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martes, 6 de septiembre de 2022

Soy Extranjero (Me Busca la Migra)

 

SOY EXTRANJERO (Apuntes al Margen 1)

Por José R. Bourget Tactuk (21 de julio, 2022)

Soy extranjero, no cuento.  Nacido en la capital y casi criado en Constanza, soy también uno de miles de migrantes “extranjeros” en Las Terrenas.  O sea, no soy terrenero.  Como tal soy visto con una paciencia y tolerancia indescriptible por parte de los nacidos aquí, soy tolerado con una generosidad abundante y florida.  Les doy las gracias.

Nosotros, los “extranjeros”, venimos de haber visto cosas, oído cosas, hecho cosas, experimentado cosas y reflexionado sobre muchas cosas en otras partes y en otras vivencias, pero es bien conocido entre los terreneros que lo que no se ha visto aquí, lo que no se ha hecho aquí, lo que no se ha experimentado aquí, lo que no ha nacido aquí, pues, bueno, no cuenta o cuenta muy poco.  Parecería que nada supera al ejercicio medalaganario, al azar y democrático de haber nacido aquí, o haber nacido en Sánchez, o en Nagua, o en Santa Bárbara o hasta en la capital, pero de padres de aquí.  Eso es lo que te da derecho de ser un terrenero con bandera, escudo e himno terrenero.  Todos los demás somos extranjeros.

Hay algo efectivamente lúcido en verle la cara a alguien y conocer su nombre sabiendo que es de una de las familias de aquí.  Todos los terreneros se conocen, saben el árbol genealógico hasta la tercera generación, conocen los apodos, las señas y las relaciones consanguíneas, porque por causa de “torpezas” que todos conocen pero nadie comenta una gran parte de la población es prima entre sí y el que no está emprimao es como si lo estuviera.  Ese emprimamiento, ese color, ese sabor, esa textura, esa relación, esa familiaridad, esa consanguinidad, ese seño y fruncido “local” es lo que hace a una persona terrenera.  Los “extranjeros” no los tenemos.

Pobre de nosotros los extranjeros.  Lo primero que nos hacen es delatar nuestra extrañeza, el hecho de que no somos conocidos por nadie, que no tenemos los apellidos ni las señas vitales.  Nuestra opinión pierde 80% de su valor desde que sale de nuestras bocas y nuestras ideas o convicciones carecen de peso o relevancia por el hecho de ser producto de un cuerpo humano y una mente extraña y lejana.  Por eso cuando opinamos, protestamos, nos quejamos o deseamos que las cosas sean diferentes somos puestos a un lado, o desechados totalmente.

Nada tiene más poder que esa pertenencia y aunque a algunos de nosotros ciertas conductas o inconductas, respuestas o apatías, acciones o inacciones, por parte de los nativos nos parezcan desacertadas y hasta autodestructivas, son mil veces superadas por el simple y vocativo gesto de decir “así es como lo queremos los terreneros”.  Muchos forasteros de origen han descubierto el poder de atarse a lo nativo adoptando formas, colores, texturas y sentimientos terreneros, por lo que son convertidos en hijos adoptivos por aceptación popular, aunque siempre llevan una muletilla, un lunar, una cicatriz, del origen ajeno al lugar.

Admiro esa vocación intra-patriótica que tienen los terreneros.  Recientemente, ese sentimiento de extrañeza en mi se ha sentido más profundamente, como si de repente he estado aquí por veinte años pero realmente no he estado, aparentemente siendo sólo un fruto de mi imaginación.  Cada vez que un terrenero me pregunta que de cuál país soy, o que mis apellidos no son vistos como dominicanos, me hace sentir más y más extraño.  Pero lo más notable e impactante es que parezco mantener opiniones sobre la vida en comunidad, sobre el liderazgo político, sobre el medio ambiente y sobre las acciones gubernamentales que son muy “raras”, extrañas y notoriamente no terreneras, a juzgar por las opiniones de la mayoría de los terreneros.  Eso me hace un fracasado aspirante a la adopción como terrenero, afirmando más que nada la naturaleza forastera de mi pensar y de mi ser.

Me río porque aunque me haya tocado vivir, viajar y trabajar en un sin número de países, nunca me había sentido tan extranjero, tan raro, tan extraño, como aquí en Las Terrenas y los lazos que creí forjado en esta esquina y en la otra han resultado ser invisibles, frágiles e inexistentes.  No me puedo comparar a nadie notable, pero entiendo ahora más que antes como es sentirse extraño en su propia tierra.

Bendecidos son los que pueden reclamar raíces aquí porque Las Terrenas es una tierra bendecida, aunque poco a poco las acciones de muchos han hecho daño imperecedero a sus entrañas.  Malditos nosotros, los forasteros, los que embuídos de orgullo y fanatismo pretendemos luchar por las cosas que a los mismos terreneros no les interesa.  Y bendito el universo, el que a su tiempo dará a cada cual lo que le pertenece.

sábado, 12 de marzo de 2022

Multiverso Terrenero (Versión Romántica)

 


El Multiverso Terrenero (Versión romántica)

Es posible que en la mente del terrenero común, Las Terrenas sigue siendo la misma de siempre.  La “misma de siempre” es una comunidad playera, con dos calles principales, con barrios alrededor del centro y con las familias fundadoras repartidas entre miles de primos, primas, sobrinos, sobrinas y parientes.  Las Terrenas de siempre es el centro del pueblo, desde donde parten la mayoría de las historias, vivencias, valores e identidad del terrenero.

Esa comprensión común de la identidad terrenera se ha alterado en el presente y seguirá transformándose en el futuro.  Ante sus propios ojos, los terreneros ya no son los dueños de Las Terrenas y en lugar de un microcosmo centrado alrededor de las calles Carmen y Duarte existen ahora múltiples centros, más notablemente, Cosón/La Noria, El Portillo/La Barbacoa, La loma y el centro del pueblo.  Cada uno de sus centros tienen historias que contar e identidades que mantener, algunas de ellas aún en evolución. 

El poder económico ya no reside en las familias de antaño, dueños de tierras y propiedades.  No es que su presencia económica haya desaparecido, sino que hay ahora muchos otros poderes económicos a quienes no les importa para nada los viejos poderes.

Con la intensa compra y venta de propiedades a raíz de la rápida evolución inmobiliaria resulta difícil seguir emocionalmente aferrados al Tropic Banana, sobretodo cuando del otro lado del pueblo habrán mil unidades de villas y apartamentos en construcción que son por forma y diseño anti-tropicbananas.  El Tropic Banana y todos sus afectos seguirán arraigados en la memoria de generaciones presentes y anteriores, pero Las Terrenas de hoy es un enredadero de universos, el nativo y el extranjero, el francés y el canadiense, el ukraniano y el italiano, el capitaleño y el santiaguero, muchos de los cuales no tienen ni idea de lo que fue el Tropic Banana.  A pesar del languideciente melancolismo, Las Terrenas no es el mismo universo de antes, ni siquiera es un solo universo.  Las Terrenas es un multiverso donde co-existen realidades diferentes, donde pican y se extienden; o sea, donde nacen, crecen y se desarrollan a veces con conflictos entre sí.  Parecería que Las Terrenas de antes se ha escapado entre los dedos como lo hace la arena del mar.

Los políticos actuales quisieran mantenernos en el romanticismo momificado de una historia que nunca fue comprendida bien ni siquiera por los mismos terreneros.  Por eso se aferran tan ferozmente a un Pueblo de los Pescadores estacionario melancólicamente recordado, aunque hace años que dejó de ser lo que nunca fue, excepto cuando vivían ahí, saliendo y entrando, los originales pescadores o sus espíritus fantasmagóricos.  Cuando el capital europeo entró el Pueblo quedó pero sólo en las apariencias, enriquecidas por los fantasmas invisibles de un pasado repleto de colorido y de emociones, de merengue y guitarra, de sexo y borracheras, de buena comida y de estrellas perseguidas por los cocoteros.  Es algo casi imposible de olvidar.  Dentro de 10 años, sin embargo, cuando hayamos muerto los que quedamos de esa generación, hasta los fantasmas desaparecerán.

