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sábado, 28 de junio de 2014

Tiempo de Parar



En los últimos diez años se ha podido observar un amplio “crecimiento” económico dentro del municipio manifestado en a) la multitud de condominios, plazas comerciales y villas, b) la transformación en la Calle Principal y la Calle El Carmen donde la mayoría de las edificaciones han sido destinadas al comercio, y c) el mayor número de restaurantes, vehículos, motocicletas y comercio informal en calles y calzadas.  Para confirmarlo basta hacer comparaciones.  Vayamos a Las Galeras, a Samaná y a Sánchez y no veremos algo semejante.  Vayamos inclusive a Nagua, a Castillo, a Cabrera, a Río San Juan, a Sabana de la Mar y otras zonas aledañas y concluiremos que no hay comparación, que Las Terrenas supera en creces las manifestaciones normales de crecimiento económico. 

Generalmente  el desarrollo económico suele ser medido en base a ingresos, o sea, mientras más dinero ganan las personas mayor es el crecimiento económico.  Dicho de manera altamente simplificada, en un país su crecimiento se mide en base el Producto Interno Bruto (PIB) y el PIB contabiliza la producción de bienes y servicios dentro de un período determinado, digamos un año.  Para medir el crecimiento en el PIB generalmente se calcula lo producido en la economía en un año (bienes y servicios) y se divide entre la cantidad de gente en el país.  Un año se compara con otro y si en el año que terminó en diciembre del 2013 se produjo más y la población no creció demasiado comparado al año 2012 entonces hubo un mayor crecimiento en el 2013.  Pero hay algo más, la inflación se come el crecimiento.  O sea, que si en el año 2013 los bienes y servicios crecieron en un 5% pero la inflación creció en un 3%, entonces el crecimiento real es de un 2% porque la inflación “se comió” a un 3% de ese crecimiento. 

Si hemos crecido tanto en Las Terrenas, ¿adónde han ido los beneficios obtenidos por ese obvio “crecimiento” económico?  La pregunta es muy importante porque tenemos que considerar el factor de desarrollo humano.  En economía moderna se habla de que no basta el simple ingreso monetario sino que hay que considerar indicadores de calidad de vida como el empleo, la salud, la vivienda y la educación, entre otros.   La premisa es que si un país o un municipio crece económicamente debe tener un impacto directo en la calidad de vida de la gente ya que es posible que se produzca más dinero pero se viva peor. 

En economías de alta desigualdad social como la nuestra, unos pocos se llevan el capital y la mayoría vive mal en base a los indicadores de calidad de vida. La economía es eso, medir los indicadores.  En el caso de Las Terrenas debemos hacernos la pregunta, ¿se vive mejor a raíz del “crecimiento” económico de los últimos diez años?  La respuesta es “sí” (para algunos) y “no” para la mayoría.  Es obvio que hay personas beneficiadas tales como ciertos inversionistas locales y extranjeros, un manojo de políticos o zorros políticos y un número limitado de empresarios en ciertas ramas.  Por otro lado está la mayoría de la población que se ha marginado en los últimos diez años a juzgar por el aumento de viviendas infrahumanas en los barrios.  Además, el crecimiento económico (o PIB local) ha sido carcomido por el costo de la vida derivado de los altos costos en la energía eléctrica, en los alquileres, en mantenerse sano en medio de tanta insalubridad y en la ausencia de una oferta de empleos estable y creciente, entre otros factores. 

Es posible entonces que en estos últimos diez años se ha creado más pobreza en Las Terrenas entre la mayoría de la población porque han crecido el desempleo y el subempleo, hay peores viviendas, mayores problemas de salud, mayor delincuencia y accesos más limitados a factores claves de calidad de vida.  Inclusive, inversiones millonarias del gobierno central como el acueducto y el desague sanitario han empeorado ciertos factores sociales dadas las deficiencias en los mismos y los que pudieron conseguir empleos no pudieron mantener ni aumentar su calidad de vida porque los factores de costo de vida se comieron las escasas ganancias. 

