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domingo, 25 de junio de 2017

Esperanza y Otras Ilusiones

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Es casi imposible evitar la esperanza.  

Al abrir nuestros ojos cada mañana lo primero que nos viene a la mente es una esperanza:  que algo se cumpla, que algo salga bien, que algo suceda o que algo no suceda, que el dolor se vaya o que la dicha llegue, que el negocio se realice o que cumplan su palabra, que me llegue el amor o que desaparezca la tristeza.  En cada sorbo del pensamiento aparece un suspiro de esperanza.

Sigo pensando que la esperanza es lo único que puede salvar a Las Terrenas, porque la verdad es que en los últimos años nuestro pueblo vive de drama en drama y de crisis en crisis.  Y, por qué no decirlo, de tragedia en tragedia.  El vertedero con su humo, el río que se desborda, heces fecales en las calles, la erosión en las playas, la muerte de los corales, la reducción de la pesca, el tránsito vehicular, el ruido, la desaparición de la seguridad peatonal, vedas que no se respetan (langostas, cangrejos, lambí), el pez león acabando, el narco tráfico, el alcoholismo rampante, la violencia de género, la explotación sexual de niños y niñas, la creciente explotación sexual de jóvenes y señoritas, el mal estado de las calles, promesas del gobierno incumplidas, un acueducto infuncional, la basura en las calles, un costo del peaje insostenible e inmoral, abogaduchos vergonzosos, accidentes de tránsito por doquier, muertes de jóvenes, robos por aquí y por allá, la interminable multiplicación de bancas, el vacío creado por un periodismo esclavizado a intereses particulares, uno que otro homicidio, pleitos entre familias, falta de trabajo, “el peso que baja” (J.L.G.) y los turistas que se nos van.
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Están igualmente los “escándalos”:  un alcalde casi preso, una alcaldesa no reelegida, huelgas y marchas, el fin del monopolio eléctrico, alcaldesa y regidores que dicen “no es nuestro problema”, elecciones internas y locales casi a punto de pistola y con papeletas en mano, el multi-drama del campo de golf, juicios de fondo, un hospital destruido, el puente de Margarita, mil millones en promesas (y las que faltan).

La constante letanía de dimes y diretes, la chismografía política, los tirijalas, los desfalcos, los engaños y, ¡oh Dios!, hasta los terribles y lamentables accidentes de tránsito que enlutecieron a tantos y tantas, nos hacen preguntar, “¿y qué más nos puede pasar?

Que Las Terrenas sobrevive es una señal evidente de que hay razón para tener esperanza.  Siguen las construcciones, inversionistas van y vienen, se vende y se compra, se expanden negocios y llegan otros nuevos, la calidad de vida mejora en algunos barrios, cada fin de semana es un peregrinaje de gente que viene a gozar, todavía hay mucha gente buena por aquí y por allá que siguen haciendo el bien a diestra y siniestra y por eso seguimos abriendo nuestros ojos cada mañana haciéndole un giño coqueto a la esperanza.
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Yo, como buen terrenero (aunque “importado”), le hago el amor a la esperanza como un carajito de 17 años: ¡mañana, tarde y noche!  Por eso me atrevo a escupir tres ilusiones:  primero, que aprendamos a hablarnos los unos a los otros porque sin una buena comunicación nos seguiremos enlodando de insultos y eso no lleva a parte; segundo, que nos provoquemos a crear espacios para la acción orientada hacia el bien común, o sea, que por un momento dejemos de pensar solamente en nuestros beneficios para enfocarnos en las cosas que nos benefician a todos; y, tercero, que reduzcamos el flagelo de la política paupérrima que nos rodea a través del compromiso cívico de demandar respeto, acciones concretas y transparencia, las que sólo pueden ser resultado de aprender a exigir lo que la ley prescribe y lo que nos merecemos.

Si no aprendemos a dialogar, si no abandonamos el egoísmo para orientarnos hacia el bien común y si no transformamos la politiquería en el ejercicio incansable del buen gobierno entonces sí nos vamos a joder, de una vez por toda.


Yo apuesto a la esperanza como amiga, novia, amante, esposa y excelente compañía.  Espero que tú también te atrevas a echarle el brazo, a bailar un tango con ella y invitarla a ver la luna salir en la esquinita dulce y dorada de Punta Popy.

domingo, 10 de abril de 2011

Ven Listo



           Esa noche Yahaira dijo las palabras que Rafael había esperado por muchos meses.  “A las ocho, en el lugar de siempre,” y las palabras mismas eran recordadas como ecos retumbantes dentro de las paredes de su cuerpo, de su corazón, de su alma.  No se trataba solamente del deseo carnal sino de sentimientos ancestrales, de unir esa necesidad constante y cortante de la carne con la pujante monstruosidad del deseo de poseer, de tener, de adueñarse de algo ajeno, prohibido pero eternamente ansiado.

            A todos nos llega un momento como ese, el secreto que sólo dos conocen con todo lujo de detalles, la ansiedad, la palpitante agonía de querer que los días, horas, minutos y segundos desaparezcan como el viento de cuaresma.  La boca se hace agua, como cuando vemos los mangos colgados de sus ramos, tentando nuestros ojos y nuestras manos y aunque estén verdes (y lo sabemos) le tiramos piedras sólo para verlos caer.  No importa el desperdicio de cientos de mangos si termina en que nos comamos una docena de ellos.  Debajo de cada mata de mango hay cientos de piedras y de mangos verdes, el recuerdo de momentos en que la lujuria de la mordida no pudo aguantarse y sucumbimos al intenso placer del zumo agridulce de la codicia.

