Escribo por si acaso se me olvidan ciertas cosas, como la vida en comunidad, lo real, lo imaginado, lo bueno, lo malo, uno mismo y otras cosas. Desde Las Terrenas, Latitude: 19.3167 | Longitude: -69.5333. Poesías y otros sondeos en http://misegundapersona.blogspot.com.
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lunes, 14 de mayo de 2012
Justicia y Paz
La democracia se fundamenta en la promesa de justicia para todos. Justicia es vivir bajo el amparo de las leyes, las que ayudan a crear un ambiente de respeto y de paz. La fórmula es sencilla: todos deseamos paz, la paz es el resultado de la justicia y la justicia se fundamenta en las leyes que protegen a todos por igual. Entonces la paz, la justicia y las leyes unidas forman la democracia.
Sin equidad no hay paz. La única manera de demostrar equidad es manejar la cosa pública de manera transparente y en fiel apego a las regulaciones y procedimientos establecidos por la ley. Trujillo hizo un millón de obras pero cada una de ellas fue empañada por el lodo de la injusticia y del terror. Bajo Trujillo no había ni paz ni justicia, pero sí muchas obras. No importa cuántas obras se hagan, si los bienes comunes se manejan con inequidad se enlodarán con el terror de la injusticia. Cuando hay injusticias no hay democracia.
El reporte preliminar de la Cámara de Cuentas sobre la gestión municipal actual debe hacernos recapacitar. Es un llamado a la conciencia. Desde hace años algunos hemos argumentado que existe intransparencia y corrupción bajo la administración edilicia del Lic. José Alexis Martínez y este reporte delata incumplimiento de las más simples regulaciones y procedimientos fiscales y administrativos, de tal manera que a todas las obras detalladas por la alcaldía (unas 73 en 5 años) les cae la triste sombra de irregularidad y de posible corrupción. Las implicaciones son abarcantes y devastadoras.
Hace casi un año el departamento de prensa del cabildo señalaba que en 57 meses el cabildo recibió en transferencias 107 millones de pesos y que con eso se realizaron todas las obras enumeradas, se pagaron los salarios y se cumplieron con otras obligaciones edilicias. Pero el artículo no mencionó las OTRAS fuentes de entradas del ayuntamiento (las contribuciones de Luz y Fuerza en 57 meses, los pagos por concepto de metraje en construcciones y muchos otros derechos como construcciones de calles por personas privadas, usos del espacio público, etc.). Ante el informe de la Cámara debemos ahora cuestionar todas las informaciones aportadas por el cabildo, lamentablemente.
¿Cuál es el monto REAL de todas las fuentes de ingresos en casi 6 años de gerencia municipal? ¿Cómo se han manejado los impuestos recibidos de Luz y Fuerza? ¿Quién se benefició y por cuánto y cómo? Por causa de las irregularidades nunca sabremos la verdad en totalidad, pero sí sabemos que la Alcaldía no puede reclamar ignorancia o desconocimiento de las irregularidades; de hecho, hace un par de años el Alcalde dijo que ya la Cámara de Cuentas le había hecho auditoría y encontró que se manejaba ejemplarmente. Cuando personalmente dirigimos comunicación a la Cámara nos comunicaron que nunca habían hecho auditoría aquí. Bueno, ahora la hicieron y los resultados son escandalosos porque revelan que la Alcaldía maneja irregularmente casi la totalidad de sus procedimientos fiscales, de contrata, de presupuestos y hasta de toma de decisiones.
El Lic. José Alexis Martínez es el principal responsible de tales irregularidades porque consistentemente ha manejado las finanzas y las decisiones edilicias de manera autocrática e intransparente, negando al municipio mismo y a sus líderes la posibilidad de ser parte de la toma de decisiones y del futuro del municipio. Eso lo dicen hasta sus mismos co-partidarios. Las revelaciones de la Cámara de Cuentas implican que el principal problema del Lic. Martínez es uno de moral y ética administrativa tal como lo prescribe la ley. Si son ciertas entonces la Alcaldía se ha manejado sin justicia y sin apego a la ley, para beneficio de unos cuantos y eso es lo que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua llama “corrupción.”
Sin importar quién gane el 20 de mayo, los ciudadanos terreneros debemos afrontar las profundas consecuencias de lo que se ha revelado hasta ahora. En algún momento deberemos decidir si le echamos un paño de agua tibia a la situación o nos encaramos a la difícil tarea de hacer justicia, para el beneficio de todos. Nunca antes en la historia de este municipio se han congregado situaciones tan complejas y tan difíciles. Ahora, más que nunca, los hijos e hijas de esta “tierra de sol y esperanza” deberán demostrar si se merecen la mayor promesa de la democracia que es la paz basada en la justicia y en la equidad. Y eso desafío no se le puede dejar solamente a los políticos.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Llamado a la Paz
El martes pasado, 21 de septiembre, se celebró el día Internacional de la Paz. En ese día comienzan las sesiones generales de la Organización de las Naciones Unidas, por lo que sirve de recordatorio de que su propósito central es crear y preservar la paz. Tal como lo dijera Buda, “la simple palabra que trae paz vale más que mil palabras huecas.”
