lunes, 17 de noviembre de 2008

Desafíos Imponderables

Las Terrenas confronta desafíos cuyas consecuencias no pueden estimarse. Es admisible que el macro futuro de Las Terrenas no dependerá del gobierno local porque el gobierno central y las secretarías tienen sus aspiraciones para el desarrollo de un gran destino turístico y porque, por otro lado, inversionistas individuales y los dueños de proyectos que han invertido cientos de miles de dólares o cientos de millones de dólares necesitan que sus inversiones sean protegidas adecuadamente. La razón es simple: dichas aspiraciones e inversiones no pueden dejarse al cuidado caprichoso de una gerencia municipal cuestionable, deficiente y poco profesional.

El ayuntamiento deberá entonces enfocarse en otra dirección. Sus mayores desafíos consisten en vivir a la altura de los lineamientos de la nueva Ley 176-07 sobre el Distrito Nacional y los Municipios. En sus artículos y acápites, la Ley contempla las mejores prácticas de gerencia municipal. Si el municipio es irremediablemente incapaz de disponer de su macro-futuro y si persiste la tendencia a la incapacidad de ajustarse a los lineamientos de la nueva ley en el plano local nos acercaríamos entonces a un estado de ingobernabilidad imponderable.

Los ciudadanos de conciencia debemos considerar cuidadosamente la naturaleza de los desafíos para el municipio, los que se pueden resumir como sigue:

El desafío de la autosuficiencia. La comida es muy cara en un municipio CAPAZ de autosuficiencia agrícola básica. En Laguna Grande, en El Jamito, en Los Naranjitos, en el mismo Cossón, en La Barbacoa y en otras zonas se pueden producir la mayoría de los vegetales de consumo diario: tomates, berenjenas, auyamas, molondrones, ajíes, albahaca, cilantro, lechugas, zanahorias, y muchos más. La gerencia municipal podría otorgar o diligenciar los micro-créditos, podría igualmente atraer recursos de ONGs o del gobierno central para impulsar el desarrollo agrícola en áreas estratégicas, incluyendo frutales, para que haya más trabajo, para que circule más el dinero localmente y para que se supla al mercado local de manera más económica. Mercados de productores atraerían a turistas y residentes al tiempo que fomentan el desarrollo turístico y artesanal.

El desafío de la capacitación. El mayor estancamiento socio-económico lo produce el analfabetismo, real y funcional. Sin poder leer ni escribir la gente analfabeta se queda a la merced del vaivén de las fuerzas de explotación social y se quedan impedidos de progresar en su capacitación, en su desarrollo humano y en el apoyo a sus hijos y jóvenes. El municipio necesita de un plan de alfabetización y debería igualmente fomentar la capacitación técnica, vocacional y empresarial, a través de la creación de un Centro de Desarrollo Técnico, Vocacional y Empresarial, para que plomeros, electricistas, albañiles, carpinteros, ebanistas, policías y oficiales municipales, secretarias, contables y otros adquieran y/o mejoren sus destrezas. El Centro ayudaría a preparar a una fuerza laboral que pueda ganar más, poseedora de las destrezas necesarias para ofrecer un buen servicio y para recibir un mejor salario. Millones de dólares están disponibles en agencias no gubernamentales para tales fines.

El desafío gerencial. El su artículo 226 la nueva Ley 176-07 expresa que “se instituye el presupuesto participativo municipal que prevé los mecanismos de participación ciudadana en la discusión, elaboración y seguimiento del presupuesto del municipio en lo concerniente al 40% de la transferencia por ley que reciben los ayuntamientos del presupuesto nacional para la realización de obras”. En relación al total del presupuesto, la misma ley establece que la sindicatura debe someter la propuesta de presupuesto a más tardar el 1ro de octubre y los regidores tienen hasta el último día de diciembre para su conocimiento y aprobación. Los regidores deben consultar con el pueblo para poder representar sus intereses de la mejor manera, sobretodo en lo concerniente al 40% para la realización de obras. Igualmente, la Ley, en el artículo 231, contempla los órganos municipales de participación que son el Consejo Económico y Social Municipal, los Comités de Seguimiento Municipal y los Consejos Comunitarios. Además, el artículo 227 trata de las organizaciones de la sociedad civil y los mecanismos de participación ciudadana en la gestión municipal. Estos mecanismos son a) el Derecho de Petición, b) el Referendum Municipal, c) el Plebiscito Municipal, d) el Cabildo Abierto y e) el Presupuesto Participativo. Dichos mecanismos equipan a la ciudadanía para poder ejercer un rol gestor, representativo, democrático, activo y responsable, tanto en el manejo de fondos como en la toma de decisiones.

El desafío medioambiental. Las Terrenas ha sido una de las zonas más depredadas en todo el territorio nacional. El desmonte forestal, la destrucción de montes, el daño permanente a humedales y cañadas, la contaminación en las áreas naturales y las construcciones cuestionables han hecho su daño. No todos los inversionistas y constructores actúan en consonancia con la preservación del medio ambiente o con la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales. Cada construcción y proyecto actual ha debido contar con autorizaciones firmadas del Ayuntamiento, de la oficina local de turismo y de la secretaría de medio ambiente. La depredación ocurrida sucedió porque las tres entidades lo permitieron por acción o por omisión. Un gran desafío actual y futuro consiste en remediar el daño hecho y prevenir que mayores daños ocurran y la mejor manera de hacerlo es a través de la Unidad de Gestión Ambiental Municipal (UGAM) propiciada por la Ley 64-00.

El desafío de la imaginación. La imaginación es la fuente de todas nuestras realidades. Una administración municipal capaz de soñar, de imaginar realidades en toda la anchura, altura, profundidad y extensión posibles es una bendición para la comunidad. Esa es una capacidad que hay que formar porque no se nace con ella y porque lo primero que hace la política demacrada es asesinar a la capacidad creativa, ya que los líderes vanos se convierten en veletas de las ideas gastadas y lacradas de un entorno político escaso en valores. En función de municipio, la mejor forma de imaginar el futuro es participativamente, porque así el sueño del municipio no sería el sueño de unos pocos sino el sueño de todos.

