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martes, 7 de marzo de 2023

Creatividad infantil



 CREATIVIDAD E INGENUIDAD

La labor creativa es un ejercicio natural, se empieza con lo que tienes a mano. El Centro de Creatividad de la Biblioteca Anacaona busca estimular a los niños para que su mente se desarrolle más integralmente.  Luego, la lectura para estimular conocimientos y pensamientos críticos. Empezando poquito a poco.  Estamos agradecidos por nuestros voluntarios que lo hacen posible.  ¿Quieres ayudar?  Únete a nuestros voluntarios (829) 330-0986.

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CREATIVITY AND INGENUITY

Creative work is a natural exercise, you start with what you have at hand. The Creativity Center of the Anacaona Library seeks to stimulate children so that their minds develop holistically. Then, reading to stimulate knowledge and critical thinking. Starting little by little.  We are grateful for volunteers who support this endeavor.  Do you want to help?  Join our volunteer program (829) 330-0986.

sábado, 6 de agosto de 2022

Biblioteca Anacaona Busca Voluntarios/as

 







TU TAMBIÉN PUEDES AYUDAR
Estamos agradecidos por el generoso regalo del servicio comunitario a través de nuestra biblioteca proporcionada por nuestros voluntarios actuales y por cientos de otros voluntarios de más de 35 países.
Si estás buscando una oportunidad para devolver algo a tu comunidad, por favor considéranos. Para su beneficio, el documento que aparece abajo explica de qué se trata. Gracias. Gracias. (Número de contacto, José Bourget 829-330-0986).
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TAMBIÉN PUEDES AYUDAR
Estamos muy agradecidos por el generoso regalo de servicio comunitario a través de nuestra biblioteca, provisto por los voluntarios actuales y por cientos de voluntarios anteriores representando unos 35 países.
Si buscas una oportunidad de contribuir con tu comunidad, por favor considéranos. Para tu beneficio, el siguiente documento explica de qué se trata. Gracias. (Contacto, José R. Bourget Tactuk al 829-330-0986).
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(Inglés y Español)
La Biblioteca Anacaona fue fundada en febrero de 2006 por Annette Snyder y José R. Bourget Tactuk.
Vision
Facilitar el libre acceso a los libros y a programas sociales, culturales y educativos a las generaciones presentes y futuras.
Misión
La biblioteca Anacaona mantiene espacios sociales, educativos y culturales inclusivos en su ubicación principal, en las microbibliotecas y en las bibliotecas satélite, con el apoyo de voluntarios y la participación solidaria de la comunidad, en Las Terrenas y alrededores El servicio comunitario, desarrollo artístico, creatividad, crecimiento personal y calidad de la vida.
Quién: La Biblioteca Anacaona
Qué: mantiene espacios sociales, educativos y culturales inclusivos en su ubicación principal, en las microbibliotecas y en las bibliotecas satélite,
Cómo: apoyado por voluntarios y participación solidaria de la comunidad,
Donde: en Las Terrenas y comunidades aledañas,
Para qué: para fomentar la lectura, el servicio comunitario, el desarrollo artístico, la creatividad, el crecimiento personal y la calidad de vida.
Valores:
Servicio
Comunidad
Inclusión
Acceso
Aprendizaje y Reflexión
Crecimiento personal
Justicia Social
Proteger el medio ambiente
INCLUSIÓN, Promovemos el respeto hacia todos los seres humanos:
Con respeto mutuo y solidaridad, la Biblioteca Anacaona ofrece acceso gratuito a libros y a programas de desarrollo personal, artísticos y educativos sin respecto a etnicidad, color de piel, nacionalidad, idioma, habilidades físicas, estatus de inmigrante, preferencias políticas o religiosas, estatus educativo o económico, identidad sexual no binaria, orientación e identidad sexual.
La Biblioteca Anacaona fue creada en 2006 por la familia Bourget-Snyder como una contribución al desarrollo comunitario y sigue siendo un proyecto filantrópico familiar sostenido por voluntarios y donaciones.
Las donaciones de libros y dinero apoyan el funcionamiento de la biblioteca y sus servicios. Contáctenos al (829) 330-0986, bibliotecaanacaonalt@gmail. com, FB: Biblioteca Anacaona.
ÚNETE A NUESTRO GRUPO DE VOLUNTARIO
Desde su primer día en febrero de 2006, la Biblioteca Anacaona ha funcionado plenamente como una organización impulsada por voluntarios.
