Las Terrenas y la Comunicación Social (1 de 3)
Por José R. Bourget Tactuk
Hace casi 60 años Marshall McLuhan acuñó la frase “el medio es el mensaje” (Comprender los medios de comunicación: Las extensiones del ser humano,1964), estableciendo de esa forma un parámetro que daría forma y ámbito a la comunicación social hablada, escrita, visual y, ahora, virtual. McLuhan explicaba que en el contexto social todo MEDIO de comunicación (radio, prensa escrita, mercadeo, TV, etc.) debe ser visto no sólo en su contenido, sino en la naturaleza del medio mismo. En otras palabras, el medio mismo y no el mensaje que transporta, debe ser el objeto de estudio y análisis. (Más adelante McLuhan jugueteó con el concepto y tituló "El medio es el masaje", refiriéndose obviamente a la manera en que la comunicación puede ser "manipulada".
En los últimos diez años ha habido una explosión de MEDIOS de comunicación social en Las Terrenas (y en la provincia) en la forma de programas de radio, programas en el cable y, más que cualquier otra, en las redes sociales. En los casos más recientes en Las Terrenas y después de una penosa ausencia, la estación de radio Terra FM 95.5 tiene ahora dos programas enfocados en comunicación social, El Desayuno y Al Caer la Tarde.
Por décadas había existido la queja de que muchos problemas sociales ocurrían porque la gente no sabía lo que estaba ocurriendo, porque no leía o porque no estaba al tanto de la comunicación social. Hoy en día tenemos problemas porque hay demasiada información y el público muchas veces carece de un ojo crítico para poder evaluar y sopesar el valor de lo que escucha, ve o lee, a través de las redes sociales o de los medios virtuales de comunicación social.
De ahí la importancia que tiene el tener personas de adecuados criterios manejando los MEDIOS de comunicación social porque éste constituye el “cuarto poder”, frase atribuída al escritor, orador y político anglo-irlandés Edmund Burke, quien la utilizó por primera vez en el 1787 en la Cámara de los Comunes del parlamento del Reino Unido.
El contenido de la prensa es generalmente descrito como la capacidad de “informar” (dando noticias sobre los eventos que ocurren), “formar” (interpretando los eventos y de esa forma compartiendo valores) y “entretener” (tanto las verdades como las mentiras deben ser atractivas al ser compartidas). Las personas que manejan los MEDIOS toman decisiones conscientes sobre la manera en que esas tres cosas ocurren, de ahí que el MEDIO, la transmisión que informa, forma y entretiene, se convierte en un instrumento poderoso, mucho más que el contenido mismo.
A manera de ejemplo, en un programa como Al Caer la Tarde se puede transmitir una información o un evento que al ser informado por las personas que participan en el programa se transforma en poderosamente creíble (sea cierto o no) simplemente porque el público ha otorgado calidad de credibilidad al medio a raíz de las personas que lo producen. Siguiendo con el ejemplo, lo que se dice en el MEDIO (Al Caer la Tarde) adquiere la notoriedad de “verdad”, “creíble” y “relevante” porque los oyentes o videntes creen en el medio sin importar que la noticia o evento sea verdad o no.
Es una terrible realidad y una pesada responsabilidad.
PREGUNTAS DE ANALISIS: ¿Existen diferencias en la “calidad de
credibilidad” entre los dos programas noticiosos en Terra FM? ¿Cuáles son las características más notables
de cada uno de esos dos MEDIOS? Si el MEDIO es el mensaje, ¿Qué mensajes
principales transmiten cada uno de los MEDIOS mencionados?
Las Terrenas y la Comunicación Social
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Por José R. Bourget Tactuk
En el primer artículo decía que el contenido de la prensa, o la comunicación social, es generalmente descrito como la capacidad de “informar” (dando noticias sobre los eventos que ocurren), “formar” (interpretando los eventos y de esa forma compartiendo valores) y “entretener” (tanto las verdades como las mentiras deben ser atractivas al ser compartidas). Enfatizaba que “las personas que manejan los MEDIOS toman decisiones conscientes sobre la manera en que esas tres cosas ocurren, de ahí que el MEDIO, la transmisión que informa, forma y entretiene, se convierte en un instrumento poderoso, mucho más que el contenido mismo”.