Aunque es una celebración nacional y mundial en Las Terrenas no hubo celebración alguna y en el pais hubo apenas algunos pequeños eventos. La paz no parece ser tema central a nuestra cultura ni a nuestra siquis. En la Biblioteca Anacaona, operada por la Fundación Mahatma Gandhi, constantemente fomentamos el valor de la paz y de la no violencia entre nuestros usuarios, quienes son personas entre 4 y 70 años. Cada día nos visitan unas 50 personas y cada día hablamos del respeto a sí mismo, del respeto a los demás y del respeto a la biblioteca. Tratamos de resolver conflictos (que siempre ocurren) sin violencia y tratamos de modelar el diálogo pro-activo y respetuoso. A veces tenemos éxitos y a veces no. Nuestra experiencia en los últimos 5 años me han convencido de que para construir una sociedad justa y equitativa es indispensable que todos aprendamos a vivir en una cultura de paz y la cultura de paz no se compra en el colmado, hay que aprenderla. Por eso es que para crear una cultura de paz es indispensable una educación transformadora.
Estoy convencido de que la mayor violencia que l@s dominican@s empleamos en contra de nosotr@s mism@s es a través del pésimo sistema educativo que tenemos. Es un sistema educativo que condena a los educandos a la pobreza y a la mediocridad, fomentando la formación de valores cuestionables y de actitudes autodestructivas. Hay maestr@s y director@s que son héroes y heroínas, hay padres y madres de claras convicciones que apoyan la misión educativa de las escuelas, sean privadas o públicas, pero en su mayor parte tenemos un sistema educativo malamente financiado, pobremente equipado y uno de los más deficientes en toda latinoamérica.
En el pais dos tercios de los niños no participan de la educación inicial (menores de 5 años), 1 de cada 10 no participa de la educación básica (5-13 años) y el 50% de los adolescentes no participa de la educación media (14-18 años). Si se añaden los altos niveles de deserción a todos los niveles entonces los indices son aún más pobres (SEE, Indicadores Educatos del Año Lectivo 2006-2007). De acuerdo a estadísticas de la UNESCO (Situación Educativa de América Latina y el Caribe, 2007), el pais tiene una de las peores tasas de acceso a la educación entre 30 países de latinoamérica, la cuarta peor tasa de matriculación a nivel secundario, una de las más bajas tasas de permanencia en la educación inicial y la peor tasa de conclusión de secundaria entre todos esos países (1 de 4 alumnos se gradúa). Es una lástima y una desgracia mayúscula en un pais tan rico como el nuestro y en donde se han tomado tantos cientos de miles de millones de pesos prestados en el exterior, que tengamos el sistema educativo que tenemos.
Educar y, sobretodo, educar para la paz, es una responsabilidad de cada familia y de cada centro escolar. Debe ser parte de toda estrategia municipal y provincial y ahora que se habla de relanzar la Comisión de Desarrollo Provincial preocupémonos de la manera en que se enfatice la educación y el desarrollo humano, porque es una provincia tan bendecida recientemente con obras de infraestructuras pero que continua con índices abismales de desarrollo humano (pobreza, educación, salud, mortandad, empleos).
La clave de la paz está precisamente en
el desarrollo humano, en la dignidad
ofrecida en bandeja de plata a todo ser humano
a través de servicios básicos adecuados,
pertinentes y eficientes.
Un municipio, una provincia, un pais que no pone el desarrollo humano en la parte central del ejercicio del poder y del gobierno es una entidad predispueta a condenarnos a la violencia del ser humano contra el ser humano. No hay paz sin educación, no hay dignidad sin educación.
Somos apenas 20,000 personas. El futuro de Las Terrenas depende de obtener los niveles educativos más altos posibles, tanto en la educación inicial, como en la básica, en la media, en la técnico-profesional, en cultura general, en idiomas y en el respeto a la diversidad y la multiculturalidad. Ojalá que el año que viene podamos celebrar un Día Internacional de la Paz, habiendo dados firmes y certeros hacia una nueva visión y ejecución educativa en nuestro municipio.
República Dominicana ocupó el último lugar (380 puntos promedio) entre 38 países evaluados en educación cívica y ciudadana, según un estudio mundial elaborado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), un consorcio independiente con sede en Ámsterdam.