            Rafael podía probar en su boca ese jugo agridulce e interminable de la anticipación, porque nada es tan suculento como la sorpresa que se anticipa, el pecado que convertirá deseos en placeres, el abrazo que derretirá todas las ansiedades engavetadas para transformarlas en dulce de coco empalagantemente delicioso.

            ¡Cómo es posible que ocho palabras calaran tan profundo en el interior de un ser humano!  “A las ocho, en el lugar de siempre.”  Eso sólo lo entienden otras personas que han escuchado las mismas palabras, los que han visto el maratón de sangre y aire corriendo por arterias y pulmones, el palpitar incesante que repite en sus adentros “sí, sí, sí!!!!”  Las personas raras veces entienden el impacto que sus palabras causan en llos demás.  El niño que constantemente escucha lo malo terminará un fracasado, la mujer que incesantemente oye su desgracia termina siendo una asesina de sus propias verdades, el hombre que oyó vez tras vez que es un inútil termina sirviendo solamente para cambiar los bombillos de la casa.  Los seres humanos nos hablamos constantemente y constantemente nos edificamos o nos destruímos.

            Rafael quería saber más, quería que Yahaira le anticipara mejor el momento, deseaba en lo más profundo de su ser escuchar dos palabras más:  “ven listo.”  Listo, sí, para todo, para llegar hasta el fin del mundo, para hacer girar las horas en dirección opuesta, para parar todos los vientos y todas las olas, para decirle al sol que regresara de donde vino, para ordenarle a la luna que se ocultara para siempre, para recordarle a las estrellas que podía hacer que brillaran eternamente, para hacer que el calor de dos cuerpos encontrados fuese capaz de encender todos los volcanes en la bolita del mundo y se derramaran todas las botellitas de sangre que existan en el universo.  “Ven listo” era una promesa, era una orden, era un imprevisto, era una ansiedad, era una condena, era la soga en el cuello y la espada contra la pared.  “Mardita!!", alcanzó a decir Rafael, “tú me vas a dar un ataque al corazón.”  Yahaira no escuchó esas palabras, ya había colgado el teléfono, pero si pudiera ver a Rafael en secreto se hubiera arrepentido de haberle causado semejante consternación.  Como ocurre a menudo, las mujeres no saben totalmente lo mucho que los hombres dependen de ellas.

            Si yo pudiera contarles lo que ocurrió es posible que ustedes también pensaran lo que yo pensé.  Llegó el día, llegó la hora, llegó el minuto, llegó el segundo, no en hora dominicana sino en “hora gringa.”  Eran las ocho en punto y Rafael esperaba en el lugar de siempre.  Se maldijo mil veces por no haber hecho pipí antes de venir, allí estaba él y la vejiga casi se le explotaba.  “Ven Yahaira, ven Yahaira, ven Yahaira,” se repetía vez tras vez.  Pasaron las ocho, luego las ocho y media, después las nueve y, finalmente, a las diez Rafael comprendió que Yahaira no cumpliría con la promesa.  En ese momento comprendió muchas cosas, sus ojos se fueron abriendo poco a poco, su ansiada esperanza, sus deseos anticipados se convirtieron en bilis amarga y espesa.  En su angustia llegó a abrazar el sentir de tantas personas que han escuchado semejantes promesas en toda la historia de la humanidad.  No hay nada tan pesaroso y tan azaroso como las mentiras y las promesas incumplidas.

            Millones de preguntas se enconden detrás de la frase "por qué no vino?"  Los que sobrevivimos a esas hecatombes continuamos sembrando esperanza.  Cuando el azaroso incumplimiento del más profundo de nuestros deseos cambia nuestras verdades es tiempo de que sembremos nuevas esperanzas y nuevas realidades.  Pobre Rafael.  Felices nosotros.

lunes, 13 de septiembre de 2010

La Vida Pasa

Tuve la oportunidad de ser asistente del capellán en el Hospital Bella Vista de Mayaguez, Puerto Rico, hace exactamente 24 años. La experiencia fue inolvidable: las visitas diarias, las conversaciones con enfermeros/as y con doctores/as, las rondas a media noche, o de madrugada y también los rostros felices en las madres y padres cuyos hijos/as nacían en el lugar.

Menos agradable, pero igualmente impactante, fueron las visitas a enfermos próximos a morir, las muchas veces que fuí llamado a las habitaciones bajo un “code blue” (código azul), el equipo de emergencia tratando de salvar la vida a un paciente sufriendo un infarto, un derrame o, simplemente, una falla del sistema de algún tipo. Perdí la cuenta de las veces en que delante de mis ojos el paciente perdía la vida a pesar de los esfuerzos del equipo y yo, pues tenía la tarea de salir de la habitación para ir a dar la noticia a los familiares.

Los cuatro hermanos adolescentes que llegaron a emergencia fue un caso particular, luego de haber sufrido un accidente de automóvil saliendo de un juego de basquetbol, llegaron prácticamente hechos pedazos, piernas y brazos en posiciones grotescas, tejido interno expuesto, sangre por doquier. En la sala de emergencia el equipo médico hacía intentos por salvarles la vida, colocar los órganos en sus lugares apropiados, enderezar rodillas y piernas, coser por aquí y por allá. Después de un tiempo interminable observando la escena y escuchando lo que decían los doctores salí para hablar con los padres, una pareja de personas bien acomodadas de la sociedad de Mayaguez. Estaban recién divorciados pero en ese momento los encontré abrazados, llorando, dándose la noticia de lo que había pasado. Más tarde, sentados en mi oficina, compartimos impresiones, lloramos, de sus labios brotando palabras de esperanza, necesitando toda la compasión del mundo.

