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miércoles, 17 de febrero de 2021

Hombres y COVID

Hombres y COVID

José R. Bourget Tactuk

Mucho se ha hablado del impacto del forzado régimen social impuesto por el COVID sobre las mujeres: madres, esposas, profesionales, etc.

¿Y qué del impacto sobre los hombres?

Los hombres dominicanos hemos aprendido a rehuir de cualquier confrontación emocional con otros, pero sobretodo con nosotros mismos.

No hemos sido suficientemente hombres para desafiar los tóxicos esteroides de las meta narrativas a las que estamos acostumbrados.

Esas fábulas seductoras nos vacunan en contra de una vida más humana, más sensible y más plena. Nos provocan sinapsis neuronales  que truncan nuevas y mejores realidades en nosotros y en nuestros seres queridos, las que debemos abandonar a favor de nuevos recorridos mentales más humanos y más integrales.

Además de la violencia de género a la que nos tienen acostumbrados los medios (lo cual minimiza y extremiza el fenómeno), hay sin duda alguna muchos otros aspectos de salud mental masculina bajo las condiciones imperantes que debiéramos explorar.

Dónde se tratan públicamente esos temas?  Necesitamos un aquelarre de calificados para que nos hagan magia.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Quinteto Terrenero: Historias de Amor y Desamor

 


El amor nos encuentra en todos los espacios y en todos los tiempos.  Todos tenemos una historia que contar y éstas nos enseñan realidades que nos hacen más dolidos, más frágiles, pero más humanos.

En “Tu Bella”, Marcos recibe una carta como ninguna otra, una misiva que le abre un universo desconocido e inesperado, las interioridades de una chica como tantas otras, prisioneras de una existencia irreemplazable, injusta pero angustiosamente real.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/05/tu-bella.html?m=1.

Luis tuvo una experiencia única y se la cuenta a su major amigo, Franco, sentados ante la playa al atardecer.  ¿Fue amor o no?  Esa es la pregunta y al compartir sus diálogos interiores aprenden cosas que quizás no sabían de sí mismos ni del amor.  O quizás aún no saben nada verdadero de la tal Elena, la que nunca le pudo dar a Luis lo que quería.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/12/palabras-nunca-dichas.html.

Rossy tiene una sonrisa envidiable y una actitud ante la vida que Dios se la bendiga.  Desde joven descubre los beneficios de sus gracias físicas envidiables y decide hacerse el favor a sí misma de disfrutarlo al máximo.  En ella descubrimos las preguntas que nos hacemos cada vez que nos encontramos con una Rossy.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/05/rosssy.html?m=1.

Chana por fin descubre su belleza, la que por tanto tiempo yacía oculta en insultos y desmanes.  Ya nadie la puede engañar, sabe quién es y descubre la naturaleza del verdadero amor, el amor propio.  Es algo de lo que todos nosotros podemos aprender.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/05/renacer.html?m=1.

No fue amor, sino conveniencia, pero Yaribel se enfrenta ahora con la decisión más grande de su vida y no hay recuerdos de placer loco que la ayuden a ocultar la triste realidad que es ahora la decisión que debe tomar.  Léelo en https://terrenero.blogspot.com/2020/05/yaribel.html?m=1.


domingo, 10 de abril de 2011

Ven Listo



           Esa noche Yahaira dijo las palabras que Rafael había esperado por muchos meses.  “A las ocho, en el lugar de siempre,” y las palabras mismas eran recordadas como ecos retumbantes dentro de las paredes de su cuerpo, de su corazón, de su alma.  No se trataba solamente del deseo carnal sino de sentimientos ancestrales, de unir esa necesidad constante y cortante de la carne con la pujante monstruosidad del deseo de poseer, de tener, de adueñarse de algo ajeno, prohibido pero eternamente ansiado.

            A todos nos llega un momento como ese, el secreto que sólo dos conocen con todo lujo de detalles, la ansiedad, la palpitante agonía de querer que los días, horas, minutos y segundos desaparezcan como el viento de cuaresma.  La boca se hace agua, como cuando vemos los mangos colgados de sus ramos, tentando nuestros ojos y nuestras manos y aunque estén verdes (y lo sabemos) le tiramos piedras sólo para verlos caer.  No importa el desperdicio de cientos de mangos si termina en que nos comamos una docena de ellos.  Debajo de cada mata de mango hay cientos de piedras y de mangos verdes, el recuerdo de momentos en que la lujuria de la mordida no pudo aguantarse y sucumbimos al intenso placer del zumo agridulce de la codicia.