Esos mismos políticos nos venden imágenes fantásticas repletas de colores, paisajes, murales, parques y alianzas, aunque los problemas de toda una vida siguen sin ser resueltos.  Por eso vivimos en un multi-verso, donde hay un universo imaginario y ficticio, un universo en formación, el universo viejo e innumerables universos traídos por el capital para engendrar más capital.  Y mientras eso ocurre destruyen las mismas razones por la que vinieron los primeros migrantes:  sus riquezas naturales y su vida en comunidad.  Dentro de pocos años quedará muy poco para vender y para comprar porque lo que ya quedo está en proceso de destrucción.  Pero de ese destino imparable sólo nosotros, los locos, hablamos.

A los terreneros les conviene interpretar la realidad actual en base a universos múltiples, multiversos, los que co-existen y cambian de personalidad constantemente.  Al mismo tiempo les conviene pensar que en  lugar de una comunidad con un solo centro, somos una comunidad de múltiples centros, algunos de los cuales estarán a años luz de distancia del centro actual y los de ese nuevo centro ni siquiera conocerán el viejo centro.  A menos, a menos que…


(La versión original y completa se encuentra en https://terrenero.blogspot.com/2022/03/el-multiverso-terrenero.html)

miércoles, 6 de mayo de 2020

Ciguapeo

Soliloquios—6
Por José R. Bourget Tactuk





La próxima vez que ustedes vayan a mi pueblo de Las Terrenas acérquense al solar vacío entre la Residencia Caribe y la discoteca Nuevo Mundo.

En la esquina de la Residencia Caribe hay una mata de coco y, a su lado, un basudero. Unas noches atrás, a eso de las diez, estaba todo oscuro por causa de un apagón y yo me dirigía a mi casa. Al cruzar frente a la mata de coco, entre el coco y el basudero, se me apareció una maldita ciguapa. No, señoras y señores, no era una sankipanki sino una ciguapa.

Yo sé que era una ciguapa porque tenía pelo largo y los pies estaban virados pa'trás. Los ojos eran lindísimos, lo único era que parecían de fuego. Yo me sentí medio hipnotizado y no me podía mover. ¿Ustedes saben lo que me dijo? Esa maldita tenía una vocecita tan linda, tan dulce, tan sensual, tan atractiva, que yo me comenzé a hacer pipí ahi mismo. La malvá me dijo las mismas palabras del famoso merengue de la década del 70: "ven acá bola'e fuego," "ven acá dame gu'to."

Yo les puedo asegurar que yo quería salir huyendo más rápido que de carrera, pero mis pies no se podían mover. Entonces ella se me comenzó a acercar y yo les aseguro que no hay cosa más tenebrosa que unos pies caminando al revés. Y cuando se me acercaba comenzó a levantar los brazos como si me fuera a abrazar.

Yo estaba sembrado en esa oscuridad, mi respiración paró y un sudor frío comenzó a llenar todo mi cuerpo. Miré a la izquierda y miré a la derecha y no veía a nadie; quería comenzar a gritar, "socorro, ayúdenme" pero no me salía ni un gritico de la garganta. Y entonces la malva ciguapa me abrazó, me dió un besote en la boca y entonces, bueno, ¿alguna vez alguna malvá ciguapa le ha dado un beso en la boca a usted?

Miren, yo sentí como que un fuego me llenaba toda la garganta por dentro. El estómago se me sintió como una batidora haciendo batida con pedacitos de piedra, la boca me sabía a polvo de caliche y por la nariz me comenzó a salir un humo con sabor a carbón, como el que echan los motoconchos por la calle. Me entró una tembladera que parecía un merengue mal entonao y entonces, cuando comencé a sentir un saborsito a orines en la boca comencé a temblar.

Señores, yo eso no se lo deseo a nadie. El beso de una ciguapa es como tragar agua salada cuando uno se está muriendo de la sed. O cuando uno le dá una mordida a un mango y le salen cuchocientos mil gusanos. Es un beso duro y seco, como comerse un plátano trasnochao a las 5 de la mañana. ¿Ustedes saben lo malo que es comerse un pedazo de piña to' podrido?

Señores, yo temblé tanto y sentía tanto asco. De repente escuché otra voz que me dijo, "José, José, ¿que te pasa?" Era mi mujer, que me despertaba de tan terrible sueño y me decía, "estabas temblando y gritando como si en medio de una pesadilla." Amigos y amigas, yo quiero decirles que me hice pipí en la cama; pero cuando mi mujer me despertó experimenté un remedio tan grande que no lo puedo describir. Me sentí tan bien como después de una hartura del mejor sancocho del mundo. Se me llenaron los pulmones de felicidad, le di un abrazo tan grande a mi mujer que casi se le rompieron las costillas.

Lo que yo les puedo decir es que el beso de una ciguapa es como una cosa terrible, no hay por donde escapar, se le echa a uno encima, lo rellena a uno de un bajo indescriptible y la degracimá no te quiere soltar. Eso es como vivir en un pueblo donde nadie se ocupe de nada, donde cada uno le cae encima a uno para abrazarlo pero es para clavarle el puñal; es sentirse atrapado en suciedad, corrupción, violencia, indignidad, persecución, enfermedad, podredumbre, cautivo de la desesperanza y de la impotencia. Es sentirse lleno de un polvo constante, de un ruido que no para, en la oscuridad, en la dejadez, en la incompetencia, en la corrupción.

Para despertar de ese beso maldito hace falta que uno despierte, que uno adquiera conciencia de algo mejor. Señoras y señores no hay nada mejor que imaginarse que es posible vivir mejor, que hay alguien a quien uno le pueda dar un beso y un abrazo sin temor a que lo llenen a uno de bajo. No hay nada mejor que vivir en confraternidad, en un ambiente de mutuo respeto, de cortesía, de bondad. Vivir sabiendo que no le están robando a uno lo que es de uno y de todos.

Que bueno es vivir en un pueblo donde las gentes se respeten los unos a otros y donde todos trabajemos por el bien común DE TODOS, no sólo de algunos pocos que reciben una mensualidad y se nutren de lo que debiera ser de todos, no sólo de unos pocos. Eso es civismo, vivir en sana convivencia pensando y actuando por el bien comón.

Despertemos de la pesadilla y abramos nuestros ojos a un mundo nuevo. El mundo nuevo empieza contigo. Sueña grande, sueña limpio, sueña lindo.

domingo, 1 de julio de 2018

El Elegido


Soñar es humano.  No es meramente un asunto biológico (la necesidad del descanso), ni conductual (la costumbre de dedicar tiempo para dormir), es igualmente sicológico, social e, irremediablemente, político.

Soñar implica dos cosas. Primero, soñar relativo a lo que buscamos como individuos, a nuestras aspiraciones de desarrollo personal, a nuestras relaciones sociales, a nuestra ocupación o vocación, a nuestros deseos sobre dónde vivir, a las cosas que consideramos esenciales para nuestra calidad de vida.  Por eso es que soñamos acerca de nuestra familia, nuestros propios hijos, las cosas que deseamos hacer y las cosas que deseamos cambiar.  Soñamos deseando evitar las pesadillas y también soñamos, dormidos o despiertos, acerca de nuestras ambiciones y deseos.

Lo segundo es más retórico y más complejo, porque ya es un sueño referente a nuestra existencia social, cívica y política.  Soñamos acerca de nuestra vida en comunidad.  Nadie que viva en medios como el nuestro puede decir que pasa un día sin soñar acerca de cómo le gustaría que cambiaran las cosas.  En el trasfondo más profundo de nuestro cerebro existe un profundo deseo de vivir mejor.  Nadie vive para pasar hombre, para sufrir desnudez, para no tener un techo, para no tener transporte, para no tener una educación, un empleo o seguridad.  De hecho, en la pirámide Maslow las cosas esenciales de la vida (comida, bebida, vestido, sexo, etc.) constituyen la base de la pirámide, seguidas por la salud, la seguridad física, la obtención de una propiedad física, la moralidad, la existencia familiar y otras.  La amistad y la intimidad sexual aparecen justo en el centro de la pirámide, pero sin perseguir una descripción total de la pirámide lo esencial es entender que nuestros sueños van íntimamente ligados a elementos que pueden ser agrupados bajo la categoría de “calidad de vida”.  O sea, nuestra vida es grata y deseable cuando esos elementos esenciales han sido logrados.  No puede haber calidad de vida si no tenemos casa, ropa, comida, seguridad, amistades, empleo, salud y perspectivas de un buen futuro.  Nuestros sueños de vida en comunidad se hacen realidad cuando esas necesidades mínimas, básicas y esenciales son realizadas.