La ejecución de esas piezas claves en la nueva ley constituye el desafío más importante para este municipio bendecido por la naturaleza, el ombligo turístico del país.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Las Terrenas 48

Las Terrenas 48
Maratón Bahía-Costa
48 kilómetros espectaculares desde Santa Bárbara hasta Las Terrenas
individual o en equipo / caminando, corriendo o en bicicleta





martes, 11 de noviembre de 2008

Diez Promesas

(la gente y su entorno son el meollo de la política)

Primera, prometo que el bienestar de la comunidad va por encima del bienestar personal. Esto quiere decir que prometo que antes de tomar cualquier decisión lo primero que pienso hacer es pensar en cómo beneficia y en cómo perjudica a las personas. Comprendo que mis decisiones afectarán a varios en buena o mala manera, pero me comprometo a buscar la mejor solución posible para la mayor cantidad de personas posibles.
Segunda, prometo que para ayudar a la gente tengo que dejar de “ayudar” a la gente. O sea, la “ayuda” común es darle regalos a la gente y tratar de resolverle un problemita por el que puedan estar pasando. Comprendo que de vez en cuando hay que resolver emergencias, pero mi patrón de conducta y mi manera de gobernar estaré enfocada en resolver las causas de la pobreza, las causas de los dolores, las causas de las deficiencias. La mejor manera de ayudar a la gente es con dignidad y respeto, no con arreglitos y regalitos temporales.
Tercera, prometo que los recursos a mi alcance será utilizados con total limpieza y transparencia. Soy un mayordomo, un gerente, un administrador de los bienes del pueblo. Esos bienes no son míos y como no son míos no puedo disponer de ellos como me de mi santa y grandísima gana. La mejor manera de preservarme limpio es haciendo todo lo que esté a mi alcance por manejar las finanzas de manera transparente, que la gente sepa por qué, cómo, dónde, cuándo, quién y qué se gastó. El que no tiene nada que ocultar no tiene nada que temer.
Cuarta, prometo que las personas que trabajen conmigo no nacieron sabiendo (como yo tampoco nací sabiendo) y que parte de mi responsabilidad hacia mí mismo y hacia mi pueblo es capacitar a mi personal y capacitarme a mi mismo para ser cada vez más capaz de hacer un buen trabajo. El desarrollo humano es la mayor riqueza con la que puede contar una comunidad, porque es un desarrollo permanente, siempre presente y que nunca se para de beneficiar. Mis empleados mejores capacitados serán mejores empleados, ganarán mejor, se sentirán más orgullosos de lo que hacen y podrán contribuir mejor a su comunidad.
Quinta, prometo hacer lo posible por comprender mejor las necesidades natas y netas entre la gente. Comprendo que hay mucha demagogia y que muchos líderes hacen lo que hacen para manipular las cosas y para que eventualmente resulten en el mayor beneficio político posible. Me comprometo a que el bienestar de mi gente ha de ser la responsabilidad principal de mi gestión y voy a hacerlo con respeto, comprensión y con responsabilidad, yendo a la gente para poder comprender mejor sus circunstancias.
Sexta, prometo descubrir todos los recursos habidos y por haber disponibles para mi gestión, no limitados a lo que me manda el gobierno central ni a lo que pueda recoger en el municipio. Sé que hay cientos de fuentes externas disponibles en la forma de fondos y recursos humanos y es simplemente una lástima que no lleguen a nuestro medio cuando podrían beneficiar a tantas personas.
Séptima, prometo abrir mis puertas a la información, conociendo que esta es una comunidad compleja y que necesita de una variedad de formas para llegar hasta ella. Voy a hacer lo posible por utilizar los recursos disponibles a mi alcance para mantener informada a la gente y para recibir del público ideas, sugerencias, aportes y contribuciones de manera abierta y transparente.
Octava, prometo preservar el recurso más importante en toda la comunidad: el medio ambiente. Sin el cuidado adecuado al medio ambiente la vida peligra y la calidad de vida peligra y el futuro de la comunidad peligra y peligran las familias, los niños y los recursos naturales. Reconozco que lo que perdemos en el medio ambiente no se compara con lo que se pueda perder de otras maneras. Sin un balance adecuado en el medio ambiente peligra la vida.
Novena, el futuro de la comunidad está en la niñez. Yo sé que la niñez no vota, pero sin una niñez educada, sana y bien recreada no habrán buenos votantes en el futuro. Prometo dar a la niñez la importancia que se merecen y bajo mi dirección voy a buscar todos los medios posibles para que nuestra niñez pueda disfrutar de su infancia y pueda evolucionar en ciudadanos educados, formados, saludables y productivos.
Finalmente, prometo hacer posible por salvar a nuestra juventud. Me duele ver como nuestra juventud se pierde, atraída por las tentaciones pasajeras de una sociedad que tiene muy poco que ofrecerles. Me comprometo a que nuestros jóvenes tengan medios de desarrollar sus talentos sin explotación y sin abuso. Usaré todos los medios a mi alcance para asegurarme de que ningún joven y ninguna señorita tenga que caer en las garras y las jaulas de la drogadicción, la prostitución, la inanición espiritual y la falta de empleos.

