¿Punto sin retorno?
Por José R. Bourget Tactuk
Es probable que Las Terrenas haya sobrepasado el punto de no retorno.
Ese punto sin retorno es el lugar donde el saqueo de sus recursos naturales ha sobrepasado su capacidad de regeneración.
Muchos no lo verán así, sino que lo podrían ver como una oportunidad evidente y alcanzable de explotar todos los recursos existentes a su alcance con el fin de crear riqueza entre algunos, trabajo y crecimiento económico en el destino. Ojo, crecimiento NO es sinónimo de desarrollo.
Si usted se pasa un día completo dándole la vuelta a Las Terrenas es posible que no encuentre ni una sola esquina donde no se haya empezado a desmontar, rellenar, aplanar y construir. Ya no son villas individuales, son condominios, apartamentos y multi residénciales. Ningún espacio cercano o lejano ha escapado a esa explosión habitacional. Las Terrenas es deseada.
Por eso es que veo a Las Terrenas como a una prostituta deseada. Todo lo que posee es deseado lujuriosamente por alguien. Sus atractivos, cadencias, perfumes, formas y movimientos son la fuente de sueños y fantasías para todo el que viene. Cientos caen seducidos ante sus encantos.
Y han venido, por dentro y por fuera, la han tocado, disfrutado, conquistado y hasta le han saqueado todo lo que ha podido dar y sigue dando. En ese proceso es más lo que le han sacado que lo que le han traído y es muy probable entonces que sus atractivos comienzan a desfallecer, el ocaso triste de una oferta de todo y para todos. No ha sido diferente para el nativo o para el foráneo, todos la han usado y muchos la siguen usando.
Es una explotación sin sostenibilidad. Las apariencias parecen indicar que las aguas son inagotables, por mencionar un ejemplo. A pesar de todas las experiencias del pasado, se sigue construyendo sin los espacios públicos para calzadas y calles adecuadas. Por cada árbol cortado no se siembran diez y por cada sombra eliminada se siembra concreto por doquier.
Como no es posible obtener sostenibilidad sin un planeamiento adecuado y efectivo, a la presente alcaldía le corresponde el dudoso privilegio de conducir de la mano a esa prostituta y encerrarla en un cuarto de seda para ponerla al alcance del mejor postor. Y hay muchos. Sus humedales, montes, playas, foresta, aguas subterráneas, caminos y manantiales están disponibles, nada es sagrado y todo es vendible. Esta alcaldía ha sido el mejor maipiolo para nuestra reina.
Entonces, cuando hablo de punto sin retorno, me refiero a que ya la romántica, coqueta, sutil y apetecible doncella dejó de existir. Sus encantos se seguirán exhibiendo en las vitrinas de los maipiolos mejor entrenados para el negocio de ventas de encantos (porque, a pesar de todo, sus encantos permanecen en muchos aspectos), pero su naturaleza ha sido transformada irremediablemente. Nadie hay que diga "pare", o "controla", sino que dicen "tómala", "úsala", "disfrútala".
En Las Terrenas se notan ahora las cinco problemáticas más graves de explotación turística (inmobiliaria y turística):
1. Depredación y deterioro del medio ambiente;
2. Dependencia excesiva del turismo;
3. Malas condiciones laborales y de calidad de vida para los residentes;
4. Conflictos entre residentes nativos y residentes temporarios;
5. Explotación humana y encarecimiento de la vida para los nativos.
Como hemos traspasado niveles permisibles de preservación y sostenibilidad, solamente nos queda quizás mitigar lo que ocurre o pueda ocurrir. Para mitigar y sostener el híper crecimiento hará falta la presencia de capacidades internas claves entre los que manejan el destino municipal. Capacidades enfocadas en el manejo interno de las condiciones imperantes y emergentes. Sin embargo, la "cultura" del municipio nunca ha sido una tendiente a crear capacidades internas, ni a buscarlas con el fin de ayudar a producir sostenibilidad. Los desarrolladores "importan" capacidades.
