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sábado, 21 de mayo de 2022

Lo que el viento se llevó

 

"En nombre de la historia, la identidad y la cultura se ha cometido una palpable desgracia"

Por José R. Bourget Tactuk, 20 de mayo del 2022

 Desde el 4 de septiembre del 2021 cuando ocurrió el último incendio en el Pueblo de los Pescadores de Las Terrenas, hasta el 19 de mayo del 2022 cuando se declara que será reconstruído definitivamente en el mismo sitio, transcurrieron 257 días. 

En ninguno de esos días se juntó nadie en Las Terrenas para estudiar, analizar, ponderar y decidir sobre todos los factores que inciden en la ya aprobada reconstrucción.

El alcalde no llamó a una reunión.

Ni uno de los regidores llamó a una reunión.

El MITUR no llamó a una reunión.

La Unión de Juntas de Vecinos no llamó a una reunión.

La Federación de Clubes de Madres no llamó a una reunión.

La Confederación de Pastores Evangélicos de Las Terrenas no llamó a una reunión.

ASONAHORES no llamó a una reunión.

La Asociación de Taxistas no llamó a una reunión.

La Asociación de Motoconchistas no llamó a una reunión.

El Sindicato de Camioneros no llamó a una reunión.

La Asociación de Ferreteros no llamó a una reunión.

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales no llamó a una reunión.

La “Asociación de Historia y Preservación de la Cultura Terrenera” no llamó a una reunión.

Y tampoco llamó a una reunión la “Asociación Pro Defensa de Las Terrenas en Contra de Todos los que Opinan en Contra de los Intereses del Pueblo de Las Terrenas, Inc.”


Hubo reuniones aquí y allí, sobre todo en los últimos días antes del 19 de mayo, para ir a “defender la cultura, la esencia y la identidad terrenera”, pero en ninguna de ellas se escuchaban a profundidad los temas vitales que tienen que ver con cultura, con identidad, con esencia, con impacto ambiental, con cambio climático, con gerencia, con municipalidad y, mucho menos, para explorar, analizar, estudiar cómo casar los temas cruciales (que sin duda alguna incluye consideraciones medio ambientales) para beneficio de todos.  Lo que vimos fue algo reaccionario e impulsivo, ciego e irracional.

En nombre de la cultura, de la historia y de la identidad terrenera se cometió una gigantesca tragedia ese 19 de mayo del 2022.  No fue tanto el que se aprobara la reconstrucción en ese mismo sitio, sino que se haya hecho con el desnudo extremismo populista, sin verdaderamente considerar todas las implicaciones para el municipio a mediano y largo plazo.  A corto plazo se va a construir (según el plano aprobado por David Collado y a todo color), pero es trágico ver cómo se llevó el proceso como chivo al matadero.  Los líderes sociales, habilitados por los políticos, escogieron el camino más fácil pero el más desinformado e inconsciente.

No sólo fue una tragedia al desnudo, sino que en defensa de la historia, de la cultura y de la identidad terrenera se acribillaron personas e ideas, denigrando y sacrificando lo más sacrosanto:  la integridad humana.  La peor de las falacias, ad hominem, en la que se ataca a la persona y no las ideas, fue el proceso común empleado.  “Si no estás conmigo te ataco y voy a llevar a los míos a atacarte también.  Y te atacaremos si tratas de opinar algo diferente en el mitin” (realmente no fue una vista pública.  Ganó el vox populi pero perdimos lo esencial en el proceso de toma de decisiones en una comunidad.

¿Cuál hubiera sido la alternativa constructiva?  ¿Qué pudo haber ocurrido en esos 257 días?  Que la alcaldía o el MITUR, las principales voces cantantes en la toma de decisiones, llamaran a conversatorios donde se exploraran todos los factores en juego, que se invitaran especialistas, que se conocieran más a fondos los temas y que se sopesaran las pérdidas y las ganancias.  Una vez se supo que el gobierno iba a asumir la reconstrucción ese mismo gobierno debió procurar la búsqueda de un consenso consciente.  Debió realizar verdaderas vistas públicas (no mítines políticos) en los que los participantes consideraran opciones e implicaciones, ponderaran los riesgos y los beneficios y luego consensuaran respuestas. Pero 257 días después de la tragedia fue terrible ver cómo colocaron a las juntas de vecinos, clubes de madres, organizaciones sociales y a la mayoría de los que estaban ahí en una posición insostenible en las que no les quedó otra alternativa que disparar desde los cojones y desde los ovarios.  Disparar así ocurre muy a menudo en Las Terrenas y es muy probable que por causa de ello tengamos muchos de los problemas que afrontamos.

Y si la próxima tormenta del 2022 se mete en el recién reconstruído Pueblo de los Pescadores, o si el río se entra y se lo lleva, o si viene una marejada y lo destruye, ¿iremos al mismo sitio a decir que si no se reconstruye ahí mismo perderemos la historia, la cultura, la identidad y la esencia terrenera? 

¿Cuántas veces tendrá que ser destruido para que entendamos que sin buenos conocimientos y prácticas no tendremos ni historia, ni cultura, ni identidad, ni la esencia, porque si no se las lleva el mar se las llevará el viento?


viernes, 20 de mayo de 2022

Collado y Jorge Mera: El Puente del Milagro

 


Collado y Jorge Mera:  El Puente del Milagro

José R. Bourget Tactuk

20 de mayo, 2022

De todos los balbuceos, arengas, protestas, demagogias e informaciones que dio el Ministro de Turismo, David Collado, el día de ayer, resaltan para mi las dos cosas más relevantes:  1) el Pueblo va aquí; y 2) hacerlo aquí crea problemas de impacto ambiental.  Y lo más importante que dijo, aunque con exagerada timidez, fue que hay que trabajarlo para reducir el daño ambiental mientras se complace a la gente.