Como voluntario estás de acuerdo con la visión, misión y valores de la organización. Brindamos formación y apoyo continuo en lo mejor de nuestras habilidades. Los voluntarios son ingeniosos y se autogestionan. Los voluntarios gestionan un turno de 2-4 horas semanales, facilitando la circulación de libros, estanterías, manteniendo las instalaciones limpias y accesibles y proporcionando un servicio amigable, cortés y respetuoso culturalmente respetuoso. Dependiendo del número de voluntarios, el servicio de biblioteca se realiza en compañía de otro voluntario.
Ofertas actuales y propuestas
• 20.000 libros en ocho idiomas (español, inglés, francés, italiano, alemán, sueco, ruso y criollo), incluyendo libros de referencia (diccionarios, atlas y enciclopedias).
• Biblioteca infantil y juvenil Aaron Abraham Abud
• Centro de Geografía e Información Turística Las Terrenas y D.R.
• Colección de Autores Dominicanos
• Colección de Artes
• Taller creativo de arte y manualidades de cuatro vientos
• Red de microbibliotecas
• Red de bibliotecas por satélite
• Tesla Internet Café
• Programa de Voluntarios
• Tutoría
• Academia de música
• La Biblioteca Viviente
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La Biblioteca Anacaona fue fundada en febrero del 2006 por Annette M. Snyder y José R. Bourget Tactuk.
Visión
Facilitar el libre acceso a libres y a programas sociales, culturales y educacionales para las generaciones presentes y futuras.
Misión
La Biblioteca Anacaona mantiene espacios sociales, educativos y culturales incluyentes en su colección principal, en las micro bibliotecas y en las bibliotecas satélites, sostenidas por un voluntariado y por la participación ciudadana solidaria, en Las Terrenas y comunidades aledañas, con el fin de fomentar la lectura, el servicio comunitario, el desarrollo artístico, la creatividad, el crecimiento personal integral y la calidad de vida.
Quién: La Biblioteca Anacaona
Qué: mantiene espacios sociales, educativos y culturales incluyentes en su colección principal, en las micro bibliotecas y en las bibliotecas satélites,
Cómo: sostenidas por un voluntariado y por la participación ciudadana solidaria,
Dónde: en Las Terrenas y comunidades aledañas,
Para qué: con el fin de fomentar la lectura, el servicio comunitario, el desarrollo artístico, la creatividad, el crecimiento personal integral y la calidad de vida.
Valores:
Servicio
Comunidad
Inclusión
Acceso
Aprendizaje y Reflexión
Crecimiento Personal
Justicia Social
Protegiendo el Medio Ambiente
INCLUSION, Promovemos el respeto a tod@s l@s seres human@s.
Con respeto mutuo y solidaridad, la Biblioteca Anacaona ofrece acceso gratis a libros y a programas de desarrollo personal, artístico y educativo sin importar etnia, color de piel, nacionalidad, idioma, habilidades físicas, status migratorio, preferencias políticas o religiosas, nivel educativo o económico, identidad de género no binaria, orientación o identidad sexual.
La Biblioteca Anacaona fue creada en el 2006 por la familia Bourget-Snyder como una contribución a la comunidad y es un proyecto filantrópico familiar sostenido por voluntari@s y donaciones.
Donaciones de libros y de dinero hacen posible la existencia y mantenimiento de la biblioteca. Contáctenos al (829) 330-0986, bibliotecaanacaonalt@gmail.com
FB: Biblioteca Anacaona
UNETE A NUESTRO VOLUNTARIADO
Desde sus comienzos en febrero del 2006, la Biblioteca Anacaona siempre ha sido manejada por voluntari@s.
Para hacerte voluntari@ expresas acuerdo con la visión, misión y valores de la organización. Proveemos entrenamiento y apoyo en la mejor manera que podamos. L@s voluntari@s son ingenios@s y autogestionad@s, manejan un turno de 2 a 4 horas semanalmente, facilitando la circulación de libros, colocando libros en estantes, manteniendo espacios libres y accesibles y proveyendo un servicio orientado a l@s usuari@s de una manera amistosa, cortés y culturalmente respetuosa. Dependiendo del número de voluntari@s, el trabajo puede ser hecho en parejas.
Servicios Actuales y en Planes
• 20,000 libros en ocho idiomas (español, inglés, francés, italiano, alemán, sueco, ruso, creole), incluyendo libros de referencia (diccionarios, atlases y enciclopedias).
• Centro de Información Geográfica y Turística Terrenera y Dominicana
• Colección de Autores Dominicanos
• Colección Sobre Artes Plásticas
• Biblioteca Infantil y Juvenil Aaron Abraham Abud
• Taller Creativo Cuatro Vientos de Artes y Manualidades
• Red de Micro Bibliotecas
• Red de Bibliotecas Satélites
• Tesla Internet Café
• Voluntariado Comunitario
• Tutorías
• Academia de Música
• Biblioteca Viviente
 