Consideremos también que el crecimiento dislocado coloca fuertes presiones sobre las infraestructuras existentes, creando demandas en bienes y servicios que no pueden ser suplidas por las limitadas capacidades y las imperantes ineficacias en el gobierno local y en el central.  Los servicios básicos de agua, basura, tránsito y salud, cuando son manejados ineficazmente, incrementan los costos y reducen la calidad de vida para la mayoría.  Es por ello que después de 10 años de constante e incomparable “crecimiento” la población mayoritaria de Las Terrenas no está mejor sino peor, aún cuando unos pocos obviamente han salido beneficiados.   

Por eso es que hay urgencia en pausar para no seguir creciendo por encima de nuestra capacidad de sustentabilidad.  El crecimiento manifestado en Las Terrenas no es sostenible y la razón básica es que ese crecimiento fue errático, no fue estratégico y se manifiesta de manera altamente destructiva en áreas como el medio ambiente, donde se siguen destruyendo ciénagas, playas y foresta, sin hablar de los niveles de ruido, de contaminación ambiental y de contaminación en acuíferos, playas y ríos. 


Ahora mismo Las Terrenas debe pausar para poder planear estratégicamente su futuro, si deseamos un cambio no podemos seguir haciendo lo mismo, de otra forma en la próxima década vamos a provocar una trágica y destructiva situación de inviabilidad. 

viernes, 27 de julio de 2012

Re-Creando Las Terrenas



Las Terrenas es uno de los mejores destinos turísticos del país al desnudo, au naturel.  Llega a esa posición principalmente en virtud de sus bellezas naturales, pero también en base a la ingenuidad de un grupo diverso de inversionistas y, en manera particular, a raiz de la exótica conjunción que produce la mezcla de etnias, culturas, idiomas, músicas, cocinas y una amplia gama de ofertas afrodisíacas.

La gente viene a Las Terrenas porque ve pueblo y gente, playas y montañas, lo mejor de la cocina gourmet y ese je ne sais quoi que tiene mucho que ver con su perfume salvaje y excitante.  Si algo atrae de Las Terrenas es que escapa a cualquier definición ortodoxa.

En el contexto del negocio turístico, principal fuente de empleos y divisas, todo eso suena muy bonito aunque igualmente limitante.  El mercado externo demanda más que un desnudo, requiere niveles de sofisticación que brillan por su ausencia y presiona a la oferta para que se ajuste a las presiones del mercado.  Para empezar, Las Terrenas no es un Punta Cana, ni un Sosúa, ni la Zona Colonial.  Es sui generis y, como tal, requiere de repuestas que reconozcan su naturaleza.

Lo mejor de Las Terrenas sólo se compara con lo peor de su suerte:  una administración edilicia incapaz, ineficiente, apática, malversa y sin el saber-hacer que corresponda a la realidad actual y a las mejores aspiraciones futuras de todos.  Esa gerencia ha estado ausente de la evolución turística en los últimos séis años, justamente cuando el potencial ha sido el más alto, los recursos han estado más asequibles y ha disfrutado de la intervención gubernamental directa en una variedad de frentes.  La ausencia de una gerencia municipal efectiva y visionaria crea un vacío que ha sido llenado con lo peor del capitalismo explotador.  No hay crecimiento sin capital, pero el capital por sí solo es explotador.  Sin equidad no hay desarrollo.  Tanto en lo macro como en lo micro, los poderes que sí pueden están  haciendo fiesta con los haberes y bondades del lugar, mientras que la comunidad en general se encuentra marginada.  Ha habido una denegación de equidad.  Cuando el gallo no está las gallinas hacen fiesta.

Esos poderes han sabido manejar lo macro para beneficiarse en lo micro y ejemplos de ellos son Balcones del Atlántico (el mayor depredador en el municipio y principal peligro para un futuro equitativo local), el Ministro de Turismo (por crear un precedente formidablemente destructivo con la reconstrucción del Pueblo de los Pescadores en la manera en que lo hizo), Bahía Príncipe El Portillo (por su notable ausencia en el desarrollo social balanceado local, limitando su presencia a la simple explotación de su monopolio como todo incluído), algunos de los dueños de propiedades y proyectos en Playa Bonita (por la manera en que han accionado en relación a la protección de la playa convirtiendo algo muy bueno en algo malvado) y el mismo Alcalde municipal (quien tiene la triste costumbre de enlodar todo lo que toca).

