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viernes, 30 de septiembre de 2016

¿A qué vino Danilo?

Danilo haciendo negocios, "potenciando el turismo".
¿A qué vino el Presidente?
José Bourget

El Presidente Danilo Medina hizo dos visitas a Las Terrenas en menos de una semana. Durante su primera visita se reunió con empresarios turísticos, reunión a la que eventualmente fue invitado el alcalde Lic. Alex García George quien entonces le habló de las necesidades más importantes del municipio. Durante su segunda visita encabezó una vista pública donde escuchó a los presentes y donde se presentaron, por él y por algunos de los ministros presentes, las acciones que el gobierno piensa realizar en los meses siguientes. Apenas minutos después de realizada la reunión la Presidencia de la República publica su primer reporte en https://presidencia.gob.do/noticias/danilo-medina-gobierno-dispuesto-ayudar-para-despegue-turistico-de-las-terrenas-video.
En la Aldea de los Pescadores

Las visitas produjeron evidencias tangibles y otras no tantas.  Algunos escuchamos lo que se dijo y lo que no se dijo se presta para "especulaciones explorativas."  Las especulaciones no son necesariamente malas o negativas, son un ejercicio mental, pero vale la pena explorarlas porque lo que está en juego es el futuro de Las Terrenas. Por ello es que el análisis siguiente tiene componentes especulativos, pero algunas otras evidencias son notables y pueden ser ampliadas por personas mejor informadas que yo.

Lo primero que hay que decir es que en un sistema presidencialista las acciones y promesas del Presidente son, a veces, la única manera de beneficios directos. Ayer se prometieron en acciones gubernamentales más de 1,000 millones de pesos entre el hospital, la planta de tratamiento, las calles, la remediación de las playas, un parque peatonal, el vertedero provincial y otras más. Eso es mucho dinero y todo se origina en lo que el presidente dijo o no dijo. Las soluciones provienen de él.

Lo segundo es que el gobierno ofrece respuestas que generalmente tienen una orientación de arriba hacia abajo. “Conocemos los problemas y tenemos las respuestas.” El caso del hospital es sintomático, el terreno para el mismo no es el ideal porque está en zona de inundaciones y de impacto del tsunami. Debería preocuparles que invertirán 170 millones de pesos en un espacio que en caso de Tsunami va a quedar dañado e inundado, pero como ya decidieron hacerlo ahi sin mayores consultas por ahi se van. Cuando las decisiones son autocráticas, verticales, de arriba a abajo, tienden a ser miópicas. La construcción del hospital es un ejemplo típico. Hay que temer que las respuestas prometidas poseerán similares características y, posiblemente, algunas resultarán en situaciones indeseables como sucedió con el desague sanitario y la planta de tratamiento. No todo lo que hace el gobierno es ni bueno ni deseable, de ahi que la ciudadanía debe empoderarse y creerse capaz de hablar.

Lo tercero es que el Presidente Danilo mandó al pueblo a ceder. O sea (traducción), "no se quejen", "no protesten," "no jodan," "cojan lo que se les dé."  En otras palabras, no se opongan a nada y acepten lo que venga.  Si es así, entonces el presidente Danilo vino a hacer más de lo mismo.  Lo de siempre, "cojan los espejitos y no protesten."  Se asume, que si no se está de acuerdo con algo uno está siendo malcriado.  Al papá se respeta, no se le contradice y todo lo que el papá hace está bien y es lo mejor.  

Pienso que hubiera sido mejor procesos más participativos, mejor informados, más consultivos y menos invasivos. Venir con respuestas pre-formuladas sin una verdadera consulta y exploraciones es formulaico, como una receta hecha a raiz de un diagnóstico fugaz.  Los "remedios" fueron pre-hechos, de naturaleza mesiánica y con la clara intención de que los dejen tranquilos para que ellos puedan hacer lo que vinieron a hacer.  "Tienen que ceder."  