No siempre vivimos en un sueño realizado, por eso es que gran parte de nuestros sueños tienen que ver con la comunidad donde vivimos y las cosas que desearíamos que cambien, porque es en una comunidad “realizada” donde obtenemos los elementos esenciales para nuestra calidad de vida.  Cabe entonces preguntarnos, ¿qué tipo de comunidad deseamos?  ¿Cuáles son las características en una comunidad que me permiten desarrollarme y lograr mis metas, de tal forma que pueda hacer realidad mis sueños? ¿Qué pasa o debe pasar cuando la comunidad no es lo que deseamos, ni lo que la mayoría desea?

Cabe decir que desde el momento que nacemos somos entes políticos, o sea, nos convertimos en ciudadanos con derechos inalienables.  En el momento de ese primer grito, de ese primer respiro, adquirimos tales derechos.  Al convertirnos en adultos, transmitimos el poder de ese derecho natural para favorecer a las personas que en base al sistema político-social resultarán beneficiados por nuestro voto.  Un voto es el simple ejercicio de traspasar nuestro poder individual y convertirlo en un poder colectivo en la persona del “elegido”.  Una mayoría de personas transmiten ese derecho al “elegido” y, de repente, el “elegido” maneja los derechos de todos y todas, los que votaron o no por él. 

Es una tremenda responsabilidad la de ser el depositario de los derechos y los sueños de tantas personas en una comunidad.  Es un deber honroso, sublime e indispensable en el sistema democrático, porque a través de ese proceso esencialmente político-partidario todos los recursos disponibles para la calidad de vida de todas las personas en una comunidad son transmitidos a esa persona, “el elegido.”

Un buen ciudadano político (la cualidad atribuída desde el nacimiento) mantiene su conexión con sus sueños y aspiraciones en la forma en que se asegura de que “el elegido” responda a la responsabilidad de su posición atribuída mediante el voto.  En nuestro medio ha sido muy difícil encontrar a un “elegido” que responda amplia y evidentemente a nuestros sueños y aspiraciones de calidad de vida.  Pero muchos de nosotros, los políticos por nacimiento, o sea, los ciudadanos, no hemos aprendido a ejercer el debido proceso para asegurarnos que “el elegido” cumpla con sus atribuciones.
Por eso es que si queremos hacer realidad nuestros sueños de vida en comunidad no podemos hacerlo separados de un proceso de participación en la democracia, del uso de nuestras voces y prerrogativas para asegurarnos que “el elegido” cumpla con su deber político-social.  Cuando un “elegido” satisface nuestras más profundas aspiraciones, lo demuestra cuando la calidad de vida alcanza a la mayor cantidad de personas en la comunidad.  Hay minorías cuyos recursos les permiten procurarse toda la cualidad de vida a la que aspiran, obteniendo todos los aspectos dentro de la pirámide de Maslow y, por lo tanto, viven vidas de amplia calidad.  Hay otras minorías que están tan marginalizadas y separadas que recurren a las formas más elementales para asegurarse de lo mínimo para la vida (no siempre de la mejor manera).  Pero la gran mayoría son la prueba para un “elegido”, porque ellos son los que no están en ninguno de los dos extremos anteriores y son los que constituyen la prueba del fuego para “el elegido”.

Por eso sigo pensando (de manera metafórica y hasta sarcástica) que mientras en Las Terrenas nuestros barrios sigan a oscuras no hemos llegado mínimamente a la calidad de vida que esta comunidad se merece y, por lo tanto, “el elegido” está muy lejos de vivir a la altura de la confianza depositada sobre él por medio del voto partidario o no.

Sigo soñando porque lo que veo ahora sigue siendo pura pesadilla.



lunes, 26 de marzo de 2018

Haciendo Memorias--1 (de tres)




Una comunidad está hecha de memorias.

Cuando niños hicimos memorias corriendo, jugando, visitando, conociendo gente, haciendo cosas nuevas y creando espacio en lugares especiales.  Esos lugares fueron los árboles, los callejones, las calles, las casas, donde jugamos pelota y donde compartíamos con nuestros amiguitos.  Una vez adultos hacemos memorias visitando amigos, compartiendo un juego de dóminos en alguna esquina, recortando el pelo con nuestro barbero favorito y metiéndonos en todos los embullos que constituyen el diario afán.

A veces los adultos nos mudamos a nuevos pueblos, pero las memorias quedan.  El antaño es un saco que llevamos a rastras hasta morir.  Las memorias se transforman en senderos mentales que forman un mapa emotivo, ligando la mente con la mano y con el corazón.
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Yo me acuerdo del samán donde jugaba al “topao” con mis amigos, del “gajo” donde jugaba a los vaqueros e indios con mis vecinos, el plei de pelota, el pozo donde nos bañábamos, el salto de agua, la piscina, el monte de aserrín donde saltaba (y donde se perdieron mis gafas) y hasta de la carbonera en el patio del hotel familiar donde una gallina ponía un huevo cada día, un huevo que a veces lo llevaba a la cocina para comérmelo yo solito porque era un regalito de la gallina para mi.  Uno de mis lugares favoritos era un cuarto oscuro y polvoroso donde mi tío guardaba todo tipo de herramientas, tornillos, pedazos de motores, esprines y un millón de artefactos más, todos desconocidos, sucios, grasosos, brillantes, pesados, metálicos y repletos de mensajes secretos.

Los recuerdos que construimos en nuestro pueblo, en nuestros barrios, en nuestras casas y en nuestras escuelas forman un baúl mental ancho, largo y profundo.  Ese baúl flota sobre la atmósfera intranquila del pueblo, haciendo lazos y encuentros con los baúles de todas las demás personas.  Es como un cielo repleto de tesoros gigantescos de todas formas, colores y diseños, jugando, tocándose, explotando y desparramándose por todo el ambiente hasta crear una sombrilla de palabras, sueños, emociones, abrazos, peleas, gritos, besos y hasta de fuertes abrazos.  Esa multitud de baúles es una masa espesa pero ligera, amorfa pero concreta, silente pero consciente y es lo que nos convierte en una comunidad.  Nuestras memorias nos hacen lo que somos como pueblo.


Un turista que llega a nuestro medio busca crear memorias.  Los turistas son piratas caza-tesoros, metiendo sus manos en nuestros baúles para encontrar los tesoros que ya damos por sentado, pero que para ellos son joyas valiosísimas.  Por eso es que los turistas buscan tesoros en las esquinas, en las pequeñas tiendas, bailando bachata, tomando una cerveza con la arena entre los dedos, comiendo un pollo guisado con tostones y, a veces, echándole el ojo a esa mulatona despampanante, la de curvas increíbles, de muslos inmensos, de senos repletos de promesas y de ojos que se fijan en la memoria como chicle en la silla.  Hablo como hombre, me imagino que las mujeres anidan similares ilusiones, miradas, ensueños y complicaciones.

¿Cómo se pueden obviar tantas fuerzas y emociones?  Para eso vienen, pare vivir nuevas emociones, para recordarlas, tomarles fotos y repetirlas a todos los que quieran escucharlas.  Con sólo cerrar sus ojos hacen un inventario de complicidades entre sus sueños y realidades, aumentando los colores y las sensaciones, apagando los desencantos y las frustraciones porque, al fin y al cabo, para qué hacer turismo si no es para inventarnos mil verdades y esconderlas en buhardillas acortinadas con mentiras piadosas.  No hay beso más dulce que el robado a las ilusiones, no hay mayor lucidez que la cómplice fantasía del momento fugaz que nos hierve la sangre.

