Un Presidente Llora
Hay un momento mágica para casi cada persona en posición de liderazgo. Yo me imagino que el ex-presidente brasileiro Lula da Silva tuvo muchos momentos mágicos, pero para mi uno de ellos fue, sin duda alguna, lo que relató en la TV seguido de muchas lágrimas acerca de una visita de un grupo de personas de la calle. Dijo Lula: “Hubo un día en que recibí a los que viven en la calle. Les pregunté qué reivindicaban y me respondieron: ‘No queremos pedir nada. Sólo queremos decirle que nuestra mayor conquista es el hecho de estar ahora dentro del Palacio (presidencial) del Planalto’. Ellos jamás pensaron que iban a entrar”.
Al concluir 8 años en la presidencia, cerca de cincuenta millones de personas en Brazil, de un total de 180 millones, mejoraron sustancialmente su calidad de vida. Sacó de la pobreza a unos veinte millones de personas, al tiempo que otros 31 millones ascendían en la escala social. Convirtió a Brasil en una potencia emergente clave y una profundamente ambiciada por todos los regímenes explotadores del mundo.
El periódico francés Le Monde lo escogió recientemente como Hombre del Año y, entre otras cosas mencionó que "supo seguir siendo un demócrata, luchando contra la pobreza sin ignorar los motores de un crecimiento más respetuoso de los equilibrios naturales, líder en el seno del G20, aspirante a un escaño permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y primer socio comercial de China."
Felicidades Lula, hiciste muy bien!
Un Presidente Hace Llorar
En nuestro paisote, después de 6 años de gobierno del actual Presidente y 10,000 millones de dólares más en deuda, más que todos los años de la vida republicana juntos, tenemos más pobres, menor calidad de vida y más problemas sociales. Aunque es el pais de América Latina y del Caribe cuya economía más ha crecido en los últimos 50 años, hasta el 2002, sin embargo, es el segundo país que peor ha aprovechado esta oportunidad para mejorar su Índice de Desarrollo Humano (IDH), como lo reflejan las siguientes cifras en educación:
1. Proporcionalmente último lugar en el mundo en inversión, por PIB;
2. Penúltimo en 137 países en lecto-escritura;
3. Dentro de los últimos cinco en inversión en educación primaria;
4. Dentro de los últimos tres en ciencias;
5. Dentro de los últimos cinco en calidad de educación;
6. Dentro de los últimos cinco en promedio general educativo;
7. Dentro de los últimos cinco en tecnología aplicada;
8. Dentro de los últimos cinco en tasa de analfabet@s (uno de cada cinco);
9. Dentro de los primeros cinco en tasa de deserción escolar en el nivel superior (50%)
10. Dentro de los últimos tres por inversión general en educación en base al PIB.
1. Proporcionalmente último lugar en el mundo en inversión, por PIB;
2. Penúltimo en 137 países en lecto-escritura;
3. Dentro de los últimos cinco en inversión en educación primaria;
4. Dentro de los últimos tres en ciencias;
5. Dentro de los últimos cinco en calidad de educación;
6. Dentro de los últimos cinco en promedio general educativo;
7. Dentro de los últimos cinco en tecnología aplicada;
8. Dentro de los últimos cinco en tasa de analfabet@s (uno de cada cinco);
9. Dentro de los primeros cinco en tasa de deserción escolar en el nivel superior (50%)
10. Dentro de los últimos tres por inversión general en educación en base al PIB.
Para un Presidente que HABLA tanto de educación no se explica que en los últimos 20 años el pais haya ascendido 11 peldaños en sueldos, pero haya caído 13 peldaños en educación comparados a otros 169 países y se encuentre en la cola. Además, somos un pais con un 50% de pobreza, o sea, una de cada dos personas. Una de cada 20 personas vive en extrema pobreza, o sea, con ingresos de menos de 50 pesos al día; y una de cada 10 personas vive en pobreza “multidimensional,” según 10 indicadores de calidad de vida. Mientras tanto el 10% de la población controla el 50% de los bienes y los indices de calidad de vida comparados a 169 otros países han caído brutalmente.
Los que vivimos en Las Terrenas sufrimos estas calamidades sociales en carne viva, porque vivimos en un pais donde el actual Presidente no llora, sino que nos hace llorar.