El Estudio Internacional Educación Cívica y Ciudadana 2009, denominado ICCS, encontró que los jóvenes estudiantes dominicanos son los peores preparados entre los países investigados. El Estudio Internacional sobre Educación Cívica y Ciudadana investigó en qué medida los jóvenes de 2º curso de educación media están preparados para comprender y asumir los derechos, las libertades y las responsabilidades que corresponden a los ciudadanos.
No dejes de ver el video en http://ceritoycruz.org sobre educación en R.D.
miércoles, 4 de marzo de 2009
Educar Para la Paz
“No hay caminos para la paz; la paz es el camino” (Mahatma Gandhi).
La educación no es un proceso neutral, aspira a inculcar valores, conocimientos y aptitudes previamente seleccionadas por los peritos y autoridades, las que no se originan en la nada, sino que resultan de las elecciones que ellos/as han hecho de manera premeditada. La educación no está limitada a los peritos porque se enseña por medio de lo visible (el currículo, los edificios, las normas, los maestros, etc.), pero también por medio del currículo informal (la atmósfera, las actitudes, valores y costumbres). Por eso decíamos en los dos artículos pasados que cuando la educación no cumple con su promesa de mejorar las capacidades internas y los potenciales externos del educando entonces el proceso educativo simplemente enseña para la pobreza; o sea, el aula se convierte en el lugar donde el individuo aprende a cómo desesperanzarse. Cuando eso es así no se enseñan valores, sino anti-valores.
Decimos igualmente que la sociedad no es neutral. A manera de ejemplo, en el reporte del Foro Económico Mundial para el 2008-09 basado en estudios hechos en 134 países, la República Dominicana ocupa el último lugar (134) en cuanto a la calidad de la educación básica. La educación superior dominicana ocupa el puesto 131 y la enseñanza de las ciencias y las matemáticas también ocupa el puesto 131. Para poner las cosas en otros contextos, el país ocupa el puesto 132 en clientelismo, el 131 en derroche gubernamental y el 129 en fiabilidad del servicio policial. El clientelismo y la corrupción alimentan condiciones sociales indignas, las que son alimentadas en la sociedad en general pero también en nuestras aulas y escuelas.
Tomando todos los factores en conjunto, ese reporte coloca a la República Dominicana en la posición 98 entre los 134 países evaluados. Es de notar que en el reporte del 2007-2008 ocupábamos la posición 96 y en el del 2006-2007 estábamos en la posición 83. O sea, en los últimos 3 años hemos descendido de la posición 83 a la posición 101. De hecho, cuando el Dr. Leonel Fernández tomó posesión en el 2004 el país estaba en la posición 72 y el año antes, en el 2003, estaba en la posición 62, mientras que en el 2002 estaba en la posición 52!!! En 6 años hemos descendido 50 escaños; o sea, 50 países se nos han adelantado, lo que ayuda a poner en duda lo del “e’pa’lante que vamos.” El reporte completo aparece (en inglés) en http://www.weforum.org/en/initiatives/gcp/Global%20Competitiveness%20Report/index.htm.
La educación no ocurre en el vacío, se desenvuelve en medio del contexto social existente.
La educación no es un proceso neutral, aspira a inculcar valores, conocimientos y aptitudes previamente seleccionadas por los peritos y autoridades, las que no se originan en la nada, sino que resultan de las elecciones que ellos/as han hecho de manera premeditada. La educación no está limitada a los peritos porque se enseña por medio de lo visible (el currículo, los edificios, las normas, los maestros, etc.), pero también por medio del currículo informal (la atmósfera, las actitudes, valores y costumbres). Por eso decíamos en los dos artículos pasados que cuando la educación no cumple con su promesa de mejorar las capacidades internas y los potenciales externos del educando entonces el proceso educativo simplemente enseña para la pobreza; o sea, el aula se convierte en el lugar donde el individuo aprende a cómo desesperanzarse. Cuando eso es así no se enseñan valores, sino anti-valores.
Decimos igualmente que la sociedad no es neutral. A manera de ejemplo, en el reporte del Foro Económico Mundial para el 2008-09 basado en estudios hechos en 134 países, la República Dominicana ocupa el último lugar (134) en cuanto a la calidad de la educación básica. La educación superior dominicana ocupa el puesto 131 y la enseñanza de las ciencias y las matemáticas también ocupa el puesto 131. Para poner las cosas en otros contextos, el país ocupa el puesto 132 en clientelismo, el 131 en derroche gubernamental y el 129 en fiabilidad del servicio policial. El clientelismo y la corrupción alimentan condiciones sociales indignas, las que son alimentadas en la sociedad en general pero también en nuestras aulas y escuelas.