Pero, ¿y qué si las memorias se hacen amargas, duras, traumáticas, feas y hediondas?  Entonces nuestra comunidad se convierte en pesadilla, en la historia convertida en trauma, en duras realidades, las que se dicen y redicen con dolor, con muecas, con estallidos de lágrimas, de pesar y de frustración.

Por eso es que debemos ver a nuestro pueblo como una comunidad magnética, por un lado una corriente positiva que energiza, potencia, construye, fomenta, amplIa, empodera, crece y crea esperanzas, sueños y posibilidades.  Por otro lado está la corriente negativa, destructiva, trágica, la que carcome por dentro, convirtiendo a niños y niñas en objetos, haciendo de nuestras calles vertederos, de nuestros callejones pozos de insalubridades y que desguaza la esperanza que todos poseemos por dentro.
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Las memorias las hacemos nosotros por nuestras propias acciones y por las acciones que permitimos que otros hagan, o deshagan, o no hagan.  Las memorias son poderosas y sin ellas no podemos vivir.  Si quieres descubrirlo intenta olvidarte de todo, a ver si puedes.  Y así como no podemos borrar nuestras memorias tampoco se borran las memorias de un pueblo.

Una comunidad está hecha de memorias y el infierno está hecho de pesadillas.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Día Internacional de la Interconectividad

 Interconectados 11/11/11
Día Internacional de la Interconectividad
El 11 de noviembre A las 11 a.m. saca 11 minutos para conectarte
·      Contigo mismo
·      Con otros
·      Con el resto de la humanidad
·      Con la naturaleza

¿Qué es interconectividad?  Es cambiar la dirección de nuestro enfoque, en lugar de mirar solamente en nuestra dirección, en lo que nos conviene, en nuestros beneficios la interconectividad nos ayuda a encontrar vínculos o enlaces que nos permitan vivir mejor en comunidad, entender a otros, trabajar con otros y hacer conjuntamente lo que resultará en beneficio de todos.  La interconectividad puede ser virtual, emocional, física, espiritual o funcional.  Lo importante es abandonar el utilitarismo de lo individual y encontrar formas de vivir mejor en comunidad. 
Ante los tremendous desafíos que nos confrontan tenemos la opción de responder a ellos solos o en comunidad.  No es asunto de quién sabe más o de quién pueda más o de quién tenga más.  Es asunto de buscar soluciones comunes a problemas comunes. 
Para ello necesitamos conectarnos, encontrar los elementos fundamentales que pueden ayudarnos a encontrar una manera diferente de vernos a nosotros mismos, a nuestra comunidad y al mundo que nos rodea.  Si tú piensas que conectándonos es mejor entonces saca 11 minutos de tu tiempo a las 11 de la mañana el 11 de noviembre del 2011 y medita en cuanto a lo que tú puedes contribuir para una mejor vida en comunidad, aquí en nuestro terruño terrenero.
Auspicia la Fundación Mahatma Gandhi.  Si esto te anima a trabajar con otros a favor de tu comunidad llámanos al 829-330-0986, http://fundacionmahatmagandhi.com.

martes, 23 de agosto de 2011

Emblematicología


Algunas cosas nunca cambian...

Había una vez un pueblo al lado del mar, sembrado entre los cocoteros, espejo de las olas, trovador de bachatas inéditas, parido entre cuevas, montes y pantanos, rodeado por un cinturón de jaibas y ciguapas, salcochado con el sazón de amaneceres arrolladores y besado cada tarde por el suave y tibio cantar de nacientes estrellas borrachas de amor.

El más grande con el pueblo a sus pies.
Era un pueblo vendido al mar, recorrido espeluznantemente por vacas y toros silvestres que con sus colas y cachos adornan sus calles, abastecido felizmente por el constante susurro de peos motorizados; ahi, en ese pueblo de nadie y de todos, de todo y de nada, habían cuatro pistoleros rocinantes, cada uno compitiendo por la corona más emblemática, la del supremo ejemplo de todo lo que es, puede ser, ha sido y será.

El primero de ellos era todo trueno y centellas y, según él, con la soberbia proverbial de los de su clase, partió con su rayo de luz las más recónditas oscuridades de una aldea remota, desconocida y atrasada. Lanzó sus rayos y nació el todo de la nada, todo lo que se era dejó de ser y todo lo que no se era se hizo. Es el salvador del pueblo, el creador del pueblo, el dueño del pueblo.

El Llanero Solitario
El segundo de ellos se abrió paso con su ambición: redondito, agachadito, maestro de las sombras y mago de la anticipación. Lo cubre el manto de la corrupción, lo besa la ciguapa encantada de la manipulación, su fálico es una manguera de lodo que embarra todo lo que toca, haciendo oculto de lo claro, transformando en mentiras las verdades más elementales, pero como no hay nadie mejor que él para lo que hay que hacer las masas hacen de su harina el pan nuestro de cada día.

Codicia sin frenos
El tercer vaquero es tan espectacular como los otros, llega como rey, compra, vende y convence a todo el que quiera escucharle de que es lo mejor que le ha ocurrido a mi pueblo allende al mar. Tiró 30,000 tiros, uno por cada metro cuadrado que llenó de lodo para construir sobre éste los castillos de sueño de los cientos que comprar una imagen elegante pero nefasta y con sus subterfugios financieros se dá el gusto de traer al Príncipe de los Príncipes para bendecir al descaro más emblemático en toda la historia de este lugar.

Vaca sagrada
El cuarto es una vaquera indomable, dueña de sus actos y de su boca, la que hace que los que están con ella y los que no están se pregunten en qué está, porque con una mano hace y con la otra deshace, su misión hacer amigos pasajeros de algunos y enemigos permanentes de otros. La cubre toda una catedral de oportunidades perdidas, el resultado de una ceguera monumental, de una incapacidad oculta tras coronas sórdidamente políticas. Total, no necesita a nadie y por eso al hacer deshace y cuando deshace hace lo que todo quisiéramos que no hiciera.

Cada uno de estos vaqueros es emblema de lo que pudo ser y no fue, la desgracia de mi pueblo allende al mar que en lugar de emblemas auténticos, honrados, serviciales y honestos lo que tiene son personas que tienen que alquilar pistoleros a sueldo para proclamar sombras de virtudes, reflejos de maldades conocidas pero embadurnadas del brillo de intereses comprados. Estos vaqueros indomables son una bendición para Las Terrenas porque nos ayudan a entender todo lo que deseamos evitar en nuestros líderes del futuro. 

Aunque nos cueste en el presente aprendamos la lección. El futuro merece tener a una nueva generación de jóvenes líderes que se atrevan a hacer de la honestidad su mejor amiga, que se emborrachen del honor de decir la verdad, que se embarren en la arena del servicio desinteresado y que se atrevan llevar ante el altar del honor a la novia más bella y deseada: mi pueblo allende al mar.

viernes, 20 de agosto de 2010

No Te Rindas

En el año 1215 unos 65,000 soldados mongoles bajo el mando de Gengis Khan pusieron asedio a la ciudad de Beijing, capital del imperio chino y un lugar extremadamente fortificado. Dentro de la ciudad las reservas alimenticias se agotaron. Se comieron a todos los perros, los caballos y, eventualmente, mediante una lotería se elegía a uno de cada 5 hombres para ser sacrificado y comido. Uno de esos días 10,000 jovencitas chinas escalaron hasta el tope de las altas murallas de la ciudad y se lanzaron desde la misma en suicidio masivo, a las que más tarde se las llamó “pétalos caídos.”

En el año 73 de la era actual el imperio romano puso en asedio al enclave de Masada, una alta colina no muy lejos de Jerusalén en la que habían tomado refugio unos rebeldes judíos. Cuando los romanos finalmente lograron entrar al lugar encontraron que sus 900 habitantes habían cometido suicidio. De acuerdo al relato del historiador Josefo, los judíos dentro de Masada se dividieron en parejas y mediante una lotería el que sacaba el número mataba a la otra persona (el judaísmo prohibe el suicidio). Ese tipo de suicidio colectivo les impidió ser capturados, hechos esclavos o matados.