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domingo, 20 de marzo de 2011

Los 50 de Fukushima


Planta nuclear de Fukushima donde ocurrió la explosión
 Fukushima es la ciudad del Japón donde una planta nuclear explotó el día siguiente al terremoto de Sendai del 11 de marzo. La prefectura (provincia) de Fukushima tiene apenas unos 750 kms² de extensión, o unos 100 kms² menos que Samaná, sin embargo hay 390,000 habitantes, o 200,000 más que en nuestra provincia. La distancia entre Fukushima y Tokio, la capital del Japón, es de 250 kms, casi la misma distancia que hay entre Santa Bárbara de Samaná y Santo Domingo por la autopista nueva.

Preparándose para entrar al reactor.

Las explosiones hicieron que mucha gente temiera no solamente por los 390,000 habitantes en Fukushima, sino también por los 36 millones de personas en Tokio y los muchos otros millones en otras partes del mundo. Escapes de radiación de la planta llegaron a Corea y a la costa oeste de los Estados Unidos en menos de 48 horas. Se han revelado daños potencialmente letales en áreas cercanas a la planta pero la verdad total tardará mucho en saberse tal como ocurrió con el accidente de Chernobyl en Ucrania el 26 de abril del 1986, considerado el peor de la historia.

Hay algo importante y transcendente en la manera en que se evitó un desastre mucho mayor. Cuando no se lograba enfriar al reactor por todos los medios mecánicos conocidos surgieron “los 50 de Fukushima”, conocidos así porque 200 voluntarios se ofrecieron a luchar contra el desastre y estaban divididos en turnos de 50 personas cada uno. Estas 200 personas son totalmente anónimas, algunas se piensan que son empleados ya jubilados de la planta que pertenece a la Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO), y algunos detalles han salido a la superficie porque algunos familiares han escrito en blogs y en la prensa, revelando algunas de sus realidades y ansiedades.

Familia en Fukushima

Una nota de prensa en Clarín.com revela las palabras de un familiar: “Mi padre se fue a la planta nuclear. Nunca había oído a mi madre llorar tanto. Pero nunca había estado tan orgullosa de él. Por favor papá, vuelve vivo.” Esto lo decía la hija de un empleado jubilado, el que entendió que era su deber acudir a ayudar, junto a bomberos y policías, para evitar un desastre mayúsculo sabiendo que podrían perder la vida si se exponían a cantidades letales de radiación.

