sábado, 6 de marzo de 2010

La Mitad del Cielo

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora (o también Día Internacional de la Mujer) se celebra el día 8 de marzo y está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona. Es fiesta nacional en algunos países.
La idea de un día internacional de la mujer surgió al final del siglo XIX, en plena revolución industrial y durante el auge del movimiento obrero. La celebración recoge una lucha ya emprendida en la antigua Grecia por Lisístrata, quien empezó una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra, y que se vio reflejada en la Revolución Francesa: las mujeres parisienses, que pedían "libertad, igualdad y fraternidad", marcharon hacia Versalles para exigir el sufragio femenino, pero no fue sino hasta los primeros años del siglo XX cuando se comenzó a proclamar, desde diferentes organizaciones internacionales de izquierda, la celebración de una jornada de lucha específica para la mujer y sus derechos. (fuente de lo anterior: Wikipedia).
La celebración de este evento debe llevarnos a la reflexión. Por ejemplo, 100,000 niñas son secuestradas cada año en la China para instalarlas en burdeles y traficarlas por todas partes del mundo.
Nosotros que vivimos en una comunidad donde existen varias maneras de traficar con menores debiéramos preocuparnos, sobretodo después de una celebración de carnaval en la que sus organizadores permitieron un batón ballet que hacía que niñas menores se tiraran sobre la calle a bailar el perreo y a hacer gestos vulgares y sobre-sexualizados. A las niñas no parecía importarles, tampoco a sus dirigentes y mucho menos a los organizadores del evento.
En el mundo muere una mujer cada minuto durante el parto. Mueren más mujeres dando a luz que los soldados y civiles que mueren en una guerra. Las muertes ocurren mayormente en paises en desarrollo, los que muchas veces carecen del cuidado prenatal básico o de servicios adecuados de salud femenina. De hecho, dar a luz es tan riesgoso hoy en día como lo fue hace 20 años. Solamente en Latinoamérica mueren 15,000 mujeres en el parto cada año, una situación verdaderamente inaceptable. La gran mayoría de estas muertas ocurren entre madres adolescentes, pobremente preparadas para parir, pero que fueron entregadas al matrimonio por sus padres, ya sean por razones económicas o por razones culturales.
Algunos expertos piensan que si los presupuestos y los servicios de salud estuvieran principalmente en manos de mujeres otra cosa fuera. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Población hacen falta dos cosas para cambiar las cosas: voluntad política e inversión financiera.
Es vergonzoso que el dinero no aparezca para mejorar las condiciones de la mitad del mundo (la “mitad del cielo” según un proverbio chino), pero sí para que los machos del mundo jueguen a la guerra. Los que vivimos en una comunidad donde no hay programas oficiales para mejorar la calidad de vida de la niñez y adolescencia femenina y donde no existen programas especializadas para atender a la salud maternal y femenina, no debe extrañarnos que muchas mujeres en Las Terrenas padecen muchos de los males que otras mujeres alrededor del mundo también sufren. Si tuviéramos una mujer como directora de INAPA, o como síndica, ¿piensa Ud. que ocurrirían tantas infecciones vaginales por causa del agua contaminada que corre por nuestras tuberías (cuando corre…!).
Todo lo que puede hacerse para mejorar la calidad de vida de las mujeres, sobretodo en las áreas de salud femenina ya existen y ya están en uso en los países desarrollados e industriales. O sea, no es por falta de tecnología disponible, pero sí es por falta de voluntad política y de inversión.
Según el Indice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, Noruega ocupa el primer lugar en el mundo por calidad de vida. La mayoría de los ministros de gobierno son mujeres y el gobierno noruego ha sido uno de los principales promotores de los derechos de igualdad de género, paz y seguridad en el mundo. Gran parte de lo realizado en Noruega se debió a Gro Harlem Brundtland y su “gobierno de mujeres” en 1986. Esa fue la misma Brundtland del famoso “Reporte Brundtland” titulado “Nuestro Futuro Común” que tanto énfasis dio a la preservación de los recursos naturales y al enfoque de sostenibilidad en el manejo del gobierno y del desarrollo económico.
Al acercarnos a otra celebración de los derechos conquistados por las mujeres pensemos en nuestras madres y en nuestras ancianas aquí en Las Terrenas, las que tienen gran cantidad de sabiduría acumuladas, a la que muchos de estos líderes machos y patriarcales harían bien en reconocer.
Y en ese proceso, atendamos al presente y al futuro de nuestras niñas y adolescentes, para ver si de una vez por todas prohibimos que ellas se tiren a la calle a perrear durante la mayor fiesta patriótica de la vida cívica dominicana.