Tomando todos los factores en conjunto, ese reporte coloca a la República Dominicana en la posición 98 entre los 134 países evaluados. Es de notar que en el reporte del 2007-2008 ocupábamos la posición 96 y en el del 2006-2007 estábamos en la posición 83. O sea, en los últimos 3 años hemos descendido de la posición 83 a la posición 101. De hecho, cuando el Dr. Leonel Fernández tomó posesión en el 2004 el país estaba en la posición 72 y el año antes, en el 2003, estaba en la posición 62, mientras que en el 2002 estaba en la posición 52!!! En 6 años hemos descendido 50 escaños; o sea, 50 países se nos han adelantado, lo que ayuda a poner en duda lo del “e’pa’lante que vamos.” El reporte completo aparece (en inglés) en http://www.weforum.org/en/initiatives/gcp/Global%20Competitiveness%20Report/index.htm.
La educación no ocurre en el vacío, se desenvuelve en medio del contexto social existente.
Si hay trabajo y desarrollo la educación refleja esas condiciones; si hay desempleo y explotación la educación refleja esas condiciones; si hay clientelismo y corrupción, la educación refleja esas mismas condiciones. En otras palabras, lo que vemos en la educación es un reflejo de lo que existe en la sociedad en general.
Para mi el dominicano está en guerra constante, contra muchos frentes. Come demasiado azúcar, grasas saturadas y no se ejercita suficientemente, por lo que está en guerra contra su salud. No aprende ni a leer, ni a escribir ni a sumar por lo que está en guerra contra su propio desarrollo personal, educativo, vocacional y empresarial. Contamina, ensucia, no conserva y depreda, por lo que está en guerra contra el mismo medio ambiente que sostiene la vida. Descuida a sus hijos gastando más dinero en bebidas y en juegos de azar que en su propia calidad de vida, por lo que no hay que extrañarse que los niveles de violencia contra niños y contra esposas y compañeras estén a niveles desorbitantes.
La escuela refleja esa guerra y, a veces, da origen a muchos de los valores y prácticas que hacen que la guerra exista y se sostenga. En nuestras aulas hace falta educar para la paz.
Para mi el dominicano está en guerra constante, contra muchos frentes. Come demasiado azúcar, grasas saturadas y no se ejercita suficientemente, por lo que está en guerra contra su salud. No aprende ni a leer, ni a escribir ni a sumar por lo que está en guerra contra su propio desarrollo personal, educativo, vocacional y empresarial. Contamina, ensucia, no conserva y depreda, por lo que está en guerra contra el mismo medio ambiente que sostiene la vida. Descuida a sus hijos gastando más dinero en bebidas y en juegos de azar que en su propia calidad de vida, por lo que no hay que extrañarse que los niveles de violencia contra niños y contra esposas y compañeras estén a niveles desorbitantes.
La escuela refleja esa guerra y, a veces, da origen a muchos de los valores y prácticas que hacen que la guerra exista y se sostenga. En nuestras aulas hace falta educar para la paz.
La paz no es la ausencia de guerra sino la presencia de valores y prácticas que alientan la vida.
O sea, la paz es el vivir en armonía con uno mismo, con los demás y con la naturaleza. La paz no es la ausencia de conflictos sino la presencia de procesos constructivos para buscar comprensión y soluciones a los problemas que nos rodean.
Cuando en una sociedad las personas no pueden satisfacer sus necesidades materiales y espirituales más perentorias se crean condiciones que promueven la violencia (la desigualdad social es una de las formas más violentas de hacer guerra). Y ¿dónde se aprende sobre lo que es la paz, lo que es la guerra, lo que son los procesos de paz y lo que es la igualdad social? La respuesta es tajante: se comienza en la casa y se confirma en la escuela, actuando conjuntamente hacia el mismo fin. Si uno falla pues falla el otro y viceversa.
Sin embargo, comparando los procesos sociales de hogar y escuela, la escuela ofrece mayor potencial porque tiene mayores recursos a su alcance que lo que tienen los hogares entre las masas desposeídas, los principales usuarios del sistema de educación básica pública. En la escuela hay una mayor preparación académica que en la mayoría de los hogares pobres, hay mayor conciencia de procesos sociales y hay una audiencia cautiva que 4 horas diarias (en los mejores de los casos) se sienta en aulas donde se “imparte docencia.” La conversión, la transformación, es más posible en las aulas y en el ambiente escolar, la que luego puede ser llevada luego a los hogares.
Sin embargo, comparando los procesos sociales de hogar y escuela, la escuela ofrece mayor potencial porque tiene mayores recursos a su alcance que lo que tienen los hogares entre las masas desposeídas, los principales usuarios del sistema de educación básica pública. En la escuela hay una mayor preparación académica que en la mayoría de los hogares pobres, hay mayor conciencia de procesos sociales y hay una audiencia cautiva que 4 horas diarias (en los mejores de los casos) se sienta en aulas donde se “imparte docencia.” La conversión, la transformación, es más posible en las aulas y en el ambiente escolar, la que luego puede ser llevada luego a los hogares.
jueves, 15 de enero de 2009
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