            Rafael podía probar en su boca ese jugo agridulce e interminable de la anticipación, porque nada es tan suculento como la sorpresa que se anticipa, el pecado que convertirá deseos en placeres, el abrazo que derretirá todas las ansiedades engavetadas para transformarlas en dulce de coco empalagantemente delicioso.

            ¡Cómo es posible que ocho palabras calaran tan profundo en el interior de un ser humano!  “A las ocho, en el lugar de siempre.”  Eso sólo lo entienden otras personas que han escuchado las mismas palabras, los que han visto el maratón de sangre y aire corriendo por arterias y pulmones, el palpitar incesante que repite en sus adentros “sí, sí, sí!!!!”  Las personas raras veces entienden el impacto que sus palabras causan en llos demás.  El niño que constantemente escucha lo malo terminará un fracasado, la mujer que incesantemente oye su desgracia termina siendo una asesina de sus propias verdades, el hombre que oyó vez tras vez que es un inútil termina sirviendo solamente para cambiar los bombillos de la casa.  Los seres humanos nos hablamos constantemente y constantemente nos edificamos o nos destruímos.

            Rafael quería saber más, quería que Yahaira le anticipara mejor el momento, deseaba en lo más profundo de su ser escuchar dos palabras más:  “ven listo.”  Listo, sí, para todo, para llegar hasta el fin del mundo, para hacer girar las horas en dirección opuesta, para parar todos los vientos y todas las olas, para decirle al sol que regresara de donde vino, para ordenarle a la luna que se ocultara para siempre, para recordarle a las estrellas que podía hacer que brillaran eternamente, para hacer que el calor de dos cuerpos encontrados fuese capaz de encender todos los volcanes en la bolita del mundo y se derramaran todas las botellitas de sangre que existan en el universo.  “Ven listo” era una promesa, era una orden, era un imprevisto, era una ansiedad, era una condena, era la soga en el cuello y la espada contra la pared.  “Mardita!!", alcanzó a decir Rafael, “tú me vas a dar un ataque al corazón.”  Yahaira no escuchó esas palabras, ya había colgado el teléfono, pero si pudiera ver a Rafael en secreto se hubiera arrepentido de haberle causado semejante consternación.  Como ocurre a menudo, las mujeres no saben totalmente lo mucho que los hombres dependen de ellas.

            Si yo pudiera contarles lo que ocurrió es posible que ustedes también pensaran lo que yo pensé.  Llegó el día, llegó la hora, llegó el minuto, llegó el segundo, no en hora dominicana sino en “hora gringa.”  Eran las ocho en punto y Rafael esperaba en el lugar de siempre.  Se maldijo mil veces por no haber hecho pipí antes de venir, allí estaba él y la vejiga casi se le explotaba.  “Ven Yahaira, ven Yahaira, ven Yahaira,” se repetía vez tras vez.  Pasaron las ocho, luego las ocho y media, después las nueve y, finalmente, a las diez Rafael comprendió que Yahaira no cumpliría con la promesa.  En ese momento comprendió muchas cosas, sus ojos se fueron abriendo poco a poco, su ansiada esperanza, sus deseos anticipados se convirtieron en bilis amarga y espesa.  En su angustia llegó a abrazar el sentir de tantas personas que han escuchado semejantes promesas en toda la historia de la humanidad.  No hay nada tan pesaroso y tan azaroso como las mentiras y las promesas incumplidas.

            Millones de preguntas se enconden detrás de la frase "por qué no vino?"  Los que sobrevivimos a esas hecatombes continuamos sembrando esperanza.  Cuando el azaroso incumplimiento del más profundo de nuestros deseos cambia nuestras verdades es tiempo de que sembremos nuevas esperanzas y nuevas realidades.  Pobre Rafael.  Felices nosotros.

lunes, 14 de junio de 2010

Vida y Muerte

Cambios en la vida comienzan con la muerte

Para entender la vida hay que entender a la muerte. La mejor manera de empezar sería imaginándome muerto, dentro de un ataúd, la puerta cerrada sobre mi rostro, sin respirar, sin moverme y sin pensar en nada. Lo hice una vez dentro de un ataúd y una segunda vez dentro de las entrañas de una caverna, 20 metros bajo tierra, cuando apagué mi linterna y no se veía nada, ni se oía nada y casi no se sentía nada. Oigame, ¡esa fue una experiencia del cachimbo!