FIRMA: EL CANDIDATO!!!
(Quizás no salga electo, pero nunca es tarde para empezar haciéndolo bién)

lunes, 10 de noviembre de 2008

El Ombligo de la Vida


Señores y señoras, el más feo, el más lindo, el más pobre, el más rico, el más comparón, el más retrasao, el más sucio y el más limpio, todos, sin excepción, tienen un ombligo.
Un niño, con una infección severa del ombligo llamada “onfalitis” se puede morir.
Un gordo, tan gordo y tan panzón, puede que no se pueda ver el ombligo (entre otras cosas que no se puede ver en sí mismo).
Y los antiguos griegos dicen que el rey de todos los dioses, queriendo encontrar al centro del mundo, mandó a dos aguilas a volar y a darle la vuelta al mando, y al lugar donde el vuelo de ambas se cruzó allí lo llamaron “onfalón”, que quiere decir ombligo.
En algunas culturas alrededor del mundo se guarda parte del ombligo después de nacer. Yo sé que mi mamá tiene el mío y el de mi hermana.
Hoy en día se guarda la sangre y el tejido contenidos en el ombligo para uso futuro y para investigaciones clínicas.
Hoy en día el ombligo es la parte del cuerpo más popular. Párese en la calle y de cada 10 mujeres que usted ve 5 van enseñando el ombligo. Y señores, cuando usted ve a Shakira meneando su ombligo en uno de sus videos musicales, ahí se paran las aguas. A mi me ha estado al dar dos ataques al corazón observando al ombligo de Shakira por TV.
A algunas gentes que se creen más que todo el mundo se les dice “se creen el ombligo del mundo.” Aquí en Las Terrenas hay varias de esas gentes que se creen que son el papaupa de la matica y que saben más que el diantre; o sea, que son el ombligo de Las Terrenas.
Algunas gentes se hacen cirugías dizque para que se le vea el ombligo más chiquito, o más parado, o más vertical. Lo que no se puede hacer es hacer desaparecer el ombligo. A unos pacientes se lo cubrieron de piel y le tuvieron que hacer la cirugía otra vez porque sin el ombligo se sentían desorientados.
Y es porque el ombligo marca el centro de nuestros cuerpos. En algunos círculos se dice que del ombligo pa’arriba todo es santo y bueno; y que del ombligo para abajo por ahí es que manda el diablo. Yo no tengo la menor idea de por qué dicen eso, pero así dicen.
Lo que el ombligo sí hace, para todos, es recordarnos la vida fetal, ese momento en que estábamos apegados a la vida de otra persona, de nuestra madre. Sin estar pegado de la madre no podíamos vivir. Y eso gesto de dependencia indispensable crea en nosotros una deuda que nunca se podrá pagar. Es la deuda de la vida y el ombligo nos recuerda que no nacimos solos, que nacimos de alguien, que le debemos nuestra vida a otra persona, es una deuda eterna mientras tengamos vida y sea grande, chiquito, feo o bonito, el ombligo nos dice “le debemos la vida a otra persona.”
Y por eso es que el ombligo, el ombligo de la vida, es una buena metáfora para el medio ambiente.
Damas y caballeros, el ombligo de la vida es la naturaleza que nos rodea. El aire limpio provee de las hojas de los árboles, las que absorben la contaminación y despiden entonces aire purificado. El agua sin la cual no podríamos vivir proviene del ciclo de evaporación del agua del mar, que sube y se convierte en nubes y luego desciende a bañar toda la superficie terrestre, haciendo posible la vida de las plantas, que luego nos nutren y producen lo necesario para nosotros comer y subsistir.
Mucha gente viven tan ocupados y tan preocupados con simplemente vivir, o sea, tienen que pasarse el día buscándose la vida, que entonces se olvidan de dónde proviene la vida. La vida proviene de ese ombligo que se llama la naturaleza, la madre tierra. Sin esa naturaleza no podríamos vivir. Lo que le hacemos a la madre naturaleza se lo hacemos a la vida. Tratamos bien al ombligo de la vida y eso ayuda a preservar la vida; tratamos mal al ombligo de la vida y eso trae sus resultados negativos para nuestra existencia.
En un pueblo como el nuestro, aquí en Las Terrenas, la naturaleza es espléndida. En Las Terrenas hay árboles, cañadas, pozos, tierra, campo, lluvia, aire y bellezas naturales por doquier. Yo creo que si hay un sitio en el mundo al que le corresponde que se le llame “el ombligo del mundo,” es aquí en Las Terrenas. Aquí hay tantas cosas bellas, hermosas, inolvidables. No solamente la gente, aquí en Las Terrenas hay gente bonita, hermosas, aquí hasta los más feos son bonitos, porque aquí hay una mezcla increíbles de personalidades, de diseños físicos, de corazones, de sentimientos; pero también muchísimas cosas liadísimas en la naturaleza que nos rodea.
En el medio de toda esa belleza natural, de ese ombligo de la vida natural y permanente, hay también problemas. Hay ciertas cosas que han puesto en gran riesgo al ombligo de la vida terrenera. En los últimos años ha habido depredaciones increíbles en el medio ambiente. En casi seis años que he vivido aquí me ha dado pena ver cómo han desaparecido humedales, árboles antiquísimos, las colinas de Cosón la han depredado como se depreda un lechón en nochebuena. La tala de árboles, camiones llenos de mierda de pozos sépticos echándolos en las cañadas de la loma, permisos otorgados para cortar árboles, para talar montañas, para cegar humedales. Aquí ha habido y las hay, ahora mismo, compañías constructoras e inversionistas, que tiran plásticos y basura al subsuelo y luego lo cubren, como si eso no importara. Los platos de comida de todos sus trabajadores son plásticos y en lugar de buscar alternativas, o de recogerlos y disponer de ellos adecuadamente, simplemente lo dejan ahí o lo siembran en el subsuelo donde van a durar 500 años antes de reintegrarse a la naturaleza.
