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sábado, 21 de mayo de 2022

Lo que el viento se llevó

 

"En nombre de la historia, la identidad y la cultura se ha cometido una palpable desgracia"

Por José R. Bourget Tactuk, 20 de mayo del 2022

 Desde el 4 de septiembre del 2021 cuando ocurrió el último incendio en el Pueblo de los Pescadores de Las Terrenas, hasta el 19 de mayo del 2022 cuando se declara que será reconstruído definitivamente en el mismo sitio, transcurrieron 257 días. 

En ninguno de esos días se juntó nadie en Las Terrenas para estudiar, analizar, ponderar y decidir sobre todos los factores que inciden en la ya aprobada reconstrucción.

El alcalde no llamó a una reunión.

Ni uno de los regidores llamó a una reunión.

El MITUR no llamó a una reunión.

La Unión de Juntas de Vecinos no llamó a una reunión.

La Federación de Clubes de Madres no llamó a una reunión.

La Confederación de Pastores Evangélicos de Las Terrenas no llamó a una reunión.

ASONAHORES no llamó a una reunión.

La Asociación de Taxistas no llamó a una reunión.

La Asociación de Motoconchistas no llamó a una reunión.

El Sindicato de Camioneros no llamó a una reunión.

La Asociación de Ferreteros no llamó a una reunión.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales no llamó a una reunión.

La “Asociación de Historia y Preservación de la Cultura Terrenera” no llamó a una reunión.

Y tampoco llamó a una reunión la “Asociación Pro Defensa de Las Terrenas en Contra de Todos los que Opinan en Contra de los Intereses del Pueblo de Las Terrenas, Inc.”


Hubo reuniones aquí y allí, sobre todo en los últimos días antes del 19 de mayo, para ir a “defender la cultura, la esencia y la identidad terrenera”, pero en ninguna de ellas se escuchaban a profundidad los temas vitales que tienen que ver con cultura, con identidad, con esencia, con impacto ambiental, con cambio climático, con gerencia, con municipalidad y, mucho menos, para explorar, analizar, estudiar cómo casar los temas cruciales (que sin duda alguna incluye consideraciones medio ambientales) para beneficio de todos.  Lo que vimos fue algo reaccionario e impulsivo, ciego e irracional.

En nombre de la cultura, de la historia y de la identidad terrenera se cometió una gigantesca tragedia ese 19 de mayo del 2022.  No fue tanto el que se aprobara la reconstrucción en ese mismo sitio, sino que se haya hecho con el desnudo extremismo populista, sin verdaderamente considerar todas las implicaciones para el municipio a mediano y largo plazo.  A corto plazo se va a construir (según el plano aprobado por David Collado y a todo color), pero es trágico ver cómo se llevó el proceso como chivo al matadero.  Los líderes sociales, habilitados por los políticos, escogieron el camino más fácil pero el más desinformado e inconsciente.

No sólo fue una tragedia al desnudo, sino que en defensa de la historia, de la cultura y de la identidad terrenera se acribillaron personas e ideas, denigrando y sacrificando lo más sacrosanto:  la integridad humana.  La peor de las falacias, ad hominem, en la que se ataca a la persona y no las ideas, fue el proceso común empleado.  “Si no estás conmigo te ataco y voy a llevar a los míos a atacarte también.  Y te atacaremos si tratas de opinar algo diferente en el mitin” (realmente no fue una vista pública.  Ganó el vox populi pero perdimos lo esencial en el proceso de toma de decisiones en una comunidad.

¿Cuál hubiera sido la alternativa constructiva?  ¿Qué pudo haber ocurrido en esos 257 días?  Que la alcaldía o el MITUR, las principales voces cantantes en la toma de decisiones, llamaran a conversatorios donde se exploraran todos los factores en juego, que se invitaran especialistas, que se conocieran más a fondos los temas y que se sopesaran las pérdidas y las ganancias.  Una vez se supo que el gobierno iba a asumir la reconstrucción ese mismo gobierno debió procurar la búsqueda de un consenso consciente.  Debió realizar verdaderas vistas públicas (no mítines políticos) en los que los participantes consideraran opciones e implicaciones, ponderaran los riesgos y los beneficios y luego consensuaran respuestas. Pero 257 días después de la tragedia fue terrible ver cómo colocaron a las juntas de vecinos, clubes de madres, organizaciones sociales y a la mayoría de los que estaban ahí en una posición insostenible en las que no les quedó otra alternativa que disparar desde los cojones y desde los ovarios.  Disparar así ocurre muy a menudo en Las Terrenas y es muy probable que por causa de ello tengamos muchos de los problemas que afrontamos.