La verdad es que comencé a morirme desde antes de nacer. No muerto completo sino muerto a pedacitos. Mis células y hasta organismos completos dentro de mi comenzaron a aniquilarse a sí mismos por el beneficio que causaban a otras partes del todo. Eso tiene un nombre, se le llama apoptosis, un mecanismo de autodestrucción existente en cada organismo multicelular. Por ejemplo, mi mano tiene cinco dedos porque las células que existían entre mis dedos murieron cuando era todavía un embrión. Un embrión, aún desde su etapa de 8 a 10 células depende de la muerte de algunas células (el espermatozoide que penetra al óvulo constituye una primera unidad celular, luego se divide automáticamente en dos células, luego en cuatro, luego en ocho y así hasta alcanzar su madurez genética). En otras palabras, si no fuera por esa muerte nunca hubiera llegado a estar vivo.

Aún de adulto no podría vivir sin la muerte. Sin la apoptosis me moriría completamente cubierto de cánceres. Mis células están constantemente desarrollando mutaciones que podrían producir un caos celular. Pero un sistema interno de vigilancia, como el mantenido por una proteína conocida como p53 (llamada el "guardian del genome") detecta tales errores celulares y les ordena a que cometan suicidio celular masivo.

Esas muertes celulares programadas me mantienen vivo. También permiten que en lo más profundo de mis intestinos las células se regeneren, permitiendo el procesamiento de alimentos y desechos. Igualmente mi piel cambia totalmente cada ocho días, así que nuevas celulas ocupan el lugar de las células que se han suicidado. Si después de levantarme en la mañana tomo las sábanas y las sacudo voy a ver un polvillo en el aire. No es el caliche de la calle sino mi piel muerta, desechada por el cuerpo y recogida por la sábana. Mi colchón, está llenito de células muertas que mi piel desechó, y ese olor peculiar de mi colchón y de mi almohada es de esas células muertas, podridas, apestosas y sucias. Si alguna vez encuentro cucarachas o insectos pequeñitos en mi colchón es porque están buscando a esas células muertas para alimentarse de ellas.

De igual manera, cuando mi cuerpo ha terminado de combatir a una infección y se encuentra repleto de células blancas obsoletas, todas ellas cometen suicidio como si estuvieran obedeciendo una orden militar, para que así la infección e hinchazón subsanen. Si las células blancas no perecen la hinchazón sería permanente. Pus es nada más y nada menos que células blancas muertas.

Ahora cierro mis ojos por un momento y me imagino que dentro de mi cuerpo, ahora mismo, en este mismo instante, hay células que se están muriendo, o suicidándose, para que el resto de mi pueda seguir viviendo. Yo, que pensaba que todo lo que hacía era vivir, me doy cuenta que también me estoy muriendo. No muriendo para morirme, sino muriendo para poder vivir.

Ahora observo a todas esas chicas tan hermosas (derecha), lindas, fragantes, elegantes, eróticas, con el vaivén de sus cadencias, con sus rostros hermosos y sus sonrisas picarezcas, con todas sus promesas y todas sus ofertas (lo mismo se puede decir de los hombres). Se están muriendo. Cada día, cada hora, cada instante, se están muriendo. Partes de ellas se mueren para que el todo de ellas pueda vivir.

Como sé que me estoy muriendo por dentro…para poder vivir, voy a aprovechar al máximo ese sacrificio supremo que han hecho mis células para mantenerme vivo. Ellas quisieron que siguiera vivo para que disfrutara mi vida. Voy a ayudarlas tomando decisiones sabias y honestas en cuanto a mi mismo y a los demás, en cuanto a mi familia, mi ambiente, mis seres queridos, mis amigos y mi comunidad. Y sé que tomando decisiones sabias y sensatas en cuanto a mi mismo, todas las demás personas y la comunidad resultarán beneficiadas.

Te invito a que hagas lo mismo.

jueves, 23 de abril de 2009

Esperanzas

Esperanzas
De todas las esperanzas en el ser humano una de las mayores es la belleza. Todas las personas deseamos ser bellas. Cuando nos paramos frente al espejo deseamos vernos bellos y si alguien va a decir algo sobre nuestra apariencia deseamos que lo que diga sea un reflejo de lo bello que deseamos o pensamos ser. Nadie se levanta en la mañana pensando, “hoy voy a ser feo.” Por lo contrario, nos levantamos pensando “hoy voy a ser una estrella.” Y una de las mejores cosas que nos puedan ocurrir es que alguien nos mire de arriba abajo y nos diga “pero qué hermosa te ves,” “pero qué elegante te ves,” “pero tu eres una estrella total hoy,” “te ves chulísima,” “ese gallo está más bueno…”

De todas las esperanzas en el ser humano una de las mayores es la paz. Los que se levantan cada mañana como enemigos del mundo muy pronto aprenden que la energía gastada en odiar, herir y guerrear es deshumanizante, no sólo para sí mismos sino para todos los que le rodean.