Aquí prácticamente nadie supervisa adecuadamente para que ese ombligo de la vida no se maltrate tan malvadamente y esa onfalitis, o sea, la infección del ombligo que puede matar, la causan no solamente los depredadores mismos, como los dueños de camionetas y camiones que recogen basuras en restaurantes y hoteles y luego las tiran en las esquinas de las carreteras, como la nueva carretera a Limón, que es un basurero abierto; sino que también la han causado y la siguen causando autoridades a todos los niveles quienes demuestran no solamente ser ignorantes y desfachatados, sino que no le tienen el menor respeto al ombligo de la vida.
En medio de la magia de este lugar, el centro del mundo, el ombligo de la belleza de este pais, da pena que hallan charlatanes que no cumplan con sus obligaciones para preservar y cuidar del ombligo de la vida.
Pero el peor de los depredadores es, ¿saben quién es? Saben quién es el peor abusador del medio ambiente, el charlatán más grande, el salvaje más cruel, vil, el que merece que lo agarren ya ustedes saben por dónde y le arranquen lo que tiene y lo que no tiene? ¿Quiéren saber quién es?
Aquí y ahora mismo se los voy a decir y voy a dar la evidencia.
El peor de los depredadores del ombligo de la vida aquí en Las Terrenas he sido yo. Sí, damas y caballeros, yo. Yo, cuando no he hecho caso al hermoso mundo que me rodea. Yo, que cuando llueve aprovecho a tirar mi basura al Caño Seco para que se la lleve al mal. He sido yo, con el humo excesivo de mi vehículo. He sido yo, echando baterías y pilas cargada de mercurio. He sido yo, echando los pañales desechables o pampers inadecuadamente (los pampers son una de las fuentes más grandes de contaminación química y no solamente por lo que recogen de los niños). He sido yo, cuando no me preocupo por el manejo de la basura en mi casa, en mi barrio, en mi ciudad.
Y digo que soy yo porque aunque tuviéramos la mejor oficina de medio ambiente del pais, que no la tenemos; aunque tengamos al mejor ayuntamiento del pais, que no lo tenemos, yo creo que tenemos una de las peores administraciones edilicias del pais y la peor que ha tenido Las Terrenas en toda su historia; aunque tengamos 50 camiones que recojan la basura; aunque tengamos un vertedero que dure para toda la vida; aunque tengamos todo un sistema eficiente y perfecto; aún así, si yo, yo el individuo, yo la persona, yo la ama de casa, yo el estudiante, yo el profesional, yo el marchante, yo el ventorrillero, yo el vendedor de frutas, yo el lavador de carros, yo el dueño de gasolinera, yo el ministro de iglesia, yo el dueño de bar, yo el médico, yo el maestro, yo soy el principal responsable de mantener al ombligo de la vida sano y saludable. Nadie puede hacer por mi lo que yo debería hacer por mí mismo.
Señores, nosotros preservamos cuidadosamente a nuestros ombligos. Lo mantenemos limpio y aseado. No hay cosa más fea que un ombligo asqueroso. Y si tomamos tanto cuidado con nuestro ombligo, con el centro de nuestros cuerpos, a ese punto central de nuestro físico que si pudiéramos hacerlo nos pasaríamos el día dándole besos, así como llenamos de besos ardientes, cálidos, quisquillosos, lujuriosos, al ombligo de nuestras esposas, de nuestras amantes; porque nos gusta, porque es hermoso, porque es limpio. Y así como nos gusta y así como cuidamos de nuestros ombligos debemos preservar al ombligo de la vida, a la naturaleza, sus aguas, sus ríos, sus árboles, sus calles, sus veredas, sus playas, sus montes, sus valles y su aire.
Si quieres preservar la vida entonces cuida del ombligo de la vida. Yo sé que puede ser difícil, cansador, sacar esa fundita de basura para llevarla al zafacón, pero cuando lo haces ayudas a preservar al ombligo de la vida. Gracias a Hervé Brousset, un ciudadano francés preocupado por el problema de la basura, en los últimos 4 años se han colocado cerca de 500 tanques de basura en todo el pueblo. ¿Se imaginan cómo sería Las Terrenas sin esos 500 tanques donde uno puede echar la basura? Porque sin esos tanques, ¿adónde iría a parar la basura? Gracias a él y a muchos donantes, comerciantes y particulares, la basura se recoge un chin chin mejor en esos tanques. Y ya que los tenemos, caminemos el poquito de espacio hacia uno de ellos y echemos la basura adentro. Luego, prendámosle 50 velas a San Miguel y roguemos que el ayuntamiento haga el trabajo al cual lo obliga la ley y para el cual recibe dinero del presupuesto nacional, o sea, que recoja la basura en todas partes. La gente cuando ve basura echa más basura. Pero por eso es que yo, yo y yo, soy el responsable y yo, yo y yo, puedo cambiar las cosas en mi entorno inmediato.
Yo confío, terrenero, que el amor hacia el ombligo de la vida sea mucho mayor que el amor a la apatía, al no hacer nada, al no hacer nuestra parte individual, a no ser responsables de preservar al ombligo de la vida. Sí, es más fácil echarle la culpa a otros, es más fácil decir que es culpa del ayuntamiento, o de cualquier otra entidad. No es fácil echarnos la culpa a nosotros mismos.
Lo que yo te pido no es que te eches la culpa. Lo que yo te pide es que tú te conviertas en el dueño de tu ombligo, del ombligo de la vida, de la naturaleza. En que tú seas un agente de cambio para ayudar a preservar la vida. Que hagas lo posible TU, y nadie más, para que ese ombligo de la vida sea preservado y cuidado. Cuando te pongas a lavar tu motor en el río, piensa en el ombligo de la vida. Cuando tu muffler hace ruido y echa humo, piensa en el ombligo de la vida. Cuando la fundita de basura se llenó, piensa en el ombligo de la vida. Antes de cortar ese árbol o de tumbar ese monte, piensa en el ombligo de la vida. Acuérdate que tienes una deuda de por vida con la que te dio la vida, estás pegado por el ombligo a la que te dio la vida. Y así estés igualmente pegado al ombligo de la naturaleza, a su aire, su agua, sus árboles, sus frutos, su mar, sus ríos, sus humedales, sus cañadas, sus cuevas y sus colinas. No maltrates a la que te dio y a la que te preserva la vida.
Terrenero, enamórate de tu ombligo, enamórate de la vida, protege al medio ambiente.