En esos momentos uno crea palabras, responde a emociones intensas, crece los oídos para escuchar las más íntimas expresiones de dolor y, dentro de lo posible, uno responde de la mejor manera posible.

Cuando supe de lo que le ocurrió a Aarón había perdido, sin duda alguna, todas las destrezas aprendidas en aquél entonces. Me quedé sin palabras, fustigado terriblemente por una inmensa necesidad de dar para atrás al tiempo. Aaron había tenido un accidente de motor en Constanza donde había ido a visitar a su abuela después de dos semanas de voluntariado con la Fundación Mahatma Gandhi en la Biblioteca Anacaona. Aarón era el hijo de mi amigo de infancia, Ing. José Abraham Abud. José Abraham vino en persona a traer a su hijo, pasamos juntos un par de días, durmió en casa y le enseñamos el pueblo, visitando la biblioteca y compartiendo comidas con nosotros.

Aarón había venido a Las Terrenas buscando una oportunidad de re-conocer al pais de su padre (Aarón era oriundo del estado de Pennsylvania, USA), de empatizar con su gente y con la intención de prestar un servicio a la comunidad. Fue uno entre 170 voluntarios de 24 países que han venido a Las Terrenas en los últimos cuatro años y medio para ofrecer un servicio desinteresado a través de la Fundación Mahatma Gandhi. Entre todos ellos recuerdo a Aarón como una persona muy especial. Era un muchacho de sanas intenciones, de deseos profundos de hacer el bien, lo que había empezado años antes en su ciudad de origen. En dos semanas habló poco pero hizo mucho: jugaba, leía, compartía, aprendía y daba un servicio a niños, niñas y jóvenes de esta comunidad.

A las dos semanas se fue de Las Terrenas pensando en volver para una estadía de servicio más larga. Lo llevé a la parada de la guagua y me despedí de él. Su padre, once días antes, se había despedido de él parado en la playa de Las Terrenas. Ni su padre ni yo volvimos a ver a Aarón vivo. Después de su accidente nunca recuperó el conocimiento. Fue llevado a Miami para una posible operación en el cerebro pero cada uno de sus órganos fue fallando hasta que el corazón le falló.

Los que han perdido hijos o hijas de 18 años de edad deben comprender lo que José Abraham y Susan, sus padres, experimentaron el sábado 4 de septiembre, cuando el cuerpo de Aarón sucumbió ante el daño que había sufrido su cuerpo. Yo he dirigido muchos funerales y he visto a familiares y amigos partir al descanso final, pero el incidente de Aarón me sirvió para recordarme nuevamente cuán importante es celebrar la vida de las personas.

Aarón, te fuiste a deshora pero celebro tu vida, tus dos semanas de servicio a favor de personas desconocidas, lo que hiciste por el simple hecho de ser humano y de querer compartir tu humanidad con otras personas. Celebro todo lo que hiciste antes, en tu escuela, con tu familia, en tu vecindario. Celebro las cosas que tus compañeros de estudio, tus familiares, tus amigos, tus vecinos, tus maestros y los que te conocieron, dijeron acerca de ti en tu funeral y en el libro de memorias. Gracias José Abraham y Susan por compartir su hijo con nosotros y con el pueblo de Las Terrenas; gracias Ariana y Sophia, hermanas de Aarón, por animarlo a venir.

Gracias a ti, Aarón. Celebro lo que representas y celebro igualmente, aunque parezca contraproducente, el dolor que me causó tu partida porque me recuerda que en algún momento yo también partiré y, francamente, quisiera ser recordado como lo has sido tú.