Aunque existe una percepción de lo que podemos ofertar como marca-destino, la verdad es que existe solamente en la mente de algunos y requiere que sea el resultado de un más amplio consenso cuyo proceso mismo podría ser profunda e indispensablemente formativo.   La informalidad es enemiga del desarrollo y la ausencia de planificación estratégica hace malgastar los recursos.  Las pirañas pescan más en mar revuelto. 

Igualmente, nada nos afecta más en la búsqueda de un consenso adecuado o de acciones contundentes que la carencia de conocimientos y prácticas fundamentales de desarrollo sostenible a nivel de pueblo.  Fue contraproducente ver muchos que marcharon para defender las playas defendiendo firmemente que no se recuperara la playa del Pueblo de los Pescadores, sobretodo cuando habían otras opciones viables.  El Pueblo de antes se fue para siempre y muchos no han salido del trauma de la pérdida con consecuencias desastrosas para el municipio.

Por otro lado, muchos igualan desarrollo a inversión, lo cual es profundamente errado.  Los estándares aprobados internacionalmente determinan que el desarrollo debe proteger los recursos naturales (sostenibilidad), debe crear equidad económica y debe contribuir al desarrollo humano.  Ese “triple play” ha estado ausente en nuestro medio de manera notoria y fortuita.

Personalmente, a través de los años, he tratado de fomentar a través de la Fundación Mahatma Gandhi y de manera personal la formulación de decisiones y estrategias integrales, mientras respondo a lo que siento debe ser confrontado.  Primero lo hicimos como coordinador de la Comisión de Seguimiento del Lic. Luis Simó, luego con La Declaración de Las Terrenas, luego con las denuncias en contra de la depredación medioambiental durante la reconstrucción del Bahía Príncipe de la que hizo eco el programa televisivo “El Informe” de Alicia Ortega.  Luego intentamos impulsar dos veces la creación  del Cluster Eco-Turístico de Las Terrenas, hicimos también la denuncia por la depredación de 30,000 m2 hecha por Balcones del Atlántico cuyos resultados negativamente impactantes fueron confirmados por la Universidad INTEC y el Ministerio de Turismo (para luego ser premiados con un decreto del Presidente Fernández y el título de “proyecto ecológico” hecho por el Ministro de Turismo Francisco Javier).  Organizamos una Marcha y Concierto Por Las Playas y además de numerosos artículos y propuestas en diversos medios, últimamente participamos en una propuesta a favor de la reconstrucción del Pueblo de los Pescadores en un lugar viable y sostenible y en contra de la manera contraproducente en que se hizo, creando unprecedente destinado a castigarnos por años.  También, hace un par de semanas,  trajimos al Dr. Juan Lladó para que contribuya a la exploración de lo posible en el ámbito del desarrollo turístico.

Pienso que lo que se necesita debe ser el resultado de un diálogo amplio e ilustrado, la búsqueda de un “conversao” acompañado de una buena tacita de café o un juguito de chinola, con la mente amplia, el corazón abierto y los ojos aguzados.  Debemos ‘entrarle’ al asunto francamente, sabiendo que los capitalistas explotadores que nos cunden buscan lo suyo, pero con la esperanza de que encontremos el balance de las cosas, por el bien de la comunidad.