La Pela

Cuando tenía 9 años me fui de la casa a tiguerear con unos amiguitos. Era sábado de tarde y ni perdí permiso a mi mamá ni le dije a nadie dónde iba. Nos fuimos a un aserradero cercano, donde había un derricadero lleno de aserrín. Nos pasamos toda la tarde saltando al vacío y haciendo todo tipo de piruetas en el aire. Yo usaba espejuelos y me los había quitado y guardado debajo de un árbol.

Al comenzar a anochecer dejamos de saltar y yo fui a buscar mi espejuelos y no aparecieron por ningún sitio. Llegué a mi casa, no cené, me acosté medio a escondidas y no supe de mi hasta la mañana siguiente cuando mi mamá comenzó a llamarme. Dos tigueritos de los que andaban conmigo habían venido a traerle a mamá mis espejuelos, por lo que ella les dió 25 cheles, que en moneda de hoy debieron haber sido como 500 pesos. Los malvados lo habían escondido para luego pedir dinero. Para colmo de males, mis tíos paternos habían venido de visita desde la capital y como yo no había dicho dónde estaba mi mamá mandó gente a buscarme por todo el pueblo, con la vergüenza de que no me encontraron.

Me acuerdo como ahora que mi mamá le dijo a Monga, una de las señoras que nos ayudaban en la casa, que le buscara una varita de cayena. Yo ví con mis propios ojos cuando mi mamá le quitó las hojas una por una, luego me mandó a meterme bajo una llave de agua en el patio y cuando estaba bien mojadito me cogió y me dió la madre de todas las pelas. Nunca nunca se me han borrado de mis oídos el eco de mis gritos ese domingo de mañana y aunque era monaguillo por esa boca mía salieron más malas palabras que yo ni sabía dónde las pude haber aprendido.

Situaciones extremas ameritan tratamientos extremos. Situaciones comunes se manejan según se presentan. Yo no creo en el tipo de disciplina que usó mi madre en aquél entonces, pero también pienso que a los niños se les debe disciplinar. Y a los adultos que incurren en faltas familiares y sociales, ¿cómo se les disciplina? ¿Se les pela una varita de cayena para darle una pela? Alguien podría decir que al adulto se le aplica el peso de la ley. Bueno, si eso es así, parecería que muchos de nosotros adultos andamos como chivos sin ley, porque hacemos lo que nos venga en gana cuando nos dá nuestra santa y bendita gana.

Yo creo que en el caso del adulto lo mejor y lo más deseable es la autodisciplina. Yo les puedo asegurar que después de esa pela que me dio mi mamá que yo no me volví a desaparecer de la casa sin permiso. Aprendí mi lección y me autodisciplina. El adulto no tiene que necesariamente hacer lo malo para entonces hacer lo bueno. Uno piensa que un adulto tiene la capacidad para la reflexión, para pensar las cosas y no actuar como burro rialengo en luna llena.

Nuestro pueblo, nuestra patria necesita de hombres y mujeres que reflexionen, que se autodisciplinen y que actúen con responsabilidad. Comience por su casa, con sus seres queridos y usted verá cómo la autodisciplina lo beneficia a usted y también a la comunidad.

No se haga el chivo loco, cumpla con su deber. Si no, váyase preparando que esa varita de cayena pelá nos llega a todos de una manera u otra.