La sociedad japonesa y muchas otras en el mundo los reconocen ahora como héroes, sabiendo que sin el esfuerzo de todos ellos, entrando al área del reactor para echarle agua, para filtrar la contaminada y para extinguir otros daños posibles, hoy en día pudiéramos estar lamentando la muerte de millones de personas.

Una comunidad que puede contar con hombres y mujeres como esos 200 es muy dichosa. Cabe notar que el mismo gobierno japonés exigió, bajo pena de multas y condenas, el que los 200 voluntarios no abandonen la planta, lo que quiere decir que están prácticamente condenados a morir allí. Todos ellos, mujeres y hombres voluntarios, a los que se les paga menos de US$150 al día por ese trabajo, sabían que podrían no salir con vida de la situación, pero aún así lo hicieron pensando en el bien mayor, en el bien de la comunidad, del mundo. Actos así enaltecen la raza humana y nos hacen partícipes de un ejemplo digno de emulación.

Aaron con "Chica" en la biblioteca.

Esta semana pasada estuvo con nosotros mi amigo de infancia de Constanza, el Ing. José Abraham Abud. Vino desde Pennsylvania donde vive para recorrer los mismos pasos que dió su hijo Aaron, quien fue voluntario en la Biblioteca Anacaona en septiembre pasado y quien lamentablemente falleció, con apenas 18 añitos, a raíz de un accidente de motor mientras visitaba a sus familiares en Constanza. El viernes en la tarde, junto a un grupo de 12 voluntarios de Minnesota, los que vinieron a ayudarnos a terminar el parquecito infantil en la escuela pública, colgamos una foto de Aaron en la que se le veía jugando fútbol en el multiuso con niños de Las Terrenas. José Abraham no pudo contener las lágrimas mientras le decía a los niños y niñas presentes en la ceremonia lo contento que se encontraba Aaron aportando su granito de arena a este pueblo. Su familia pagó un sacrificio muy alto, sin precio. Así lo están pagando las familias de los 200 voluntarios de Fukushima.

Ante ejemplos tales debemos quitarnos el sombrero y aspirar, pura y sencillamente, a poder hacer por nuestra comunidad aunque sea un chin chin chin de lo que dieron a su pueblo y al mundo “los 50 de Fukushima.”

martes, 11 de mayo de 2010

Lo que vió el ladrón

Me pregunto qué vió el ladrón. Hace casi dos meses uno o más ladrones rompieron unas ventanas en la Biblioteca Anacaona y entre otras cosas se llevaron un abanico, mi sierra eléctrica y un taladro nuevecito. Las pérdidas no fueron extremas, excepto una nueva pérdida de la inocencia y del sentido de seguridad. Fue un gran choque para las 7 voluntarias y voluntarios del exterior que trabajan con niños y niñas en la biblioteca. La pregunta obligada era, ¿pero por qué robar a la biblioteca, esto es un lugar de servicio a la comunidad?

La semana pasada, mi señora y yo junto a 7 voluntarios y voluntarias llevábamos a 28 niños, niñas y adolescentes de 5 barrios de Las Terrenas a la Feria del Libro en Santo Domingo. Mientras regresábamos a Las Terrenas se metieron en mi casa. Rompieron una puerta de hierro, la ventana de madera y anduvieron por todas las habitaciones. Se llevaron la computadora portátil, la proyectora usada el día anterior en la presentación en el Hotel Aligio de la Carrera de Las Terrenas 10K. También nuestra cámara de video familiar y dos cámaras digitales, una vieja y dañada y la otra la cámara que usamos en la familia y para la Fundación. Cargaron con un dinero que no pude depositar en el banco el día anterior por falta de tiempo.

