La vida es complicada por lo que las decisiones que tomamos requieren de
las mejores ideas y de las mejores ejecuciones. Para resolver las complejidades en la vida es
necesario el mejor conocimiento y la mejor “ingeniería mental,” o sea, las
mejores capacidades de elegir y de accionar.
Llegar a ese nivel de capacidad es un ejercicio de toda la vida que
empieza en el hogar y se expande en la escuela.
La niñez es el lugar para aprender a responder a las
complejidades de la vida y lo que hacemos con nuestros niños y niñas en la casa
y en la escuela se cosechará durante toda la vida. “Enseñar puede cualquiera, educar sólo aquél
que sea un evangelio vivo,” dijo José de la Luz y Caballero, lo que sugiere que
la educación, en la casa y en la escuela, no es el proceso de depositar cifras,
nombres y hechos en el disco duro interno del educando, sino que la mejor
educación libera a la persona para convertirse en el mejor ser humano posible, tanto
en su visión de la vida como en sus conceptos y en sus acciones.
Una educación tal requiere de maestros calificados en el
arte de escuchar, de observar, de compartir y de dirigir. No es un camino de una vía donde el educando
lo recibe todo y el maestro es el centro de lo que ocurre. El educador integral es, en verdad, un agente
de cambio, reconociendo los talentos y capacidades inherentes o creadas en el
educando, aportando lo necesario para un desarrollo individual y colectivo al
ritmo adecuado. Las capacidades innatas
y creadas en el educador son indispensables para una buena educación, ya que un
maestro bien entrenado y con adecuadas experiencias evita improvisaciones y
aporta la mayor solidez académica
posible de acuerdo al nivel sicológico y cognitivo del educando.
La mejor educación requiere también de un ambiente
conducente al aprendizaje. Un lugar
limpio, ambientalmente sano, que exponga a los educandos a la naturaleza y a la
libertad de movimiento, al ejercicio de destrezas físicas para una mejor salud
y un mejor desarrollo corporal es lo ideal.
El ambiente es importante porque el mejor ser humano es el que puede
vivir en armonía con su medio ambiente y esa aptitud se cultiva en la casa y se
expande en la escuela.
El contenido de las clases y la manera en que se imparten es
clave para el desarrollo integral y liberador, porque en lugar de depositar
conocimientos, tal como se deposita dinero en un banco, la educación liberadora
aporta conocimientos auténticos, o sea, vitales para la vida. Igualmente, la solidez académica se basa no
sólo en el contenido sino también en la manera de pensar y de enseñar, por lo
que la mejor educación fomenta calidad de pensamiento al igual que calidad de
contenido.
Creo que Las TerrenasInternational School (LTIS) es un colegio que promoverá sólidez académica
en un ambiente armónicamente integral, con maestros nativos en el idioma inglés
altamente calificados, entrenados en los Estados Unidos y comprometidos con el
desarrollo de todas las capacidades en los educandos, incluyendo la capacidad para
resolver las complejidades en la vida.
Además de liberar las capacidades internas y crear las que el nivel
social y sicológico del educando permitan, los/las estudiantes del LTIS
aprenderán inglés al nivel nativo, disfrutarán de recreación y deportes
dirigidos por maestros alemanes especializados, tendrán acceso a la biblioteca
más grande del nordeste y a un laboratorio de computadoras con recursos
inigualables. Igualmente cultivarán el
amor por la naturaleza y la búsqueda de respuestas no violentas a las complejidades
propias de la vida.
Invito a mis lectores a darle un vistazo al sitio Web http://ltis2.wix.com/ltis donde aprenderán
más sobre el colegio, para que puedan invertir ahora en la educación de sus
hijos, lo que les ahorrará mayores gastos en el futuro y les será devuelto en
mayores beneficios personales y sociales.
Las Terrenas posee ahora una amplia oferta de centros educativos, la más
amplia y diversa en todo el nordeste, lo que permite a padres y tutores a
escoger tanto para el presente como para el futuro.