Creo que esto es un grave error por parte del Presidente que en lugar de decir “cedan” debió decir “sean parte del proceso.” En su expresión autoritaria "no cedan" está presente no sólo su concepción presidencial sino su visión de gobierno. “Todo estará bien si ustedes se conforman con lo que le damos,”o sea, los espejitos, “déjennos a nosotros resolverles sus problemas y ustedes segurán siendo nuestros hijos, nuestros cachorritos porque nosotros sabemos mejor y lo haremos mejor.” Es lamentable. Da pena. Da pique. Las implicaciones son enormes pero sólo si adoptamos una actitud sumisa y abandonada ante lo que se aprestan a hacer, la mayor parte de lo cual no se sabe ni será hecha pública quién sabe hasta cuando.

Lo que se ofreció fue muy bueno, suena bonito y hará mucho bien.  Pero lo más importante de la visita del presidente es lo que no se ve. Si el gobierno va a invertir más de 1,000 millones de pesos, ¿qué hay detrás de todo eso? Lo sabremos poquito a poco, pero en base a la primera visita se juega a grandes inversiones en la zona Las Ballenas-Playa Bonita (y en otras partes) y para ello habrán grandes capitales nativos y foráneos que indudablemente superarán los 1,000 millones de pesos. De hecho, el anuncio hecho después de la primera visita fue que Danilo viene a “potenciar” el desarrollo turístico. Eso está muy bueno y debe estar claro que la razón principal del Presidente Danilo Medina es empresarial, no social y que aunque habrán repercusiones de orden social como algunas de las obras sociales, habrán mayores implicaciones financieras relativas a las inversiones turísticas. Y ahi es donde hay que tener cuidado porque, lamentablemente, no todo se transparentiza, no todo se hace de acuerdo a las leyes y ante tanta presión económica se corre el riesgo de que se pierdan garantías ciudadanas relativas al uso de suelo, acceso, impacto económico e impacto social. Es un gobierno neoliberal y es un gobierno corrupto. Ambas características estarán presentes en todo lo que hagan.

Una cosa sí es cierta, Las Terrenas no es un Punta Cana y sin inversión social (que incluyen obras de beneficio social como son la salud, la educación, el tránsito, el medio ambiente, la seguridad, etc., parecidas a las que se ofrecieron) no habrá permanencia en la identidad turística de Las Terrenas, que es TURISMO EN COMUNIDAD. No puede haber turismo a plena capacidad mientras se mantenga las graves marginalizaciones sociales actuales y mientros los servicios básicos dejen mucho que desear. Hay que aumentar la educación, hay que aumentar la calidad de vida, hay que asegurarse de que el desarrollo económico de algunos pueda crear igualmente redistribución de la riqueza o de otra manera no sería desarrollo sino explotación. 

La inversión social no puede ser paternalista ni patriarcal, no puede decir “no jodan”, sino que debe ser incluyente y atacar las raices de los problemas sociales, no solamente los síntomas ni poner paños de agua tibia para que no duela. Danilo Medina no es un científico social, es un economista a cargo de un gobierno profundamente comprometido con la acumulación de riquezas en mano de algunos privilegiados. Ese es mi prejuicio.

Entonces la pregunta obligada sería, ¿vino Danilo a potenciar la explotación o el desarrollo sostenible? La respuesta no se encuentra en palabras dichas o por decir, sino en las acciones que observaremos en los meses siguientes.

miércoles, 16 de julio de 2014

Cambio Ineludible


Sólo basta mirar a nuestro alrededor, leer lo que otros escriben, escuchar a los que hablan y observar lo que otros hacen para darnos cuenta de que todo sigue igual, de que todo seguirá igual a menos que…nos demos cuenta del cambio ineludible.  ¿A qué nos referimos?

En menos de quince años la playa de Las Terrenas no estará donde está.  Si continúa lo observado en los últimos diez años el mar habrá robado todo el frente actual, a menos que se construya un muro en todo el litoral para impedir que el mar siga entrando.