La Maldición Blanca

Escrito por Eduardo Galeano
Publicado en Abril 2004 en varios periódicos latinoamericanos http://www.kaosenlared.net/noticia/haiti-la-maldicion-blanca


El primer día de este año, la libertad cumplió dos siglos de vida en el mundo.
Nadie se enteró, o casi nadie. Pocos días después, el país del cumpleaños, Haití, pasó a ocupar algún espacio en los medios de comunicación; pero no por el aniversario de la libertad universal, sino porque se desató allí un baño de sangre que acabó volteando al presidente Aristide.
Haití fue el primer país donde se abolió la esclavitud. Sin embargo, las enciclopedias más difundidas y casi todos los textos de educación atribuyen a Inglaterra ese histórico honor. Es verdad que un buen día cambió de opinión el imperio que había sido campeón mundial del tráfico negrero; pero la abolición británica ocurrió en 1807, tres años después de la revolución haitiana, y resultó tan poco convincente que en 1832 Inglaterra tuvo que volver a prohibir la esclavitud.
Nada tiene de nuevo el ninguneo de Haití. Desde hace dos siglos, sufre desprecio y castigo. Thomas Jefferson, prócer de la libertad y propietario de esclavos, advertía que de Haití provenía el mal ejemplo; y decía que había que “confinar la peste en esa isla”. Su país lo escuchó. Los Estados Unidos demoraron sesenta años en otorgar reconocimiento diplomático a la más libre de las naciones.
Mientras tanto, en Brasil, se llamaba haitianismo al desorden y a la violencia. Los dueños de los brazos negros se salvaron del haitianismo hasta 1888. Ese año, el Brasil abolió la esclavitud. Fue el último país en el mundo. Haití ha vuelto a ser un país invisible, hasta la próxima carnicería. Mientras estuvo en las pantallas y en las páginas, a principios de este año, los medios trasmitieron confusión y violencia y confirmaron que los haitianos han nacido para hacer bien el mal y para hacer mal el bien. Desde la revolución para acá, Haití sólo ha sido capaz de ofrecer tragedias. Era una colonia próspera y feliz y ahora es la nación más pobre del hemisferio occidental.
Las revoluciones, concluyeron algunos especialistas, conducen al abismo. Y algunos dijeron, y otros sugirieron, que la tendencia haitiana al fratricidio proviene de la salvaje herencia que viene del Africa. El mandato de los ancestros. La maldición negra, que empuja al crimen y al caos.
De la maldición blanca, no se habló. La Revolución Francesa había eliminado la esclavitud, pero Napoleón la había resucitado: -¿Cuál ha sido el régimen más próspero para las colonias? -El anterior. -Pues, que se restablezca. Y, para reimplantar la esclavitud en Haití, envió más de cincuenta naves llenas de soldados. Los negros alzados vencieron a Francia y conquistaron la independencia nacional y la liberación de los esclavos. En 1804, heredaron una tierra arrasada por las devastadoras plantaciones de caña de azúcar y un país quemado por la guerra feroz. Y heredaron “la deuda francesa”.
Francia cobró cara la humillación infligida a Napoleón Bonaparte. A poco de nacer, Haití tuvo que comprometerse a pagar una indemnización gigantesca, por el daño que había hecho liberándose. Esa expiación del pecado de la libertad le costó 150 millones de francos oro.