Bingo!!!

Nadie sale beneficiado de un conflicto entre dos ministros y entre dos ministerios, Ministerio de Turismo y Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, David Collado y Orlando Jorge Mera.  Las Terrenas sería la más perjudicada de un conflicto tal.  Por eso creo que la reconstrucción del Pueblo de los Pescadores es un puente potencialmente milagroso para que ambos ministerios trabajen en búsqueda del mayor bien común:  reducir y mitigar el impacto ambiental negativo mientras que se construya una obra considerada de importancia para el pueblo y políticamente innegociable.

La reconstrucción ahí crea un tremendo conflicto y no sólo potencial, porque podría quitarle al ministerio de medio ambiente la autoridad para denegar permisos a otros proyectos, basado en que si el mismo Estado trabaja sin estudio de impacto ambiental, “por qué exigírmelo a mi”?  Es una consideración válida y delicada.  Sin un decreto presidencial de reconstrucción la objeción sería más valida por lo que sería indispensable que ese decreto salga para proteger el trabajo del Ministerio de Medio Ambiente. 

Pero lo peor de todo sería si el MITUR no produce el acercamiento con Medio Ambiente para que con la asistencia de sus técnicos y de otras entidades se trabaje protegiendo lo que hay, reduciendo los daños potenciales y mitigando los posibles impactos negativos.  Si los dos ministros/ministerios no se ponen de acuerdo en edificar ese puente del milagro estarían de facto creando las bases para una derrota política en varios ámbitos.

Vale reconocer, nos guste o no, que la decisión de Collado y, por ende, del Presidente Abinader, crea más conflictos que soluciones en el macro contexto de la situación.  Resuelve un problema estrictamente político-populista, pero crea muchos otros enredos que solamente son visibles a unos pocos.  Habrán compromisos débiles y habrán improvisaciones malsanas, de eso no le quepa la duda a nadie.  El Estado perdió su mejor oportunidad de hacerlo mejor, pero ganó la batalla del populismo.  Hoy no hay guerra ni en contra de Collado ni en contra de Abinader.

Lo cual me devuelve al tema del liderazgo ciudadano, porque sin verdaderamente sopesar todos los factores de una manera racional, científica y objetiva, el llamado “pueblo” pidió a voces (y a ciegas) que se haga ahí, perdiendo grandes oportunidades de hacerlo mejor sin hacerlo daño a nadie y sin crear conflictos legales e interministeriales.  El vox populi fue ciego, sordo y mudo, por lo que tendrá que vivir con las consecuencias que no se harán esperar.

No todo está resuelto aún señores, falta mucho camino por recorrer y de caminar en ese sendero vamos a aprender muchas cosas, o así yo espero, para que algún día podamos hacerlo mejor.


El verdadero trabajo empieza ahora



El verdadero trabajo empieza ahora

Por José R. Bourget Tactuk

Mayo 19, 2022

Doce horas antes del discurso del ministro de turismo, David Collado, en la medianoche del miércoles pasado, escribí “El Hito de la Reconstrucción”.  Mis predicciones se cumplieron a cabalidad doce horas más tarde y me alegra que haya sido así, porque al hacer realidad las aspiraciones de la mayoría de los presentes, el Ministro abrió potencialmente las puertas a un nuevo futuro para Las Terrenas.  

En la decisión de reconstruir el Pueblo en el mismo sitio no solamente “ganaron” los que abogaron por ello, sino también los que hacíamos resaltar los factores medioambientales que estaban siendo ignorados.  El Ministro no los ignoró sino que, por el contrario, los reconoció.  Aseveró que hay que trabajar los dos temas y encontrar el balance necesario para preservar tanto el sentido histórico de El Pueblo como el cuidado al medio ambiente.  Muy acertado aunque muy tímido de su parte.  Debió inmediatamente indicar cómo se protegerá la parte más débil, pero no lo hizo.

Lo sucedido en los últimos días con el tema de la reconstrucción y el discurso del Ministro Collado están preñados de factores que ameritan cuidado y ponderación.  No sería bueno abandonar el diálogo ni el desafío que ello crea.  Por ejemplo, el impopular diseño permanece y el Ministro escoge de manera altanera y despectiva ponerle “color” a los kioskos para complacer a los que se quejaron de la inapetencia del diseño.  A nadie pareció importarle que el obstáculo más importante al diseño fue totalmente ignorado.  Ciertamente, habrá un cambio fulminante en el ambiente y atmósfera del nuevo lugar, pero parece que esa conclusión se les escapó a todos. 

Echando a un lado todo lo que pudiera ser considerado demagógico, el discurso del Ministro fue a la vez una arenga y un reto.  La arenga era de esperarse de un político de connotadas aspiraciones y el reto, o retos, hay que sopesarlos muy cuidadosamente.  