Los rebeldes Tigres Tamil en Sri Lanka juran luchar hasta la muerte, prefiriendo cometer suicidio antes de rendirse. Igualmente, durante la segunda guerra mundial los pilotos japoneses cometían “kamikaze”, prefiriendo suicidarse al estrellar sus aviones sobre objetivos militares y así ocasionar grandes pérdidas. Los militantes musulmanes dirigieron aviones suicidas, cargados de pasajeros, en contra de las torres gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington, D.C. en septiembre 11 del 2001. Yo vivía en ese tiempo en Capitol Hill, en la capital estadounidense, lo que ví y sentí fue verdaderamente impactante y hasta espeluznante.

A pesar de estos ejemplos la verdad es que el ser humano tiene una poderosa fuerza interna hacia la vida. Generalmente nadie se inflige dolor así por así, nadie se levanta en la mañana y coge una cuchilla para cortarse un dedo a propósito. Nadie se dá un palo a sí mismo, nadie se auto maltrata. Sin embargo, un alcohólico persiste en la bebida aunque sabe que lo puede matar. Un drogadicto persiste en su adición aunque sabe que se le acorta la vida y en cualquier momento puede morir. Cientos de mujeres vuelven a sus esposos violentos aunque saben que pueden ser ellas la proxima víctima. En la República Dominicana una mujer es asesinada cada dos días, o sea, 15 víctimas al mes. Cerca de 300 niños y niñas son dejados/as huérfanos/as cada año por causa de esa violencia.

Por otro lado, las comunidades existen para hacer posible la vida, una mejor vida, para sus residentes. En una comunidad hay acceso a bienes como comida, muebles y recreación, al igual que acceso a servicios como luz eléctrica, agua, escuelas, hospitales, transporte, recogida de basura, seguridad ciudadadana, iglesias y oficinas gubernamentales.

Un pueblo o ciudad ofrece promesas de una mayor y mejor calidad de vida. Los pueblos no existen para que la gente viva peor y nadie comete el “suicidio” de irse a un pueblo para vivir peor. Los que vienen a las ciudades lo hacen porque piensan que vivirán mejor. Cuando una ciudad abandona la promesa de una mejor vida comete un trágico error, uno que trae profundas consecuencias sociales, económicas, culturales, espirituales y políticas.

Muchos y muchas de los/las que vivimos en Las Terrenas en el momento presente lo hacemos cundidos de profundas preocupaciones y rodeados de condiciones altamente destructivas. Nos arropa la basura, la falta de higiene, la sangre de animales en las calles, problemas con el vertedero, problemas con el matadero, problemas con el tránsito terrestre, inseguridad ciudadana y la obvia ausencia de liderazgo en la toma de decisiones respecto a los problemas.

La ciudad carece de un plan de prevención y mitigación de desastres, de un plan de protección medioambiental, de un plan de negocios y de una estrategia de desarrollo. Aunque es un destino turístico es obvio que no tenemos una “marca” de destino y que se hace lo opuesto a lo que los turistas desean y aspiran tener: una ciudad limpia y agradable. Nadie puede pretender manejar una ciudad turística con tanta basura porque es un suicidio económico.

L@s terrener@s nativ@s o adoptive@s, necesitamos volver a la vida. Prontamente debemos comenzar a hablar, a explorar, a consultar, a proponer, a idear, a soñar con lo posible y con lo deseado como comunidad. Si no lo hacemos nos vamos a autodestruir, nos vamos a suicidar, económica, social, cultural y políticamente. Por eso es que por este medio anuncio la eventual formación de un Foro Ciudadano Terrenero, para que nos pongamos de acuerdo en las maneras en que buscaremos la vida, una mejor vida, a través de procesos inclusivos, bien informados y profundamente estratégicos.

Estoy cansado de ver perecer a Las Terrenas. Es tiempo de darle vida, nueva vida! Como lo dijera el fenecido autor uruguayo, Mario Benedetti, “No te rindas.”

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.

lunes, 2 de agosto de 2010

Desalojos, Haitianos y Chinatown

Recientemente se efectuó en Las Terrenas la destrucción y/o remoción de casetas, casuchas, ventorrillos y mesas de vendedores ambulantes en diversos puntos del centro, principalmente en la Calle El Carmen y la Calle Duarte. Según informaciones dadas por radio el operativo contó con la participación del Ministerio de Turismo, del Ministerio de Medio Ambiente, de la policía municipal y del CEIZTUR.

Lo primero que me vino a la mente fue, “qué bueno, entidades del Estado están trabajando conjuntamente por el mejoramiento del pueblo.” O sea, el hecho de que entidades diversas encontraron una actividad afin en la cual trabajar juntos es algo novedoso, deseable y esperanzador. Me puse a soñar despierto y me imaginé al nuevo gobernador o gobernadora, al director provincial de medio ambiente, al vice ministro o vice ministra de turismo, a todos los síndicos de los municipios y distritos municipales en la provincia, al senador y a los diputados, reunidos toditos bajo el baluarte morado-oro del PLD al que todos pertenecen menos uno y colocando frente a ellos la pregunta, “¿cómo trabajamos juntos para hacer de la provincia de Samaná el mejor lugar para vivir y hacer negocios en todo el pais?” Me llené de ambiciones y puse otra pregunta sobre el tapete, “¿cómo hacemos para reducir la pobreza?” En la provincia una de cada dos personas vive en la pobreza y una de cada tres vive en pobreza extrema. Creo que si estas personas claves, junto a sus entidades, ponen a un lado sus egos, sus tendencias políticas, sus ambiciones personales y su hambre por poder y dinero es muy posible que puedan producir una transformación ejemplar de magnitudes inimaginables. Bueno, ya decía yo que estaba soñando despierto.

Lo segundo que me vino a la mente fue, “qué bueno, necesitamos una ciudad más limpia y más ordenada y si resulta que podremos transitar mejor, caminar mejor sobre las aceras y tener menos contaminación visual pues sería una gran cosa.” Por meses y años muchas personas hemos insistido en la necesidad de un ordenamiento general y, en particular, de los espacios públicos. Si la estrategia es sensata, auténtica, efectiva y persistente, entonces puede que logre los objetivos esperados. Ojalá que no sea una de tantas medidas temporarias e inútiles como las que hemos visto en el pasado.

Lo tercero que me vino a la mente fue una impresión leve de que se trató simplemente de una medida impulsiva. Dudo que las personas envueltas en la decisión se sentaron a considerar todas las posibilidades de manera creativa y abierta, teniendo en cuenta las terribles condiciones sociales y económicas que actualmente confronta el municipio y los impactos sociales, económicos y morales que las acciones realizadas podrían tener. Acciones como las realizadas tienen un profundo impacto económico y es posible ponerle pesos y centavos. Pudo haber sido un asunto de “vamos a hacer esto y sacar a esta y a esta gente de la calle, y para que no digan esto o aquello vamos también a remover esto de aquí y aquello de allá.” Eso es impulsividad, alguien con voz fuerte simplemente dijo “esto hay que acabarlo,” añadiendo algunos gentilicios despectivos. Sin duda alguna, un buen líder, o un líder cualquiera, necesita de cierta medida de impulsividad y de presteza para actuar.
Pero cualesquiera las cualidades de un líder, sobretodo en el caso de una comunidad, si no se tuvo en consideración el factor humano entonces ese líder le hace un servicio muy pobre al bienestar general.

Hoy, como resultado de las acciones antes mencionadas, hay decenas de familias afectadas y algunas de ellas, desastrosamente afectadas. Me pregunto si se consideró otras alternativas que pudieron haber producido los buenos objetivos de limpieza y ordenamiento, al tiempo que ayudaran a preservar la integridad física y económica de los que hoy han sido afectados.