Y si la próxima tormenta del 2022 se mete en el recién reconstruído Pueblo de los Pescadores, o si el río se entra y se lo lleva, o si viene una marejada y lo destruye, ¿iremos al mismo sitio a decir que si no se reconstruye ahí mismo perderemos la historia, la cultura, la identidad y la esencia terrenera? 

¿Cuántas veces tendrá que ser destruido para que entendamos que sin buenos conocimientos y prácticas no tendremos ni historia, ni cultura, ni identidad, ni la esencia, porque si no se las lleva el mar se las llevará el viento?


viernes, 20 de mayo de 2022

El verdadero trabajo empieza ahora



El verdadero trabajo empieza ahora

Por José R. Bourget Tactuk

Mayo 19, 2022

Doce horas antes del discurso del ministro de turismo, David Collado, en la medianoche del miércoles pasado, escribí “El Hito de la Reconstrucción”.  Mis predicciones se cumplieron a cabalidad doce horas más tarde y me alegra que haya sido así, porque al hacer realidad las aspiraciones de la mayoría de los presentes, el Ministro abrió potencialmente las puertas a un nuevo futuro para Las Terrenas.  

En la decisión de reconstruir el Pueblo en el mismo sitio no solamente “ganaron” los que abogaron por ello, sino también los que hacíamos resaltar los factores medioambientales que estaban siendo ignorados.  El Ministro no los ignoró sino que, por el contrario, los reconoció.  Aseveró que hay que trabajar los dos temas y encontrar el balance necesario para preservar tanto el sentido histórico de El Pueblo como el cuidado al medio ambiente.  Muy acertado aunque muy tímido de su parte.  Debió inmediatamente indicar cómo se protegerá la parte más débil, pero no lo hizo.

Lo sucedido en los últimos días con el tema de la reconstrucción y el discurso del Ministro Collado están preñados de factores que ameritan cuidado y ponderación.  No sería bueno abandonar el diálogo ni el desafío que ello crea.  Por ejemplo, el impopular diseño permanece y el Ministro escoge de manera altanera y despectiva ponerle “color” a los kioskos para complacer a los que se quejaron de la inapetencia del diseño.  A nadie pareció importarle que el obstáculo más importante al diseño fue totalmente ignorado.  Ciertamente, habrá un cambio fulminante en el ambiente y atmósfera del nuevo lugar, pero parece que esa conclusión se les escapó a todos. 

Echando a un lado todo lo que pudiera ser considerado demagógico, el discurso del Ministro fue a la vez una arenga y un reto.  La arenga era de esperarse de un político de connotadas aspiraciones y el reto, o retos, hay que sopesarlos muy cuidadosamente.  

El primer reto es “traducir”, en sus aspectos prácticos, las intenciones del Ministro para que esa protección al medio ambiente se haga realidad.  ¿Quién se encargará de ser veedor de ese aspecto de la reconstrucción?  El Ministro no lo indicó, aunque sí identificó quiénes serían los veedores de casi todos los otros elementos importantes.  Creo que el Foro Ambiental de Samaná podría ser invitado a que fuera el veedor para que al final de la reconstrucción se haya reducido a lo mínimo los riesgos medioambientales en el entorno.

Otro reto está en los pedidos de que se implemente un nuevo modelo gerencial, se otorgue un mayor beneficio económico para la ciudad y el crear mayor seguridad física para las nuevas facilidades.  Cada uno de esos factores y otros más ameritan de veedores, recordando que esos factores NO fueron considerados adecuadamente ni durante la existencia del viejo Pueblo, ni a raíz de la reconstrucción después del incendio,.  Si no queremos más de lo mismo, esta vez debe ser diferente y hay que lograrlo aunque el cambio de gerencia sería un reto político y un talón de Aquiles.