miércoles, 2 de junio de 2010

Paciencia

La vida es el cambio que nos ofrece cada día. Aunque a veces parezca imposible la vida sigue el curso de cada día, de sus horas, minutos y segundos, marcando una pauta de avance hacia otro nuevo día mientras nos añejamos esperando que el de hoy pase para que llegue el que sigue. Aunque muchos desearían que los segundos y minutos suspendieran su agitado tronar por el espacio humano, la verdad es que todo sigue sin parar bajo el cielo que todos compartimos.
Paciencia.
A la vida no se la puede agarrar por los moños y forzarla a seguir un sendero pre-escogido o cuidadosamente seleccionado. Aunque nos aflijamos, aunque no podamos dormir, aunque se nos revienten las úlceras estomacales, los días siguen el fluído eterno del universo, el viento entona su cantar a través de ramas y flores, el sol descansa su ardor sobre la arena y la lluvia canta su eterna metamorfosis de agua-gas-agua. Las cositas que pensamos que son resultado de nuestro control son bromas que nos juega el universo para que no nos resulte tan pesado descubrir que, a fin de cuentas, no controlamos nada.
Paciencia.
Millones vienen y millones van, pero si nos elevamos en la atmósfera lo suficientemente alto al fin y al cabo todo se verá tan pequeño! Todo, absolutamente todo, puede terminar en un breve segundo. Si no, pregúntenle a José “el Mambo” Lima, quien con apenas 37 añitos y en el curso de una excelente carrera como pelotero no pudo hacer nada para impedir que su corazón le dijera “basta ya.”
Paciencia.
No sólo es asunto de morir. Es mayormente asunto de vida. Cada aspecto de la existencia sigue el designio perfecto de la física y de la química. Nada se destruye, todo se transforma. Nosotros, los seres humanos; todos los seres vivos desde árboles hasta los microorganismos invisibles dentro de nuestras orejas, se mueven al compás de un ritmo que nadie puede ni avanzar ni parar como le plazca. Por más canas que nos halemos de entre los cabellos que nos quedan, el cielo seguirá donde está, el mar seguirá yendo y viniendo y la arena de hoy entre nuestros dedos terminará siendo la arena de otro lugar, de otra playa y hasta de otros dedos.
Paciencia.
El mal es la enredadera que chupa la sangre de cualquier pared, árbol o casa. Como ente vivo al fin, la enredadera se ve creciente, expansiva, engañosa en su frondosidad y en la complejidad de su telar. Pero la corrupción corrompe y debajo de la aparente vida hay muerte y dolor. Las cosas y las personas se destruyen y otras se autodestruyen bajo el amparo de la corrupción. Es sólo asunto de tiempo.
Paciencia.
El bien es una gota capaz de penetrar la roca más dura. La vida es la esperanza narrada en cada pincelada de nuestro aliento. Hacer el bien es el canto que ofrecemos al pasado y al futuro, es la sonrisa ofrendada al presente, es saber decir que hay una mejor forma de vivir. Sin importar los costos el bien siempre resultará más barato, porque dando el bien se da vida y dando vida nos enriquecemos más. Cuando todos somos ricos todo cuesta menos. Es cuando la maldad nos empobrece que todo nos sale mucho más caro.
Paciencia.
El amor es recostar la cabeza sobre la arena debajo de un almendro y contemplar al sol moverse entre las hojas. Hacer el amor es el momento esperado, cuando las hojas se mueven para dejar pasar el ardor de una estrella incansable. Hay más disfrute en esa espera imposible que en mil fosforitos prendidos al azar. En esa espera hay imágenes y sueños, hay toques y susurros, hay abrazos y consuelos. Más que nada hay pasión, pero no como la describe el sonado regatón. Eso lo puede hacer cualquiera, hasta una máquina. Amar en la paciencia de la espera es el vaivén del mar, la lección de nubes que se transforman cada segundo, haciendo que el azul del cielo sea la película que nunca cansa, que nunca entristece, que siempre permanece.
Paciencia.
¿Cuánto habrá que esperar para que en Las Terrenas más gente pobre viva mejor? ¿Cuánto tendremos que rezar para que el amor al prójimo sea el norte de toda actividad? ¿Cómo podremos motivar a los que tienen poder y recursos para que más de ambos sea compartido equitativamente? ¿Cómo invitamos a los intrépidos ignorantes, vaqueros de la soberbia, buzos de la iniquidad, payasos en la tragedia teatral política, a descubrir la fortaleza y la sabiduría que se obtiene del servicio honesto y solidario hacia los demás?
Paciencia.

jueves, 23 de abril de 2009

Esperanzas

Esperanzas
De todas las esperanzas en el ser humano una de las mayores es la belleza. Todas las personas deseamos ser bellas. Cuando nos paramos frente al espejo deseamos vernos bellos y si alguien va a decir algo sobre nuestra apariencia deseamos que lo que diga sea un reflejo de lo bello que deseamos o pensamos ser. Nadie se levanta en la mañana pensando, “hoy voy a ser feo.” Por lo contrario, nos levantamos pensando “hoy voy a ser una estrella.” Y una de las mejores cosas que nos puedan ocurrir es que alguien nos mire de arriba abajo y nos diga “pero qué hermosa te ves,” “pero qué elegante te ves,” “pero tu eres una estrella total hoy,” “te ves chulísima,” “ese gallo está más bueno…”

De todas las esperanzas en el ser humano una de las mayores es la paz. Los que se levantan cada mañana como enemigos del mundo muy pronto aprenden que la energía gastada en odiar, herir y guerrear es deshumanizante, no sólo para sí mismos sino para todos los que le rodean.

De todas las esperanzas en el ser humano una de las mayores en la verdad. La mentira es la mejor manera de herir la dignidad propia, porque amenazando la dignidad de otros se amenaza la dignidad propia y la dignidad humana en general. Con la mentira se vende el alma al mejor postor. Aunque el mentir es de humanos, lo más inhumano es la mentira vulgar, la que es hecha con la intención de causar daño por beneficio personal. Qué hermosa es la verdad y qué vulgar la mentira.

Pero de todas las esperanzas, de todas las fortalezas, de todas las posibilidades y de todas las potencialidades la mayor de todas es el servicio. El servicio es lo que atrae más de cerca al humano en mi con el humano en ti. El servicio es la cortada que saca al cáncer del egoísmo desde adentro para revelar el latir común entre todos los seres humanos. El servicio hace posible que lo que me sobra a mi lo pueda compartir con otro e, inclusive, hace posible que de lo que tengo lo haga parte del que no lo tenga.

La vida está repleta de esperanzas y todas comienzan en ti, en mi, en nosotros.

Y Más Esperanzas
Se cuenta que el legislador Licurgo fue invitado a dar una conferencia sobre educación. Aceptó la invitación, pero pidió un plazo de seis meses para prepararse. El hecho causó extrañeza, pues todos sabían que él tenía capacidad y condiciones para hablar en cualquier momento sobre el tema. Y por eso mismo lo habían invitado. Transcurridos los seis meses, Licurgo compareció ante la Asamblea, que estaba expectante. Se ubicó en la tribuna, y enseguida entraron unos criados portando cuatro jaulas. En cada una había un animal; en total eran dos liebres y dos perros.

A una señal preestablecida, uno de los criados abrió la puerta de una de las jaulas y una pequeña liebre blanca salió corriendo, espantada. Luego, el otro criado abrió una jaula donde había un perro, y éste salió en desesperada carrera a la captura de la liebre. La alcanzó con destreza, destrozándola rápidamente. La escena fue dantesca y golpeó a todos. Una gran conmoción corrió en la Asambleay los corazones de todos parecían saltar del pecho.