Los eventos recientes (reconstrucción de la Aldea de los Pescadores, el bloqueo al acceso motorizado a Playa Bonita, la pérd5da del camino de Maricó, la falta de acceso en Cosón, la privatización de la playa de Balcones del Atlántico, entre otros) requieren de una empresa con recursos que tenga el ánimo de ser el catalista para semejante proceso, el cual estoy dispuesto a facilitar de ser necesario como experto en procesos participativos.  Pero no tengo que ser yo.  Digo una empresa porque lamentablemente quien debiera hacerlo, el gobierno municipal, carece de lo necesario para hacerlo y nada ha hecho en ese ámbito en 6 años de gobierno.  Pienso que debe ser un proceso de 3 meses, 10 reuniones de 2 horas cada una y no lo creo mucho ni pesado porque Las Terrenas se merece una propuesta robusta, de la cual partamos hacia un mejor destino como comunidad turística y eso requiere tiempo y disponibilidad.  Hay que hablar y hay que escuchar, hay que pensar y hay que decidir, hay que teorizar y hay que aterrizar; pero, más que nada, hay que actuar.  Creo que todos saldremos ganando y ninguno perdería si logramos un plan ejecutable de respuestas al conjunto de circunstancias que nos rodean, principalmente las de mayor potencial.

PROPUESTA:  aprovechar las inquietudes creadas por eventos recientes para que una empresa de alto cometido financie y promueva un proceso de diálogo formativo entre actores empresariales, sociales, comunitarios y gubernamentales, con el objetivo de responder a las necesidades imperiosas relacionadas al desarrollo sostenible del municipio de Las Terrenas en el ámbito turístico.  Al final de todo, habremos ayudado a re-crear Las Terrenas, tomando lo mejor de lo que tenemos para lanzarnos hacia algo aún mejor.

lunes, 23 de julio de 2012

Los Próximos Cinco Años



Una comunidad progresista se planifica.  Aquí intento resaltar algunos factores inaplazables, determinantes para nuestra evolución actual y para el futuro de la comunidad como entidad viable y sostenible.  Según el Proyecto Común Tierra que abarca desde México hasta el cono sur, una comunidad viable se conoce como la que es capaz de sostenerse a sí misma “sin poner en peligro el ecosistema local o mundial.”  O sea, es una comunidad que vive no sólo para el presente sino que intenta preservar lo más posible para futuras generaciones aquí y dondequiera.

La primera de tres grandes necesidades es la de crear un proyecto de comunidad que sea incluyente, progresista y sensato.  Un proyecto de comunidad incluyente atrae la participación de la mayor cantidad de actores, dando voz y formando voces que necesitan ser escuchadas, tengan o no alcance al poder o a los recursos.  Progresista implica que habrán expectativas claras que ayuden a sentar la diferencia entre ‘crecimiento’ y ‘desarrollo’ para saber cuándo escoger una o la otra e, incluso, para decidir crecer menos para desarrollarnos más.  Ser sensato quiere decir “tener sentido”, por lo que en el caso nuestro debemos dirigir nuestra atención al futuro turístico, creando un plan, una marca-destino y estrategias relevantes.  Un proyecto de comunidad no es el resultado de la acción heroica de uno, sino de la visión compartida entre muchos. 

La segunda necesidad es la de crear un proyecto de desarrollo económico cuyo centro sea el factor humano.  Para mi eso implica tres cosas:  eliminar el analfabetismo, capacitar en áreas técnicas y vocacionales, y encontrar suficientes fondos internos y externos que promuevan inversiones que produzcan riqueza interna para la mayor cantidad de personas posibles, nacionales y extranjeros.  Erradicando el analfabetismo lograremos obtener niveles de dignidad y potencial humano verdaderamente transformadores, porque saber leer y escribir adecuadamente abre las puertas a una mejor educación y a oportunidades formativas.  Tener una comunidad progresista requiere mejores niveles educativos en su población.  Ya se ha hablado muchas veces de crear un centro del INFOTEP en Las Terrenas, pero la idea siempre se ha quedado huérfana por un número de razones harto conocidas, por lo que simplemente requiere de alguien que “le meta mano.”  Finalmente, existen cientos de millones de dólares y de euros que podrían venir a Las Terrenas en los próximos cinco años si tuviéramos un centro de desarrollo cuyo principal objetivo sea el de escribir propuestas viables y dirigirlas a los organismos correspondientes, tanto gubernamentales como no gubernamentales, incluyendo fuentes externas.  Una vez obtenidos los fondos y los proyectos deben ser ejecutados de manera efectiva y transparente.