Un tercer reto sería el de clarificar y establecer la logística del entorno que causó muchas preocupaciones entre algunos de los que se oponían a la reconstrucción ahí, como lo eran los estacionamientos, el manejo del tránsito, la protección a los peatones y la diversificación de la oferta culinaria para incluir platos locales y nacionales, entre otros factores.  ¿Quién velará para que esos factores sean tomados en cuenta?

Finalmente, el último reto y para mi el más importante tiene que ver con desarrollo social y humano.  Fue muy lamentable ver como muchos ciudadanos en general y líderes en la sociedad civil optaron por adoptar posturas ofensivas, palabras injuriosas, incluyendo amenazas e insultos, en contra de todos los que se oponían a la reconstrucción en ese sitio.  No lo puedo entender porque la lucha de ellos era una lucha ganada desde antes de empezar.  Políticamente hablando, hubiera sido un suicidio para David Collado no hacer lo que hizo y debió entonces verse, desde un inicio, que ya con una lucha ganada no era necesario adoptar posturas beligerantes o adversarias.  Se perdió una gran oportunidad de crear un espíritu de diálogo, consenso y compromiso entre las partes.  Imagínense si ese liderazgo en lugar de su hostilidad y pugna hubiera abierto las puertas al diálogo, atrayendo las partes y constituyéndose el modelo de la búsqueda de unidad de la cual habló el Ministro ayer.  Ignorando la perspectiva opuesta no se modela procesos comunitarios constructivos.  El líder sienta el tono.  Al fin de cuentas, el Ministro terminó reconociendo la validez de la diversidad de perspectivas, algo que debió ocurrir desde el comienzo del debate entre los líderes sociales.

Este reciente enfrentamiento de ideas no tenía que ser ni una pugna, ni una contienda, sobre todo cuando se predecía que una de las partes ya estaba ganada. Hay que aprender a tomar los conflictos de ideas como oportunidades para consensuar procesos que nos permitan crecer y trabajar juntos sin pugnas, sin ofensas y sin insultos.  De haber sido así, el liderazgo social pudo haber avanzado diez años en dirección al progreso; pero, lamentablemente, retrocedió diez.  En una comunidad creciente y progresista no se resuelven los conflictos de ideas como si fuéramos pistoleros, sino como si fuéramos cada voz y cada mente partes integrales para lograr el resultado deseado.

El líder sienta el tono y ese tono debe ser constructivo, creativo, edificante, tolerante, incluyente.  Hubo muy poco de eso en lo ocurrido y, por ello, constituye la meta más alta, más deseada y más difícil para nuestra comunidad, sobre todo cuando falta tanto por atar y cuando quedan aún muchos desafíos que afrontar.  El verdadero trabajo empieza ahora.

(Y te reto a leer https://acento.com.do/opinion/el-multiverso-terrenero-9042289.html)

lunes, 27 de abril de 2020

Willy el Alcalde y el Toque del Poder (3 de 3)