lunes, 27 de octubre de 2008

La Arquitectura al Servicio de la Destrucción

Imagina una comunidad en necesidad de cambios. Cambios porque las cosas han cambiado. Ya no es una comunidad chiquita sino grande, ya no es una comunidad atrasada sino muy adelantada, ya no es una comunidad pobre sino muy rica, ya no es una comunidad pasiva sino una en constante evolución.
Los cambios son tan grandes, las necesidades tan perentorias que todo el mundo desea hacer algo. Bueno, no todo el mundo, claro, sino algunos que piensan que debería hacerse algo. La gente se pone a hablar, a opinar, a pensar, a criticar, a soñar, a proponer, a escribir y hasta a molestar: “el gobierno debiera hacer esto y aquello,” “el síndico debiera hacer esto y aquello,” “la gobernación debiera hacer esto y aquello,” “turismo debiera hacer esto y aquello.” “Lo que hizo el gobierno está mal,” “lo que hizo turismo está mal,” “lo que hizo la gobernación esta mal”; y, claro está, hay opiniones contrarias y las hay encontradas.
De repente, fuá!!!! Nos llega el cambio. Tremendo cambio. El cambio, sin duda alguna, venía pasando por meses, en secreto, en una oficina con aire acondicionado quién sabe dónde y ahora nos llega en un flamante “plan de reordenamiento municipal.”
De la noche a la mañana nos llegan los cambios y qué cambios damas y caballeros!!! Parques, calles, zonas de estacionamiento, zonas turísticas, nuevo cementerio, nuevos puentes, zona industrial, calles de acceso a la playa, avenida de circunvalación, zonas verdes, saneamiento de cañadas, desarrabalización…en fin, Las Terrenas convertida en un verdadero “paraíso.” Lo que todos hemos soñado. Bueno, ¿de veras?
Cambios. Muchos. Buenos. ¿Buenos?
No puedo encontrar nada malo (casi nada). Todo muy bueno y bonito (casi).
El arquitecto Marcelo Alburquerque aparentemente terminó el diseño del Plan de Reordenamiento en Marzo del presente año y aquí nos llegó el mes pasado, pero no a todo el mundo, sino por vía de presentaciones selectas y, eventualmente, a mayores públicos. (Si desea una copia solicítela a contacto@las-terrenas-live.com). Felicidades Arq. Alburquerque. Bonito trabajo.
Yo, en mi ignorancia y boca de chivería, tengo un solo problemita con esta cosa tan linda: no fue participativo. ¿A qué me refiero? A que este diseño en todo el despliegue de su excelencia consistió principal y aparentemente (admito mi potencial ignorancia en cuanto al proceso) en la visión de un arquitecto y de algunos otros que influyeron en el diseño del mismo.
Yo no soy arquitecto (soy sólo un boca de chivo), pero me imagino que todo proceso de diseño y planeamiento comunitario (sobre todo una tan amplia como la que ya está en camino) implicaría investigaciones y exploratorias que inmiscuyen a la sociedad misma, a todos los niveles y de todos los tipos. Por ejemplo, un grupo de enfoque (uno de los procesos de búsqueda de opiniones) podría consistir en padres y madres preguntándoles sobre las características que buscan en la “nueva” Las Terrenas. Yo diría “calzadas verdaderamente peatonales para pasear a mi niña en el coche” (lo digo porque las calles y calzadas actuales son verdaderos obstáculos repletos de inseguridades. Lo que tenemos son barbaridades peatonales no espacios peatonales. Bueno, es probable que el nuevo diseño incorpore grandes cantidades de espacios abiertos y una mejor circulación peatonal (o así lo espero). Pero la concepción del mismo no fue resultado de una indagación apreciativa entre las fuerzas vivas de la sociedad. En su lugar, un profesional excelentísimo y muy bien pagado se sentó en su oficina de aire acondicionado en la capital y determinó para cada uno de nosotros cómo será nuestra ciudad, nuestros espacios recreativos, nuestras playas, nuestros estacionamientos, nuestras calles, nuestros puentes, nuestras calzadas y, además, también determinó cómo vamos a vivir en este nuestro nuevo espacio comunitario.
La insolencia de actitudes paternalistas es que el “papá” lo sabe todo y lo sabe mejor que nadie. No me extraña que, en un medio como el nuestro, algo “muy bueno” sea el resultado de algo muy malo, porque el patriarca que tiene el poder es el determina el qué, el cómo, el quién, el dónde y el cuándo (entre muchas otras cosas); sabe igualmente lo que es mejor para TODOS (hombres, mujeres, niños, escuelas, empresas, turistas, gobierno local, visitantes, etc.) y determina en base a su autoridad excelsa como serán las cosas.
Proceso.
Para mi un deseo muy bueno (que haya un mejor reordenamiento basado en el caos actual) se convierte en algo muy malo por la ausencia de un proceso participativo. Un proceso verdaderamente participativo hubiera otorgado a la comunidad de muchos una voz, un oído y una conciencia relacionadas al destino ulterior del proyecto. Nunca sabremos si los resultados de procesos verdaderamente participativos hubieran resultado en la elaboración de un diseño mucho mejor aunque diferente. Esa oportunidad se perdió para siempre. O nunca sabremos si procesos verdaderamente participativos hubieran resultado en exactamente el mismo diseño actual, con la diferencia de que “se siente” diferente. A fin de cuentas, aún utilizando el proceso sin proceso (porque “papá” siempre sabe lo que es mejor para todos) la gran mayoría del pueblo todavía desconoce lo que nos va a ocurrir a todos.
La arquitectura se define como el arte de proyectar o construir espacios y edificios para uso del ser humano. Desprovisto del elemento humanamente participativo el “arte” se convierte en patraña. Lo que produce es un diseño deshumanizante aún cuando pretenda mejorar las condiciones de vida humana. Es como mudarse a una casa nueva, diseñada con las últimas teorías de diseño y con las últimas tecnologías disponibles y cuando nos toca mudarnos descubrimos que no podemos vivir ahí. La casa no se siente casa, sólo se siente espacio; no se siente habitable, sólo se ve como una vivienda; y de repente descubrimos que eso no era lo que buscábamos y que gastamos tiempo, dinero y recursos para producir algo que no aumenta nuestra calidad de vida. Descubrimos el fallo: el arquitecto nunca nos preguntó lo que deseábamos, sino que él determinó por nosotros cómo íbamos a vivir (después de todo la palabra “arquitecto” proviene del griego “arke” que quiere decir “jefe”). Todo se ve muy bonito. Todas las puertas, armarios, goznes y escalones funcionan a la perfección, son ultramodernos y ultraeficientes. Pero simplemente no se siente como casa; no, no es mi casa, es la casa que el arquitecto diseñó para mi, para yo vivir pero no para vivir como yo quiero o deseo sino como el arquitecto deseó que yo viviera. Como el arquitecto sabe más de cómo debe ser diseñada una casa hizo el mejor trabajo posible. Pero el arquitecto nunca me preguntó cómo deseo vivir yo.
La arquitectura al servicio de la explotación espiritual.
Para mi lo peor de esta patraña es que nos recuerda lo que hemos perdido: perdimos al uso de la arquitectura como instrumento de la democracia participativa. Perdimos igualmente el beneficio arquisocial, o sea, el uso de la arquitectura para reconocer el valor del uso del género, del urbanismo y de la participación ciudadana. Las matriarcas de la comunidad nunca serán escuchadas sobre lo que desean ver en su comunidad, tampoco los jóvenes, ni las asociaciones, ni los comerciantes, ni las iglesias, ni los turistas, ni los niños. Perdimos sus voces porque nunca se les permitió ser escuchadas. Con estas pérdidas Las Terrenas no ha dado un solo paso hacia delante, sino que ha quedado aferrada al lodo de sistemas y procesos centralizados, autoritarios y profundamente desempoderantes.