Ninguna administración edilicia (alcalde y Concejo Municipal) ha hecho lo suficiente para crear capacidad interna que ayude al municipio a poseer los conocimientos, destrezas y prácticas necesarias para el manejo sostenible de sus recursos naturales y humanos. Mucho menos lo han hecho para controlar un crecimiento que obviamente desborda sus capacidades. Es una ignorancia sutilmente planeada, para impedir que conocimientos transformadores y mejores prácticas les lleve a hacerlo diferente. Poder seguir haciendo lo mismo permite que muchos se sigan beneficiando ENORMEMENTE del bien público, hasta entre aquellos llamados a proteger al erario.
Por otro lado, mucho más doloroso, los terrreneros y las terreneras que poseen o han poseído recursos, experiencias y visiones, no han dedicado ni de su tiempo ni de sus recursos para crear y mantener esas capacidades. Tampoco ha sido parte de la cultura que en la toma de decisiones (como en el Concejo Municipal) se busquen los conocimientos, experiencias y mejores prácticas que existen entre los no terreneros. La ausencia de una cultura de crear capacidad interna deja al municipio en el 2023 tan frágil como cuando se hizo municipio casi 30 años atrás.
Aún dentro de lo más terrible en ese cuadro kafkiano, el mejor desarrollo integral sigue siendo el producto del matrimonio feliz entre los factores económicos y las mejores prácticas políticas. Lamentablemente, La política partidista local no ha estado a la altura del crecimiento económico ni a favor de una explotación discriminada de los recursos naturales.
Los recursos económicos (capital e inversionistas) han aprovechado esa flaqueza para verdaderamente explotar el destino y sacarle el jugo al máximo sin pensar en sostenibilidad.
Creo que para mejorar las condiciones del impacto económico hace falta un poder político verdaderamente comprometido con calidad de vida, justicia social, equidad, no corrupción y un fiel cumplimiento de la ley de municipios.
Todos esos factores brillan por su ausencia en Las Terrenas, o carecen de una presencia notable. Los políticos le han fallado al bienestar común terrenero, pero han favorecido mucho a la explotación indiscriminada. Por eso dudo que los actuales políticos en gestión y los otros terreneros que aspiran tengan los conocimientos, capacidades, destrezas y voluntad de cambiar las condiciones de nuestra prostituta deseada.
¿Qué hacer?
1. En este momento (en mi pensar utópico e impracticanente idealista) creo que la mejor opción es persuadir a los poderes económicos notables para que se conviertan en catalistas de una transformación profunda, invirtiendo ideas, planes y recursos en fomentar la sostenibilidad, incluyendo el uso de recursos para empujar al poder político a hacerlo diferente. No debería ser el rol del poder económico, pero en ausencia de una sociedad civil y política a la altura de los desafíos (por ignorancias e ineficacias), entonces el poder económico es lo único que pudiera hacerlo.
2. Urge reencauzar las organizaciones cívicas, religiosas y profesionales para que adquieran capacidades de observación, de análisis y de respuestas, porque no es posible obtener sostenibilidad sin el concurso ciudadano "iluminado" por mejores conocimientos y destrezas. La sociedad civil es y ha sido débil y seguirá siendo débil hasta tanto haya una transformación total y profunda en sus capacidades y conocimientos internos.
3. Divide y conquista. No creo posible responder a los problemas neurálgicos de Las Terrenas bajo su actual configuración edilicia administrativa. Creo que la loma debe ser un distrito municipal y tanto Cosón como Barbacoa-Portillo deben constituirse en centros de desarrollo económico semi-independientes bajo una fórmula legal pero creativamente original y flexible. De esa forma una administración edilicia estaría solamente enfocada en los graves problemas neurálgicos del casco urbano del municipio, siempre confiado que en las otras zonas habrán iguales o mejores capacidades.
Más que nada, empecemos con aceptar nuestra realidad: estamos siendo explotados inmisericordemente y nadie al nivel local ni nacional está haciendo algo significativo para impedirlo o mitigarlo. Es más, los grandes poderes económicos y los ministerios del gobierno son parte activa en el maipiolaje de nuestra reina.
Las Terrenas seguirá hasta su destino final. Como no soy ni brujo ni profeta, sólo espero por un milagro y creo que no soy el único!