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Por José Bourget
“Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si queréis probar el carácter de un hombre, dadle poder.” Abraham Lincoln
“La mejor victoria es vencer sin combatir”, Sun Tzu
Ser alcalde es mucho trabajo y una inmensa responsabilidad. No es el mejor salario del mundo ni los más grandes beneficios. Cuando toca ser alcalde de un municipio con inmensos problemas uno tiene que cuestionar la sanidad del que quiere serlo. Uno puede también admirar el valor, la vocación de servicio y la disponibilidad de alguien profundamente convencido de que puede hacerlo y de que puede hacerlo bien.
Willy es alcalde hoy por la razón más simple y más elocuente: sustituye a un alcalde que no era re-elegible. La primera misión de un elegido es ser reelegido, pero el anterior alcalde cometió gravísimos errores sociales, políticos, gerenciales y, sencillamente, de relaciones humanas. Si hubiera sido lo contrario Willy no sería alcalde hoy. Willy asciende con la premisa de que lo hará mejor. Obviamente no llegó solo, sin los aspirantes a regidores que le acompañaron en la boleta no hubiera ganado, así que ganó por la magia tripartita de calar en la imaginación de muchos nuevos votantes, ir a la contienda bien acompañado y gozar del rechazo masivo a su predecesor.
En la entrega anterior decíamos que su elección le otorga poder y que el poder es como un gusanito. El gusanito es la representación del poder interior, el que puede ser bueno o malo, o medio bueno o medio malo. Ese poder interior no vale para nada quedándose en el interior, debe ser manifestado, articulado, hecho realidad a través del ejercicio del poder. Ese ejercicio constituye “el toque” del empoderado. Por ejemplo, sus primeras declaraciones y sus primeras acciones son prácticas y a la vez simbólicas. Comienzan a darle un “aire” y una proyecció, o sea, su toque.
Muchas veces lo simbólico es tan o más poderoso que las acciones prácticas y, por ello, un buen líder se cuida de crear buenas impresiones porque en la mente común “percepción es realidad”. Willy fue mercadeado para crear una percepción y ahora debe convertir esa percepción en realidades prácticas y también simbólicas. Creo que ha tenido buen comienzo en ello y ha capturado la imaginación (la “percepción”) de mucha gente y ya eso mismo está siendo mercadeado en su justa dimensión.
Hace más de 3,500 años hubo un rey en Frigia llamado Midas quien le pidió al dios Dionisio que le concediera el don de que todo lo que tocara se convirtiera en oro. Dionisio le concedió el deseo a tan avaricioso rey y, de esa forma, una piedra, una rama, una copa, todo lo que tocaba se convertía en oro. Lamentablemente le llevaron una copa de vino que no pudo beber porque al tocarla se convirtió en oro, le llevaron un plato de comida y no se la pudo comer porque al tocarla la convirtió en oro. Y en un momento se le acercó su hija Zoé y al tocarla se convirtió en oro.
Tamaña desgracia!! Con el corazón roto y con mucha sed y hambre fue corriendo de vuelta al dios Dionisio y le suplicó que revirtiera el don recibido, lo cual el dios le concedió al ordenarle que fuera al río a bañarse. Así lo hizo Midas y se pudo liberar del “don” de convertir en oro todo lo que tocaba y, hasta el día de hoy, la arena de ese río en lo que hoy es Turquía son de color oro.
Me pregunto qué le ha pedido Willy a su Dios. De seguro le ha pedido capacidad, sabiduría, paciencia, fortaleza, salud, destrezas y (con un poquito de suerte) humildad. Son todas buenas peticiones y de seguro que hay muchas más. Si su Dios le concede tales peticiones Las Terrenas será muy bendecida y a todos nos conviene que sea así porque Las Terrenas merece un gobierno municipal MUCHO mejor y uno que logre integrar exitosamente al Concejo Municipal y al poder ejecutivo del alcalde en pos del bien común.
