incidentally, it was Saint Augustine, one of the early Church Fathers or Doctors, who expounded the idea that woman was subject to man and it was "the angelic", Thomas Aquinas (1225-1274 AD), who said that The woman was "badly born and defective" and agreed with Aristotle who had announced that the woman "was a frustrated man" and did not deserve to be in the first creation.
To this day, the Roman Catholic patristics has a profound influence on the modern conception of women as subject to men because, as Saint Thomas Aquinas (whose name is borne by the first university of the Americas, today UASD) said, that the woman's primary function is to bear children (see 1 Timothy 2:14-15).
But, returning to the theme of Good Friday, today's commemoration of the sacrifice of the Messiah is a reminder of the role of faith in a belief based on a sacred text interpreted by church theologians in a council or by believers.
To have faith is to have (blind) trust. A belief is not a "truth" in the absolute sense of the term. Your belief in a "truth" may not be my belief on the same subject (i.e., you may say that "the truth" is that the Sabbath is Sunday while observant Jews believe in "the truth of Saturday" as holy day.
What the Greeks identified as "aletheia" ("truth"), was a Greek term created by Aristotle 400+ years BC and used in John 8:32, ἡ ἀλήθεια ἐλευθερώσει ὑμᾶς. In Hebrew thinking "the truth" is אמת “Emet” which means “the substantially real and authentic; the consistently real and without appearance; and the definitely consistent”.
When a believer assigns the value "truth" to a belief based on an interpretation, he attributes enormous value to that belief. That belief could be "a woman must not speak in public" (1 Corinthians 14:33-39), or it could be the command given to Saul to kill "all men and women, and children, even sucklings and all animals" among the Amalekites (1 Samuel 15). Believing in that God who years before had commanded "you will not kill" (you will not commit homicide) demands a lot of blind faith (trust). It is also the belief in Jesus as Savior of the world through the salvific and messianic sacrifice on the cross that is commemorated today. A belief that, by the way, is not shared by any interpretation or sect among the Jews.
Today then is a good day to reflect and meditate on faith, redemption, the Messiah and the beliefs that sustain the faith of believers. But equally accepting that what is commemorated today is just one thought among the many other thoughts about the truth, human reality, spirituality, our relationship with God, with the universe and among ourselves.
Jose R. Bourget Tactuk, Ph.D.
Philosophy Professor
University of Maryland Global Campus (UMGC)