Una empresa constructora que ha sido sometida por medio ambiente múltiples veces por violación a las leyes medioambientales que incluye, entre otros, tala de árboles, daño a cañadas y el segamiento de 30,000 metros cuadrados de un humedal en Las Terrenas auspicia ahora una carrera por una “Terrenas Verde.” Es una compañía que construyó en Portillo con altos estándares pero que lamentablemente hizo caso omiso al uso de materiales más amigables a la naturaleza y que diseña un complejo que abusa de todos los recursos no renovables disponibles en el mercado. Fomentar el "verde" es más que sembrar jardines bonitos.
Aunque Balcones del Atlántico persista en venderse como una empresa amiga de esta comunidad no nos olvidemos de que los daños hechos al medio ambiente perdurarán por muchas décadas y que al fin de cuenta lo que verdaderamente le interesa a sus dueños es el beneficio pecuniario que sus inversiones les permitirán obtener.
Si la empresa deseara resarcir los daños causados por sus violaciones medioambientales en nuestro medio debería, ante la inoperancia e ineficacia de la alcaldía, ayudar a sanear el municipio para evitar que nos entre el cólera y que la leptospirosis alcance proporciones epidémicas debido a la cantidad de basura y zonas contaminadas en nuestros barrios y en el casco urbano. Se han avistado ratas y ratones por decenas en muchos sitios donde existen vertederos y zonas no saneadas, condiciones empeoradas por las constantes lluvias.
Pienso que ayudar a reducir el peligro de plagas y epidemias en el pueblo sería un justo castigo y mitigación del daño hecho a la naturaleza en el mismo lugar de su proyecto. Destruyendo un humedal de 30,000 metros cuadrados una mala manera de promover una “Terrenas Verde” pero ayudando a evitar una epidemia sería una buena manera de alcanzar un chin chin chin de perdón sin tener que hacer mayores penitencias.