Al nivel nacional ya se comienza a hablar de un daño irreparable a nuestros corales, si se mueren corales se mueren las playas, los peces y la calidad de vida en playas y costas.  En Las Terrenas se escucha una tenue preocupación al respecto, pero no lo suficiente como para revertir el acelerado daño a sus corales.

Aunque muchos llaman progreso al constante crecimiento, pocos parecen atar los cabos y ver una relación directa entre la desaparición de humedales, la erosión en las montañas y la contaminación de las fuentes de aguas con lo que ocurre en las playas. 

Todos parecen estar empeñados en construir, construir y construir mientras que la simple idea de limitar el crecimiento es considerado anatema.  Las Terrenas ha crecido como el atleta que se inyecta esteroides hasta volverse irreconocible; prontamente ese mismo crecimiento la convertirá en un monstruo.


Hay un límite insoportable en relación al costo de la vida, el indeseado  lugar al que irremediablemente se acerca Las Terrenas.  La reducción en nuestra calidad de vida se torna irreversible.

La política desperdicia demasiada energía entre las personas que deberían pasar más tiempo planeando, invirtiendo, ejecutando y fomentando todos los elementos que podrían mejorar el status quo:  aumento en la producción agrícola, reducir el indecente costo de la luz, reducción en los alquileres, aumentar el empleo, mejorar las infraestructuras, entre otros.     
El teatro de la política local es un constante drama que divierte pero no resuelve.  Los actores del drama a veces dan risa, otros dan pena, pero más a menudo nos hacen llorar.  Es una tragicomedia digna de Esquilo, padre del drama griego.


Carecemos de los medios para medir el progreso porque “medir” implica técnicas, herramientas y análisis que en nuestro medio brillan por su ausencia.  En una comunidad progresista las mediciones se hacen en base a indicadores que ayudan a establecer dónde estamos, hacia dónde nos dirigimos y cuán cercanos o lejanos estamos de nuestras metas.  Los indicadores más efectivos se relacionan a tres factores importantes:  la economía, el medio ambiente y la sociedad.  Pero en Las Terrenas esos tres factores ocurren al azar, como perrito rialengo que va donde puede encontrar comida pero siempre tiene hambre porque los parásitos se lo comen por dentro.


Hay un límite a la desidia que una comunidad puede aguantar.  No nos queda mucho tiempo, el mar se está entrando.

sábado, 28 de junio de 2014

Tiempo de Parar



En los últimos diez años se ha podido observar un amplio “crecimiento” económico dentro del municipio manifestado en a) la multitud de condominios, plazas comerciales y villas, b) la transformación en la Calle Principal y la Calle El Carmen donde la mayoría de las edificaciones han sido destinadas al comercio, y c) el mayor número de restaurantes, vehículos, motocicletas y comercio informal en calles y calzadas.  Para confirmarlo basta hacer comparaciones.  Vayamos a Las Galeras, a Samaná y a Sánchez y no veremos algo semejante.  Vayamos inclusive a Nagua, a Castillo, a Cabrera, a Río San Juan, a Sabana de la Mar y otras zonas aledañas y concluiremos que no hay comparación, que Las Terrenas supera en creces las manifestaciones normales de crecimiento económico. 

Generalmente  el desarrollo económico suele ser medido en base a ingresos, o sea, mientras más dinero ganan las personas mayor es el crecimiento económico.  Dicho de manera altamente simplificada, en un país su crecimiento se mide en base el Producto Interno Bruto (PIB) y el PIB contabiliza la producción de bienes y servicios dentro de un período determinado, digamos un año.  Para medir el crecimiento en el PIB generalmente se calcula lo producido en la economía en un año (bienes y servicios) y se divide entre la cantidad de gente en el país.  Un año se compara con otro y si en el año que terminó en diciembre del 2013 se produjo más y la población no creció demasiado comparado al año 2012 entonces hubo un mayor crecimiento en el 2013.  Pero hay algo más, la inflación se come el crecimiento.  O sea, que si en el año 2013 los bienes y servicios crecieron en un 5% pero la inflación creció en un 3%, entonces el crecimiento real es de un 2% porque la inflación “se comió” a un 3% de ese crecimiento. 