A nadie es secreto que para algunos de nuestros encumbrados líderes los ciudadanos haitianos son un “problema que hay que resolver.” Muchos haitianos son dueños de tarantines y son vendedores ambulantes y una buena parte de ellos fueron afectados por los desalojos. ¿Alternativa creativa? Si en lugar de verlos como problema lo vemos como ventaja para el pueblo se pudo haber hecho un esfuerzo en conseguir espacio para crear una plaza de vendedores ambulantes con un matiz turístico que ayudara a fomentar el negocio local y atraer al turismo interno, ofreciendo un ambiente multicultural, multinacional y multiétnico. O sea, lo que algunos consideran un problema es realmente un potencial económico, turístico y social. Es como si dijéramos “hay que sacar a los chinos de este país,” pero después de verlo creativa y auténticamente la resolución final es “vamos a hacer un Chinatown.”
Hablando pragmáticamente, Las Terrenas necesita una mayor evolución de dinero, no una reducción.

Sin poder discutir todos los detalles, lo importante es que de haberse hecho algo de mínimo impacto sobre la integridad humana y de máximo impacto económico nadie sale perdiendo y todos salimos ganando. En la manera en que se hicieron las cosas muchos salieron perdiendo y no hay garantía de que ninguno de nosotros saldremos ganando, siendo la razón principal el que acciones tales generalmente no son seguidas por medidas efectivas y persistentes de mejoría, sino que muchas veces son actos desesperados, impulsivos, con visos de racismo y de falta de creatividad.

lunes, 14 de junio de 2010

Vida y Muerte

Cambios en la vida comienzan con la muerte

Para entender la vida hay que entender a la muerte. La mejor manera de empezar sería imaginándome muerto, dentro de un ataúd, la puerta cerrada sobre mi rostro, sin respirar, sin moverme y sin pensar en nada. Lo hice una vez dentro de un ataúd y una segunda vez dentro de las entrañas de una caverna, 20 metros bajo tierra, cuando apagué mi linterna y no se veía nada, ni se oía nada y casi no se sentía nada. Oigame, ¡esa fue una experiencia del cachimbo!

La verdad es que comencé a morirme desde antes de nacer. No muerto completo sino muerto a pedacitos. Mis células y hasta organismos completos dentro de mi comenzaron a aniquilarse a sí mismos por el beneficio que causaban a otras partes del todo. Eso tiene un nombre, se le llama apoptosis, un mecanismo de autodestrucción existente en cada organismo multicelular. Por ejemplo, mi mano tiene cinco dedos porque las células que existían entre mis dedos murieron cuando era todavía un embrión. Un embrión, aún desde su etapa de 8 a 10 células depende de la muerte de algunas células (el espermatozoide que penetra al óvulo constituye una primera unidad celular, luego se divide automáticamente en dos células, luego en cuatro, luego en ocho y así hasta alcanzar su madurez genética). En otras palabras, si no fuera por esa muerte nunca hubiera llegado a estar vivo.

Aún de adulto no podría vivir sin la muerte. Sin la apoptosis me moriría completamente cubierto de cánceres. Mis células están constantemente desarrollando mutaciones que podrían producir un caos celular. Pero un sistema interno de vigilancia, como el mantenido por una proteína conocida como p53 (llamada el "guardian del genome") detecta tales errores celulares y les ordena a que cometan suicidio celular masivo.

Esas muertes celulares programadas me mantienen vivo. También permiten que en lo más profundo de mis intestinos las células se regeneren, permitiendo el procesamiento de alimentos y desechos. Igualmente mi piel cambia totalmente cada ocho días, así que nuevas celulas ocupan el lugar de las células que se han suicidado. Si después de levantarme en la mañana tomo las sábanas y las sacudo voy a ver un polvillo en el aire. No es el caliche de la calle sino mi piel muerta, desechada por el cuerpo y recogida por la sábana. Mi colchón, está llenito de células muertas que mi piel desechó, y ese olor peculiar de mi colchón y de mi almohada es de esas células muertas, podridas, apestosas y sucias. Si alguna vez encuentro cucarachas o insectos pequeñitos en mi colchón es porque están buscando a esas células muertas para alimentarse de ellas.

De igual manera, cuando mi cuerpo ha terminado de combatir a una infección y se encuentra repleto de células blancas obsoletas, todas ellas cometen suicidio como si estuvieran obedeciendo una orden militar, para que así la infección e hinchazón subsanen. Si las células blancas no perecen la hinchazón sería permanente. Pus es nada más y nada menos que células blancas muertas.

Ahora cierro mis ojos por un momento y me imagino que dentro de mi cuerpo, ahora mismo, en este mismo instante, hay células que se están muriendo, o suicidándose, para que el resto de mi pueda seguir viviendo. Yo, que pensaba que todo lo que hacía era vivir, me doy cuenta que también me estoy muriendo. No muriendo para morirme, sino muriendo para poder vivir.

Ahora observo a todas esas chicas tan hermosas (derecha), lindas, fragantes, elegantes, eróticas, con el vaivén de sus cadencias, con sus rostros hermosos y sus sonrisas picarezcas, con todas sus promesas y todas sus ofertas (lo mismo se puede decir de los hombres). Se están muriendo. Cada día, cada hora, cada instante, se están muriendo. Partes de ellas se mueren para que el todo de ellas pueda vivir.

Como sé que me estoy muriendo por dentro…para poder vivir, voy a aprovechar al máximo ese sacrificio supremo que han hecho mis células para mantenerme vivo. Ellas quisieron que siguiera vivo para que disfrutara mi vida. Voy a ayudarlas tomando decisiones sabias y honestas en cuanto a mi mismo y a los demás, en cuanto a mi familia, mi ambiente, mis seres queridos, mis amigos y mi comunidad. Y sé que tomando decisiones sabias y sensatas en cuanto a mi mismo, todas las demás personas y la comunidad resultarán beneficiadas.

Te invito a que hagas lo mismo.

martes, 23 de junio de 2009

Comunidad Sin Barreras--Inventario Comunitario


Imagine que una comunidad es un grupo que a) comparte un mismo lugar de existencia, b) comparte interesas y perspectivas comunes, y c) se moviliza adecuadamente en la búsqueda de resultados tangibles y deseados.

En Las Terrenas ciertamente compartimos una misma geografía y también existen ciertas perspectivas comunes aunque de manera informal. Muchos tienen la impresión de que aquí cada uno “tira por su lado” y de que no hemos llegado al punto de desarrollar ni visión de comunidad ni un accionar conjunto.

Indiscutiblemente somos una comunidad económicamente activa, notoria por la variedad de actividades que incluyen la venta y compra de objetos de consumo, la construcción, el transporte, las inversiones inmobiliarias y las diversas ofertas turísticas. Igualmente hay actividades eclesiásticas, educativas, gubernamentales, deportivas y barriales.

El “revulú” económico podría ser engañoso en cuanto a la naturaleza de una comunidad vibrante. Para ampliar nuestro conocimiento de lo que constituye una comunidad socialmente vibrante he preparado un inventario sobre los 10 elementos vitales para la potenciación comunitaria que podría servirnos como un valioso instrumento de reflexión personal y comunitario. Al leer cada párrafo hágase la pregunta: “¿lo tenemos aquí, sí o no?”

1. Liderazgo
Sí o no. Es nuestra comunidad existen líderes notables caracterizados por un alto nivel de eficacia en acatar las decisiones que las comunidades mismas escogen mediante procesos transparentes y representativos. Como tenemos líderes eficaces nuestra comunidad da muestra de grandes capacidades para la toma de decisiones.

2. Desarrollo Organizacional
Sí o no. Nuestra comunidad posee suficientes y variadas organizaciones comunitarias dedicadas todas a la búsqueda del bienestar común, compartiendo recursos y liderazgo de manera organizada y comunicativa. Las iglesias, las organizaciones no gubernamentales, los clubes de madres, las juntas de vecinos, las asociaciones, los sindicatos, las agrupaciones culturales y sociales trabajan con claridad de propósito en busca de un propósito común previamente acordado.

3. Horizontalidad
Sí o no. Cualquier ciudadano, sin importar su sexo, su posición económica, su membresía en iglesia o partido político, su poder social, su nivel educativo o profesional o su experiencia de trabajo tiene tiene acceso a quienes lo gobiernan o a quienes toman decisiones sobre su bienestar, su futuro y los servicios básicos a su alcance, sin depender de un favoritismo político, social o económico para que le sean reconocidos sus derechos.

