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Análisis Social
WILLY Y EL 2021—2 DE 3
Si hay algo que no pudo hacer la oposición política en Las Terrenas fue producir una candidatura viable que le quitara la corona al entonces candidato Willy Esteban. A pesar de un partido gobernante que se resquebrajaba en veinte pedazos, el candidato municipal de ese partido logró una victoria incuestionable.
Parte de la razón tuvo que haber sido que las opciones alternas no cuajaron lo suficiente, ya que en el mirar de algunos tanto Agustín Tavarez como la Dra. Mariana Vanderhorst eran candidatos con un alto nivel de desgaste y ambos escogieron no unirse para destronar al PLD de la alcaldía.
Sin embargo, yo creo que el factor verdaderamente aglutinante fue el alto nivel de votos obtenidos de personas que no eran miembros oficiales del PLD, en su mayoría jóvenes que se convirtieron en votantes durante períodos de gobierno del PLD. No eran peledeístas pero votaron por el PLD porque Willy les caía bien, lo que no sucedía ni con Agustín ni con Mariana. Willy olía a nuevas posibilidades, los otros hedían a más de lo mismo. Sigo insistiendo que el PLD no “ganó” empíricamente hablando, sino que Willy ganó al capturar el favor de numerosos jóvenes independientes.
Haya sido por lo que sea, lo relevante es reconocer ahora que después de meses en el poder, un factor altamente significativo para Willy es el desplome general del partido que lo llevó como candidato, lo que en sí mismo y a todas luces constituye la mayor victoria política del alcalde, de la cual él no ha tenido mucho o algo que ver.
Como es sabido, Willy confrontó una severa oposición durante la campaña interna y la gran mayoría de la población sabe que precandidatos del PLD, colegas dentro de su partido, no le dieron el apoyo debido durante la campaña por el cetro municipal y es muy posible que ni ellos ni sus seguidores votaran por Willy.
El desgaste del PLD por razones mayores relacionadas al gobierno central quitó fuerzas al PLD local, pero la ausencia de un candidato igualmente aglutinante en la oposición también favoreció a Willy en unas elecciones municipales con menos votos totales que la anterior. Y eso no fue por la pandemia! La gente se cansó del PLD, pero no les gustaban los otros candidatos.
¿En qué favorece el desplome del PLD a Willy? Primero, porque muchos de sus anteriores opositores ahora están en otros partidos; segundo, porque no hay fuerza intra partido suficientemente fuerte como para presionar a Willy a hacer lo tradicionalmente clientelar por parte de la jerarquía partidaria; y, tercero, porque ambos factores le abren la puerta para un accionar con altos niveles de independencia política y con un gran potencial de hacerlo sin la corrupción tradicional. Es alcalde del PLD sin un PLD con fuerzas o influencias. Basta igualmente preguntarse, ¿con quiénes están ahora los regidores electos bajo el manto del PLD?
Los niveles de corrupción y de oportunismo político dentro del PLD durante su gestión gubernamental eran tan abismalmente enormes que hubiera sido muy difícil para Willy ser alcalde sin tener que confrontar la presión de muchos que ahora han sido desprovistos del poder y del alcance al trono edilicio. Lo mejor que le pudo suceder a Willy no fue que la oposición fuera prácticamente nula para fines electorales y desde su elección, sino que no hay presión dentro de su mismo partido para hacerlo mal, por lo menos no hay presión ni significativa ni trascendental. Dentro del macro contexto de la corrupción política, moral y económica del PLD, Willy tiene la maravillosa oportunidad de no someterse a ella, aunque fue elegido por el partido más corrupto en la historia política dominicana.
En otras palabras, Willy gobierna básicamente solo, sin PLD y sin oposición, lo cual es un milagro que cualquier alcalde en cualquier municipio desearía disfrutar. Basta por verse aún si Willy es lo suficientemente íntegro para no dejarse corromper no ya por el PLD, sino por las marañas comunes del haber político tradicional en todos los ámbitos, incluyendo los no ligados directamente a la política. Después de todo, la corrupción es parte de la innata textura cultural y social de nosotros, los dominicanos. Que algunos entre sus partidarios y simpatizantes pretendan vender a Willy como un santo y como un mesías es ya suficiente razón para preocuparnos profundamente. Cuidadito Willy, cuidadito!
Esa “soledad” en el poder es algo relativamente afortunado para Willy, quien realmente disfruta de la inusual libertad de poder declararse políticamente independiente para desde esa plataforma poder negociar mejor con un gobierno central del PRM. Si buscara su reelección al final de los tres años que le faltan, se podría convertir en candidato del PRM y ganar “de calle”.
Es un desafío casi irrealizable para el PRM o para el PRSC crear un candidato para el 2024 que logre empañar la gestión que hasta ahora viene realizando Willy. O, dicho de otra forma, Willy tendría que hacerlo muy mal en los años que le faltan, para permitir en su desgracia una somera oportunidad de victoria a cualquier candidato opositor. ¿Qué candidato opositor podría realizar una magistral oposición política a Willy en los próximos tres años hasta el punto de que pueda empañar las posibilidades del actual incumbente?
Un gerente municipal con un primer año triunfante es muy difícil de destronar porque las buenas memorias del primer año perduran largo tiempo, lo opuesto a lo que le ocurrió a Alex García George, quien no se pudo deshacer del legado de un primer año ampliamente desastroso y autodestructivo.
Si pensamos en el bien común, lo que más le conviene a Las Terrenas es un alcalde sin ataduras con un partido francamente derrotado y destrozado por la corrupción, para poder crear plataformas múltiples con entidades y organismos estatales, con instituciones privadas nativas y extranjeras, que lo vean como un gerente capaz pero también sin ataduras al sistema corrupto legado por el PLD en todos los ámbitos donde gobernó.