Nadie conseguía entender lo que Licurgo deseaba con tal agresión. Licurgo no dijo nada. Volvió a repetir la señal establecida, y la otra liebre fue liberada de su jaula. Enseguida, se liberó al otro perro. El público apenas contenía la respiración. Algunos, más sensibles, llevaron las manos a los ojos para no ver la repetición de la muerte bárbara del indefenso animalito que corría y saltaba. En el primer instante, el perro embistió contra la liebre. Sin embargo, en vez de destrozarla, la tocó con la pata y ella cayó. Luego se irguió y se puso a jugar. Para sorpresa de todos, ambos animales mostraron tranquila convivencia, saltando de un lado para el otro.

Entonces, y solamente entonces, Licurgo habló: “Señores, acabáis de asistir a una demostración de lo que puede la educación. Ambas liebres son hijas de la misma matriz. Fueron alimentadas igualmente y recibieron los mismos cuidados. Así, igualmente, los perros. La diferencia entre ellos reside, solamente, en la educación.” Y prosiguió vivamente su discurso, exponiendo las excelencias del proceso educativo: “La educación, basada en una concepción exacta de la vida, transformaría la cara del mundo. Debemos educar a nuestro hijo, esclarecer su inteligencia pero, ante todo, debemos hablar a su corazón, enseñándole a despojarse de sus imperfecciones. Recordemos que la sabiduría por excelencia consiste en volvernos mejores.” (tomado de http://miguelricci2008.blogspot.com/2009/02/licurgo-para-pensar-no.html).

La educación es nuestra mayor esperanza!

martes, 24 de febrero de 2009

Educando Para la Esperanza

El potencial más grande que tiene la educación básica dominicana es que su audiencia principal son las mayorías desposeídas, por lo que la posibilidad de hacer el bien es directamente proporcional a las necesidades vigentes en esas mayorías.
La verdadera educación básica es la que educa para la ciudadanía, pero la gran mayoría de los alumnos de educación básica ni saben de los componentes más básicos en la vida cívica productiva, ni son entes participantes del proceso democrático, ni saben los elementos básicos de la lectura, la escritura y la aritmética. Son veletas humanas a quienes las fuerzas auto-destructivas las llevan de aquí para allá..
El sistema político actual se nutre de la ignorancia de las masas.
Una democracia efectiva requiere de una ciudadanía crítica y pensante. Por eso es que el clientelismo político no podría disfrutar de sus malvadas aspiraciones si las masas votantes estuvieran mejor educadas y es por eso que resulta muy fácil pensar que al político tradicional no le conviene una mejora trascendental en la educación.
¿Sería posible pensar que entre los mandamás de los partidos políticos existe una conjura universal, secreta pero efectiva, de que al pueblo hay que mantenerlo ignorante porque así pueden manipularlo mejor? Nadie es más amante de una conspiración que el dominicano y yo, como dominicano, soy el peor de los amantes; o sea, yo creo que en el momento en que una persona aspira a un cargo político ya aspira también a mantener al pobre dominicano tan bruto como sea posible, por medio de la ignorancia que fluye de nuestra aulas y que nutre la sangre y los huesos del clientelismo político.
La semana pasada hablaba de que los padres y las madres son actores centrales en esta comedia de cuadros en la que nuestros niños y niñas asisten a la escuela para no aprender, para ser más ignorantes, para pulirse en el arte de ser pobre. Decíamos que cuando los padres y las madres no forman parte activa del proceso educativo le roban tanto o más del futuro de sus hijos e hijas que lo que le roba el estado al sistema educativo negándole los recursos que necesita. Cuando los padres y las madres le roban de esa forma a sus hijos los están condenando a una vida de pobreza y frustraciones y los están preparando, cebándolos, para el actual sistema político clientelista y explotador. En ese sentido, los padres y las madres conspiran junto a los políticos corruptos para mantener a los futuros votantes en un estado de ignorancia embriagante.
Pero los padres y las madres no son los únicos. Lamentablemente, la búsqueda de logros profesionales y de clase entre los maestros durante tres décadas o más, ha creado entre muchos de ellos quizás la mayoría la idea de que al ejercicio de la pedagogía se llega para lograr metas personales, no para servir al desarrollo nacional a través de la excelencia educativa. El maestro que deja de prepararse y de estudiar, que no procura su desarrollo intelectual y pedagógico, que se presta a las jugarretas políticas de los líderes de su clase y que persiste en hábitos de trabajo perniciosos y detractores de la conciencia cívica es igualmente un ladrón y una ladrona del futuro democrático, económico, cívico y social de sus educandos.
Nuestros maestros tienen muchas excusas y razones para persistir en la creencia de que no pueden enseñar bien porque no hay ni recursos ni condiciones.
El estribillo es tan común que ellos mismos se lo creen. Pero la verdad es que para maestros mediocres nunca habrán suficientes recursos para hacer su trabajo. Por otro lado, en cada educando esos mismos maestros tienen razones suficientes para aspirar a ofrecer una mejor enseñanza, con o sin recursos. O sea, cada persona que como alumno/a entra a un aula entra también a un templo donde el sagrado don de la enseñanza se imparte por medio de sacerdotes y sacerdotisas al servicio del bienestar común. Cuando los maestros no se ven a sí mismos prestando a su comunidad el más alto y el más digno servicio cívico se prestan ellos mismos al sistema político explotador del cual se quejan.
Las muchas demandas de la sociedad actual, las constantes transiciones sociales que los tiempos modernos nos crean, los grandes desafíos económicos, culturales y sociales de esta sociedad dominicana tan golpeada por constantes luchas y desigualdades requieren de una ciudadanía capaz de enfrentar tales factores con sabiduría, constancia, inteligencia y destreza. Si esa ciudadanía no está preparada, entonces, como decimos popularmente, “se la va a comer el cuco.” Fortalecer la sociedad civil, aumentar el desempeño cívico, incrementar las destrezas en el ejercicio de la democracia, ameritan una educación en y para la ciudadanía, en y para el desarrollo, en y para el enriquecimiento económico y cultural, en y para el diálogo constructivo en comunidad.
Por otro lado, el error más grande de la educación básica dominicana es que no transciende a la sociedad en general.
Ni los alumnos mismos, ni los maestros mismos creen que hay valor en lo que sucede en dichas aulas. No se dan cuenta (y si de dieron cuenta una vez ya lo han perdido), que una educación básica sólida, la que se logra por medio de la excelencia educativa, abre anchamente las puertas a conquistas sociales indispensables para la dignidad humana y para la convivencia civilizada.
Cómo carajo van a vivir bien los que nunca han adquirido las destrezas mínimas para saber cómo llegar a vivir bien y cómo mantenerse viviendo bien. Cómo van a vivir bien si lo único que aprendieron es a vivir esclavizados por la ignorancia y la ineptitud, arrodillados como estuvieron ante el santuario de la más vil de todas las maldades: la desesperanza.
La educación básica deficiente no sólo enseña para la pobreza, sino también para la desesperanza.
De todos los males en la vida el peor de ellos es no tener esperanza. Lamentablemente, cada día en nuestras aulas muchos de nuestros niños y niñas pierden las esperanzas. Si es cierto que hay que tener valor para educar ante nuestras actuales circunstancias, igualmente es cierto que hay que ser muy cobarde para dejar que la educación siga como va.
No te quedes ahí leyendo mis palabras, ¡Haz algo! !Corre, grita, huye! !Zozobramos en la desesperanza! ¡Auxilio! ¡Socorro! ¡Sálvase quien pueda! Padre, madre, maestro, maestra, políticos, salvemos a la educación. Enseñemos para la democracia, eduquemos para un mejor futuro, aspiremos a la excelencia educativa.