El nuevo país nació estrangulado por esa soga atada al pescuezo: una fortuna que actualmente equivaldría a 21,700 millones de dólares o a 44 presupuestos totales del Haití de nuestros días. Mucho más de un siglo llevó el pago de la deuda, que los intereses de usura iban multiplicando. En 1938 se cumplió, por fin, la redención final. Para entonces, ya Haití pertenecía a los bancos de los Estados Unidos. A cambio de ese dineral, Francia reconoció oficialmente a la nueva nación. Ningún otro país la reconoció. Haití había nacido condenada a la soledad.
Tampoco Simón Bolívar la reconoció, aunque le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití en 1816, cuando Bolívar llegó a la isla, derrotado, y pidió amparo y ayuda. Todo le dio Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que hasta entonces no se le había ocurrido. Después, el prócer triunfó en su guerra de independencia y expresó su gratitud enviando a Port-au-Prince una espada de regalo. De reconocimiento, ni hablar.
En realidad, las colonias españolas que habían pasado a ser países independientes seguían teniendo esclavos, aunque algunas tuvieran, además, leyes que lo prohibían. Bolívar dictó la suya en 1821, pero la realidad no se dio por enterada. Treinta años después, en 1851, Colombia abolió la esclavitud; y Venezuela en 1854. En 1915, los marines desembarcaron en Haití. Se quedaron diecinueve años. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana y la oficina de recaudación de impuestos. El ejército de ocupación retuvo el salario del presidente haitiano hasta que se resignó a firmar la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal del Citibank de Nueva York. El presidente y todos los demás negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restoranes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a restablecer la esclavitud, pero impusieron el trabajo forzado para las obras públicas.
Y mataron mucho. No fue fácil apagar los fuegos de y otra vez hubo matanza. Y otra vez volvieron los marines, que siempre regresan, como la gripe. Pero los expertos internacionales son mucho más devastadores que las tropas invasoras. País Sumiso a las órdenes del Banco Mundial y del Fondo Monetario, Haití había obedecido sus instrucciones sin chistar. Le pagaron negándole el pan y la sal. Le congelaron los créditos, a pesar de que había desmantelado el Estado y había liquidado todos los aranceles y subsidios que protegían la producción nacional. Los campesinos cultivadores de arroz, que eran la mayoría, se convirtieron en mendigos o balseros.
Muchos han ido y siguen yendo a parar a las profundidades del mar Caribe, pero esos náufragos no son cubanos y raras veces aparecen en los diarios. Ahora Haití importa todo su arroz desde los Estados Unidos, donde los expertos internacionales, que son gente bastante distraída, se han olvidado de prohibir los aranceles y subsidios que protegen la producción nacional.
En la frontera donde termina la República Dominicana y empieza Haití, hay un gran cartel que advierte: El mal paso. Al otro lado, está el infierno negro. Sangre y hambre, miseria, pestes. En ese infierno tan temido, todos son escultores. Los haitianos tienen la costumbre de recoger latas y fierros viejos y con antigua maestría, recortando y martillando, sus manos crean maravillas que se ofrecen en los mercados populares.
Haití es un país arrojado al basural, por eterno castigo de su dignidad. Allí yace, como si fuera chatarra. Espera las manos de su gente.