Nos hace falta una gerencia orientada a la calidad y falta por verse si la alcaldía abandonará las constantes improvisaciones y ausencia de soluciones adecuadas ante los problemas por más pequeños o grandes que sean. Me pregunto si adoptará un modelo de respuestas y acciones técnicas a la altura de una gerencia moderna y adecuada, donde los procesos, mecanismos, funciones y servicios estarían a mano de personas debidamente capacitadas, entrenadas y orientadas a realizar una función deseable, al tiempo que son empoderadas con mecanismos, recursos y libertad de ejercicio de sus mini-poderes. Hacerlo así implicaría el abandono de la autocracia que ha sido tan común en las alcaldías anteriores. Me gustaría que Willy le pidiera a su Dios, “Dios mío ayúdame a trabajar bien y a dejar que los otros también hagan su trabajo”. Sería muy sabio de su parte.
Como el “toque” es tan importante, si yo fuera Willy le pediría al Universo cuatro toques principales, uno por cada orientación de la tierra:
a) NORTE, ejecutar una gestión limpia, justa y, sobre todo, transparente, lo que por obligación requeriría el fin al clientelismo y la ejecución de una gestión gerencialmente efectiva, progresista y fiscalmente responsable;
b) SUR, establecer un plan de ordenamiento municipal que constituya la base para el verdadero y profundo desarrollo económico municipal, ya que sin ordenamiento no habrá verdadero desarrollo, con plena convicción de que Las Terrenas tiene enormes recursos y potenciales que ofrecer, humanos y físicos, que no han sido descubiertos o han sido mal manejados, muchas veces para el exclusivo beneficio de algunos pocos;
c) ESTE, convertir al municipio en un modelo de sostenibilidad, lo cual requiere dar prioridad a la protección medioambiental, porque sin la debida atención a los recursos naturales no habrá futuro para Las Terrenas y porque hay mucho más que ganar con el debido manejo de los recursos naturales que con la mera explotación abusiva y depredadora; y,
d) OESTE, el toque de una ejecución participativa e incluyente, con un modelo de presupuesto participativo justo y equitativo, con la creación de un modelo de participación comunitaria representativa donde las juntas de vecinos, clubes, asociaciones, organizaciones comunitarias, iglesias y organismos civiles sean parte activa de la gestión, lo que sería la demostración más evidente de que se gobierna para todos, no sólo para los que tienen fácil acceso al poder, creando así un “tercer poder” que a parte del ejecutivo y del Concejo sea la entidad que ayude a crear sinergia entre gobernantes y los gobernados debidamente organizados.
Esas cuatro orientaciones son casi en su totalidad adversas a todo lo que se enseña en la política tradicional de Maquiavelo, o en el 孙子兵法 (“Arte de la Guerra” de Zun Tzu), o en el salvajismo politicucho de muchos líderes de patio.
Yo estoy profundamente convencido de que Willy desea hacerlo bien, que después de tan larga espera y de tantas emociones invertidas en llegar donde está no querrá levantarse cada mañana pensando “¿cómo la voy a joder hoy?” Por el contrario, creo que se levantará pensando “hoy lo voy a hacer mejor que ayer”. Esa capacidad de REFLEXION y de ACCION se convertirá en “el toque de Willy”, no como el del avaricioso rey Midas sino como el de un ser humano profundamente comprometido y enamorado de su comunidad, hasta el punto de tocarla y besarla en cada instante y por cada motivo posible. Yo y muchos más defenderíamos a raja tablas una gerencia municipal con un toque tal.
Cuida tu toque, Willy, cuida tu toque.
(Pinturas representativas de EL TOQUE: "La creación de Adán"por Michelangelo y "El beso" de Gustav Klimt).