lunes, 12 de enero de 2009

Lo Que Me Dejaron Los Reyes Magos

Cuando desperté el martes 6 de enero encontré junto al árbol de navidad un regalo con una envoltura roja brillante, con bolitas de oro y un lazo verde de seda. Me imaginaba que tendría que ser algo muy valioso porque la envoltura debió costar un dineral. Se veía tan lindo que ni quería destaparlo, así como estaba era ya un gran regalo, pero la curiosidad me ganó y tijera en mano hice trocitos a toda la envoltura.

Adentro había una caja de zapatos amarrada con cabuya y después de desamarrar al nudo encontré dentro de la caja a un envuelto de papel periódico, eran copias viejas del LT-7. Quité la primera capa de papel y encontré una nota que decía: “Si quieres seguir abriendo tu regalo debes primero responder a la pregunta, ‘¿qué fue lo mejor que ocurrió en Las Terrenas en el 2008?’______.” Bueno, yo me encontré la pregunta un poco difícil y complicada y no sabía si contestar “la desaparición de todos los cangrejos de Las Terrenas”, “el nuevo parquecito municipal”, “la reducción significativa de la delincuencia”, o “la pizzería de Sergio frente al cementerio.” Opté por la pizzería y procedí a seguir quitando papel. La segunda envoltura estaba acompañada de otro papelito con la pregunta: “¿qué fue lo peor que ocurrió en Las Terrenas en el 2008?_____” Bueno, ahí fue que el sancocho se puso un poco agrio. Recorrí los meses por mi mente y vinieron varias ideas, a) el desborde de Caño Seco, b) el fabuloso manejo del tránsito y estacionamiento municipal auspiciado por el Ayuntamiento, c) el destructivo estado de las calles, d) el gringo que anda por las calles en su motor a 80 km/hora, e) el basurero municipal de la playa, f) las basureros barriales, g) los camioneros que de manera abusiva tiran basura en las carreteras y callejones, h) la creciente crisis del vertedero municipal, i) el creciente número de vaqueros armados en nuestras calles, j) los 15 nuevos bares en el pueblo, k) la ausencia total del diputado Dr. Demetrio Vicente durante los 365 días del 2008, l) los tapones en la Calle Duarte y Calle Carmen, m) el nivel de ruído en La Lincoln, n) el peligro de cruzar la esquina frente al colmadón de la Calle Carmen con Calle Mella, ñ) los nuevos humedales desaparecidos, o) los 14,275 nuevos árboles tumbados y/o quemados, p) el creciente número de vehículos que ya no caben en las calles, r) la creciente contaminación visual, sobretodo en la carretera LT-Sánchez, s) el flamante plan de reordenamiento municipal sin participación municipal, t) la triste condición del punto de salida del Caño Seco en la playa, u) las construcciones ilegales, v) el aparatoso tránsito de vehículos superpesados por las callecitas del municipio, w) las muertes inocentes de peatones, x) los días de clases pérdidos en el liceo nocturno por falta de luz, y) la triste condición del hospital municipal y z) la constante intransparencia de las funciones municipales. No sigo porque se me acabaron las letras.


Escogí la letra h) por el tremendo impacto presente y futuro de esta condición, la que aparentemente no está siendo estudiada ni considerada adecuadamente en ningún foro o medio, quizás esperando que el Papa Santa Claus del gobierno central meta su mano.

