La
alcaldía se apresta a realizar una licitación de contrato para la recogida de
basura en el municipio. El presidente
del Concejo Municipal y la alcaldesa interina anuncian vistas públicas y la
participación de varias empresas. El
proceso es transcendentalmente importante para la ciudad y compromete a todo
ciudadano de conciencia a prestar cuidadosa atención.
La
recogida de la basura es relativamente sencilla, se necesitan obreros, equipos
adecuados, un sistema eficiente y un horario pertinente. El problema, sin embargo, no es la recogida
sino la disposición final de la basura. En
Las Terrenas tenemos el sistema más común de manejo de desechos sólidos, un
depósito a cielo abierto donde va a parar todo lo que se recoge. Ese depósito ha alcanzado su plena capacidad
varias veces y hace apenas unos meses que la alcaldía lo reacondicionó para extender
su vida útil
Los
cientos de toneladas de basura que se recoge cada año constituyen un severo
problema medioambiental que incluye daños al suelo, al subsuelo, contaminación del
aire y de las aguas tanto subterráneas como superficiales, afectando la
vegetación, afeando el paisaje y degradando la calidad de vida de las personas
que viven cerca y en todo el pueblo. El
vertedero local está localizado cerca del manantial que da origen al río Las
Terrenas y la contaminación que produce atraviesa los barrios La Granja, Come
Pan, Caño Seco, Pueblecito, parte del corredor turístico y, finalmente, termina
en la playa. Contratar a una empresa para
hacer lo mismo de años anteriores es negarnos a aprender de nuestras
experiencias recientes y condenarnos a los mismos sufrimientos de décadas
anteriores. Además, todo vertedero tiene
un tiempo de vida útil limitado y contratar a una empresa para seguir haciendo
más de lo mismo es posponer la decisión de hacer algo mejor por el bien de la
comunidad.
Entre
los materiales orgánicos e inorgánicos de los vertederos a cielo abierto se producen
reacciones químicas y biológicas de gran impacto en la salud humana, animal y
de la tierra misma. Sustancias
poderosamente dañinas pasan al subsuelo y cuando llueve bajan por la superficie
hacia los ríos y cañadas (lixiviados).
Al quemarse ya sea por auto combustión del metano o para reducir el
volumen se llena la atmósfera de toxinas carcinogénicas, muchas de las cuales
producen afecciones respiratorias. Los
vertederos son focos de enfermedades infecciosas por los roedores y moscas que
los habitan y por la misma actividad humana que transporta la insalubridad a
las casas y barrios. Todos esos factores
constituyen una constante amenaza a la salud, al medio ambiente, al paisaje y a
la vida marina y turística.
El
manejo tradicional de la basura tiene otros inconvenientes. Cada mini vertedero
colocado en las calles contamina
igualmente el ambiente y tiene un impacto visual y olfativo negativo. Aunque son mejores que fundas plásticas en
las calzadas, continúan siendo fuentes de infecciones por el entorno insalubre
que crean en calles y calzadas, atrayendo a roedores y otras pestes. Los mini vertederos multiplican el efecto dañino
del vertedero central y la experiencia reciente de tener 200 de ellos en las
calles de Las Terrenas deja mucho que desear.
Para un sitio turístico como el nuestro es una constante estocada de
insalubridad.
Entonces,
¿qué podemos hacer? Meses atrás decíamos
a la alcaldesa interina que contratar a una empresa que cobra por el peso de lo
que recoge es crear un barril financiero sin fondos. No hay aliciente para mejorar al medio
ambiente, ni para compostar, ni para reciclar porque lo que la empresa necesita
es volumen y peso, para cobrar mucho. Una
contrata tradicional basada en volumen y peso condena al municipio a prácticas
dañinas a corto, mediano y largo plazo.
Refleja una carencia de visión, de decisión y de liderazgo ante uno de
los problemas más comunes relativos a uno de los servicios municipales
esenciales.
La
respuesta al manejo de los desechos sólidos no está en seguir haciendo más de
lo mismo, sino en aprovechar este preciso momento para transformar el problema
y convertirlo en oportunidad. Con motivación,
educación y liderazgo Las Terrenas pudiera convertirse en un municipio modelo. Por ejemplo, casi la mitad de la basura es
orgánica y en lugar de ir al vertedero podría dar paso a la creación de mini
empresas que la conviertan en abono o en energía eléctrica. Casi la mitad del resto de la basura es
reciclable totalmente (metales, vidrios, cartones y ciertos plásticos) por lo
que sería una lástima que el manejo de desechos sólidos no resulte en algo más fructífero
y provechoso para la ciudad.
Este
es el momento de hacer de Las Terrenas un municipio que recicla, que composta y
que genera energía de su basura, convirtiéndola en el principal negocio del municipio,
contribuyendo a su estabilidad financiera, mejorando el medio ambiente y
potenciando al futuro turístico por el impacto positivo que tendría en la
comunidad. Yo estoy dispuesto a pagar por
un manejo tal, pero no por el que terminaría enfermando al medio ambiente y enfermando
a mi familia.
Reciclar
no debiera ser una mala palabra. Existen
técnicas y procesos dentro del país que utilizan la materia orgánica de la basura
y la convierten en fertilizante o en energía eléctrica. Existen también agencias internacionales que proveen
asistencia técnica, aportando fondos y capacitando el personal humano. No ocurrirá de la noche a la mañana pero el
futuro de Las Terrenas requiere una inversión de uno o dos años para obtener los
conocimientos, establecer los sistemas, implementar las prácticas y adquirir
los equipos necesarios que nos permitan evitar las contratas millonarias de una
empresa que nos dejará igualitos a como siempre hemos estado, con el mismo
problema, con los mismos daños y, posiblemente, con cientos de miles de pesos “sucios”
repartidos por ahí. Al final de la contrata
estaremos peor que cuando empezamos y más pobres. Eso es estúpido.
Una
contrata tradicional es la respuesta de un gerente de corta visión porque le
permite resolver un problema a corto plazo mientras crea otros a largo plazo. Más que una respuesta de conveniencia Las
Terrenas necesita una estrategia visionaria.
Los métodos arcaicos de una contrata convencional son perjudiciales para
la seguridad financiera y para el desarrollo sostenible del municipio. Podemos y debemos hacerlo mejor.
Las Terrenas
necesita de una visión estrategia integral para el manejo de sus desechos
sólidos. Los ciudadanos tenemos la responsabilidad
de cambiar conductas dañinas en el manejo de la basura, pero el gobierno
municipal tiene el deber y la urgencia de ejecutar prácticas sostenibles. Si
este Concejo Municipal se limita a más de lo mismo estaría desperdiciando los
desafíos y las oportunidades que las tecnologías de punta en el manejo de
desechos sólidos pueden traer al municipio.
Concejales,
NO al método tradicional de recogida de basura.
Infórmense y tomen la más sabia de las decisiones. Si
deseamos un cambio no podemos seguir haciendo lo mismo. Ciudadanos y ciudadanas, hablen con sus concejales
y con la alcaldesa interina, asistan a cualquier vista pública y demanden
enérgicamente para Las Terrenas un futuro más limpio, más saludable, más
sostenible, más progresista, ecológico y cómplice de la naturaleza, el que
resultará en menos ruido, en ríos, playas, cañadas y aire más limpios y en un
mejor futuro para nuestros hijos y nuestras hijas.
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