Paradigmas

Un paradigma es un modelo, un cuadro mental que nos permite seguir las cosas según concepciones premeditadas o inconscientes.

Por ejemplo, la mayoría de las mujeres viven bajo el paradigma de que ella son las que deben ocuparse del hogar, del cuidado de los niños, de la comida y de la salud familiar. La mayoría de los hombres viven bajo el paradigma de que ellos son los principales proveedores, los que se buscan el pan en la calle, los “padres de familia” que son responsables de mantener la casa. Otro ejemplo de una condición social paradigmática son los servicios del gobierno.

En el caso dominicano, a manera de ejemplo, se espera que el estado provea servicios de salud y de educación gratuitos, tal como lo manda la Constitución y las leyes, lo que hace malamente pero lo sigue haciendo aún. En un aspecto relacionado, el paradigma tradicional promueve el que los líderes políticos tiendan a ser autoritarios, que manden y trazen pautas de manera centralizada y por ello la gente espera que el líder político “resuelva,” porque para eso es jefe.

En estos tiempos ocurren “cambios paradigmáticos,” como la mujer que decide que no va a vivir bajo el modelo tradicional, que no va a vivir dependiendo del esposo, que no se va a quedar en la casa, que sale a trabajar fuera y que maneja su propio dinero y toma sus propias decisiones.

Para el marido tradicional esta mujer es una “rebelde,” para sus amigos y amigas es también una “rebelde” y no faltan quienes la puedan acusar de malatender a los niños, al marido y a la casa. Los religiosos tradicionalistas dirían igualmente que esta mujer rebelde no sigue el precepto de Dios de estar sujeta al marido y de atender a su casa “como Dios manda.”
En el aspecto político los cambios paradigmáticos fomentan un concepto del liderazgo menos centralizado, más participativo, más orientado al empoderamiento de la gente para que resuelvan en gran parte sus propios problemas. Las tradiciones paradigmáticas y los cambios paradigmáticos entran en conflicto cuando la gente no está preparada para los cambios de modelo o de paradigma. Si el marido o la sociedad no están listas para una mujer “liberada” entonces habrán conflictos; si la sociedad o la comunidad no está preparada para un líder político participativo entonces habrán conflictos.
En los modelos tradicionales a la gente no les importa que sus líderes sean corruptos, que roben, que gobiernen de manera centralizada y que beneficien sólo a unos pocos, porque creen que ese es el modeloel paradigmaa seguir. Es lo que han visto antes, es lo que tienen ahora y es lo que esperan en el futuro.
En los negocios y en las profesiones funcionan varios modelos o paradigmas. Un ingeniero que conozco me dijo hace un tiempo que él es un depredador. Lo que quiso decir es que a él no le importa construir donde tenga que construir, destruyendo lo que tenga que destruir y alterando lo que tenga que alterar, con el fin de hacer el trabajo deseado, al menor costo y con los mayores beneficios. Todo lo demás que se vaya “a la porra.”
Un cambio de paradigma implicaría construir una obra de ingeniería haciendo caso a las condiciones imperantes de tal manera que se destruya lo menos posible y se preserve lo máximo mientras se realiza el diseño de la obra de manera adecuada y eficiente. Un paradigma dice “métete por ahí sin importarte más nada,” mientras que otro modelo o paradigma dice “construye de manera sostenible.” (figura a la derecha, ¿puedes ver las dos figuras, una joven y una vieja?)
El modelo de sostenibilidad es un nuevo paradigma, el que invita a conservar lo que existe en el presente para que se beneficien igualmente las generaciones futuras. O sea, usa los recursos pero no para explotarlos o desperdiciarlos, sino preservándolos de tal manera que esos mismos recursos estén a la disposición de las generaciones futuras.
Los ventarrones políticos que se avecinan y que continuarán hasta Mayo 16 ofrecen amplias oportunidades para evaluar los paradigmas existentes. Si usted está conforme con las cosas como son entonces usted vive bajo los viejos paradigmas. Si usted ve la necesidad de cambios entonces usted busca nuevos paradigmas, nuevos modelos. Todo cambio trae conflictos, pero los resultados a mediano y a largo plazo prometen beneficios superiores a los actuales.
No todos los cambios son buenos, pero muchos son necesarios. Cambiar por cambiar no es razonable, pero cuando es obvio que las cosas podrían ser mejores entonces es tiempo de vivir bajo nuevos y mejores paradigmas.

Tres Oportunidades

Estoy convencido que a todos nos llegan tres grandes oportunidades en la vida.

La primera es cuando nacemos y respiramos por primera vez.

Esa es una oportunidad innata, no solicitada, nos llega como un regalo y, forzosamente, como una obligación, porque la naturaleza se encarga de que les llegue a todos los nacidos de manera igual. Muchos pierden esa oportunidad por razones igualmente naturales, o por desgracias, o por circunstancias más allá de la capacidad de ese bebé de cambiar.

La segunda nos llega cuando con toda conciencia optamos por hacer algo malo.