La tercera necesidad es pesarosa porque implica profundos cambios en tres factores críticos y al momento destructivos:  el alto costo de la luz, el alto costo de las rentas y el alto costo de la comida.  Yo estimo que en los próximos 3 años, si no antes, el problema Luz y Fuerza debe ser resuelto a como dé lugar.  Pienso que debe haber una manera de hacer que las rentas se reduzcan por lo menos a la mitad, sobretodo las rentas comerciales.  Y, finalmente, tenemos que buscar la manera de alimentarnos en su mayor parte en base a frutos y vegetales cultivados dentro del municipio, lo que es posible con una correcta estrategia económica de apoyo al agricultor y de un mercadeo sagaz.

De más está decir que las tres estrategias apuntan hacia un centro de acción que aún no existe y que nunca ha existido en Las Terrenas.  Lamentablemente, la administración edilicia actual carece de visión y del saber-hacer para llevarlo a cabo, pero nada de lo mencionado puede realizarse a plenitud sin su participación.  Esta triste realidad es una maldición.  Creo que la Sala Capitular deberá impulsar lo necesario aún ante la triste presencia de tantos factores distrayentes y contraproducentes.

En conclusión, el desarrollo humano debe ir mano a mano con el desarrollo económico.  El turismo es un factor preponderante pero no es el único.  Si no hay desarrollo humano las ganancias en turismo quedarán en manos de unos pocos.  Si hay desarrollo humano las ganancias se esparcirán por doquier.  No hay desarrollo sin equidad.  El desarrollo no es que unos cuantos se hagan rico con el patrimonio de todos, sino que los bienes de todos se utilicen para potenciar el desarrollo de la mayor cantidad de personas posible.  Crecimiento sin equidad es explotación.  Crecimiento con equidad conduce al verdadero desarrollo.  El verdadero desarrollo implica crecimiento económico, equidad social y la protección de los recursos naturales.  Ahí está la meta para los próximos cinco años.

sábado, 23 de abril de 2011

Viabilidad



Estoy convencido de que Las Terrenas está en peligro de sucumbir como comunidad viable a consecuencias del crecimiento no controlado, del alto costo de la energía eléctrica y del alto costo de rentas y propiedades.  Además hay factores de calidad de vida que inciden en la crisis como lo son la acumulación de basura, la contaminación del aire, la falta de estacionamiento, el caos en el ordenamiento, altos niveles de ruido, altos costos de alquiler, alto costo de la comida, alto costo de la luz, insuficientes empleos y bajos niveles educativos, además de la falta de estándares y normas para la función municipal. 

El término “viabilidad” se refiere a las características indispensables para que una comunidad ofrezca lo necesario para un estilo de vida razonable.  A manera de ejemplo, la falta de estacionamientos no impide que la comunidad siga existiendo, pero hace que la calidad de vida se reduzca para los que tienen vehículos o para los que visitan en sus vehículos.  Un alto índice de criminalidad, otro ejemplo, no impide que se siga viviendo pero haría que la calidad de vida se deteriore totalmente.  Viabilidad consiste en elevar los niveles de calidad de vida mientra se reducen o eliminan los factores que la impiden.

Estoy igualmente convencido de que en futuro de nuestra viabilidad comunitaria bien podría depender de un solo factor, el que si fuera bien utilizado elevaría todos los niveles de viabilidad existentes y crearía muchos otros nuevos e igualmente atractivos.  Me refiero al río Las Terrenas.

El río Las Terrenas pudiera convertirse en el centro del desarrollo económico, social, cultural, artesanal, deportivo y educativo para un futuro comunitario de grandes y mejores esperanzas.  No es bueno que dependamos de un solo factor (las playas), la diversificación económica es deseable e indispensable.  El río Las Terrenas está preñado de posibilidades y usted puede imaginarlo pariendo un parque-franja que vaya desde la playa hasta el área de Caño Seco, con sectores dedicados a zonas recreativas, boutiques, parques infantiles, plazas artesanales, anfiteatros, cascadas, senderos para bicicletas y fuentes de agua, entre otros.