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Willy El Alcalde (2 de 3)


La imagen puede contener: nube, cielo, exterior y naturaleza
Por José Bourget
“Yo soy yo y mis circunstancias”, Ortega y Gasset
La pregunta obligada es, ¿qué hace uno con el poder? El poder es en verdad una cualidad imaginada hecha realidad a través de su ejercicio. Me imagino que Willy pasó meses (o años) pensando lo que haría, sobre todo desde marzo pasado cuando resultó obvio que era el ganador de las elecciones municipales. Ahora comenzará a traducir lo imaginado en todo ese tiempo a su estilo de ejercicio del poder otorgado. Antes era un simple soñador, ahora es un “empoderado.”
Lo primero a considerar es que el poder político es sólo una de las múltiples expresiones del poder. Lo segundo es que lo que se puede hacer con el poder resulta obvio a los que toman tiempo para ver, escuchar, sentir y reflexionar sobre sus cualidades, oportunidades, características y potencial. Si Willy no lee y depende sólo de lo que piensa él y los que le acompañen entonces “tamo frito”. Ojalá que a Willy le guste leer y aprender. Por suerte para Willy y para cualquier otro “empoderado”, hay muy buenos ejemplos en la historia, en la literatura y a nuestro alrededor de los cuales aprender, copiar, ponderar y enriquecerse. Una de mis preguntas es “Willy, ¿qué estás leyendo?” Porque si no lee, ay mi madre!! La lectura de buenas obras ayuda a formar buenas opiniones, ideas y valores, porque cuando los tales no existen entonces siempre aparecerán otros que le dirán qué pensar, qué hacer y qué decir.
Una de las maneras más sencillas y efectivas de aprender es “en contexto”. A manera de ejemplo, a Willy le conviene mucho pensar en lo que hizo el pasado alcalde Lic. José Alexis Martínez (quien terminó destronado y actualmente acusado de corrupción en las cortes), como también lo que hizo el alcalde saliente Lic. Antonio García George (después de una pésima gestión y de una desvalorada apreciación después de obtener los números de votantes más altos en la historia de Las Terrenas). Ambos llegaron al poder, ¿y qué hicieron con él? ¿Qué hará Willy con lo mismo, cómo se manejará y cómo terminará?
Lo tercero a considerar es, ¿qué hará el elegido con el poder que los votantes le han otorgado? Porque, a fin de cuentas, todo el que votó por Willy le cedió parte de su “poder ciudadano” para que él ahora lo ejerza como piense y desee. Todos los demás votantes, en virtud del proceso eleccionario y de manera indirecta también le han otorgado poder a Willy en base al acuerdo inferido de que el perdedor acepta los resultados aunque no le guste. Bajo el sistema de elecciones en un régimen “democrático”, los votantes ceden parte de su poder y libertad a los gobernantes. Ese traspaso de “poder” y de libertades es muy significativo y tiene amplias consecuencias, las que no discutiremos aquí por el momento.
Yo soy de los que pienso que el poder mismo, como entidad tangible, transforma a las personas. El poder es como un gusanito que se mete por dentro y anda por todas partes. Deja huevos en muchos órganos y recovecos y se reproduce de manera insoslayable, constante, persistente e inevitable. El gusanito no es necesariamente ni bueno ni malo en sí, aunque algunos expertos argumentan lo contrario afirmando que el poder por su propia naturaleza es destructivo. Lo que sí sé es que cuando el gusanito encuentra terreno fértil es cuando más se reproduce.
Por tanto, la naturaleza del terreno interior es lo que determina el nivel reproductivo del gusanito. Si el terreno es bondadoso, humilde, solidario, amante y confiable, entre muchas otras virtudes, entonces el gusanito se reproduce con características similares al terreno que lo nutre. Pero si el terreno es avaricioso, corrupto, enfermo, necio, egocéntrico, autocrático, despreciable, malicioso y lleno de maldad, entonces el gusanito se reproducirá con iguales características. Tarde o temprano, el gusanito del poder se hará evidente en la manera en que el empoderado actúa, habla, se mueve, decide, otorga y funciona. De hecho, el manejo del poder es un desafío constante porque ningún ser humano es 100% perfecto ni bueno en todas sus partes, por lo que a veces el gusanito encuentra un buen terreno por un lado y otro terreno no tan bueno por otro lado. El empoderado muchas veces sentirá un conflicto interno constante por las tensiones creadas por esas fuerzas internas.
Aunque a Willy lo mercadearon bien, casi como a un santo, ahora le va a costar un poco de trabajo bajar desde el trono de las imágenes creadas y aterrizar para enfrentar su obvia humanidad en todas sus formas. Ningún empoderado sube solo y, francamente, el éxito del gusanito o de los gusanitos internos en hacer sus trabajos a menudo depende MUCHO de las voces, corazones, sentimientos, mentes y aportes de las personas que rodean al empoderado. Si se rodea de adulones y corruptos (como ha ocurrido en el pasado), entonces el empoderado sentirá la trágica rapidez con la que los gusanitos malditos se reproducen en su interior hasta el punto de sentirse intocable y soberano. Por otro lado, si se dedica a la reflexión, a escuchar a la voz de la sabiduría, de la templanza y de tantas otras virtudes, entonces es posible que los buenos gusanitos se reproduzcan más y más rápidamente que los malditos. No es por nada que el refrán “dime con quién andas y te diré quién eres” tiene tanta validez entre los que llegan al poder.
No hay ser humano puro. Ejercer el poder de manera sabia y justa es un constante desafío. Aunque deseemos evitarlo, a veces los buitres se posan sobre nuestros hombros y escuchamos sus voces. Y ningún líder podrá hacer bien quien primero no admita sus incapacidades y su necesidad de aprender de otros. Afortunadamente, si Willy carece de buenos ejemplos, de buenas obras y de buenas fuentes para su pensar, también puede aprender de los idiotas de líderes que ha tenido su partido y todos los partidos, de los tantos que han usado el poder para creerse reyes y dioses, obviando el más sagrado deber de ser de servicio para el bien mayor y común. Se aprende de los buenos y se aprende de los malos. A veces esos canallas enseñan más que los buenos. Como infirió el filósofo, ensayista y poeta Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás, mejor conocido como Jorge Santayana, si Willy no aprende de ese pasado entonces estará condenado a repetirlo.
El mayor desafío que enfrenta Willy es, en mi opinión, escoger de quién y en qué forma va a aprender porque, lamentablemente, el PLD, el partido que lo llevó al poder, está podrido por dentro y lleno de gusanos malévolos. ¿Estoy prejuiciado en eso? Claro que sí y lo admito, pero eso no me impide desearle éxitos e invitarlo a que se separe de los gusanos malditos dentro y fuera del PLD.

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