Creo que todos los seres humanos nacemos con una tendencia a ver lo bueno y a hacer el bien, pero en algún momento de la vida y una vez adquirimos plena conciencia de nuestros hechos y de sus consecuencias, escogemos hacer el mal. Muchos siguen haciendo el mal en mayor medida que hacen el bien y se convierten en maldiciones vivientes para ellos mismos y para la humanidad.

Creo igualmente que todo ser humano tiene una habilidad innata de hacer el mal, como de hacer el bien, como en el caso de los niños que “se portan mal,” pero en el caso de los niños no se les puede adjudicar “plena conciencia.” La oportunidad a la que me refiere es la que se le presenta a todo ser humano una vez hay conciencia del bien y conciencia del mal. Escoger lo malo toma mucha energía y un cierto pensar, profundo pensar. El mal no se hace a ciegas, se hace con conocimiento.
La tercera oportunidad nos llega cuando optamos hacer la paz.

Hacer la paz significa no hacer nada que cause daño, sufrimiento, indignidades u ofensas a otras personas. Hacer la paz es una decisión, es una elección, es una motivación y no es nada fácil. Rodeados, como estamos, de tantas oportunidades de hacer tantas cosas, el escoger hacer la paz, crear la paz, potenciar la paz, es una gran oportunidad y una que tienen consecuencias poderosas y muchas veces impredecibles. Lo que sí yo sé es que mientras más hacedores de paz tengamos mejor viviremos en comunidad.

Si todavía no has escogido la paz, piénsalo. Es una oportunidad, una de las grandes oportunidades en la vida.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Derechos Humanos

La promoción y protección de los derechos humanos ha sido una de las mayores preocupaciones para las Naciones Unidas desde 1945, fecha en la cual los países fundadores de la Organización, acordaron impedir que los horrores de la Segunda Guerra Mundial se reproduzcan. Tres años después, en la Declaración Universal de los Derechos, la Asamblea General exprimió que el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de la persona humana "son los fundamentos para la libertad, justicia y paz en el mundo".
En 1950 la Asamblea General invitó a todos los Estados miembros y a las organizaciones interesadas a que observaran el 10 de diciembre de cada año como Día de los Derechos Humanos (resolución 423(V)). Con el Día se conmemora el aniversario de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por la Asamblea General en 1948. Con el transcurso del tiempo, se han desarrollado un conjunto de instrumentos y mecanismos desarrollados para asegurar la primacía de los derechos humanos y para hacer frente a las violaciones de los derechos humanos dondequiera que ocurran. (fuente de lo anterior: http://www.un.org/depts/dhl/spanish/humanrights/).
A mi entender los derechos humanos abarcan áreas importantes para la preservación de la dignidad humana: educación, salud, protección laboral, protección a la niñez, protección a la mujer y promoción de la igualdad de género. Detrás de esas áreas radican fundamentalmente la prevención del abuso, de la desigualdad, de la explotación y de la pérdida de la integridad física, emocional y espiritual de todas las personas, sin importar características de diferencia como lo son el género, la orientación religiosa, sexual o política, la clase social, el color de la piel, la etnia, el nivel educativo, los apariencias o destrezas físicas.
En la República Dominicana las áreas de mayor notoriedad que guardan relación con el status de los derechos humanos son: los femenicidios y constantes violaciones a la integridad física de mujeres, las violaciones a la integridad física de personas detenidas o perseguidas por organismos policiales o castrenses, las violaciones a ciertas garantías civiles a ciudadanos y ciudadanas haitianas, la explotación sexual y comercial de menores y adolescentes, la ausencia de servicios mínimos y de calidad en las áreas de salud y de educación, las condiciones de las personas minusválidas y de los envejecientes. Yo diría también que la desigualdad en el otorgamiento de privilegios entre las iglesias que operan en el pais tiene profundas consecuencias en los derechos humanos ya que el grupo religioso mayoritario (los católicos romanos) reciben formalmente muchos bienes y servicios del gobierno en comparación a lo que reciben congregaciones no católicas, tanto a nivel de constitución como de regulaciones y de beneficios. Y, quizás, la condición más preocupante es la creciente población de pobres y las condiciones macro-sociales que revelan que a pesar de los grandes endeudamientos externos y del crecimiento económico no hay avance sostenido en la creación de equidad social, sino que los pobres siguen pobres y hay más de ellos de manera sostenida.
Como miembro de la organización Amnesty Internacional trato de mantenerme al tanto de lo que ocurre tanto a nivel mundial como nacional. Las condiciones no son alentadoras y pareciera que los seres humanos tenemos una lucha constante en contra de nosotros mismos porque, tal como dijo Mahatma Gandhi, la deshonra contra uno es la deshonra contra todos.

