Estoy convencido de que Las Terrenas está en peligro de sucumbir como comunidad viable a consecuencias del crecimiento no controlado, del alto costo de la energía eléctrica y del alto costo de rentas y propiedades. Además hay factores de calidad de vida que inciden en la crisis como lo son la acumulación de basura, la contaminación del aire, la falta de estacionamiento, el caos en el ordenamiento, altos niveles de ruido, altos costos de alquiler, alto costo de la comida, alto costo de la luz, insuficientes empleos y bajos niveles educativos, además de la falta de estándares y normas para la función municipal.
El término “viabilidad” se refiere a las características indispensables para que una comunidad ofrezca lo necesario para un estilo de vida razonable. A manera de ejemplo, la falta de estacionamientos no impide que la comunidad siga existiendo, pero hace que la calidad de vida se reduzca para los que tienen vehículos o para los que visitan en sus vehículos. Un alto índice de criminalidad, otro ejemplo, no impide que se siga viviendo pero haría que la calidad de vida se deteriore totalmente. Viabilidad consiste en elevar los niveles de calidad de vida mientra se reducen o eliminan los factores que la impiden.
Estoy igualmente convencido de que en futuro de nuestra viabilidad comunitaria bien podría depender de un solo factor, el que si fuera bien utilizado elevaría todos los niveles de viabilidad existentes y crearía muchos otros nuevos e igualmente atractivos. Me refiero al río Las Terrenas.
El río Las Terrenas pudiera convertirse en el centro del desarrollo económico, social, cultural, artesanal, deportivo y educativo para un futuro comunitario de grandes y mejores esperanzas. No es bueno que dependamos de un solo factor (las playas), la diversificación económica es deseable e indispensable. El río Las Terrenas está preñado de posibilidades y usted puede imaginarlo pariendo un parque-franja que vaya desde la playa hasta el área de Caño Seco, con sectores dedicados a zonas recreativas, boutiques, parques infantiles, plazas artesanales, anfiteatros, cascadas, senderos para bicicletas y fuentes de agua, entre otros.
Dar a luz un proyecto tal implicaría el saneamiento del río, la mudanza del vertedero, el desalojo de viviendas en las zonas críticas, pero también implicaría un creciente flujo de capital y de inversiones sostenibles. Imagine la misma creatividad, recursos y energías que han sido dedicados a crear ambientes en Balcones del Atlántico, en Puerto Bonito, en el Hotel Bahía Príncipe y en otros grandes proyectos locales, dedicados igualmente a hacer del río Las Terrenas un atractivo turístico 24/7. Además de sus conocidas y apreciadas playas, Las Terrenas sería igualmente conocida por una zona urbana modelo que sería la envidia de cualquier otra comunidad en el pais y es posible que se puedan atraer inversionistas que estén dispuestos a dedicar tiempo, dinero y recursos en hacerlo posible.
El Parque Las Terrenas implica un proceso de desarrollo urbano dentro de los próximos cinco años que añadaría valor agregado a la creciente infraestructura que el gobierno central ha empujado. Además, un proyecto tal de desarrollo urbano ayudaría a reducir las consecuencias de la lamentable ausencia de un plan de desarrollo turístico municipal y la de un plan de desarrollo socio-económico paralelo, lo que ha provocado una creciente marginalización social y una latente tensión socio-económico entre los muchos actores económicos formales e informales.
Qué bueno sería si arquitectos, educadores, el Ministerio de Turismo, el Ministerio de Medio Ambiente, la Alcaldía Municipal, los legisladores, los regidores, los líderes comunitarios, los líderes de asociaciones y los técnicos relevantes se sentaran bajo un mismo baluarte para planear un futuro nuevo y promisorio utilizando como base el río Las Terrenas. Me atrevería a especular que a menos que le dediquemos la atención que se merece el río Las Terrenas bien podría convertirse no en la esperanza más promisoria sino en la estocada mortal para la viabilidad comunitaria de Las Terrenas. Si queremos que el pueblo sucumba a los peores males sociales entonces dejemos al río tal como está, pero si queremos que el pueblo sobreviva como pueblo (viabilidad comunitaria) entonces tenemos que transformar al río Las Terrenas. No hay otro modo.