El primer reto es “traducir”, en sus aspectos prácticos, las intenciones del Ministro para que esa protección al medio ambiente se haga realidad.  ¿Quién se encargará de ser veedor de ese aspecto de la reconstrucción?  El Ministro no lo indicó, aunque sí identificó quiénes serían los veedores de casi todos los otros elementos importantes.  Creo que el Foro Ambiental de Samaná podría ser invitado a que fuera el veedor para que al final de la reconstrucción se haya reducido a lo mínimo los riesgos medioambientales en el entorno.

Otro reto está en los pedidos de que se implemente un nuevo modelo gerencial, se otorgue un mayor beneficio económico para la ciudad y el crear mayor seguridad física para las nuevas facilidades.  Cada uno de esos factores y otros más ameritan de veedores, recordando que esos factores NO fueron considerados adecuadamente ni durante la existencia del viejo Pueblo, ni a raíz de la reconstrucción después del incendio,.  Si no queremos más de lo mismo, esta vez debe ser diferente y hay que lograrlo aunque el cambio de gerencia sería un reto político y un talón de Aquiles.

Un tercer reto sería el de clarificar y establecer la logística del entorno que causó muchas preocupaciones entre algunos de los que se oponían a la reconstrucción ahí, como lo eran los estacionamientos, el manejo del tránsito, la protección a los peatones y la diversificación de la oferta culinaria para incluir platos locales y nacionales, entre otros factores.  ¿Quién velará para que esos factores sean tomados en cuenta?

Finalmente, el último reto y para mi el más importante tiene que ver con desarrollo social y humano.  Fue muy lamentable ver como muchos ciudadanos en general y líderes en la sociedad civil optaron por adoptar posturas ofensivas, palabras injuriosas, incluyendo amenazas e insultos, en contra de todos los que se oponían a la reconstrucción en ese sitio.  No lo puedo entender porque la lucha de ellos era una lucha ganada desde antes de empezar.  Políticamente hablando, hubiera sido un suicidio para David Collado no hacer lo que hizo y debió entonces verse, desde un inicio, que ya con una lucha ganada no era necesario adoptar posturas beligerantes o adversarias.  Se perdió una gran oportunidad de crear un espíritu de diálogo, consenso y compromiso entre las partes.  Imagínense si ese liderazgo en lugar de su hostilidad y pugna hubiera abierto las puertas al diálogo, atrayendo las partes y constituyéndose el modelo de la búsqueda de unidad de la cual habló el Ministro ayer.  Ignorando la perspectiva opuesta no se modela procesos comunitarios constructivos.  El líder sienta el tono.  Al fin de cuentas, el Ministro terminó reconociendo la validez de la diversidad de perspectivas, algo que debió ocurrir desde el comienzo del debate entre los líderes sociales.

Este reciente enfrentamiento de ideas no tenía que ser ni una pugna, ni una contienda, sobre todo cuando se predecía que una de las partes ya estaba ganada. Hay que aprender a tomar los conflictos de ideas como oportunidades para consensuar procesos que nos permitan crecer y trabajar juntos sin pugnas, sin ofensas y sin insultos.  De haber sido así, el liderazgo social pudo haber avanzado diez años en dirección al progreso; pero, lamentablemente, retrocedió diez.  En una comunidad creciente y progresista no se resuelven los conflictos de ideas como si fuéramos pistoleros, sino como si fuéramos cada voz y cada mente partes integrales para lograr el resultado deseado.

El líder sienta el tono y ese tono debe ser constructivo, creativo, edificante, tolerante, incluyente.  Hubo muy poco de eso en lo ocurrido y, por ello, constituye la meta más alta, más deseada y más difícil para nuestra comunidad, sobre todo cuando falta tanto por atar y cuando quedan aún muchos desafíos que afrontar.  El verdadero trabajo empieza ahora.

(Y te reto a leer https://acento.com.do/opinion/el-multiverso-terrenero-9042289.html)

jueves, 19 de mayo de 2022

El Hito de la Reconstrucción

 


El Hito de la Reconstrucción

José R. Bourget Tactuk

Hoy, jueves 19 de mayo, se establecerá un hito en la historia de Las Terrenas.  Hoy quedará plenamente establecido la capacidad de decisión de un pueblo, la capacidad de gestión de un ministro y la capacidad de visión de un gobierno.


(Es posible que…) El Pueblo de los Pescadores será reconstruído en el mismo sitio por la más sencilla de las razones:  “el pueblo” lo quiere ahí.  Por “pueblo” no me refiero a todo el mundo, claro, sino a todos los que con sus voces, acciones, actitudes y motivos dejaron claramente establecido las razones por la que debe ser así y ahí.  La capacidad de decisión de un pueblo es como lo que se observa en el crecimiento de un niño.  De bebé es totalmente inhábil para valerse por sí mismo, pero una vez adquiere mejor control de sus habilidades motoras y puede comunicar escuchando y hablando se dispone a tomar decisiones propias.  En ese proceso aprende, con los logros y con los tropezones, formando así las bases para su crecimiento futuro y su eventual madurez.  Mientras es niño no siempre toma las decisiones por sí solo, pero las que toma las tiene que enfrentar dentro de sus capacidades como niño.  Mientras tenga pulmones hábiles gritará a toda voz cuando se hiere y también lo hará cuando quiere algo y lo quiere