4. Confianza
Sí o no. Existe en la comunidad una confianza total en las personas elegidas para conducir la administración municipal, para recolectar gravámenes y para tomar las decisiones que permiten a la comunidad progresar y desarrollarse.

5. Recursos
Sí o no. Los recursos financieros, los equipos y edificaciones del municipio son manejados de manera transparente, son preservados y mantenidos para una larga vida y se manejan con pulcritud, honestidad y eficiencia.

6. Resultados
Sí o no. El municipio se maneja en base a un plan estratégico previamente establecido de manera participativa en cuanto a sus objetivos a largo plazo y siguiendo lineamientos gerenciales de buena práctica en lo que se refiere a los objetivos de corto y mediano plazo, de tal forma que los buenos resultados son evidentes, mientras que los resultados negativos son parte de un proceso de mejora constante en la gerencia municipal.

7. Rendición de cuentas
Sí o no. Existe un proceso efectivo de diseminación de información mediante el cual a la comunidad se la mantiene debidamente informada sobre sus avances y problemas, sobre el manejo de sus recursos por medio de informes financieros transparentes, y sobre la toma de decisiones en áreas claves. Hay un proceso regular y constante de consultas para que la toma de decisiones se logre por medio de una responsabilidad compartida.

8. Servicios
Sí o no. Los servicios básicos comunitarios son conocidos, son efectivos y son consistentes. Eso quiere decir que hay un manejo adecuado del tránsito municipal, los bomberos tienen equipos y funcionan adecuadamente, los desechos sólidos son recogidos y procesados en base a estándares reconocidos, hay una banda municipal, una biblioteca municipal, existen aceras, contenes y calzadas adecuadas, la seguridad municipal es controlada mediante un cuerpo de policías municipales bien entrenados, se controlan adecuadamente los animales rialengos (caballos, vacas, perros, etc.), hay un control adecuado de los ruidos y de las fuentes de contaminación, hay un plan de respuesta a desastres naturales, existe una Unidad de Gestión Ambiental Municipal para preservar a los recursos naturales, hay ordenanzas y servicios de protección a la niñez y la juventud tiene a su acceso recursos y programas que la beneficien, entre otros.

9. Servicio Comunitario
Sí o no. La comunidad cuenta con suficientes individuos y organizaciones cuyas funciones principales son las de proporcionar bienestar social a través de proyectos y programas altruistas, por medio de un cometido hacia la mejoría de la calidad de vida de los menos favorecidos y, más que nada, ofertando una ejemplaridad en cuanto a la búsqueda del bienestar común por encima del bienestar individual. En otras palabras, en la comunidad se trabaja para el bienestar común de manera informal, de manera organizada, de manera notable y de manera constante.

10. Capacidades
Sí o no. En la comunidad existen suficientes personas bien capacidades, honestas, leales, profesionales y expertas en cada una de las áreas necesarias para el manejo adecuado de la vida en comunidad. O sea, las funciones básicas están en manos de personas capacitadas y profesionales del área bajo su supervisión, en lugar de estar en manos del sistema de clientelismo político que generalmente resulta en la mediocridad y la ineficacia en los servicios y procesos comunitarios.

lunes, 6 de abril de 2009

Cuida y Alimenta

Lavando mondongo en el barrio Caño Seco.

http://imaginalasterrenas.blogspot.com/

EN RESUMEN: para los que conmemoran la semana santa y la ven como una oportunidad para la reflexión, basta recordar que una de las ideas centrales entre Jesús y sus seguidores era la del servicio. Este artículo (perdonando su extensión) arguye que la mejor manera de recordar este evento y continuar las enseñanzas recibidas es en el servicio comunitario desinteresado.

Una de las celebraciones de semana santa es la commemoración de la cena en el aposento alto, el lugar donde según las creencias cristianas Jesucristo participó de su última cena con los discípulos. Eso quiere decir que el jueves santo se verá la luna llena y también que los Judíos estarán celebrando en el mismo día lo que se denomina como la Pascua.

La pascua cristiana celebrada hoy tiene sus orígenes en la pascua judía y ésta tiene su origen en tradiciones nómadas del medio oriente, aunque para el creyente no es así, sino que es algo que su Dios instituyó en Egipto, cuando un ángel enviado por Dios para matar a todos los primogénitos en la tierra del Faraón egipcio no entraba a los hogares marcados con sangre de cordero en el dintel. De esa manera los primogénitos de los judíos (y otros) fueron salvados y Moisés luego comandó a todos los judíos a conmemorar el evento de su “salvación” celebrando la Pascua.

Según las escrituras cristianas Jesucristo la noche de la pascua judía (la primera luna llena después del equinoccio de primavera que ocurre el 21 de marzo) celebró lo que hoy es conocido como “la santa cena” y allí compartió con sus discípulos pan y vino, llamándolos “mi carne y mi sangre”. “Haced esto en memoria de mi,” dijo él según los evangelios. Algunos cristianos en las primeras décadas recordaron el mandato pero no fue hasta el 325 D.C. cuando la iglesia Católica Romana adoptó al evento como una de las fiestas eclesiásticas oficiales.
Halando moñitos en la Calle El Carmen.

Muchas cosas de alto sentido simbólico ocurrieron durante la cena y, una vez acabada la misma, Jesús y sus discípulos salieron al Monte de las Olivas. No bien habían llegado cuando él les dijo que esa misma noche ellos negarían ser sus discípulos. Pedro, el colérico Pedro, el más vocal, el más directo, el más violento (en unos minutos le cortaría la oreja a un soldado), el más líder entre los líderes, enseguida ripostó: “aunque todos te nieguen yo no lo haré,” lo que provocó la respuesta de Jesús diciendo, “de verdad te digo que esta misma noche, antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces” (Mateo 26:34).

Según Lucas el apóstol Pedro fue el primero en ser escogido discípulo (Lucas 6), fue también el primero en caminar sobre el agua y tendía a ser el primero en hablar, el primero en dirigir y el primero en meterse en problemas. Era un líder nato y era también impulsivo pero muy fiel. Nadie recibió más atención que Pedro, el único entre los discípulos a quien Jesús le cambió el nombre. La Iglesia Católica Romana lo coloca como la figura eclesiástica por excelencia. La “silla de Pedro” es la silla del Papa romano. El término P-A-P-A proviene de la primera letra de cuatro palabras latinas Petrí Apostolis Potestatem Accipiens y se traducen como “el que recibe la potestad del apóstol Pedro.”
"Buzos" viviendo del vertedero municipal en Las Terrenas.

Y fue a ese Pedro a quien los evangelios identifican como el único de los discípulos que definitivamente negó a su Maestro tres veces, antes de cantar el gallo un jueves de noche, de luna llena.

Hace 40 años los eruditos Dr. Lawrence J. Peter and Raymond Hull publicaron un libro titulado “El Principio de Pedro” en el que argumentaban que en una jerarquía cualquiera los empleados tienden a ser elevados a su nivel de incompetencia. O sea, después de trabajar y ascender por la jerarquía organizativa se les nombra a una posición muy por encima de sus capacidades. Si volvemos al caso del apóstol Pedro (de donde provine el título del libro) vemos que el apóstol más cercano, el más leal y el más destacado fue el que primero y más fácilmente ascendió al nivel de negación imcompetente. A la hora del none se volvió una etcétera. A la hora de la verdad se mostró incompetente de confesar su fé en su Maestro. El que se sentaba a la derecha de Jesús, el que daba las órdenes a otros, el que comandaba autoridad e iniciativa, ese fue el que se mostró más incompetente de todos.
Viviendo en hacinamiento en el Barrio La Granja, Las Terrenas.