Es un buen ejemplo de algo muy bueno convertido en algo penosamente destructivo. Si resultamos vivir mejor no será por causa del diseño sino a pesar del mismo.

jueves, 9 de octubre de 2008

El Ombligo de la Vida

Señores y señoras, el más feo, el más lindo, el más pobre, el más rico, el más comparón, el más retrasao, el más sucio y el más limpio, todos, sin excepción, tienen un ombligo.
Un niño, con una infección severa del ombligo llamada “onfalitis” se puede morir.
Un gordo, tan gordo y tan panzón, puede que no se pueda ver el ombligo (entre otras cosas que no se puede ver en sí mismo).
Y los antiguos griegos dicen que el rey de todos los dioses, queriendo encontrar al centro del mundo, mandó a dos aguilas a volar y a darle la vuelta al mando, y al lugar donde el vuelo de ambas se cruzó allí lo llamaron “onfalón”, que quiere decir ombligo.
En algunas culturas alrededor del mundo se guarda parte del ombligo después de nacer. Yo sé que mi mamá tiene el mío y el de mi hermana.
Hoy en día se guarda la sangre y el tejido contenidos en el ombligo para uso futuro y para investigaciones clínicas.
Hoy en día el ombligo es la parte del cuerpo más popular. Párese en la calle y de cada 10 mujeres que usted ve 5 van enseñando el ombligo. Y señores, cuando usted ve a Shakira meneando su ombligo en uno de sus videos musicales, ahí se paran las aguas. A mi me ha estado al dar dos ataques al corazón observando al ombligo de Shakira por TV.
A algunas gentes que se creen más que todo el mundo se les dice “se creen el ombligo del mundo.” Aquí en Las Terrenas hay varias de esas gentes que se creen que son el papaupa de la matica y que saben más que el diantre; o sea, que son el ombligo de Las Terrenas.
Algunas gentes se hacen cirugías dizque para que se le vea el ombligo más chiquito, o más parado, o más vertical. Lo que no se puede hacer es hacer desaparecer el ombligo. A unos pacientes se lo cubrieron de piel y le tuvieron que hacer la cirugía otra vez porque sin el ombligo se sentían desorientados.
Y es porque el ombligo marca el centro de nuestros cuerpos. En algunos círculos se dice que del ombligo pa’arriba todo es santo y bueno; y que del ombligo para abajo por ahí es que manda el diablo. Yo no tengo la menor idea de por qué dicen eso, pero así dicen.
Lo que el ombligo sí hace, para todos, es recordarnos la vida fetal, ese momento en que estábamos apegados a la vida de otra persona, de nuestra madre. Sin estar pegado de la madre no podíamos vivir. Y eso gesto de dependencia indispensable crea en nosotros una deuda que nunca se podrá pagar. Es la deuda de la vida y el ombligo nos recuerda que no nacimos solos, que nacimos de alguien, que le debemos nuestra vida a otra persona, es una deuda eterna mientras tengamos vida y sea grande, chiquito, feo o bonito, el ombligo nos dice “le debemos la vida a otra persona.”
Y por eso es que el ombligo, el ombligo de la vida, es una buena metáfora para el medio ambiente.
Damas y caballeros, el ombligo de la vida es la naturaleza que nos rodea. El aire limpio provee de las hojas de los árboles, las que absorben la contaminación y despiden entonces aire purificado. El agua sin la cual no podríamos vivir proviene del ciclo de evaporación del agua del mar, que sube y se convierte en nubes y luego desciende a bañar toda la superficie terrestre, haciendo posible la vida de las plantas, que luego nos nutren y producen lo necesario para nosotros comer y subsistir.
Mucha gente viven tan ocupados y tan preocupados con simplemente vivir, o sea, tienen que pasarse el día buscándose la vida, que entonces se olvidan de dónde proviene la vida. La vida proviene de ese ombligo que se llama la naturaleza, la madre tierra. Sin esa naturaleza no podríamos vivir. Lo que le hacemos a la madre naturaleza se lo hacemos a la vida. Tratamos bien al ombligo de la vida y eso ayuda a preservar la vida; tratamos mal al ombligo de la vida y eso trae sus resultados negativos para nuestra existencia.
En un pueblo como el nuestro, aquí en Las Terrenas, la naturaleza es espléndida. En Las Terrenas hay árboles, cañadas, pozos, tierra, campo, lluvia, aire y bellezas naturales por doquier. Yo creo que si hay un sitio en el mundo al que le corresponde que se le llame “el ombligo del mundo,” es aquí en Las Terrenas. Aquí hay tantas cosas bellas, hermosas, inolvidables. No solamente la gente, aquí en Las Terrenas hay gente bonita, hermosas, aquí hasta los más feos son bonitos, porque aquí hay una mezcla increíbles de personalidades, de diseños físicos, de corazones, de sentimientos; pero también muchísimas cosas liadísimas en la naturaleza que nos rodea. En el medio de toda esa belleza natural, de ese ombligo de la vida natural y permanente, hay también problemas. Hay ciertas cosas que han puesto en gran riesgo al ombligo de la vida terrenera. En los últimos años ha habido depredaciones increíbles en el medio ambiente. En casi seis años que he vivido aquí me ha dado pena ver cómo han desaparecido humedales, árboles antiquísimos, las colinas de Cosón la han depredado como se depreda un lechón en nochebuena. La tala de árboles, camiones llenos de mierda de pozos sépticos echándolos en las cañadas de la loma, permisos otorgados para cortar árboles, para talar montañas, para cegar humedales. Aquí ha habido y las hay, ahora mismo, compañías constructoras e inversionistas, que tiran plásticos y basura al subsuelo y luego lo cubren, como si eso no importara. Los platos de comida de todos sus trabajadores son plásticos y en lugar de buscar alternativas, o de recogerlos y disponer de ellos adecuadamente, simplemente lo dejan ahí o lo siembran en el subsuelo donde van a durar 500 años antes de reintegrarse a la naturaleza.