de la forma que sea.  El adulto o el padre lo ve y entiende que lo que pide no corresponde, pero ese es el arte de crecer, ¿no?, hay que dejarlo que aprenda y eso incluye gozos y dolores.  Y es que el mejor aprendizaje sigue siendo el propio y no hay nada más relevante que lo que uno mismo aprende, no lo que nos digan sobre cómo deben ser las cosas.  El Pueblo será reconstruído porque es lo que el pueblo puede hacer donde está y como es, en su etapa y en su contexto.  Si sus expresiones fueron como la de un niño gritón, entonces es ahí donde está y hay que respetarlo.  Si lo hizo a tropezones quizás fue porque nadie le ha enseñado aún cómo montar bicicleta.  No estoy diciendo que el vox populi en Las Terrenas es un niño gritón, sino que los miembros de la comunidad que son notables, vocales, conscientes y hábiles entendieron que apoyando la reconstrucción en el sitio de siempre es lo que el pueblo quiere, necesita y debe tener.  Fue una convicción que les salía de las entrañas.  Dentro del LARGO proceso de desarrollo en una comunidad (y Las Terrenas es apenas un bebé como entidad legal municipal) lo que han hecho y cómo lo han hecho refleja etapas de desarrollo propias del comienzo de una vida.

(Es posible que…) El Ministro y su gestión con la reconstrucción fue un primer picazo, su hito, para marcar su camino ascendiente hacia la presidencia.  Es un Ministro joven y aprende rápido.  Ha aprendido a dar pasos gigantescos como todo político que disfruta de los consejos y de la sabiduría de mecenas políticos.  El tollo de la primera propuesta es insignificante dentro del macro contexto y hoy, jueves 19 de octubre, mostrará cuán gigantesco pueden ser sus pasos.  No solamente eso, sino que la desgracia del fuego le abre ahora puertas amplias a través de las cuales puede demostrar su capacidad de gestión.  Es el mejor regalito que le pueda caer en su bolsillo porque, después de todo, Las Terrenas es un destino pequeño comparado a Punta Cana, La Romana, Santo Domingo y Puerto Plata.  Aquí se las puede lucir a sus anchas y hay mucho que puede hacer.  Punta


Cana tiene Los Rainieri y los Hazoury, Casa de Campo tiene los Franjul, Puerto Plata tiene a Paliza y Las Terrenas ¿a quién?  Bueno, si David Collado adopta a Las Terrenas sería justo el regalo que Las Terrenas necesita y, detrás de él, ya saben quiénes más están.  Y si logra descentralizar su gestión empoderando al talento existente en la provincia, entonces daría verdadera muestra de que ha superado su personalidad autocrática y oligarca.  No solamente eso, David Collado también tiene el potencial de dar otro paso victorioso hacia su presidencia y en viva muestra de su capacidad de gestión política, echando su mano sobre el hombro del alcalde Willy Esteban y ayudarlo a que se bautice en las aguas sagradas del PRM, convirtiéndolo en su protegé y garantizando la segura victoria del PRM en las elecciones municipales del 2024.  La alcaldía y el MITUR trabajando juntos son la mutual perfecta!!  Y si eso es así se lo debemos a la reconstrucción del Pueblo ahí y así.

(Es posible que…) El Presidente Abinader ha puesto sus ojos por todas partes de Samaná excepto Las Terrenas.  Su primera gestión en la provincia fue en el vecino El Limón, luego prometió y dio apoyo a múltiples proyectos en Las Galeras, Arroyo Barril, Sánchez, Santa Bárbara de Samaná y hasta los chinos de Santa Bárbara sabían que para Las Terrenas no había nada.  Pero Abinader no puede hacerle frente a las elecciones del 2024 con el disparate de condición que tiene el PRM en Las Terrenas, así que la reconstrucción de El Pueblo le abre una puerta alta y ancha para jondearse de cabeza por ahí.  Sin su apoyo Collado no podría hacer su gestión y ahora, con la reconstrucción y acciones afines (o no), Abinader puede hacer presencia y canalizar las energías erráticas del PRM terrenero.  Si lo hace bien, el PRM podría convertirse en el nuevo emblema político de Las Terrenas, dejando atrás el tradicional balaguerismo terrenero (a veces disfrazado de PLD, o de PRD, o de PRM).  Político al fin, la decisión de Abinader de favorecer el populismo y reconstruir el Pueblo ahí mismo aparecen en oposición a las obvias realidades del cambio climático y de los riesgos para la inversión.  Pero el Estado ha cometido tantos errores en Las Terrenas (el desague sanitario, el acueducto, los gaviones) que uno más es como si no contara con tal de ponerse al lado del pueblo, que es donde estarán los votos.  Cuando Abinader venga a inaugurar el reconstruído Pueblo en ese mismo sitio, será su oportunidad de oro para relanzar al PRM en Las Terrenas y para demostrar que a través de sus muchas obras en proceso y las que le va a traer al municipio en los próximos dos años no hay forma de que a Las Terrenas no le convenga dejar al PRM en el gobierno municipal. 


Por los recursos, mecanismos y manerismos que exhibió en la defensa de una opinión, la lucha reciente para la reconstrucción del Pueblo en ese mismo sitio reveló cuán flaco e inmaduro es el liderazgo social en Las Terrenas,.  Pero igualmente reveló cuán profundos son los sentimientos de las personas con las mejores de las intenciones para su pueblo.  Esos defensores no son los que van a recibir beneficios del Pueblo ahí (eso será probablemente para los mismos de siempre, en la forma de siempre), tampoco serán los clientes asiduos al lugar (la mayoría no puede pagarse el plato más barato en  ninguno de los restaurantes) y tampoco serán muchos los que podrán darse un trago en alguno de sus bares, pero son los soldados de a pie y quienes entienden que imagen, esencia, presencia, destino, memorias, goces, identidad, cultura y pasión se encuentran ahí, en ese sitio y de esa forma.  Con fanáticos como esos, cualquier equipo de pelota gana, aunque sean las Estrellas Orientales!!  Sin importar las falacias, los desdichos, los abusos, las amenazas, la subjetividad y flaqueza en los argumentos y motivaciones, ese grupo ganó y ganó bien. 