Aquí en Las Terrenas hay, en mi opinión, seis áreas de importancia que ameritan la atención: a) la explotación sexual y comercial de niños, niñas y adolescentes; b) las actitudes y disposiciones en contra de ciudadanos y ciudadanas haitianas, sobretodo los que trabajan en la construcción, c) la creciente pobreza en sectores marginados de la comunidad, los que se hacen cada vez más invisibles por vivir en sectores apartados del pueblo, d) los recientes femenicidios y constantes abusos de mujeres por parte de sus esposos, amantes o compañeros, e) la pérdida de derechos civiles manifestada en la compra y venta de votos, reduciendo la capacidad de las personas de votar por conciencia, tal como se manifestó en las recientes elecciones primarias de los dos partidos mayoritarios, y, finalmente, f) las escandalosas limitaciones del sistema educativo público, las que contribuyen a la presencia de profundas deficiencias académicas y sociales, forzando a cientos de niños y niñas, jóvenes y señoritas, a permanecer en la pobreza por la obvia carencia de destrezas cognitivas, sociales, culturales y conductuales.

Mejorar la condición humana puede ser solamente el reflejo de un análisis profundo y objetivo, de un cometido personal e institucional, de una vocación de preservar la dignidad humana a toda costa, sostenida por convicciones profundamente espirituales. Cuando los más pobres y marginados mejoran en sus condiciones de vida toda la sociedad se beneficia. Mejorar las condiciones de los pobres y marginados constituye una loable meta para la comunidad y ojalá que el recordar la celebración del Día de los Derechos Humanos nos ayude a crear la mejor comunidad posible para Las Terrenas.

martes, 8 de diciembre de 2009

El Dolor Más Grande

La noticia del lunes trajo las malas nuevas de una madre en Bonao que perdió sus últimos dos hijos cuando murieron quemados. Ella dejó una vela prendida sobre la mesa mientras salía a llevarle la cena a su marido que trabaja como sereno y en ese tiempo su pequeña casita se quemó con los niños adentro. Eso es terrible. Lo que es más terrible aún es que a la misma madre tres años antes tres hijos perecieron bajo las mismas circunstancias: una vela dejada sobre la mesa que terminó quemando la casita.

Las guerras son terribles. Descuartizan cuerpos tanto de adultos como de niños, incluyendo a muchos inocentes. En Iraq solamente cerca de 100,000 civiles inocentes han muerto en la guerra, o sea, el equivalente a la población total de la provincia de Samaná.

Cientos de niñas mueren cada año por causa de la circuncisión femenina, la que a veces conlleva la remoción total de la labia, o del clítoris, o ambos. Generalmente son niñas entrando a la pubertad y la operación es realizada bajo mínimas condiciones de higiene. Generalmente las niñas son llevadas por sus propias madres para ser mutiladas.

El hambre es una de las condiciones más terribles que puedan existir. El fotógrafo sudafricana Kevin Carter tomó fotos en el Sudán que resultaron espantosas, como la del buitre presto a comerse a un niño hambriento y desahuciado, ganadora del premio Pulitzer. Kevin terminó suicidándose, aparentemente incapaz de hacerle frente a las memorias y a las realidades de su continente.

Las muertes por causas provocadas son igualmente terribles, como cuando un padre o una madre le da un trago de “tres pasitos” (un raticida) a un hijo o hija para que muera, o cuando un ex esposo o amante le cae a palos a su compañera hasta matarla, o cuando alguien le cae a machetazos a propósito a una persona, o cuando alguien simplemente toma una pistola y le da un par de balazos en la sien a otra persona.