Aquí prácticamente nadie supervisa adecuadamente para que ese ombligo de la vida no se maltrate tan malvadamente y esa onfalitis, o sea, la infección del ombligo que puede matar, la causan no solamente los depredadores mismos, como los dueños de camionetas y camiones que recogen basuras en restaurantes y hoteles y luego las tiran en las esquinas de las carreteras, como la nueva carretera a Limón, que es un basurero abierto; sino que también la han causado y la siguen causando autoridades a todos los niveles quienes demuestran no solamente ser ignorantes y desfachatados, sino que no le tienen el menor respeto al ombligo de la vida.
En medio de la magia de este lugar, el centro del mundo, el ombligo de la belleza de este pais, da pena que hallan charlatanes que no cumplan con sus obligaciones para preservar y cuidar del ombligo de la vida.
Pero el peor de los depredadores es, ¿saben quién es? Saben quién es el peor abusador del medio ambiente, el charlatán más grande, el salvaje más cruel, vil, el que merece que lo agarren ya ustedes saben por dónde y le arranquen lo que tiene y lo que no tiene? ¿Quiéren saber quién es?
Aquí y ahora mismo se los voy a decir y voy a dar la evidencia.
El peor de los depredadores del ombligo de la vida aquí en Las Terrenas he sido yo. Sí, damas y caballeros, yo. Yo, cuando no he hecho caso al hermoso mundo que me rodea. Yo, que cuando llueve aprovecho a tirar mi basura al Caño Seco para que se la lleve al mal. He sido yo, con el humo excesivo de mi vehículo. He sido yo, echando baterías y pilas cargada de mercurio. He sido yo, echando los pañales desechables o pampers inadecuadamente (los pampers son una de las fuentes más grandes de contaminación química y no solamente por lo que recogen de los niños). He sido yo, cuando no me preocupo por el manejo de la basura en mi casa, en mi barrio, en mi ciudad.
Y digo que soy yo porque aunque tuviéramos la mejor oficina de medio ambiente del pais, que no la tenemos; aunque tengamos al mejor ayuntamiento del pais, que no lo tenemos, yo creo que tenemos una de las peores administraciones edilicias del pais y la peor que ha tenido Las Terrenas en toda su historia; aunque tengamos 50 camiones que recojan la basura; aunque tengamos un vertedero que dure para toda la vida; aunque tengamos todo un sistema eficiente y perfecto; aún así, si yo, yo el individuo, yo la persona, yo la ama de casa, yo el estudiante, yo el profesional, yo el marchante, yo el ventorrillero, yo el vendedor de frutas, yo el lavador de carros, yo el dueño de gasolinera, yo el ministro de iglesia, yo el dueño de bar, yo el médico, yo el maestro, yo soy el principal responsable de mantener al ombligo de la vida sano y saludable. Nadie puede hacer por mi lo que yo debería hacer por mí mismo.
Señores, nosotros preservamos cuidadosamente a nuestros ombligos. Lo mantenemos limpio y aseado. No hay cosa más fea que un ombligo asqueroso. Y si tomamos tanto cuidado con nuestro ombligo, con el centro de nuestros cuerpos, a ese punto central de nuestro físico que si pudiéramos hacerlo nos pasaríamos el día dándole besos, así como llenamos de besos ardientes, cálidos, quisquillosos, lujuriosos, al ombligo de nuestras esposas, de nuestras amantes; porque nos gusta, porque es hermoso, porque es limpio. Y así como nos gusta y así como cuidamos de nuestros ombligos debemos preservar al ombligo de la vida, a la naturaleza, sus aguas, sus ríos, sus árboles, sus calles, sus veredas, sus playas, sus montes, sus valles y su aire.
Si quieres preservar la vida entonces cuida del ombligo de la vida. Yo sé que puede ser difícil, cansador, sacar esa fundita de basura para llevarla al zafacón, pero cuando lo haces ayudas a preservar al ombligo de la vida. Gracias a Hervé Brousset, un ciudadano francés preocupado por el problema de la basura, en los últimos 4 años se han colocado cerca de 500 tanques de basura en todo el pueblo. ¿Se imaginan cómo sería Las Terrenas sin esos 500 tanques donde uno puede echar la basura? Porque sin esos tanques, ¿adónde iría a parar la basura? Gracias a él y a muchos donantes, comerciantes y particulares, la basura se recoge un chin chin mejor en esos tanques. Y ya que los tenemos, caminemos el poquito de espacio hacia uno de ellos y echemos la basura adentro. Luego, prendámosle 50 velas a San Miguel y roguemos que el ayuntamiento haga el trabajo al cual lo obliga la ley y para el cual recibe dinero del presupuesto nacional, o sea, que recoja la basura en todas partes. La gente cuando ve basura echa más basura. Pero por eso es que yo, yo y yo, soy el responsable y yo, yo y yo, puedo cambiar las cosas en mi entorno inmediato.
Yo confío, terrenero, que el amor hacia el ombligo de la vida sea mucho mayor que el amor a la apatía, al no hacer nada, al no hacer nuestra parte individual, a no ser responsables de preservar al ombligo de la vida. Sí, es más fácil echarle la culpa a otros, es más fácil decir que es culpa del ayuntamiento, o de cualquier otra entidad. No es fácil echarnos la culpa a nosotros mismos.
Lo que yo te pido no es que te eches la culpa. Lo que yo te pide es que tú te conviertas en el dueño de tu ombligo, del ombligo de la vida, de la naturaleza. En que tú seas un agente de cambio para ayudar a preservar la vida. Que hagas lo posible TU, y nadie más, para que ese ombligo de la vida sea preservado y cuidado. Cuando te pongas a lavar tu motor en el río, piensa en el ombligo de la vida. Cuando tu muffler hace ruido y echa humo, piensa en el ombligo de la vida. Cuando la fundita de basura se llenó, piensa en el ombligo de la vida. Antes de cortar ese árbol o de tumbar ese monte, piensa en el ombligo de la vida. Acuérdate que tienes una deuda de por vida con la que te dio la vida, estás pegado por el ombligo a la que te dio la vida. Y así estés igualmente pegado al ombligo de la naturaleza, a su aire, su agua, sus árboles, sus frutos, su mar, sus ríos, sus humedales, sus cañadas, sus cuevas y sus colinas. No maltrates a la que te dio y a la que te preserva la vida.
Terrenero, enamórate de tu ombligo, enamórate de la vida, protege al medio ambiente.

Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...