Detrás del hito histórico en esa victoria populista hay una lección para todos los que trabajamos como agentes sociales, como agentes de cambio, en desarrollo comunitario y hasta en política.  No importa el tema, el fanatismo gana cuando las pasiones dominan los argumentos y no lo digo porque mis argumentos fueran los mejores y ni siquiera porque tuviera la razón en lo que argumentaba (algo de lo cual sigo convencido).  Lo digo simplemente porque el evento me ayudó a descubrir una vez más cuán ignorante soy, cuán irrelevante mis argumentos y cuán infructuosos mis esfuerzos ante los molinos de viento.  O sea, cuánto me parezco a Sancho!


martes, 17 de mayo de 2022

Uff da! El Quijote, Pirro y el Pueblo de los Pescadores

 


Uffda, el Quijote, Pirro y el Pueblo de los Pescadores

En el 1992 cuando me mudé a Chicago, tuve la oportunidad de leer el libro de Donald Norman, “The Design of Everyday Things” (El diseño de las cosas cotidianas, 1988), una introducción fascinante a la conexión entre lo cognitivo y la usabilidad.  Viviendo en Chicago, ciudad cumbre del diseño y arquitectura norteamericana, trabajando como director de servicios internacionales en el Illinois Institute of Technology, lugar desde donde enseñó Mies van der Roos (quien acuñó la frase “menos es más”), era fácil esconderse bajo las líneas y curvas de todos los sueños arquitectónicos legendarios, descubriendo el por qué del por qué algunas puertas giran y otras abren (por mencionar un ejemplo).  Desde ese entonces no hay ningún diseño que escape a mi observación crítica. 

Por ello, disfrutar del remanente del Pueblo cuando llegué a Las Terrenas hace 20 años y verlo resurgir de las cenizas (pero no como el Fénix) bajo un diseño aburguesado e insípido, aunque colorido, para luego ver el desastre bien intencionado del Ministro Collado en su primera propuesta, no podía más que sentir lo fácil que es manipular oportunistamente los sentimientos de una población con fines confesos e inconfesos, aunque siempre bajo el esquema de “lo que el pueblo quiere”.  

Algunas puertas giran, otras abren, otras no se entienden.  El pueblo no se expresó ni contribuyó al diseño del último Pueblo que se quemó, pero el mismo capturó la imaginación.  En la última versión de Collado, la gente no sale de su asombro y es encomiable que se hizo una “consulta” aunque post facto, ya que un buen diseño debe partir desde el lugar donde comienzan todos los buenos arquitectos:  el concepto del dueño. 

Y es que el Pueblo no ha tenido dueño.  Francisco Javier se constituyó en dueño por razones políticas muy oportunistas y logró su propósito cuando todos le rindieron pleitesía con su conquista.  Nuevos “dueños” enmarcados en lo esquemáticamente financiero heredaron el renacido Pueblo.  Llamarlo ahora “esencia” es, hasta cierto punto, desvirtuar la esencia del origen y su significado, porque no hay una sino varias. 


Es increíble que en una “Ciudad de Dios” personas de fé defiendan el centro de todo lo bacanal e impúdico que se exhibía allí.  Eso es quijotesco.  Quizás la testarudez macaboniana detrás de esa fijación con lo desaparecido se presta para esa narrativa quijotesca, pero al igual que los molinos de Cervantes, no tenemos suficientes Sanchos en el pueblo para hacernos descubrir la única y verdadera realidad:  que el Pueblo ya no existe. 

En el fondo, el pueblo vive los resultados de un trauma que no acaba de entender, después del cual no hubo visita al terapista y del cual permanecen la resaca de una gran pérdida, simbólica (porque el Pueblo no era del pueblo) pero sentida.  Entonces todo estos conflictos, argumentos y dilemas sobre la reconstrucción son en verdad el reflejo de algo complejo:  cognitivo, sicológico, emotivo, político, social, económico y más.  La gente quiere resolver los traumas del desastre y cree que volviendo a lo anterior es la mejor terapia, como el cónyuge abusado y maltratado que sigue volviendo a que le den más golpes, la lucha quijotesca contra los molinos.

Y cuando se construya, como en verdad se va a construir, en el mismo sitio y con similares características, el pueblo se sentirá victorioso, pero no como se sintió el rey Pirro de Epiro después de su desastrosa victoria en la Batalla de Heraclea contra los romanos, sino victorioso sin saber el por qué.  En ese sentido David Collado es un “habilitador” (enabler, como lo fue Francisco Javier, y como son los políticos tradicionales) en el sentido que contribuye a la permanencia del trauma en lugar de ayudarnos a confrontar la realidad y no solamente medioambiental. 


Collado puede (y lo hará) hacer lo que más le venga en gana porque tiene el poder y la bendición del Presidente, así como Francisco Javier vino a dar su bendición (con el León presente) al complejo turístico que más ha depredado los humedales de Las Terrenas.  Esa es la prerrogativa del poder. 

