(Foto: Willy Esteban, con Pared Pérez, presidente del Senado y Secretario General del PLD)
Eduardo Esteban (Willy)
ha estado en todas partes. Ha sido
recibido en las altas esferas del PLD, lo han auscultado, pinchado, jalado,
sondeado, explorado y lo han tirado a la calle con un rugido de león. Su regreso al PLD desde las filas del partido
blanco era esperado y anticipado, pero ha causado que algunos “puristas”
arguyan la letra de la ley para evitar su ponencia o posible precandidatura
para alcalde por el PLD. ¿Cómo es
posible que alguien que abandonó al PLD recupere ahora no sólo cualquier
terreno perdido sino que empiece, como quien dice, “desde arriba”? Y si el mismo presidente del Senado,
pre-candidato presidencial, Secretario General del partido lo recibe y endosa,
¿qué le queda a los dirigentes locales por hacer?
La pregunta obligada,
sin embargo, sería ¿qué buscan dirigentes centrales y nacionales del PLD
aupando a Willy? O, dicho de otra forma,
¿qué le falta a la dirigencia política local para que los de arriba manden a
buscar a un ex-traidor del partido?
Willy es fenómeno no
necesariamente por lo que se pueda decir de él localmente, sino por la atención
recibida desde arriba. Para el PLD, un
partido que da mucha importancia y que presta mucha atención a los “numeritos”,
haciendo los análisis científicos y sondeos de opinión necesarios, resulta
incuestionable que saben algo que la mayoría desconocen. Es indiscutible que esos mismos dirigentes
nacionales, conociendo que le PLD perdió en todas las instancias de la
provincia en las pasadas elecciones, ve la necesidad de recuperar una posición
perdida simplemente y llanamente porque sus líderes en los anteriores seis años
no hicieron nada ni notable ni transcendente.
Esas mismas personas
deben estarse preguntando si los licenciados Mario Yunior, Guillermo Alcéquiez
y un conocido abogado del Hoyo del Cacao, tienen material para ganar. Claro está, el factor Marianita entra en
juego, porque aunque la Dra. Vanderhorst argumenta a todo el que la oiga que no
está en política, es bien sabido que un político que no aspira no es político y
ella es una notoria figura política. Si
sigue demostrando, como lo ha hecho en sus primeros 100 días, que tiene materia
para hacerlo bien (ciertamente mejor que José Alexis), entonces hay que tomar
ese factor en cuenta al decidir quién representaría al PLD en las urnas. Sin importar “la unidad del partido”, ¿quién
piensa que tanto Mario Yunior como Guillermo lo haría mejor que la Dra.
Vanderhorst?
Un amigo
me dijo hace un tiempo que “la mayoría de los peledeístas son reformistas
escondidos” y si él tiene la razón, ¿no se irían ellos con la Dra.
Mariana? Por otro lado, Willy no lleva
el bagaje de Mario Yunior ni de Guillermo, personas que ya han jugado roles
políticos y ante los cuales los votantes ya han hecho juicio en cuanto a
capacidades y desempeño. Willy no sería
fenómeno si hubiera un claro y sólido liderazgo entre los candidatos “leales”
al partido. Es fenómeno por lo que le
falta al PLD, no por lo que le
sobra. Para el PLD lo cosa política se
muestra profundamente interesante y el fenómeno Willy viene a crear una nueva
cara al rompecabezas político dentro del PLD.