Lo que le ocurrió a Pedro me revela lo que ocurre en la vida real y moderna cuando organizaciones y partidos políticos escogen a personas, encumbrándolas a posiciones de franca incompetencia. Muchas veces son personas no probadas por el fuego del liderato efectivo y en el servicio a la comunidad. Hartas veces se encumbran no porque son capaces sino porque saben decir lo que hay que decir, saben moverse entre los demás, saben qué palabras escoger y qué movidas hacer y es por eso que llegan hasta la mano derecha del poder. Cuando llega el momento de confesar la lealtad que deben dispensar—al pueblo—esos mismos "líderes" se vuelven una etcétera total.

Al “principio de Pedro” se le conoce también como el “principio del pozo séptico” porque la mierda flota hacia el tope.

Después de la infausta noche de traición los evangelios dicen que Jesús resucitó y luego se apareció a sus discípulos tres veces. La primera fue al grupo en general. Luego ante Tomás y, finalmente, se les acercó en la playa después de una larga noche sin pescar. Desde la playa le gritó al pescador más cansado y desilusionado, el que lo había intentado todo y logrado nada, diciéndole “echa la red hacia la derecha.” Y la pesca fue tan maravillosa que la red se rompía.

Fue Pedro el que recibió el mensaje, el que parado en la punta del bote tiró la red, el que pensó que Jesús se había olvidado de él después de dos apariciones sin contacto directo alguno y el que enseguida comprobó que habían tantos peces que parecía que la red se rompería. Entendió que era su Maestro quien lo llamaba y no esperó, sino que impulsivamente se tiró al agua para llegar a la playa mientras los otros seguían en bote. Ese era Pedro, el colérico, el impulsivo, el líder. En la red contaron 153 peces (Juan 21). Y después de desayunar el Maestro restaura a Pedro preguntándole tres veces “¿me amas?” Tres veces Pedro lo había negado en su incapacidad y tres veces Jesús lo restauró haciéndole la misma pregunta.
Cuidar y alimentar significan crear esperanza.

Lo que Jesús le dijo a Pedro debe ser una lección para todo aquél que se crea líder, ya sea político, eclesiástico o comunitario. Jesús pedía después de cada una de las declaraciones de amor de Pedro “cuida de mis ovejas” y “alimenta mis ovejas.” No hay ni siquiera que ser cristiano para reconocer que esto es un llamado al servicio, no al servicio interesado y demagógico sino al servicio a favor de otros.

¡Ay! ¿Cómo sería si cada pastor de iglesia en lugar de construir emporios, villas y castillas dedicara más tiempo al servicio en la comunidad?

¿Cómo sería si cada iglesia mirara más hacia afuera que hacia adentro?

¿Cómo sería si cada empresario dedicara al servicio una limosna de lo que se gana?

¿Cómo sería si cada político encumbrado (como se encumbra la M en el pozo séptico) prestara un mejor servicio a su comunidad y al pais?

¿Cómo sería si cada individuo dedicara un tiempo a la labor voluntaria al servicio de los demás?

En esta así llamada “semana santa” vamos a recordar que podemos subir como la M, o bajar como le pidió Jesús a Pedro, a cuidar al pueblo.


(a propósito de servicio comunitario, déle un vistazo a http://fundacionmahatmagandhi.com/centro.html).

martes, 11 de noviembre de 2008

Diez Promesas

(la gente y su entorno son el meollo de la política)

Primera, prometo que el bienestar de la comunidad va por encima del bienestar personal. Esto quiere decir que prometo que antes de tomar cualquier decisión lo primero que pienso hacer es pensar en cómo beneficia y en cómo perjudica a las personas. Comprendo que mis decisiones afectarán a varios en buena o mala manera, pero me comprometo a buscar la mejor solución posible para la mayor cantidad de personas posibles.
Segunda, prometo que para ayudar a la gente tengo que dejar de “ayudar” a la gente. O sea, la “ayuda” común es darle regalos a la gente y tratar de resolverle un problemita por el que puedan estar pasando. Comprendo que de vez en cuando hay que resolver emergencias, pero mi patrón de conducta y mi manera de gobernar estaré enfocada en resolver las causas de la pobreza, las causas de los dolores, las causas de las deficiencias. La mejor manera de ayudar a la gente es con dignidad y respeto, no con arreglitos y regalitos temporales.
Tercera, prometo que los recursos a mi alcance será utilizados con total limpieza y transparencia. Soy un mayordomo, un gerente, un administrador de los bienes del pueblo. Esos bienes no son míos y como no son míos no puedo disponer de ellos como me de mi santa y grandísima gana. La mejor manera de preservarme limpio es haciendo todo lo que esté a mi alcance por manejar las finanzas de manera transparente, que la gente sepa por qué, cómo, dónde, cuándo, quién y qué se gastó. El que no tiene nada que ocultar no tiene nada que temer.
Cuarta, prometo que las personas que trabajen conmigo no nacieron sabiendo (como yo tampoco nací sabiendo) y que parte de mi responsabilidad hacia mí mismo y hacia mi pueblo es capacitar a mi personal y capacitarme a mi mismo para ser cada vez más capaz de hacer un buen trabajo. El desarrollo humano es la mayor riqueza con la que puede contar una comunidad, porque es un desarrollo permanente, siempre presente y que nunca se para de beneficiar. Mis empleados mejores capacitados serán mejores empleados, ganarán mejor, se sentirán más orgullosos de lo que hacen y podrán contribuir mejor a su comunidad.
Quinta, prometo hacer lo posible por comprender mejor las necesidades natas y netas entre la gente. Comprendo que hay mucha demagogia y que muchos líderes hacen lo que hacen para manipular las cosas y para que eventualmente resulten en el mayor beneficio político posible. Me comprometo a que el bienestar de mi gente ha de ser la responsabilidad principal de mi gestión y voy a hacerlo con respeto, comprensión y con responsabilidad, yendo a la gente para poder comprender mejor sus circunstancias.
Sexta, prometo descubrir todos los recursos habidos y por haber disponibles para mi gestión, no limitados a lo que me manda el gobierno central ni a lo que pueda recoger en el municipio. Sé que hay cientos de fuentes externas disponibles en la forma de fondos y recursos humanos y es simplemente una lástima que no lleguen a nuestro medio cuando podrían beneficiar a tantas personas.
Séptima, prometo abrir mis puertas a la información, conociendo que esta es una comunidad compleja y que necesita de una variedad de formas para llegar hasta ella. Voy a hacer lo posible por utilizar los recursos disponibles a mi alcance para mantener informada a la gente y para recibir del público ideas, sugerencias, aportes y contribuciones de manera abierta y transparente.
Octava, prometo preservar el recurso más importante en toda la comunidad: el medio ambiente. Sin el cuidado adecuado al medio ambiente la vida peligra y la calidad de vida peligra y el futuro de la comunidad peligra y peligran las familias, los niños y los recursos naturales. Reconozco que lo que perdemos en el medio ambiente no se compara con lo que se pueda perder de otras maneras. Sin un balance adecuado en el medio ambiente peligra la vida.
Novena, el futuro de la comunidad está en la niñez. Yo sé que la niñez no vota, pero sin una niñez educada, sana y bien recreada no habrán buenos votantes en el futuro. Prometo dar a la niñez la importancia que se merecen y bajo mi dirección voy a buscar todos los medios posibles para que nuestra niñez pueda disfrutar de su infancia y pueda evolucionar en ciudadanos educados, formados, saludables y productivos.
Finalmente, prometo hacer posible por salvar a nuestra juventud. Me duele ver como nuestra juventud se pierde, atraída por las tentaciones pasajeras de una sociedad que tiene muy poco que ofrecerles. Me comprometo a que nuestros jóvenes tengan medios de desarrollar sus talentos sin explotación y sin abuso. Usaré todos los medios a mi alcance para asegurarme de que ningún joven y ninguna señorita tenga que caer en las garras y las jaulas de la drogadicción, la prostitución, la inanición espiritual y la falta de empleos.

FIRMA: EL CANDIDATO!!!
(Quizás no salga electo, pero nunca es tarde para empezar haciéndolo bién)

Carta Abierta Para los Concejales

  Carta abierta a los concejales de Las Terrenas CONCEJALES PARA UN FUTURO MÁS CERTERO Por José Bourget, comunitario Querid@s Concejales: Si...