Imagínate que ya nos hemos olvidado del odioso malestar causado por los hoyos innumerables, las zanjas abiertas, las impertinencias de conductores (sin importar nacionalidad), los tapones de tráfico, la ausencia de controles y los muchos dolores de cabeza que durante dos años (increíble) era la lucha diaria al salir a nuestras calles. Algunos problemas continúan, como el de aparcamiento en las calles y en ciertas zonas críticas, como el trayecto entre el cementerio y el destacamento policial. ¡Qué bueno poder disfrutar ahora de mejores condiciones en nuestras calles! Aprovecho para felicitar al Secretario de Estado de Turismo, Francisco Javier García, por cumplir lo que prometió a la comunidad de Las Terrenas.
Antes de dormirnos sobre los laureles de la nueva cubierta de asfalto debemos mantener la alerta ante la situación que está por debajo de las calles. Desde el inicio del trabajo de instalación del sistema de desague municipal, la manera en que la compañía contratista se manejó dejó mucho que desear. Según algunos ingenieros consultados es probable que el ancho de las tuberías instaladas sea inapropiado para las necesidades locales y que el diseño mismo del sistema sea diferente a la manera en que fue realizado, con agravantes que sólo expertos en esa área pueden determinar. La calidad de las conexiones hechas es desconocida y durante las dos inundaciones de los últimos meses hemos visto cómo el agua sale por las tuberías y tapas en las calles. De dónde proviene el agua no se sabe, pero por algún sitio está entrando.
El peligro es que una vez completado el proceso de conexiones y las materias fecales desciendan por debajo de nuestras calles hacia los tanques de depósito en las playas, desde donde serían bombeadas hacia la planta de tratamiento (aún no instalada), que una nueva inundación cree circunstancias similares a las anteriores y que, en lugar del agua enlodada saliendo por las tapas tengamos materias fecales en nuestras calles dirigiéndose hacia nuestras playas. ¿Se imaginan ustedes toneladas de materias fecales corriendo por las calles y terminando en las playas? ¿Qué impacto podría provocar una situación así?
Para mi lo más importante es decidir qué hacer ANTES de que una desgracia así ocurra. El dicho común es que “el dominicano pone candado después de que le roban”, pero no se trata de un robo sino del futuro de un destino turístico y de una situación que potencialmente impactaría el desarrollo económico, la salubridad y la calidad de vida de todos los que vivimos aquí. No estamos hablando de agua enlodada en las calles, sino de toneladas de materias fecales llenando los contenes, las calles y la playa.
Es probable que esta situación sea de preocupación únicamente mía, pero probablemente no. De cualquier manera he decidido enviar formalmente una solicitud directamente al Secretario de Estado de Turismo, bajo la cual opera el CEIZTUR, el organismo que financió los trabajos ya realizados y los que faltan, solicitándole una inspección técnica de los trabajos ya realizados y para que de una vez por todas de den garantías de que lo peor que nos imaginamos no va a ocurrir, o de que se tomarán las medidas correctivas que hagan falta.
Si a alguien más le duele esta situación le animo a ir a http://terraccion.blogspot.com/ donde verán la denuncia/solicitud ya enviada vía fax al Secretario de Estado de Turismo. Un reporte aparecerá una vez se reciba respuesta a esta iniciativa. Si usted desea hacerlo de manera independiente simplemente mande un fax al antedespacho del Secretario de Estado de Turismo, al número 1-809-682-3806, dirigido al Lic. Francisco Javier García que incluya una nota alusiva a su preocupación.
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