Nos dejaron sin la tecnología necesaria para hacer parte de nuestro trabajo, casi todo de uso en la Biblioteca Anacaona y para los fines de la misma. En la computadora teníamos el listado de los libros y otros archivos. La proyectora la compramos para usarla en los talleres y actividades del nuevo Centro de Protección a los Derechos de la Niñez y la Adolescencia. Ahora tampoco tenemos cámara digital para tomar fotos para nuestro sitio Web.

Lamentablemente, hace dos semanas también se metieron en Casa Paz, nuestra residencia de voluntarias, robándole el dinerito de la comida a una de nuestras voluntarias que viene de Alemania y tiene 3 meses aquí trabajando con los niños y niñas terreneras.

Han sido duros golpes, inusitados y frustrantes. Estamos empobrecidos y limitados en el trabajo. Uno a veces tiene que reirse de esas cosas. A veces, entre sueño y velar despierto, me pongo a pensar en lo que pueda significar. Dos meses y tres robos. En 7 años de vivir aquí nunca nos había ocurrido semejante cosa. ¿Qué propósitos pueden existir ocultos? ¿Serán la misma gente? ¿Qué están tratando de hacer? Como soy aspirante a síndico por un partido independiente uno tiene que pensar en las posibles motivaciones políticas, sobretodo en base a las declaraciones que hacemos sobre condiciones y situaciones en Las Terrenas. A nuestro aspirante a regidor, César Mieses, también le robaron en su casa, hace 6 semanas. Pero no tengo pruebas de ningún plan funesto y todo se queda en el burbujeante ciclo de las especulaciones.

Constantemente me persigue una pregunta, ¿qué vieron los ladrones cuando entraron en casa? Quizás se pararon a ver la foto de mi familia: mi madre, mi esposa, mi hijo mayor, José René, con su esposa e hijos, su hermano Salim, ambos viven en USA, también Kiran y Ana Evelyn. ¿Tomaron tiempo para ver la foto o sólo les preocupaba lo que se iban a llevar? Si vieron la foto, ¿qué pensaron?

Igualmente me pregunto si vieron los juguetes de la niña en el piso, el pequeño pianito, la pelota de fútbol de Kiran, su colección de corales. Cuando entraron a mi oficina, ¿se llevaron uno de mis libros? ¿Por qué se llevaron una computadora y dejaron la otra? Quizás porque la mía, desde la cual escribo estas líneas, está toda despintada, no le funcionan todas las techas y está llena de polvo y manchada. Tengo todos mis archivos de mis clases universitarias en esta computadora, qué bueno que no se llevaron la viejita!

Subieron a los aposentos, caminaron entre las camas de Kiran y de Ana Evelyn. Vieron sus libros, sus juguetes, los regalos de los abuelitos. Me pregunto si vieron el microscopio de Kiran o la cortina que le tejió su abuela con una media luna y un bebé durmiendo. La niña tiene una colección de peluches, regalos de sus tías. ¿Vieron al caballito rosado con quien le gusta dormir? Abrieron todas nuestras gavetas, vieron mi ropa interior, mis medias y mis camisetas, al igual que algunos libros sobre la mesita de noche. Probablemente se preguntaron, ¿qué quiere decir “Three Cups of Tea”? Ese es el libro que leo actualmente, sobre el trabajo de Greg Mortenson contra viento y marea, construyendo escuelas para niños en la Pakistán rural.

A mi esposa le rebuscaron los aretes y, hasta donde sepamos, no se llevaron ninguno. Anduvieron por sus gavetas, su ropa interior y la dejaron toda bien arregladita.

Me imagino que bajaron por la misma escalera y quizás tocaron la alfombra de Turquía que cuelga de la pared. Salieron por donde mismo entraron, se llevaron dos maletines repletos de tecnología y dejaron atrás muchas miradas. Claramente se fijaron en todo, vieron todo, tocaron todo. A la policía no vale la pena ir, aunque los llamé.

La pregunta que me concierne sigue siendo qué vieron, qué sintieron. Quizás no sintieron nada. Es posible que los ladrones no tengan alma. Conozco otras personas que tampoco la tienen.

Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...