¿Qué haría usted al saber que algo que se puede evitar va a causar la muerte, al igual que sufrimientos increíbles, a cientos de personas y que provocará graves consecuencias médicas a niños, además de daños irreparables a fetos, lo que conllevará nacimientos de criaturas anormales? ¿Cuánta riqueza es necesaria para que a usted no le duela la muerte de millones de peces en el agua, miles aves en el cielo y cientos de personas que fallecerán lentamente y por décadas y décadas? Piense solamente en lo está pasando por el rock ash en los alrededores de Arroyo Barril.

El Estado Dominicano, garante de la seguridad ciudadana, en la persona del Sr. Presidente, ha puesto en las manos de la compañía canadiense Barrick Gold, un contrato leonino, dándole todos los beneficios y quedándose sin nada, aún sabiendo que las consecuencias serán nefastas a seres humanos y al medio ambiente. Más aún, le va a permitir hacerlo sin recibir ni un solo centavo a cambio. Ese contrato fue aprobado por la mayoría de los diputados, incluyendo los dos diputados de la provincia.

El decreto del Presidente Leonel Fernández (arriba). Ver el artículo de Ivan Salcedo en http://toyjarto.com/2009/12/05/sobre-la-minera-de-pueblo-viejo/
Si esa mina de oro estuviera en Los Naranjitos y contaminara todas las lomas hasta traer el cianuro vía cañadas y ríos hasta la playa, donde morirían los peces, se enfermarían los turistas y se destruyera químicamente las playas, ¿estaría usted igualmente de acuerdo en que se saque el oro por los millones que le podría producir aún cuando implique destruir nuestro sistema de vida en este municipio?

Si eso le preocupa, infórmese. Dígale a los diputados que usted no está de acuerdo con el voto que echaron y ejerza ahora su derecho ciudadano de hacer oir su voz, porque si no lo hace hoy entonces un día de estos nos van a traer un muerto parecido por aquí. ¿Cuánto oro necesita que le den a usted para que usted ni vea, ni escuche, ni hable cuando esas cosas ocurren a su alrededor?

Que nos ocurriera lo mismo, damas y caballeros, sería un dolor muy grande.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Cementera, Elecciones y Barrick Gold