Dar a luz un proyecto tal implicaría el saneamiento del río, la mudanza del vertedero, el desalojo de viviendas en las zonas críticas, pero también implicaría un creciente flujo de capital y de inversiones sostenibles. Imagine la misma creatividad, recursos y energías que han sido dedicados a crear ambientes en Balcones del Atlántico, en Puerto Bonito, en el Hotel Bahía Príncipe y en otros grandes proyectos locales, dedicados igualmente a hacer del río Las Terrenas un atractivo turístico 24/7. Además de sus conocidas y apreciadas playas, Las Terrenas sería igualmente conocida por una zona urbana modelo que sería la envidia de cualquier otra comunidad en el pais y es posible que se puedan atraer inversionistas que estén dispuestos a dedicar tiempo, dinero y recursos en hacerlo posible.

El Parque Las Terrenas implica un proceso de desarrollo urbano dentro de los próximos cinco años que añadaría valor agregado a la creciente infraestructura que el gobierno central ha empujado.  Además, un proyecto tal de desarrollo urbano ayudaría a reducir las consecuencias de la lamentable ausencia de un plan de desarrollo turístico municipal y la de un plan de desarrollo socio-económico paralelo, lo que ha provocado una creciente marginalización social y una latente tensión socio-económico entre los muchos actores económicos formales e informales. 

Qué bueno sería si arquitectos, educadores, el Ministerio de Turismo, el Ministerio de Medio Ambiente, la Alcaldía Municipal, los legisladores, los regidores, los líderes comunitarios, los líderes de asociaciones y los técnicos relevantes se sentaran bajo un mismo baluarte para planear un futuro nuevo y promisorio utilizando como base el río Las Terrenas. Me atrevería a especular que a menos que le dediquemos la atención que se merece el río Las Terrenas bien podría convertirse no en la esperanza más promisoria sino en la estocada mortal para la viabilidad comunitaria de Las Terrenas.  Si queremos que el pueblo sucumba a los peores males sociales entonces dejemos al río tal como está, pero si queremos que el pueblo sobreviva como pueblo (viabilidad comunitaria) entonces tenemos que transformar al río Las Terrenas.  No hay otro modo.






viernes, 23 de julio de 2010

Restauración

En algún momento de la historia de este universo todo existía en perfecta armonía. Durante la mayor parte de la historia de este mundo la naturaleza y los seres humanos convivían bajo una relación dinámica: había suficiente para todos y lo que se usaba era lo que se necesitaba para subsistir. La calidad del aire y del agua, al igual que la energía de la tierra y la riqueza de los lagos y mares estaban a niveles óptimos. Había más de lo esencial y lo que era usado no desgastaba lo existente.

Durante ese mismo tiempo hubo desastres, erupciones volcánicas, terremotos, huracanes, calentamientos y enfriamientos, guerras y pestilencias. En muchas ocasiones la mano del hombre contra el hombre era la causa de muerte de cientos de miles de personas.Entre la armonía y las destrucciones periódicas había cierto balance, cierta tensión creativa, lo que impedía que la tierra y sus recursos se destruyeran o que el ser humano desapareciera de sobre la faz de la tierra.

Las cosas han cambiado enormemente en los últimos siglos y han cambiado de manera alarmante en las últimas décadas. Gran parte de la humanidad no ha podido comprender que para sostener la vida es necesario que la tierra posea la capacidad de regenerarse y que nunca se agoten los recursos que hace posible que generaciones futuras disfruten de la calidad de vida que se pueda estar ofreciendo hoy. El principio de mantener los recursos naturales y su uso a niveles tales que las generaciones futuras no se afecten se le llama sostenibilidad.

Pero la sostenibilidad es casi imposible de identificar, monitorear, predecir y realizar. Por ejemplo, la pesca y la riqueza del mar que rodea a Las Terrenas ha sido agotada y destruída tan completamente que no hay ni visos ni esperanzas de que pueda reponerse a como era 50, 40, 30, 20, ni siquiera 10 años atrás. La próxima generación no encontrará las langostas, los langostinos, los pulpos, los cangrejos y los peces que encontramos hoy. Razonablemente, no podemos esperar que decenas de personas que viven de la pesca dejen de pescar por 5 años para darle un chance a la naturaleza a que se reponga. Sería factible (como muchas otras cosas), pero eso necesita cometido, fondos y creatividad.

