Somos el segundo país más feliz del mundo, después de Costa Rica. El dato aparece en el reporte Happy Planet Index (Indice del Planeta Feliz) publicado por la Fundación de la Nueva Economía (NEF, New Economics Foundation) y aparece en http://www.happyplanetindex.org/.
¿Cómo es posible que con tantas quejas que emitimos a diario sobre las condiciones en nuestro país salgamos en el mismito tope, bueno, detrás de Costa Rica? Primero hay que entender los fundamentos del análisis y luego el análisis mismo.
En primer lugar, los fundamentos son dos y son simples: a) lo que más nos importa a nosotros en cuanto a una larga y placentera vida, y b) lo que más importa para beneficiar al planeta, o sea, el impacto de vivir sobre los recursos que produce el planeta. Eso quiere decir que un país dado alcanza un nivel alto en el cuadro de “planetas felices” cuando sus gentes viven muchos años y lo hacen de manera mayormente agradable y significativa. Si el promedio de longevidad (años de vida) en un país es de sólo 44 años (como ocurre en muchos planetas de centro y sur en el continente africano) no se le podrá llamar “larga vida.” En la República Dominicana la expectativa de longevidad llega a los 70 años.
En segundo lugar lo que más beneficia al planeta está relacionado directamente con la cantidad de recursos que sacamos del planeta para sostener la vida. Por ejemplo, digamos que el dominicano promedio puede vivir un año con lo que producen mil metros cuadrados de tierra. En un sentido relativo a la vez que figurado, eso querría decir que los dominicanos podríamos vivir con lo que produce el planeta actualmente, o sea, sólo necesitamos a un planeta para vivir felizmente. Los norteamericanos, por el contrario, consumen y desperdician tanto que ellos necesitan cuatro planetas para sostener sus estándares de vida por un año. Vivir con lo que produce un solo planeta es sostenible, vivir necesitando cuatro planetas no es sostenible. Por eso es que en este estudio la República Dominicana es el segundo en felicidad para el planeta comparado a 140 otros países, mientras que los Estados Unidos ocupa la posición 100, o una de las peores.
Un aspecto importante en la “manera de vivir” tiene que ver con los valores que se otorgan a la vida. Por ejemplo, todavía en la República Dominicana se otorga un alto valor a la familia y a pasarla bien juntos; en otros países, particularmente en los Estados Unidos de Norteamérica y en Europa existe un gran afán por poseer cosas y por trabajar mucho para tener más dinero. Ese afán por el bienestar material causa un mal uso de l os recursos naturales y un mayor nivel de estrés personal. Mientras que la mayoría de los norteamericanos apenas disfrutan de 2 semanas de vacaciones al año aquí en la República Dominicana vivimos en constantes vacaciones, ¿no?
Muchos europeos abandonan a sus países y se mudan a Las Terrenas porque viven cansados de los impuestos y de las tantas reglas y leyes, ya sean que no puedan respirar demasiado o porque respiran muy poco. Si doblan por la esquina equivocada le ponen una multa, si echan un palito de madera en la calzada les viene otra multa, si ganan 10,000 euros la mitad es para el gobierno, etc. Aquí en Las Terrenas, a manera de ejemplo, hasta los caballos andan en las calzadas, las vacas caminan a cualquier hora del día en contra vía, uno se estaciona donde quiera, se bebe cerveza hasta en la bañera y los 126 bares que hay en el pueblo se encargan de hacerle la vida feliz hasta al más aburrido. Muchos viven del dao, del cogío y del engaño y todos vivimos como al otro día de haber nacido. Con ese estilo de vida, ¿cómo podemos evitar ser los más felices del mundo?
Hablando en serio, “planeta feliz” quiere decir eso mismo—PLANETA feliz. O sea, el mundo vive más feliz con 8 millones de dominicanos que con 8 millones de gringos. Así de simple, siendo la razón principal que hasta el momento presente abusamos menos de los recursos del planeta en la R.D. que en los USA o que en Europa. Estadísticamente la República Dominicana cuenta con la mayor cantidad de parques nacionales y de reservas naturales en todo el continente, un 32% del territorio dominicano. Esa tremenda estadística se la debemos a una sola persona quien con todo lo malo que pudo haber hecho logró colocar a la República Dominicana en el mapa mundial como el país en Las Américas con la mayor cantidad de terrenos libres de deforestación, libres de poblaciones y totalmente dedicados a la preservación natural. Y ese hombre fue el fenecido presidente Joaquín Balaguer. Tal como lo dice el reporte del NEF, quizás no lo hizo de la mejor manera posible, o sus métodos fueron cuestionables, pero el resultado está ahí.
Los dominicanos somos depredadores por naturaleza y echamos basura hasta durmiendo. Pero el hecho de que un tercio de nuestro país sea zona vedada tiene su impacto positivo en la forma en que impactamos al planeta. O sea, la parte del planeta ocupada por el territorio dominicano es “más feliz” porque hay más parques y zonas verdes per cápita que en cualquiera otra parte del continente.
Y eso, señores, hay que celebrarlo. Prendámosle una velita a Balaguer y démosle las gracias. Eso será como echarle una gotita de agua sobre la lengua ya que estoy seguro que ni eso lo salvó del ardiente infierno.