Sólo ruego que cuando el mar o el río se entren no haya ni lloro ni crujir de dientes, sino la satisfacción pírrica de haber logrado lo deseado en contra de todo y de todos los que abogamos por una NUEVA esencia, más real, más auténtica y más beneficiosa.


domingo, 15 de mayo de 2022

Carta Abierta al Presidente Abinader y al Ministro David Collado

 

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE LUIS ABINADER Y AL MINISTRO DE TURISMO DAVID COLLADO

Sobre la reconstrucción del Pueblo de los Pescadores en Las Terrenas

 Por José R Bourget Tactuk, (829) 330-0986, 15 de mayo del 2022.


RECONSTRUYAN EL PUEBLO EN EL MISMO SITIO DE ANTES

Señor Presidente y Ministro:

 

En su aparente MAYORÍA, el pueblo de Las Terrenas desea que el calcinado Pueblo de los Pescadores sea reconstruído en el mismo sitio.  Parece ser que para la MAYORÍA no hay posible visión de un Pueblo de los Pescadores si no es en el mismo lugar.  La MAYORÍA señala que el Pueblo en ese sitio y en ese sitio solamente simboliza la historia, la cultura, el espacio, el sentimiento, la experiencia y la imagen de Las Terrenas. 

Algunos argumentan que las consideraciones ambientales no son importantes en tanto que tanto el Ministerio de Medio Ambiente y el MITUR otorgan permisos y cartas de no objeción a proyectos de depredan otros recursos naturales.  Es obvio que en las mentes y corazones de la MAYORÍA existe una sola opción y es volver al espacio de antaño, donde están las memorias, los eventos y el “espíritu” del pueblo.

Esas ideas y sentimientos son legítimos.  Las personas que así se expresan lo hacen con pasión, con sentido de identidad, con certeza y con convicción.  No hay dudas en sus mentes, no hay realidades alternas y no estarían de acuerdo con perder su imagen de lo que fue, ni en aceptar una concepción diferente a la realidad.  Aunque nadie ha estimado científicamente los números de personas que piensan así, algunas personas notables entre los líderes sociales, políticos, económicos y de la sociedad en general aseguran que se trata de la MAYORÍA de los ciudadanos votantes en Las Terrenas.

Notablemente, la ausencia de una reconstrucción inmediata ha despertado las mayores críticas en contra del MITUR y del gobierno, porque muchos ciudadanos estiman que si antes fue posible reconstruirlo en tres meses que igualmente se pudo haber hecho ahora.   Desafortunadamente, la ausencia de noticias, de detalles y de una respuesta a la altura del trauma reveló cuán profundo son los sentimientos a favor de una reconstrucción ahí mismo y cuán amplio el rechazo a la ausencia de una resolución por parte del MITUR.  Las quejas abundan, reflejo fiel de la lealtad hacia el concepto que posee la MAYORÍA.

Es por esto que lo más expedito políticamente y lo más popular sería hacer lo mismo que hizo el ministro de turismo anterior, el que con dinero en mano, sin permisos ni estudios, reconstruyó el Pueblo después del primer incendio para alegría de todos y para ganancia política de su partido.  Si se desean los mismos resultados entonces ustedes, Señor Presidente y Señor Ministro, deben hacer lo mismo.

 

NO RECONSTRUYA EL PUEBLO EN EL MISMO SITIO DE ANTES

Señor Presidente y Ministro:

Nosotros en la MINORÍA, pensamos que reconstruir el Pueblo de los Pescadores en otro lugar más sustentable es posible, deseable y más juicioso.  Sería menos populista, pero representaría la defensa de los mejores intereses locales y nacionales.

La MINORÍA reconoce que sería contraproducente para el gobierno violentar sus propias leyes y reconstruir sin los permisos ambientales correspondientes.  Sería dar validez a la creencia de que el Estado es el primero en no cumplir con sus regulaciones y que, tal como en el viejo oeste, cada quien puede hacer lo que guste siempre y cuando tenga “al pueblo” apoyándolo.

La MINORÍA sostiene que hay suficientes informaciones sobre cambio climático y su impacto en el país como para argumentar que el lugar actual es de gran riesgo y que sería inmoral que el erario invierta 60-100 millones de pesos en un espacio que podría ser anegado o destruido por la naturaleza en los próximos 5-10 años, o antes.

La MINORÍA igualmente sostiene que el Pueblo de los Pescadores como tal dejó de existir hace mucho y que las condiciones cambiantes y de desarrollo de Las Terrenas podrían ser mejor utilizadas para crear algo mejor ajustado a esas nuevas realidades, con mayor variedad, nuevas ofertas y más amplias y mejores condiciones para un público diverso.

La MINORÍA argumenta que dado el uso intensivo de un espacio tal, el entorno no reúne las condiciones de tránsito, aparcamiento, seguridad, impacto ambiental y sostenibilidad que el Pueblo requiere en un municipio que en los dos últimos años ha explotado masivamente en la cantidad de turistas nativos y extranjeros que lo visitan.  Reconstruir en otro sitio no sería ni popular ni populista, pero sería lo más sensato y lo más adecuado a corto, mediano y largo plazo.

DADAS LAS POSTURAS ENCONTRADAS HAY UNA CONSIDERACION MUY RELEVANTE

Realmente no es necesario realizar una nueva vista pública cuando se sabe el sentir popular.  Si el objetivo de la vista pública es buscar aprobación ya la misma existe.  Si lo que se quiere es que voces opuestas se escuchen el evento podría ser un buen ejercicio y nada se pierde, pero se sabe desde ya el resultado final. 

