El Holocausto, conocido como el Shoah entre los hebreos, es el término generalmente utilizado para identificar el genocidio de 6 millones de judíos durante la segunda guerra mun
dial.
Esos 6 millones representaban a dos tercios del total de la población judía en Europa antes de la Segunda Guerra Mundial.
En esos 6 millones habían hombres, mujeres, niños y ancianos.
Pero el genocidio nazi no se limitó a los judíos, incluyó también a prisioneros rusos y polacos, a los Roma (gitanos), a los homosexuales, Testigos de Jehová y a una multitud de oponentes politicos y religiosos, alemanes o no.
Cuando se juntan a todos el total estimado de personas sistemáticamente eli
minados llega entre 11 a 17 millones de personas.
¿De quién fue la culpa?
El genocidio es inexcusable y militares alemanes fueron juzgados y sentenciados a muerte en los juicios de Nuremberg después de la guerra, pero la culpa, la verdadera culpa, en su amplitud y complejidad, puede echarse sobre muchas otras personas y condiciones, sociales y políticas.
Por cientos de años, la minoría Tutsi en el pais centroafricano de Rwanda había gobernado el pais y, en las últimas décadas, los belgas habían dado apoyo a los Tutsi sobre la mayoría Hutu porque los Tutsi, al ser de tez más clara, eran considerados más parecidos a los europeos. Asesinatos entre Tutsis y Hutus habían ocurrido por años, eventualmente desembocando en una guerra civil. Los Hutus, ya en el poder, reunieron al gabinete gubernamental y planearon un genocidio para los Tutsis. En menos de séis meses mataron aproximadamente 800,000 personas, generalmente los de tez clara y cuyas cédulas los identificaban como Tutsi. En ese tiempo había una “fuerza de paz” de las Naciones Unidas que no hizo nada, los paises europeos y los Estados Unidos de América bajo Clinton sabían lo que estaban haciendo los Tutsis y no hicieron nada. ¿De quién fue la culpa? ¿Día tras día esa gente salía a las calles con sus AK-47, buscando gente de tez clara, violando hijas, esposas y madres y sometiendo a miles de personas al imperio de las balas? 125,000 personas cada mes; 4,000 personas cada día; 800,000 personas en séis meses; y nadie los paraba. ¿De quién fue la culpa?
Por cerca de 31 años el Jefe gobernó el pais con mano férrea, dando y quitando vidas, construyendo y destruyendo, adueñándose de personas, tierras, bienes, adolescentes, esposas y casas, al igual que de las tradiciones, los honores y las identidades del pais. Nada escapó al alcance de su brazo, como tampoco escaparon hombres y mujeres, presidentes, religiosos y personas comunes. No escaparon expedicionarios y tampoco escaparon Tres Mariposas que dejaron de respirar en las montañas cercanas a Puerto Plata. Trujillo creó un imperio de miedo y de impunidad y la cultura resultante permanece hasta el día de hoy. Difícilmente haya una familia dominicana que no fue tocada vilmente, de una manera u otra, por este cruento e insaciable dictador. ¿De quién fue la culpa? ¿Cómo pudo durar tanto tiempo, 31 años, 365 meses, miles de crímenes, millones de abusos, terrores de día y de noche? ¿De quién fue la culpa?
Cuando se deja que las cosas malas ocurran, sin paro, sin castigo, sin consecuencias, se le llama “impunidad.” Literalmente el término quiere decir “sin pena” o “sin castigo.” Para responder la pregunta “¿de quién fue la culpa?” tenemos que confrontarnos a nosotros mismos con otra pregunta: ¿cuánto estoy dispuesto a soportar? En el caso de los Nazis, de los Hutus y Tutsis, de Trujillo, es más fácil ver a los culpables por el inmenso impacto de las acciones cometidas, porque se celebraron juicios y se encontraron culpables, porque muchos de ellos fueron condenados y se cerraron muchos capítulos pertinentes. En el caso de una comunidad como la nuestra donde a diario existin abusos, violaciones a la ley y donde existe un franco deterioro de las normas sociales mínimas a todos los niveles, empezando por los que más poder tienen, ¿qué se puede hacer? ¿De quién ES la culpa?
Si no actuamos la culpa ES de todos. Si no actuamos la culpa ES de los que se quedan callados. Si no actuamos todos sufriremos la consecuencia. Hoy en día no hay cámaras de gas, ni AK-47s, ni los cepillitos de la muerte. Hoy en día es más sutil, el abuso nos llega con un pétalo de rosa en la mano y nosotros somos los que engordamos a la impunidad.