Si hemos crecido tanto en Las Terrenas, ¿adónde han ido los beneficios obtenidos por ese obvio “crecimiento” económico?  La pregunta es muy importante porque tenemos que considerar el factor de desarrollo humano.  En economía moderna se habla de que no basta el simple ingreso monetario sino que hay que considerar indicadores de calidad de vida como el empleo, la salud, la vivienda y la educación, entre otros.   La premisa es que si un país o un municipio crece económicamente debe tener un impacto directo en la calidad de vida de la gente ya que es posible que se produzca más dinero pero se viva peor. 

En economías de alta desigualdad social como la nuestra, unos pocos se llevan el capital y la mayoría vive mal en base a los indicadores de calidad de vida. La economía es eso, medir los indicadores.  En el caso de Las Terrenas debemos hacernos la pregunta, ¿se vive mejor a raíz del “crecimiento” económico de los últimos diez años?  La respuesta es “sí” (para algunos) y “no” para la mayoría.  Es obvio que hay personas beneficiadas tales como ciertos inversionistas locales y extranjeros, un manojo de políticos o zorros políticos y un número limitado de empresarios en ciertas ramas.  Por otro lado está la mayoría de la población que se ha marginado en los últimos diez años a juzgar por el aumento de viviendas infrahumanas en los barrios.  Además, el crecimiento económico (o PIB local) ha sido carcomido por el costo de la vida derivado de los altos costos en la energía eléctrica, en los alquileres, en mantenerse sano en medio de tanta insalubridad y en la ausencia de una oferta de empleos estable y creciente, entre otros factores. 

Es posible entonces que en estos últimos diez años se ha creado más pobreza en Las Terrenas entre la mayoría de la población porque han crecido el desempleo y el subempleo, hay peores viviendas, mayores problemas de salud, mayor delincuencia y accesos más limitados a factores claves de calidad de vida.  Inclusive, inversiones millonarias del gobierno central como el acueducto y el desague sanitario han empeorado ciertos factores sociales dadas las deficiencias en los mismos y los que pudieron conseguir empleos no pudieron mantener ni aumentar su calidad de vida porque los factores de costo de vida se comieron las escasas ganancias. 

Consideremos también que el crecimiento dislocado coloca fuertes presiones sobre las infraestructuras existentes, creando demandas en bienes y servicios que no pueden ser suplidas por las limitadas capacidades y las imperantes ineficacias en el gobierno local y en el central.  Los servicios básicos de agua, basura, tránsito y salud, cuando son manejados ineficazmente, incrementan los costos y reducen la calidad de vida para la mayoría.  Es por ello que después de 10 años de constante e incomparable “crecimiento” la población mayoritaria de Las Terrenas no está mejor sino peor, aún cuando unos pocos obviamente han salido beneficiados.   

Por eso es que hay urgencia en pausar para no seguir creciendo por encima de nuestra capacidad de sustentabilidad.  El crecimiento manifestado en Las Terrenas no es sostenible y la razón básica es que ese crecimiento fue errático, no fue estratégico y se manifiesta de manera altamente destructiva en áreas como el medio ambiente, donde se siguen destruyendo ciénagas, playas y foresta, sin hablar de los niveles de ruido, de contaminación ambiental y de contaminación en acuíferos, playas y ríos. 


Ahora mismo Las Terrenas debe pausar para poder planear estratégicamente su futuro, si deseamos un cambio no podemos seguir haciendo lo mismo, de otra forma en la próxima década vamos a provocar una trágica y destructiva situación de inviabilidad. 

Carta Abierta Para los Concejales

  Carta abierta a los concejales de Las Terrenas CONCEJALES PARA UN FUTURO MÁS CERTERO Por José Bourget, comunitario Querid@s Concejales: Si...