Sin embargo, el ejercicio de la vista pública como fue explicado no es ni democrático, ni representativo, ni objetivo, pero ayudaría a crear la impresión de que hubo una tribuna libre y democrática cuando, en realidad, sirve sólo para crear una excusa simple y expedita para justificar lo ya decidido.

Por otro lado, lo que el Estado carece es de informaciones más amplias, profundas y relevantes en cuanto a las condiciones del espacio y sus características, según la ciencia.

El MITUR ya ha actuado múltiples veces en Las Terrenas causando serios daños y en total sordera a los reclamos de la MINORÍA, como lo fue en el caso del sistema de desague sanitario y planta de tratamiento y también con el caso de los gaviones que comienzan a deteriorarse, entre otros.  Que lo haga una vez más sería de esperarse, pero recurrir a las evidencias científicas daría visos de mayor seriedad aunque no las siga.

Por lo tanto, propongo que el MITUR obtenga evaluaciones científicas por parte de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, de la Sociedad Ecológica del Cibao, de la Nature Conservancy, del CEBSE en Samaná, del Foro Ambiental de Samaná y de los técnicos y expertos del Ministerio de Medio Ambiente antes de una decisión final, lo cual podría ser realizado dentro de los próximos 30 días.  Luego, en base a las evidencias científicas obtenidas y en base a lo conocido del sentir popular, el MITUR tomaría una decisión no a ciegas, sino amparada por las evidencias, científicas o no. 

Pienso que hacerlo así daría más propiedad al Estado y estaría a la altura de lo que se espera de todo gobierno juicioso que respeta sus propios reglamentos, normativas y que utiliza los recursos a su alcance para llegar a la decisión que más le conviene al futuro del destino. 

El Estado es soberano y siempre puede actuar por decreto porque es su prerrogativa, pero una decisión tal que ignore el impacto ambiental y las evidencias científicas que resulten del estudio daría paso a serios cuestionamientos de juicio y de acción, sobre todo si ocurre un desastre o una pérdida notable de lo invertido.

El Estado no pierde nada esperando 30 días más y recolectando las evidencias científicas que puedan ser necesarias.  Una vez obtenidas, el MITUR puede llamar a múltiples vistas públicas para llegar a la diversidad de audiencias interesadas en la comunidad y si “el pueblo” decide en contra de lo que las evidencias científicas pudieran revelar entonces el Estado podría lavarse sus manos aunque eventualmente le cueste una pérdida de hasta 100 millones de pesos y una posible pérdida de prestigio.

Ver https://terrenero.blogspot.com/2022/05/potenciar-el-pueblo-de-los-pescadores.html

https://terrenero.blogspot.com/2022/05/el-pueblo-de-los-pescadores-ya-no-existe.html

https://terrenero.blogspot.com/2022/03/el-multiverso-terrenero.html

Potenciar el Pueblo de los Pescadores

 Potenciar el Pueblo de los Pescadores

 


Por José R. Bourget Tactuk, Ph.D.

Mayo 8, 2022

El segundo incendio en el Pueblo de los Pescadores fue una tragedia para Las Terrenas.  Aunque traumático para empresarios, empleados, el público visitante y para la comunidad en general, al cabo de medio año desde el segundo desastre, tenemos una más amplia comprensión de las condiciones actuales y una mejor perspectiva de las futuras. 

Evidentemente, reconstruir igual o parecido y en el mismo sitio es el camino más expedito y potencialmente menos conflictivo.  Igualmente, podemos enfocarnos en la tragedia y responder de tal forma que la mayoría se pueda sentir mejor.  Eso ya fue hecho y produjo obvios beneficios políticos en un año de elecciones.  Si lo que buscamos es reducir conflictos por medio de una respuesta populista entonces la respuesta es obvia:  ahí mismo y como sea.  Pero, ¿será eso lo mejor para Las Terrenas? 

Por otro lado, si la tragedia es vista como una oportunidad de realizar algo potencialmente mejor, con un impacto más amplio y con ofertas más diversas, entonces hay tres factores a considerar.

El primer factor es el del impacto ambiental.  En una isla posicionada en el cuarto lugar entre los diez países más afectados por el cambio climático en el mundo (https://mepyd.gob.do/mepyd/wp-content/uploads/archivos/end/capitulo-6.-cambio-climatico.pdf)  y que se apresta a perder una porción significativa de su territorio nacional a las aguas del mar, resultaría contraproducente utilizar fondos del erario para construir en una zona de alto riesgo, ya evidenciada por eventos climáticos anteriores.  Se estima que la reconstrucción anterior costó unos 60 millones de pesos y con el alza de precios hacer algo similar posiblemente llegue a los 100 millones.  ¿Cómo podría el MITUR justificar el uso de 100 millones de pesos en una zona que dentro de una década podría estar cubierta de agua?  Aparte del riesgo financiero, el construir sobre la playa para que sea destruido por el mar contribuye a que la población continúe ciega ante la realidad del cambio climático, cuando lo que necesitamos es que la


