lunes, 12 de junio de 2006

Sin Pensar

Aunque a veces uso mi imaginación, por regla general funciono en automático. O sea, sin pensar. No es que quiero que así sea, sino que así es que me salen las cosas.

Por ejemplo, si me majo un dedo clavando un clavo no pienso antes de gritar "¡co-o, co-ito, co-azo!" Si alguien me dice algo que me ofende, no lo piense dos veces antes de responderle con una ofensa proporcionalmente igual a la ofensa recibida. Y si usted se atreve a faltarme el respeto, puede estar seguro de que las pedradas, balazos y malas palabras le van a caer como lluvia en pleno mes de Mayo.

Actuar sin pensar es tan propio de mi conducta que la gatica que tenemos en casa, llamada Merengue, ya sabe desaparecerse del medio antes de que le dé una patada por el trasero cuando se sube a la mesa.

Pero, también sé ser muy generoso, sin pensarlo. Me gusta compartir con los amigos, no lo pienso antes de pagarles las bebidas y le doy bolas a todo el que me encuentro en el camino cuando voy en mi camioneta hacia Sánchez. Hace unas semanas me encontré con dos muchachas jóvenes, muy buenamozas, en el cruce de Sánchez, que necesitaban venir hacia Las Terrenas. Les dí una bola. No bien entraron en la camioneta cuando comenzaron a preguntarme que de dónde era. Les dije que de la capital. No me creyeron, comenzaron a decirme que tenía que ser un gringo. Yo les enseñé mi cédula. "Eso se consigue en cualquier parte," me ripostó una. "Bueno…", respondí yo. Luego me preguntaron si era casado y yo les dije la verdad. Me preguntaron si quería novia, yo les dije que ya había pasado esa etapa. Entonces yo les pregunté que a qué se dedicaban. Pausaron, se miraron entre sí y una me dijo, "yo vivo en mi casa con mi mamá." "¿Y tu mamá sabe que tú andas buscando novio por la calle?", le pregunté yo. "Ella es la primera que me manda," me dijo ella, "porque sabe que en mi casa no hay na' que comer."

Por poco actúo sin pensar para dejarme llevar de sus ingerencias y así proponerles algo que les daría algo de dinero…ya que no hay na' en la casa, claro está. Pero, afortunadamente para ellas, cambié el tema y les pregunté si les gustaba el paisaje. Se rieron. Entonces la que estaba sentada al lado mío me tocó la barriga y me dijo, "pero te ves muy bien." "Gracias," le respondí yo. Yo entonces le toqué su barriga y le dije lo mismo. Ella se rió. Creo que nos estábamos entendiendo, aunque en ese momento casi me voy por un barranco, por estar prestando atención a la sonrisita lasciviosa que ella tenía atrabancá en esa boquita linda que tenía. Pero nada pasó.

Les confieso que actué como todo un caballero, sin pensarlo mucho claro está, y deposité sendos cuerpos hermosos en frente de la Marina, después de cruzar el "policía acostao." Después de entrar a la Calle El Carmen me entró unas ganas de volver pa'trás y seguir conversando, pero soporté valientemente la tentación y terminé llegando a mi casa donde mi esposita me recibió con un besote y un abrazote. Casi cometo el error de contarle lo que había pasado—nuevamente, actuar sin pensar, pero me aguanté y sólo le dije que todo el viaje había ido bien. Me pregunto cuántos choferes en el trayecto Sánchez-Las Terrenas y Las Terrenas-Sánchez se enfrentan a semejantes aventuras.

Pero volviendo a lo de actuar sin pensar, creo que no soy el único que actúa sin pensar. Cada vez que pienso en la ciguapa de los otros días y del besote que me dió, me entra una rabia del carajo que me hace comenzar a actuar sin pensar. Me he encontrado con cuchocientas mil personas que me dicen que les gustó el cuento de la ciguapa, pero lo que ellos no saben es que no fue cuento ná, que ocurrió de verdad y que esa ciguapa se me sigue apareciendo cada vez que paso por la mismísima esquinita de la Calle Principal. La última vez que se me apareció me enfogoné tanto que le caí a pedrá limpia por todo el solar y cuando me vine a dar cuenta de lo que estaba haciendo casi estuve al punto de caer en el arroyo al final del solar. Por suerte que no caí en el agua, porque con toda la basura que viene arrastrando por ese Caño Seco, yo hubiera terminado convertido en una Ciguapa hedionda, cancerosa e indescriptiblemente fea.

Señores, la última vez que crucé el Caño Seco, camino a El Pueblecito, había un montón tan grande de basura, completa con ratones, pañales desechables, comida podrida, animales muertos y todo tipo de desechos, justo al lado del riíto, de tal manera que constantemente esa basura se deposita en el caño y, eventualmente, termina en nuestras playas. Si alguien actúa sin pensar son los responsables de la basura a quienes parece no importarles lo que está sucediendo ahí y en muchos otros sitios similares. ¿Pero señores, en pleno año 2006, un año de elecciones, en una comunidad que depende del turismo y la cosa se mantiene así? Eso es un crimen de primera magnitud y los culpables merecen que mil ciguapas los torturen de día y de noche. Si yo era tan malvaíto cuando chiquito y merezco mil latigazos en el mismísimo infierno, imagínense lo que esa gente se merece.

Pero, ¿saben una cosa? Los malos degracimaos de verdad no son tanto los que no hacen el trabajo que debieran estar haciendo con los cuartos que reciben de la LMD, sino los que ponen la basura ahi. Sí, los que echamos la basura sin funda, en áreas críticas como esa y sin que nos importe nada. Es bueno echarles la culpa a los burros por dar patadas a lo loco, pero aprendamos a tener responsabilidad propia y cuidar de nuestros entornos nosotros mismos.

Pero, carajo, ya se dieron cuenta de que escribí sin pensar y sin pensar se quedó así. Después de todo esto es un soliloquio, o sea, "pensar en voz alta." Y como yo generalmente actúo sin pensar, pues sin pensar se quedó.

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