De todas las esperanzas en el ser humano una de las mayores en la verdad. La mentira es la mejor manera de herir la dignidad propia, porque amenazando la dignidad de otros se amenaza la dignidad propia y la dignidad humana en general. Con la mentira se vende el alma al mejor postor. Aunque el mentir es de humanos, lo más inhumano es la mentira vulgar, la que es hecha con la intención de causar daño por beneficio personal. Qué hermosa es la verdad y qué vulgar la mentira.

Pero de todas las esperanzas, de todas las fortalezas, de todas las posibilidades y de todas las potencialidades la mayor de todas es el servicio. El servicio es lo que atrae más de cerca al humano en mi con el humano en ti. El servicio es la cortada que saca al cáncer del egoísmo desde adentro para revelar el latir común entre todos los seres humanos. El servicio hace posible que lo que me sobra a mi lo pueda compartir con otro e, inclusive, hace posible que de lo que tengo lo haga parte del que no lo tenga.

La vida está repleta de esperanzas y todas comienzan en ti, en mi, en nosotros.

Y Más Esperanzas
Se cuenta que el legislador Licurgo fue invitado a dar una conferencia sobre educación. Aceptó la invitación, pero pidió un plazo de seis meses para prepararse. El hecho causó extrañeza, pues todos sabían que él tenía capacidad y condiciones para hablar en cualquier momento sobre el tema. Y por eso mismo lo habían invitado. Transcurridos los seis meses, Licurgo compareció ante la Asamblea, que estaba expectante. Se ubicó en la tribuna, y enseguida entraron unos criados portando cuatro jaulas. En cada una había un animal; en total eran dos liebres y dos perros.

A una señal preestablecida, uno de los criados abrió la puerta de una de las jaulas y una pequeña liebre blanca salió corriendo, espantada. Luego, el otro criado abrió una jaula donde había un perro, y éste salió en desesperada carrera a la captura de la liebre. La alcanzó con destreza, destrozándola rápidamente. La escena fue dantesca y golpeó a todos. Una gran conmoción corrió en la Asambleay los corazones de todos parecían saltar del pecho.

Nadie conseguía entender lo que Licurgo deseaba con tal agresión. Licurgo no dijo nada. Volvió a repetir la señal establecida, y la otra liebre fue liberada de su jaula. Enseguida, se liberó al otro perro. El público apenas contenía la respiración. Algunos, más sensibles, llevaron las manos a los ojos para no ver la repetición de la muerte bárbara del indefenso animalito que corría y saltaba. En el primer instante, el perro embistió contra la liebre. Sin embargo, en vez de destrozarla, la tocó con la pata y ella cayó. Luego se irguió y se puso a jugar. Para sorpresa de todos, ambos animales mostraron tranquila convivencia, saltando de un lado para el otro.

Entonces, y solamente entonces, Licurgo habló: “Señores, acabáis de asistir a una demostración de lo que puede la educación. Ambas liebres son hijas de la misma matriz. Fueron alimentadas igualmente y recibieron los mismos cuidados. Así, igualmente, los perros. La diferencia entre ellos reside, solamente, en la educación.” Y prosiguió vivamente su discurso, exponiendo las excelencias del proceso educativo: “La educación, basada en una concepción exacta de la vida, transformaría la cara del mundo. Debemos educar a nuestro hijo, esclarecer su inteligencia pero, ante todo, debemos hablar a su corazón, enseñándole a despojarse de sus imperfecciones. Recordemos que la sabiduría por excelencia consiste en volvernos mejores.” (tomado de http://miguelricci2008.blogspot.com/2009/02/licurgo-para-pensar-no.html).

La educación es nuestra mayor esperanza!

Carta Abierta Para los Concejales

  Carta abierta a los concejales de Las Terrenas CONCEJALES PARA UN FUTURO MÁS CERTERO Por José Bourget, comunitario Querid@s Concejales: Si...