gente despierte ante la crisis para que pueda modificar conductas destructivas.  Sería muy riesgoso y vergonzoso que el Estado invierta tanto cuando posee todos los conocimientos y evidencias de autoridades nacionales e internacionales para evitar construir en zonas de alto riesgo y de alta fragilidad ambiental.  Ninguna persona en su sano juicio construiría con sus propios fondos algo de valor en ese espacio; entonces, ¿por qué habría de hacerlo el MITUR con fondos del erario?  Eso sería irresponsable y altamente cuestionable éticamente.  Finalmente, ¿debería el MITUR construir sin el estudio de impacto ambiental correspondiente?  Si el Ministerio de Medio Ambiente fuera a hacer el estudio de impacto ambiental y concluye que la zona no es factible para una reconstrucción tal, ¿cómo debería responder el MITUR?  (Ver https://www.catedrarses.com.do/Portals/0/OpenContent/Files/468/Evaluacion_de_la_Vulnerabilidad_Climatica_en_Las_Terrenas_Mayo11-2016__compressed.pdf) 

El segundo factor es sicológico.  Mucha gente siente que el Pueblo debe estar ahí, donde siempre ha estado.  Tales sentimientos deben ser reconocidos bondadosamente por las autoridades y no ignorados irresponsablemente.  Creo, sin embargo, que el MITUR tiene una responsabilidad más amplia y más profunda y que para poderla afrontar necesita contemplar la situación desde el beneficio de un multiverso.  El uni-verso actual es claro y sencillo:  “ahí y como sea”; pero un análisis social e histórico más complejo revelaría que el Pueblo de los Pescadores, tal como originalmente existió y tal como la mayoría de la gente se lo imagina dejó de existir hace lustros.  Es cierto que antes del primer incendio el Pueblo mantenía cierta personalidad rústica y colorida que resultaba muy atrayente para el visitante y para los residentes, aparte del aporte culinario que sus variados restaurantes aportaban y del valor recreativo de sus bares y otros atractivos.  La reconstrucción después del primer incendio transformó la rusticidad y el colorido aburguesando el entorno en un estilo victoriano.  El cambio preservó el acceso a lo culinario y diversificó la oferta recreativa, pero ya no era el Pueblo como tal.  Es igualmente importante reconocer que, aparte del obvio beneficio político que conllevó la rápida reconstrucción, el modelo gerencial establecido provocó condiciones operativas indeseables que no ameritan repetición.  Reconstruir en el mismo sitio sería denegar una obvia realidad y reafirmar el espejismo existente en la imaginación de algunos.  Por otro lado, el Pueblo amerita ser honrado y recordado, por lo que la satisfacción sicológica podría resultar de la construcción de un monumento al Pueblo original, el cual podría contener interpretaciones visuales, escritas y monumentales al tiempo que la nueva apertura al mar sería como regresar el espacio a la imagen de los pescadores que dieron origen al Pueblo.  Una Plaza de los Pescadores con relevantes expresiones simbólicas podría ser una de las formas de honrar la memoria y sepultar, de una vez por todas, el espejismo irreconciliable con la realidad..

El tercer factor es mercadológico.  Las Terrenas como destino ha evolucionado y sigue creciendo. Aunque trágico y traumático para el psique terrenero, el fuero no destruyó el destino.  Los restaurantes existentes por todas partes han aumentado su clientela, muchos de los empleados del Pueblo han sido re-empleados y Las Terrenas sigue siendo un atractivo turístico, culinario y recreativo a pesar de la pandemia, tal como los últimos dos años lo demuestran.  Del Pueblo no quedan ni las cenizas, pero la gente sigue yendo a Las Terrenas, sigue disfrutando del creciente número de restaurantes y bares y los dueños de villas, apartamentos y condominios continúan siendo beneficiados por el creciente número de visitantes nativos y extranjeros.  La pasada semana santa añadió una nueva comprensión de la realidad.  La mayoría de los bares y restaurantes no se llenaron tanto como se esperaba, porque la mayoría de los visitantes trajo sus comidas y sus bebidas.  A la mayoría de los visitantes no le pareció importar la ausencia de El Pueblo.  De hecho, el ambiente carnavalesco y bacanal fue más expresivo que nunca antes y el grito de “Terrenas!!!” hizo eco en miles de visitantes.  Para mi hay un mensaje inferido en esa realidad, uno que parece indicar que un nuevo modelo de eje es necesario.  Un nuevo eje culinario, recreativo y cultural es posible, con un nuevo nombre, con una nueva imagen y con nuevas ofertas.  El Pueblo no será más, pero podemos diversificar, enriquecer y hasta abaratar un espacio que represente lo mejor de lo que era antes, aunque ajustado a las nuevas realidades y, más que todo, adaptado al futuro turístico del destino.  Entonces el principal desafío no está en seguir con más de lo mismo, sino en diseñar y construir un nuevo centro culinario, recreativo, cultural y artístico que represente la nueva realidad de Las Terrenas y sea simbólico de un futuro promisorio, diverso y enriquecedor.

Una respuesta populista es fácil y expedita, pero no representa ni la realidad actual ni el potencial futuro de Las Terrenas.  MITUR puede sentar una nueva pauta, una ajustada a las realidades ambientales, sociales, culturales, culinarias y gerenciales del municipio.  Una nueva pauta que establezca lazos firmes con el municipio para que éste sea beneficiado financieramente y compensado por los gastos que conlleva ser el destino turístico popular de mayor trascendencia en el país.  El MITUR puede hacerlo y el MITUR debe potenciar lo que fue el Pueblo transformándolo en algo mejor, más diverso y más enriquecedor.


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