Por eso creo oportuno afirmar que el uso de un MEDIO lleva consigo ciertas obligaciones sociales, preñadas intrínsicamente con los principios que sostienen a la Constitución y las buenas costumbres. Desde mi óptica limitada y por necesidad prejuiciada, considero que hay valores esenciales que deben gobernar a todo MEDIO en la sociedad en esta década. Por ejemplo, creo que toda declaración enviada por las ondas hertzianas debe girar en palabras y hechos hacia “la verdad” y en dar a cada uno lo que le corresponda de manera equitativa. Esto podría implicar que el uso de las convicciones personales, incluyendo prejuicios o creencias arraigadas, sin importar su naturaleza, en el momento que son utilizadas en perjuicio de otros, pierden su calidad de ser justas.
Otro ejemplo es que creo igualmente que es indispensable establecer una diferencia entre lo que es una verdad absoluta y lo que es una creencia. Filosóficamente, una creencia no es una verdad. La verdad existe ya sea que creas en ella o no, pero para tener una creencia debes tener fé en la misma. Entonces, ¿qué pasa si hay oyentes que no tienen iguales creencias, o igual fé en las creencias de los conductores? ¿Debe el MEDIO preocuparse en satisfacer o en cumplir su cometido solamente hacia los que comparten las mismas creencias? Y si la respuesta es “no”, entonces ¿en qué forma se debe informar, formar y entretener para que el MEDIO sea incluyente y justo hacia los no “creyentes”? Igualmente, si los conductores del MEDIO son capaces de reconocer que sus creencias no representan necesariamente la verdad absoluta y universal, ¿en qué forma lo demuestran o deberían demostrarlo? Si el MEDIO es predominantemente unilateral en la manera que trata las noticias y eventos, como también en la manera en que los interpreta, ¿correría el peligro de ser intolerante, opresivo y ofensivo?
Finalmente, creo que cuando el MEDIO transmite “creencias” como si fueran “verdades” corre el riesgo de tergiversar, denegar o manipular la verdad y, en consecuencia, pierde el delicado balance de ser justo. ¿Qué es la verdad? O, más importante aún, ¿quién tiene la verdad? Tener las respuestas a ambas preguntas constituye no solamente un milagro, sino la consumación de la búsqueda más intensa en toda la historia de la humanidad.
PREGUNTAS DE ANALISIS:
Como nadie está obligado a escuchar lo que está en los medios, ¿querrá
eso decir que un MEDIO dado tiene plena libertad de hacer lo que quiere como le
venga en gana sin tomar en cuenta la veracidad de lo que dice? ¿En qué forma pueden los oyentes o videntes
ejercer presión para que un medio sea balanceado, justo e incluyente en la
manera en que informa los eventos, en la manera en que forma a través de sus
interpretaciones y en la manera en que entretiene? ¿Debiera el ciudadano común preocuparse por
la “calidad” interpretativa de los MEDIOS?
Las Terrenas y la Comunicación Social
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Por José R. Bourget Tactuk
En la segunda de tres entregas sostenía la idea de que hay que diferenciar entre “creencia” y “verdad”, porque el MEDIO, siendo un mecanismo importante de comunicación social, tiene una responsabilidad de ser incluyente, tolerante, veraz y, por encima de todo, justo.
Es lamentable, pero algunos medios se han convertido en púlpito para sicofantes, personas que a cambio de ciertos beneficios materiales o privilegios se dedican a calumniar o a acusar. A veces se limitan a escribir o a hablar con la intención de crear dudas, contribuyendo a manchar reputaciones y el carácter de algunas personas con la intención de beneficiar a sus patrocinadores. Esto se ve más durante la época de elecciones políticas, o cuando existen tensiones sociales, cuando destruir la reputación de una persona podría ser importante para un segmento de la población o para un individuo o individuos parciales a una tendencia.