Decidí seguir quitando papeles y nuevamente encontré otro papelito que preguntaba: “¿Cuál fue el personaje más atractivo y ejemplar del año?” Algo difícil, pero decidí escoger a las hermanas Ivonne Butler de Quiñones y Martha Butler de Lister por ser personas que vinieron desde fuera (la capital), encontraron algo bueno que pudieron hacer aquí y lo hicieron (la limpieza de las playas), sin esperar nada de nadie, utilizando la iniciativa propia y la buena voluntad de las personas y sentando así un buen ejemplo para todos nosotros.


Ya tenemos un héroe local en Hervé Brousset, quien de manera pionera ha sido responsable por casi medio millón de pesos regalados a la municipalidad en la forma de tanques de basura donados por negocios locales. No me puedo imaginar lo que sería Las Terrenas sin esos tanques distribuídos por doquier, estaríamos viendo basura hasta en los techos de las casas. Pero las hermanas Butler representan a una nueva generación de personas que saben y aprecian lo que es Las Terrenas y quieren preservarla y hasta ayudar a hacerla mejor. Como ellas necesitamos a 20 más.

Después del próximo envuelto la pregunta obvia en el papelito fue: “¿Quién cree usted que fue el peor personaje en Las Terrenas durante el 2008?” El nombre que me vino a la mente es una figura pública central local, responsable de muchas cosas que pasan y de muchas que no pasan, pero por ser también un político notable el peso de su sabiduría y de su ignorancia recae sobre todos: el síndico municipal Sr. José Alexis Martínez. Sólo les voy a decir que lo considero responsable de la mayoría de las cosas que no son pero que podrían ser mucho mejor en este municipio.

Se lo dejo a su imaginación. Imagina….

Finalmente, quité una última envoltura y el papelito que encontré tenía un poema escrito y decía:
La Esperanza
Me pregunté esta mañana:
Qué es la esperanza?
Hice una pausa y respondí...
La esperanza es,
un faro iluminando al mundo,
un libro esperando ser leído,
un trino de torogoz eterno,
un vivir sonriendo,
un vivir soñando.

La esperanza está,
en el niño que asiste a la escuela,
en los hombres y mujeres que luchan,
en las lágrimas de una madre cariñosa,
en el libro de libros,
en la vida,
en el creciente y necesario amor.

Es la esperanza.
El mundo necesita esperanza.

Néstor Danilo Otero (Salvadoreño)

El último envuelto cubría a un papel envuelto, dentro del cual habían tres velas, una blanca, otra azul marino y la otra roja oscura. Me di cuenta que representaban a los colores patrios y creo que el sentir era que para hacer patria hay que tener esperanza. O sea, que los Reyes Magos querían decirme “ten esperanza,” préndele velas a la nación, no de luto sino de esperanza.

Así que desde el 6 de enero mantengo tres velas prendidas en mi casa: la blanca para acordarme del rol de la espiritualidad en todo lo que hacemos, una espiritualidad que necesitamos recobrar y confirmar en todos nosotros; la azul para recordarme del amplio cielo y del ancho mar, bendiciones de la naturaleza, una naturaleza que necesita protección para que todos podamos vivir mejor; y la roja para acordarme de la “sangre,” los sacrificios hechos por mucha gente buena que lucha día a día para que nuestros barrios, nuestras comunidades, nuestras provincias, nuestro país eche para adelante y sea un mejor lugar.

Te invito a que tú también prendas tus velas. Todos las necesitamos.

El segundo regalo que me dejaron los Reyes Magos fue el librito de Antoine de Saint-Exuperie, “El pequeño príncipe.” Es un librito maravilloso que he leído muchas veces. En una instancia el coyote le dice al príncipe “el cambio comienza en el corazón.” Cuántas verdades en esas simples palabras. A la gente no se le puede dar palos por la cabeza. El cambio, el verdadero cambio, empieza en el corazón. Así que a través de este regalito creo que los Reyes Magos aspiran al cambio en mi propio corazón, en la medida en que yo mismo desearía el cambio de muchas cosas en los corazones de algunas gentes a nuestro alrededor, sobretodo entre las gentes que saben qué es lo mejor para ellos/as y para la comunidad.

El tercer regalo era una moneda de 10 pesos, la que encontré dentro de una cajita oroperlada, con un algodoncito adentro. Al abrir la cajita la moneda me miró directamente a los ojos y me dijo “este año vas a ser más pobre.” No entiendo lo que me quiso decir la moneda, pero al igual que muchas cosas en la vida no se pueden entender inmediatamente, así que estoy seguro que según vayan pasando los días, las semanas y los meses entenderé mejor su significado. Generalmente asociamos a la pobreza con algo malo, es el infierno del que todos deseamos huir a veces de buena y a veces de mala manera; pero al mismo tiempo un Maestro de hace muchos años dijo “bienaventurados los pobres porque de ellos es el reino de los cielos.”

Humm, me pregunto cuál será el verdadero significado detrás de tales palabras. Tengo 365 días en el año para redescubrirlo.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Generación de Esperanza

Es más fácil pensar en lo peor de las cosas, pero como se avecina una temporada de acción de gracias y de regocijo, hagamos el esfuerzo de recordar las cosas buenas y merecedoras de nuestra atención, sabiendo que al hacerlo nos llenaremos de energía positiva y de mejores esperanzas.

Algo que merece celebración es el tremendo esfuerzo y labor de servicio que realiza la Asociación Humanitaria Domínico-Europea. En los últimos meses y gracias a la labor pionera de los últimos años la Asociación ha realizado actividades médicas de gran valor y reconocimiento. Ejemplo de ellos es su plan de dotar a todos los estudiantes de la provincia de espejuelos según los puedan necesitar. Transcendiendo a Las Terrenas la Asociación abarca ahora a toda la provincia. Nuestras más sinceras congratulaciones para el equipo de la Asociación.