¿Cómo es posible que con tantas quejas que emitimos a diario sobre las condiciones en nuestro país salgamos en el mismito tope, bueno, detrás de Costa Rica? Primero hay que entender los fundamentos del análisis y luego el análisis mismo.
En primer lugar, los fundamentos son dos y son simples: a) lo que más nos importa a nosotros en cuanto a una larga y placentera vida, y b) lo que más importa para beneficiar al planeta, o sea, el impacto de vivir sobre los recursos que produce el planeta. Eso quiere decir que un país dado alcanza un nivel alto en el cuadro de “planetas felices” cuando sus gentes viven muchos años y lo hacen de manera mayormente agradable y significativa. Si el promedio de longevidad (años de vida) en un país es de sólo 44 años (como ocurre en muchos planetas de centro y sur en el continente africano) no se le podrá llamar “larga vida.” En la República Dominicana la expectativa de longevidad llega a los 70 años.
En segundo lugar lo que más beneficia al planeta está relacionado directamente con la cantidad de recursos que sacamos del planeta para sostener la vida. Por ejemplo, digamos que el dominicano promedio puede vivir un año con lo que producen mil metros cuadrados de tierra. En un sentido relativo a la vez que figurado, eso querría decir que los dominicanos podríamos vivir con lo que produce el planeta actualmente, o sea, sólo necesitamos a un planeta para vivir felizmente. Los norteamericanos, por el contrario, consumen y desperdician tanto que ellos necesitan cuatro planetas para sostener sus estándares de vida por un año. Vivir con lo que produce un solo planeta es sostenible, vivir necesitando cuatro planetas no es sostenible. Por eso es que en este estudio la República Dominicana es el segundo en felicidad para el planeta comparado a 140 otros países, mientras que los Estados Unidos ocupa la posición 100, o una de las peores.
Un aspecto importante en la “manera de vivir” tiene que ver con los valores que se otorgan a la vida. Por ejemplo, todavía en la República Dominicana se otorga un alto valor a la familia y a pasarla bien juntos; en otros países, particularmente en los Estados Unidos de Norteamérica y en Europa existe un gran afán por poseer cosas y por trabajar mucho para tener más dinero. Ese afán por el bienestar material causa un mal uso de l os recursos naturales y un mayor nivel de estrés personal. Mientras que la mayoría de los norteamericanos apenas disfrutan de 2 semanas de vacaciones al año aquí en la República Dominicana vivimos en constantes vacaciones, ¿no?
Muchos europeos abandonan a sus países y se mudan a Las Terrenas porque viven cansados de los impuestos y de las tantas reglas y leyes, ya sean que no puedan respirar demasiado o porque respiran muy poco. Si doblan por la esquina equivocada le ponen una multa, si echan un palito de madera en la calzada les viene otra multa, si ganan 10,000 euros la mitad es para el gobierno, etc. Aquí en Las Terrenas, a manera de ejemplo, hasta los caballos andan en las calzadas, las vacas caminan a cualquier hora del día en contra vía, uno se estaciona donde quiera, se bebe cerveza hasta en la bañera y los 126 bares que hay en el pueblo se encargan de hacerle la vida feliz hasta al más aburrido. Muchos viven del dao, del cogío y del engaño y todos vivimos como al otro día de haber nacido. Con ese estilo de vida, ¿cómo podemos evitar ser los más felices del mundo?
Hablando en serio, “planeta feliz” quiere decir eso mismo—PLANETA feliz. O sea, el mundo vive más feliz con 8 millones de dominicanos que con 8 millones de gringos. Así de simple, siendo la razón principal que hasta el momento presente abusamos menos de los recursos del planeta en la R.D. que en los USA o que en Europa. Estadísticamente la República Dominicana cuenta con la mayor cantidad de parques nacionales y de reservas naturales en todo el continente, un 32% del territorio dominicano. Esa tremenda estadística se la debemos a una sola persona quien con todo lo malo que pudo haber hecho logró colocar a la República Dominicana en el mapa mundial como el país en Las Américas con la mayor cantidad de terrenos libres de deforestación, libres de poblaciones y totalmente dedicados a la preservación natural. Y ese hombre fue el fenecido presidente Joaquín Balaguer. Tal como lo dice el reporte del NEF, quizás no lo hizo de la mejor manera posible, o sus métodos fueron cuestionables, pero el resultado está ahí.
Los dominicanos somos depredadores por naturaleza y echamos basura hasta durmiendo. Pero el hecho de que un tercio de nuestro país sea zona vedada tiene su impacto positivo en la forma en que impactamos al planeta. O sea, la parte del planeta ocupada por el territorio dominicano es “más feliz” porque hay más parques y zonas verdes per cápita que en cualquiera otra parte del continente.
Y eso, señores, hay que celebrarlo. Prendámosle una velita a Balaguer y démosle las gracias. Eso será como echarle una gotita de agua sobre la lengua ya que estoy seguro que ni eso lo salvó del ardiente infierno.
1 comentario:
Magnifico analisís, espero no le importe me lo apropie para difundirlo en mi pais(España), sobre todo en Málaga, donde nuestro particular Balaguer municipal, al parecer esta reñido con arboles, parques y jardines (el cesped y las flores de las rotondas de trafico, las considera como zonas verdes), tanto es así que su nombre que es Francisco de la Torres, se le llama Paco el de las torres, porque estan empeñado en hacernos rascacielos y torres por doquier, donde antes se suponia iria un gran parque.Saludos.
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