Mostrando entradas con la etiqueta bondad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta bondad. Mostrar todas las entradas

domingo, 25 de septiembre de 2022

Dulce

 


LO MÁS DULCE

Por José R. Bourget Tactuk

No hay palabras más agradables y dignas de ser recordadas que las dichas bajo el pertrecho del amor, suspiradas entre susurros y besos, para siempre ser aprisionadas dentro de nuestra memoria como aprisiona el cielo a la luna y a las estrechas.

La palabra que le queda más cerca es llana pero elocuente, simple pero potente y a veces es dicha también como un susurro, o como un grito, o como un profundo sentir entre lágrimas.  El que la dice la saca desde muy dentro y el que la recibe la ingiere como el más dulce y refrescante manjar.

Esa palabra es GRACIAS.

A días de un gran desastre, GRACIAS a todas las personas que de una forma u otra han hecho que los sufridos y los bienaventurados de sientan mejor, bendecidos, protegidos y también amparados.

No importa cuán mucho o cuán poco, si has hecho algo por alguien, con la fuerza de un buen deseo, de un buen gesto, o con los bienes provistos por gobierno o individuos, GRACIAS.

Hacer el bien para otros nos hace más humanos, más solidarios y mejores personas.l



lunes, 19 de marzo de 2012

El Memorable Hechizo de la Insignificancia

“La mente que percibe la limitación es la limitación” (Buda)

En este pedacito de ombligo que llamamos Las Terrenas se conjugan causas, efectos y factores que hacen de nuestra vida el suave disturbio de lo que es.  Las playas siguen bellas y atractivas, las montañas siguen firmes y verdes, el aire sigue fresco y ondulante, la música sigue rítmica y pasional, el tránsito sigue caótico y desafiante, la gente sigue amable y simpática, los hombres siguen siendo atractivos y exóticoss, las mujeres siguen hermosas y sensuales y, como si eso no fuera suficiente, la vida sigue la rutina diaria de entregarnos en bandeja de plata uno de los mejores lugares en este Caribe nuestro de cada día.
Toda persona pensante en la comunidad sabe que tenemos todo lo necesario para seguir siendo un complejo entramaje de traumas y desafíos, desde lo personal y humano hasta lo formal y organizacional.  Cada día uno se levanta, abre los ojos y descubre sentimientos en las personas que jamás podían ser imaginados, desde amor, pasión y admiración hasta despecho, rencor y envidias.  Al mismo tiempo uno también descubre compasión, simpatía, solidaridad y paciencia.  Yo, que no soy muy paciente, me tengo que pellizcar la piel cada vez que me bendice alguien con su profunda consideración y simpatía.  Cada día me encuentro con personas que me juzgan lo peor y aunque a veces me sienta frustrado, cansado y hastiado me dejo igualmente abrazar de las sinceridades y del cálido beso que me otorgan tanta gente que hace el bien, me desea el bien y comparte el bien.  

Testarudamente rechazo vivir para satisfacer las sicologías antojadizas de personas que viven bajo las sombras de sentimientos tristemente despreciables.  Me mantengo al margen de tantas cosas porque me doy cuenta de que no soy ni tan importante ni tan indispensable, milenios de años luz me separan de ser el centro del universo.  Si desaparezco mañana o dentro de una hora el universo seguirá su curso, el mundo seguirá dando vueltas y las personas se mantendrán donde están.  Soy un granito inverosímil en el trayecto diario de este amplio y complejo terruño.
Creo que expreso el sentir de muchos, sobretodo de aquellos que aspiramos a no ser veletas de los caprichos de otros, ya sea porque estamos muy ocupados haciendo algo que consideramos más significativos que nosotros mismos o porque, dicho claramente, realmente no somos tan importantes.  El constante redescubrimiento de mi insignificancia es un postre exquisito para el paladar del diario vivir.  Que malo sería creerse tan importante como para verse en la obligación de insultar, ningunear, ignorar y ofender a los demás.  Recórcholis, cada día me sorprendo de la mente limitada de aquellos que se consideran mejor que los demás.

Me imagino que este exabrupto del corazón es provocado nada más y nada menos que por el nacimiento de un nuevo año, o sea, la llegada de la primavera el 21 de marzo, denominado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Internacional del Nowruz, la fecha célebre persa que marca tanto el fin del año anterior como el comienzo del nuevo y que en la tradición Zoroastriana, quizás la religion más antigua del mundo, dió origen a la creencia en la resurrección de los muertos y el amanecer de una nueva vida.  Para mi el 21 de marzo es cuando verdaderamente empieza el nuevo año, ofreciendo una nueva oportunidad de reflexionar lo que termina y lo que empieza, regenerando el tiempo y reempezando la vida.
Yo espero que esta nueva primavera, esta regeneración del tiempo, ofrezca a Las Terrenas más de las cosas buenas y que a nosotros los humanos nos provoque tesoneramente a recordar cuán insignificantes y cuán valiosos somos.  Nuestra insignificancia ante el universo es lo que nos permite valorar acertadamente lo que somos aquí y siempre.  Lo que somos es un valor que aprendemos sólo cuando ofrendamos a los demás la bondad que se merecen. 
Feliz primavera, feliz nowruz!!

sábado, 6 de marzo de 2010

Tres Oportunidades

Estoy convencido que a todos nos llegan tres grandes oportunidades en la vida.

La primera es cuando nacemos y respiramos por primera vez.

Esa es una oportunidad innata, no solicitada, nos llega como un regalo y, forzosamente, como una obligación, porque la naturaleza se encarga de que les llegue a todos los nacidos de manera igual. Muchos pierden esa oportunidad por razones igualmente naturales, o por desgracias, o por circunstancias más allá de la capacidad de ese bebé de cambiar.

La segunda nos llega cuando con toda conciencia optamos por hacer algo malo.

Creo que todos los seres humanos nacemos con una tendencia a ver lo bueno y a hacer el bien, pero en algún momento de la vida y una vez adquirimos plena conciencia de nuestros hechos y de sus consecuencias, escogemos hacer el mal. Muchos siguen haciendo el mal en mayor medida que hacen el bien y se convierten en maldiciones vivientes para ellos mismos y para la humanidad.

Creo igualmente que todo ser humano tiene una habilidad innata de hacer el mal, como de hacer el bien, como en el caso de los niños que “se portan mal,” pero en el caso de los niños no se les puede adjudicar “plena conciencia.” La oportunidad a la que me refiere es la que se le presenta a todo ser humano una vez hay conciencia del bien y conciencia del mal. Escoger lo malo toma mucha energía y un cierto pensar, profundo pensar. El mal no se hace a ciegas, se hace con conocimiento.
La tercera oportunidad nos llega cuando optamos hacer la paz.

Hacer la paz significa no hacer nada que cause daño, sufrimiento, indignidades u ofensas a otras personas. Hacer la paz es una decisión, es una elección, es una motivación y no es nada fácil. Rodeados, como estamos, de tantas oportunidades de hacer tantas cosas, el escoger hacer la paz, crear la paz, potenciar la paz, es una gran oportunidad y una que tienen consecuencias poderosas y muchas veces impredecibles. Lo que sí yo sé es que mientras más hacedores de paz tengamos mejor viviremos en comunidad.

Si todavía no has escogido la paz, piénsalo. Es una oportunidad, una de las grandes oportunidades en la vida.

Carta Abierta Para los Concejales

  Carta abierta a los concejales de Las Terrenas CONCEJALES PARA UN FUTURO MÁS CERTERO Por José Bourget, comunitario Querid@s Concejales: Si...