Un comercio que merece ser reconocido es la Ferretería Leonardo, la que comenzó construir un parquecito frente a su negocio. Me imagino que la inversión es millonaria, comenzando sin nadie pedírselo y con el solo propósito de hacer un bien. Al invertir en su comunidad sin obligación y en buena fé, la Ferretería Leonardo crea una pauta para todos los demás negocios de la zona, ayudándonos a ver el ejemplo de un comercio que se beneficia de la comunidad pero que también devuelve en bienes comunitarios una parte de sus ganancias. Ojalá que tan digno ejemplo sea seguido por muchos otros.

El Colegio Alianza inauguró su nuevo local y con ello muestra el nivel de inversión realizado, dotando a Las Terrenas del mejor plantel escolar, el que se apresta para convertirse en un centro de muchas cosas según sus dueños lo planean. Aunque la matrícula del colegio es pequeña comparada a los otros dos colegios de similar naturaleza, el Colegio Alianza espera crecer en un número de direcciones significativas para el desarrollo escolar del municipio. Como muchos sabrán, el colegio también representa una gran inversión social de parte de la Compañía Luz y Fuerza la que al invertir en la educación está igualmente echando su suerte con el futuro de la comunidad.

La escuelita de doña Lidia en El Manantial, construída y sostenida por Lidia Dickinson es un buen ejemplo de una iniciativa personal que ha implicado muchos sacrificios pero también muchas satisfacciones. Construída con el empuje de doña Lidia, contó también con el apoyo financiero y en materiales de sus amigos y familiares de diversas partes. Esperamos que pueda continuar sus funciones y que muchos otros puedan imitar el ejemplo de doña Lidia al buscar el mejor bienestar de niños y niñas que lo necesitan.

Doña Juana Marte realiza acciones incansables y hermosas a favor de los envejecientes, proporcionándoles servicios y actividades para hacer su vida un poco más llevadera, periódicamente haciéndoles un banquete, dándoles masajes y atendiendo a necesidades médicas. Es una gran bendición contar con alguien que se preocupe de los que han vivido sus vidas y son las madronas y los padrotes de la comunidad.

Algo verdaderamente significativo ha ocurrido recientemente en la Biblioteca Comunitaria Anacaona, operada por la Fundación Mahatma Gandhi, la que co-dirijimos junto a mi esposa y que ha aumentado en 300% la cantidad de usuarios en los últimos meses. La Fundación ha traído a Las Terrenas voluntarias de casi 40 países en los últimos dos años, incluyendo paises como Noruega, Italia, Holanda, Francia, Italia, Barbados, España y Estados Unidos, las que han venido por períodos que oscilan de una a 12 semanas. Por primera vez después de dos años, la biblioteca cuenta ahora con un diverso, rico e interesante grupos de voluntarias y voluntarios aunque siempre nos hacen falta más personas. Entre las voluntarias y voluntarios actuales hay representantes de Rusia, Francia, Italia, México, Estados Unidos y la República Dominicana. Las hay artistas, educadoras, líderes políticos y municipales, empresarios y personas de gran riqueza personal y artística. Esto va a permitir a la Biblioteca ampliar y afianzar sus programas al mismo tiempo que busca un nuevo lugar donde mudarse. La Fundación aspira a crear un Centro Multicultural y Global, un Centro de Artes y Artesanía, un Centro de Informática, el Centro de Materiales Educativos o biblioteca, al igual que un Centro de Información Comunitaria. Los que quieran apoyar financieramente y/o ser parte de estos desarrollos como voluntarias por favor háganmelo saber.

Existen en la comunidad organizaciones activas e individuos visionarios los que, aunque mayormente desconocidos a la mayoría de nosotros, permanecen ayudando en diversas formas y respondiendo a las necesidades de las gentes. Hay personas que sostienen programas de asistencia educativa, enseñanza de idiomas, apoyo sicológico, desarrollo religioso, desarrollo artístico y sostenimiento académico, sobretodo pagando los gastos educativos de niñas y niños que de otra manera no podrían estar en la escuela. Así como ellos y ellas, hay otras tantas personas que hacen el bien y ojalá supiéramos mejor quiénes son.
Lo importante es que una comunidad necesita el apoyo de todos.

Las Terrenas será tan fuerte como lo sean sus instituciones comunitarias y ahí radica tanto nuestra gran necesidad como también nuestro gran potencial.

Espero ansiosamente ansiosamente el momento en que el liderazgo comunitario, político, social, religioso, empresarial y de la sociedad civil, pueda conjuntamente desarrollar un modelo de accionar colaborativo, apoyándonos mutuamente en la búsqueda de un bien común.

La fuerza de una comunidad no radica en el accionar heroico de un solo individuo o entidad, sino en su capacidad de producir fórmulas de mejoramiento y desarrollo que representen el mejor deseo de todas las partes de la sociedad.

Un liderazgo municipal y político que apoye las iniciativas de bien y que comprenda que apoyando los que hacen el bien beneficia a todos hace mucha falta. Ninguna entidad puede hacerlo todo por todos.

Como dependemos los unos de los otros felicito entonces a todos los antes mencionados y a los que por desconocimiento u omisión no intencional no mencioné, pero que trabajan desinteresadamente, con recursos propios y con grandes aspiraciones, buscando el bienestar comunitario. Exitos a todos y en nombre de la comunidad, GRACIAS.

Carta Abierta Para los Concejales

  Carta abierta a los concejales de Las Terrenas CONCEJALES PARA UN FUTURO MÁS CERTERO Por José Bourget, comunitario Querid@s Concejales: Si...