Se habla mucho de desarrollo sostenible. Me gusta como suena, sostengo sus principios y me encantaría que ocurriera. Pero la parte realista de mi cerebro me dice "es imposible obtener niveles sostenibles de desarrollo en los actuales momentos y no hay nada que indique que las causas de no sostenibilidad vayan a cambiar en cualquier momento." Creo que estamos en medio de un viaje de auto destrucción y no está limitado a los recursos naturales.

Los que hacemos exploraciones sociales de manera regular nos damos cuenta, y notamos con preocupación, como existe una aparente marea autodestructiva dentro de nuestra comunidad. Más personas mueren en accidentes de tránsito que se pueden evitar. Mucho más invierten las familias en bebidas que en la educación de los hijos y las hijas, los niveles de contaminación del agua alcanzan índices epidémicos, más y más niñas menores salen embarazadas y más y más niños menores son explotados sexualmente, el ruido es insostenible en muchos sitios y no ha habido ninguna iniciativa de repoblar los árboles, ni de sanear los pantanos, ni de rescatar los humedales, que han sido destruídos o alterados en los últimos años.

Los vegetales que consumimos vienen de otras comunidades, después de haber sido manoseados, expuestos al sol, a la interperie, al polvo, a la contaminación y nos llegan mareados y en variedades reducidas y limitadas. La agricultura ha desaparecido del lugar y por eso la fuente de comida está situada cada vez más lejos. Para hablar de sostenibilidad tendríamos que hablar de vacas cercanas que produzcan buena leche, de gallineros que produzcan carne blancas y huevos sin tirar la sangre de las aves sacrificadas en las cunetas del centro del pueblo (la que atraviesa 650 metros por las cunetas de la calle principal hasta llegar al puente de Abundio y, finalmente, al mar).

Para hablar de sostenibilidad tendríamos que producir nuestros vegetales en valles y montañas más cercanas, reduciendo el costo y aumentando su calidad y durabilidad.

Todas esas cosas son idealismos. Por eso creo que en lugar de hablar de sostenibilidad (de la que realmente nadie está hablando en ningún sitio) deberíamos realmente hablar de restauración. Restaurar significa volver las cosas a su estado anterior. Es un proceso lento, premeditado, enfocado pero persistente. Es hablar de empezar con una hortaliza a la vez, es hablar de sembrar 500 arbolitos a la vez, es hablar de la piscicultura de la tilapia para darle un descansito al mar, es hablar de parar el chorro de sangre en las calles y de invertir más en la educación que en las bebidas, es hablar de dar a los niños y niñas los valores y derechos que se merecen.

Si queremos un mejor futuro hay que empezar a restaurar ahora mismo.

sábado, 17 de abril de 2010

Crecimiento y Desarrollo

(Arriba, muchos piensan que gordura "crecimiento" es salud, pero el crecimiento puede esconder severos problemas urbanos y sociales, como en el caso de Las Terrenas, mucho crecimiento y muy pobre desarrollo humano)
En los siete años que tengo viviendo en Las Terrenas cada semana he visto algo en construcción: construcciones pequeñas, construcciones grandes, proyectos en curso, proyectos terminados y proyectos paralizados. Caminando por la Calle Principal y por la Calle El Carmen recuerdo las casitas y los chinchorros que ya han desaparecido y los muchos espacios comerciales nuevos que han tomado su lugar.

Las Terrenas es y ha sido una comunidad de mucho “crecimiento.”
¿Se podrá decir que Las Terrenas es una comunidad de mucho “desarrollo”?