Un sicofante es una persona malvada. ¿Pero qué se podría decir de un MEDIO a través del cual personas transmiten versiones arbitrarias o prejuiciadas de las noticias o eventos que ocurren? Como hay tantos medios en la provincia, la mejor manera de responder es analizando a los programas existentes y analizar la manera en que el público en general lo califica. El MEDIO puede ser descalificado tanto por la persona que lo conduce como por lo que dice. Cuando es descalificado de esa forma el MEDIO pierde su alcance, su relevancia y su importancia.
La evidencia a nivel nacional se puede ver en la manera en que el público sostiene opiniones sobre MEDIOS como los representados por Alicia Ortega, Nuria Piera, el Dr. Fadul, El Sol de la Mañana, el Dr. Ricardo Nieves, Domingo Páez, Fafa Taveras, Alvarito, Julio Martínez Pozo, Melton Pineda, José la Luz, Altagracia Salazar, etc. Igualmente se tienen opiniones sobre el Listín Diario, El Nuevo Diario, El Caribe, Diario Libre, Hoy, El Nacional, etc. A manera de ejemplo, cuando el Grupo Corripio, una de las empresas más importantes del país, es propietario de importantes medios de comunicación como lo son los periódicos Hoy, El Nacional y El Día, como también de las estaciones de televisión TeleAntillas y Telesistema 11, ¿cuán confiable podrían ser las informaciones o hasta qué punto se podría sospechar la veracidad de lo que publican si las noticias pudieran afectar a los poderosos intereses del Grupo Corripio?
Comparativamente, como el MEDIO es el mensaje, entonces también es de esperarse que un MEDIO de comunicación evangélico sea significativamente diferente a uno católico, o que un MEDIO financiado por el PLD sea significativamente diferente a uno financiado por el PRM. Y si todos los conductores de un programa de radio, o de televisión, o si todos los escritores de un MEDIO escrito o en las redes sociales, son de una misma orientación política, religiosa o económica, ¿cuán justa, veraz y confiable son las informaciones que producen? ¿Hasta qué punto se sentirían comprometidos con los principios de inclusión, bondad, equidad, representatividad, diversidad y justicia?
Estoy convencido de que el MEDIO tiene la augusta y sublime oportunidad y responsabilidad de establecer sus propias pautas al respecto, dejando entrever y manifestar motus propio que sus posturas y posiciones son incluyentes, balanceadas y carentes de parcialidad. Eso fortalece su calidad intrínseca como un medio de comunicación social confiable. Ni el público, ni el gobierno, ni ningún organismo externo puede establecer pautas a los medios de comunicación social porque en el país tenemos libertad de prensa. El Cuarto Poder está vivito y coleando. Por eso, las mejores normas de justicia, de confiabilidad, de veracidad, de bondad y de exactitud son las que establecen los mismos medios por integridad propia.
Todos salimos beneficiados cuando la rica y generosa diversidad de MEDIOS en nuestro medio, en nuestro municipio y en la provincia, demuestran integridad en lo que hacen. Debemos sentirnos orgullosos de tenerlos y debemos sentirnos desafiados, dicho de manera positiva, en la manera en que nos invitan a ejercer nuestro sano juicio, ponderando, evaluando y sopesando la manera en que se conducen.
Es crucial que evaluemos lo que nos informan, cómo nos forman a través de sus interpretaciones y cómo nos entretienen.
PREGUNTAS DE ANALISIS:
En este último artículo abogo por una actitud de integridad intrínseca,
de auto juicio, de comedimiento y balance en la función de la comunicación
social por parte de los entes activos en conducir el MEDIO. ¿Crees que es posible? ¿Crees que los MEDIOS de comunicación social
imperantes en Las Terrenas y en la provincia son muestras de integridad
intrínseca? Si juzgas que los MEDIOS
carecen de tal motivación intrínseca y manifiestan parcialidad de alguna forma,
¿qué piensas que tú puedes o debes hacer?