Pueblo Viejo, ¿se repetirá la historia? El próximo frente.
El éxito del movimiento para impedir la instalación de una cementera próxima al parque nacional Los Haitises revela aspectos notables del evolucionar político-social en la República Dominicana y, muy posiblemente, en Las Terrenas. Si es así amerita que reflexiones profundamente sobre sus implicaciones en esta comunidad, el ombligo del pais.
Entre todas las características del movimiento a favor de mantener la integridad de la zona aledaña a Los Haitises, la más preponderante fue, a mi juicio, el nivel de compromiso con el bien común manifestado por los participantes. Luchando contra el gobierno, contra un consorcio empresarial extremadamente poderoso, contra organismos de fuerza del estado y contra oponentes políticos comprometidos, los jóvenes y simpatizantes se mantuvieron en firme y enarbolaron persistentemente el mismo himno de guerra: Los Haitises merece ser preservado porque el bien común está por encima del bien comercial que podría obtenerse con la cementera.
Esta búsqueda por el mejor bien posible para la comunidad es sumamente transcendental, sobretodo tomando en cuenta nuestras realidades sociales, las que incluye un nivel de corrupción nacional sumamente alto, según lo revelado por Transparencia Internacional en informes recientes. También por las percepciones que esos mismos informes revelan en cuanto al nivel de interés entre l@s ciudadan@s dominican@s acerca del estado de la sociedad dominicana. Lo que ocurrió con la cementera rompe los estereotipos. Los que lucharon contra la cementera no encajan con el perfil de personas apáticas o poco informadas.
Como me ha tocado dirigir dos eventos de protesta, La Marcha por el Pueblo del 3 de agosto y el Concierto por las Playas del 6 de noviembre, me resulta más fácil entender lo que ha ocurrido con la cementera. En ambos eventos no habían ni agitadores ni subversivos. Los que habían eran personas comunes, preocupadas por las condiciones de su comunidad, expresándose de manera cívica y pacífica y haciendo ver que vale la pena aún empoderarse de temas de preocupación común para juntos buscar el bien común.
Eventos recientes resaltan aún más lo ocurrido en la cementera y lo ocurrido en Las Terrenas en esos dos eventos. Personalmente, me he sentido profundamente compungido con el escenario político local, sobretodo a raíz de las acusaciones y contra acusaciones después de las primarias del PLD (“toda política es local”, decía el fallecido vocero de la cámara baja del congreso norteamericano, Tip O’Neill). Anticipo que algo similar podría suceder con las primarias del PRD. Por uno de esos idealismos irreconciliables con la obvia realidad, pensaba que los dos partidos mayoritarios, el Partido de la Liberación Dominicana que gobierna al pais, y el Partido Revolucionario Dominicano, ambos fundados por el insigne maestro Juan Bosch, de alguna manera u otra podrían recapturar el idealismo y los principios de su fundador y darían un salto milagroso hacia una plataforma nueva, honesta, transparente, ética y puntual, dentro del marco de las terribles condiciones sociales que afectan al municipio. O sea, pensé que estarían más preocupados por el bien común. Fue todo un idealismo, un sueño, un terrible espejismo.
La política moderna frecuentemente se ha identificado con el neoliberalismo, fundado por Keohane y Nye, la filosofía igualmente atada a la economía en que el enfoque se centra en las “ganancias absolutas” y no en las “ganancias relativas.” De esa manera si alguien o algo añade a la posibilidad de ganar la meta política escogida (sea el municipio o el establecimiento de una cementera) entonces se amarran todos los cabos posibles para lograrlo, aunque el resultado final no sea necesariamente el bien común. Lo que el partido oficial, PLD, ha hecho desde el gobierno central es espeluznante, con niveles de corrupción e impunidad únicos.
En estos casos lo que se desea es ganar, pura y sencillamente, de la misma manera en que una compañía busca hacerse dueña de un segmento del mercado mediante estrategias mediáticas y de mercadeo. Ganar ese segmento no quiere decir que el producto sea necesariamente mejor, sino que simplemente logró mercadearse mejor.
La gente que luchó contra la cementera nos enseña que hay alternativas y que el actuar con conciencia resulta apetecible. El gobierno pretende ahora darle diez veces más derechos a la compañía minera Barrick Gold, la compañía lider a nivel mundial en la explotación del oro. Entre su junto de directores está Gustavo Cisneros, venezolano, presidente del Grupo Cisneros, el mismo que obtuvo grandes extensiones de terreno en el área de Miches y amigo personal del Presidente Fernández. Esa es la misma compañía que pretende destruir dos glaciares en la frontera Argentina-Chilena, área de Pascua Lama, para llegar al oro y que ha despertado múltiples protestas desde hace años. Recordemos que cada onza de oro produce 70 toneladas de desperdicio tóxico mientras se utilizan y se contaminan espeluznantes cantidades de agua.
El contrato actual de la Barrick Gold es un insulto a la dignidad del pais y amerita ser rechazado y sólo hay que fijarse en lo que la compañía ha hecho en Africa y Latinoamérica para saber lo que va a ocurrir aquí. Anticipo que las minas de Cotuí serán el próximo frente de lucha.
Cuando las autoridades de un pais o de un municipio actúan en franca contraposición a los intereses del bien común necesitan de una respuesta precisa, macisa, concisa e incisa de parte de la población. Vimos lo que se pudo lograr aquí en Las Terrenas y vimos lo que se obtuvo a raiz de lo que sucedió con la cementera. Es un nuevo despertar, hay nuevas esperanzas. No la perdamos de vista.
Las Terrenas merece lo mejor!

Sísifo y el Fénix

  LA DESGRACIA DE SÍSIFO Y LA PROMESA DEL FÉNIX (Escrito en el 2009) Todo el mundo tiene una idea de lo que se debe hacer en Las Terrenas. T...