Definamos los términos. En el contexto económico de un pais el “crecimiento” generalmente se refiere al producto interno bruto (PIB) en relación al crecimiento poblacional y a la inflación. Un ejemplo práctico y sencillo, si en los últimos 4 años Las Terrenas atrajo grandes inversiones de dinero mientras la población se mantuvo igual y la inflación también, entonces tuvo un PIB positivo. El PIB se utiliza para compararnos a las demás economías de la zona. Por eso, siempre a manera de ejemplo limitado, cuando comparamos a Las Terrenas con Sánchez, con Santa Bárbara, con Las Galeras y hasta con Nagua, podemos decir que en los últimos 10 años hemos experimentado un mayor crecimiento económico.
(Izquierda, ciclistas contra la polución)


El desarrollo económico es otra cosa. En el desarrollo económico, además de las inversiones financieras, entran dos otros factores esenciales que hay que tomarlos muy en cuenta. El primero es el de la equidad social. Equidad tiene que ver con el desarrollo humano; o sea, la medida en que la inversión y el crecimiento económico mejoran la calidad de vida de la población en un área determinada. Eso quiere decir que todas esas construcciones, todos esos proyectos, todas esas villas y castillas, de haberse hecho con equidad social hubieran resultado en mejor salud, mejor educación, mejores servicios y mejores recursos para la población en general, sobretodo la más necesitada. Uno se pregunta, ¿cómo es posible que a pesar de ese crecimiento económico tan notorio Las Terrenas no tiene ni un camión de bomberos, ni una ambulancia, ni un parque infantil, ni un centro cultural, ni becas estudiantiles, ni calzadas, ni zonas peatonales, ni parques municipales, ni mercado municipal, etc.? Porque Las Terrenas creció pero sin equidad social y el beneficio del crecimiento económico no benefició adecuadamente a la comunidad. (Foto derecha: demasiado crecimiento congestiona y reduce la calidad de vida)

Indudablemente, el crecimiento económico en Las Terrenas creó nuevas y mayores riquezas EN UNOS POCOS, pero no alcanzó a las grandes mayorías. El crecimiento en la construcción creó mayores desigualdades sociales en la población, causando áreas marginadas fuera del centro del pueblo y permitiendo que factores de pobreza (desnutrición, enfermedades, falta de agua potable, contaminación, bajos niveles educativos) permanecieran y aumentaran. Hoy en día después de 4 años de franco crecimiento económico tenemos más gentes viviendo peor, sin recursos y sin programas disponibles para ayudarles. El crecimiento no creó equidad al no aumentar la calidad de vida de grandes segmentos de la población.

El segundo factor en el desarrollo económico es la preservación de los recursos naturales. La depredación de los recursos naturales empobrece la tierra, su medio ambiente y las posibilidades de una vida más sana e integral para futuras generaciones. Cuando el crecimiento económico (construcciones y demás) arrasa con los recursos naturales en la manera en que varios proyectos bien conocidos lo han hecho, en realidad lo que han hecho es crear un crecimiento en reverso o negativo. Tales proyectos contribuyeron al enriquecimiento económico de sus dueños mientras contribuyeron igualmente al crecimiento económico negativo de la comunidad por haber destruído sus recursos naturales. Hoy hay menos recursos naturales disponibles para las generaciones futuras como resultado de la depredación. Esos recursos naturales no volverón, han desaparecido para siempre.

Cuando se habla de desarrollo sostenible se habla de un crecimiento económico que fomenta y mejora la equidad social, al tiempo que preserva los recursos naturales. Ese tipo de desarrollo aún no ha llegado de manera notable a Las Terrenas y una causa central del desastre territorial, del caos en el tránsito, de la ausencia de ordenamiento es que el crecimiento tampoco se planeó adecuadamente. No sólo fue un crecimiento depredador sino que ha sido un crecimiento caótico.
El caos de hoy es el resultado de la ausencia de planeamiento en los últimos años.

El desarrollo sostenible es el que permite crecer, construir, ampliar en base a estándares reconocidos y el que permite crear fuentes de empleos que aumentan la riqueza y la dignidad humana. Crecimiento económico sin ordenamiento municipal enriquece sólo a unos pocos mientras que la sociedad en general se empobrece más, aumentando sus problemas sociales y destruyendo sus recursos naturales.

Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...