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jueves, 21 de mayo de 2009

Un Salto Indispensable

Las Terrenas se ha convertido en un barrio de la capital. En las últimas semanas hemos visto que cada fin de semana largo trae consigo cientos de vehículos cargados de personas que vienen a disfrutar de nuestras playas, bares, restaurantes y del sentimiento que puede crear el mejor ambiente tropical de la isla. Hay algo mágico encerrado en la arena que se cuela entre los dedos de los piés, contagiando a las personas de un qué sé yo, del vaivén de descanso y excitación sico-social-sexual y, sin duda alguna, gastronómica.

Igualmente se está convirtiendo en normal la llegada de autobuses de mediano tamaño (30 pasajeros) y de gran tamaño (55-60 pasajeros), escupiendo gente cargados de fundas, toallas, comidas y bebidas. Tan pronto pisan la arena terrenera lo primero que exclaman es “llegamos al paraíso.”

Muchos pensarían que este flujo de gente constituye un boom económico para Las Terrenas. Lo es, pero de manera limitada. Los que alquilan villas, los dueños de bares y restaurantes en la playa, los hoteles pequeños, llenan sus cofres con este peregrinaje capitaleño. Ah, se me olvidaba, las estaciones de gasolina también hacen su agosto ya que todos llenan sus tanques al llegar o antes de salir.

Lamentablemente los que llegan en los autobuses traen sus propias comidas y bebidas. No solamente traen lo que necesitan, sino que antes de irse muchos de ellos nos dejan sus botellas y platos plásticos, sus basuras y los últimos resultados de sus procesos digestivos.
Este domingo pasado fuimos al Salto El Limón y encontramos a un sendero repleto de peatones y de gente a caballo. Pregunté a varios de ellos de dónde venían y descubrí que una gira desde Boca Chica trajo 7 autobuses de 30 pasajeros. O sea, más de 200 personas llegaron y cada grupo trajo sus comidas y sus bebidas. Por espacio de dos horas contemplé como las decenas de personas negociaban la subida, la bajada y su estadía en medio de cientos de fundas plásticas, cubiertas de galletas y dulces, botellas plásticas, ollas y platos desechables. Como todos saben en el área del Salto no hay baños públicos, así que los arbustos son el retrete público (y también el río). Aunque hay una persona que limpia el área, francamente debemos considerar el impacto de los cientos de personas que pueden llegar de repente e “invadir” el lugar con todo lo que eso conlleva.

Al igual que los pasajeros de autobuses, muchos de los que vienen de la capital traen su compra (ya que aquí todo es tan caro y todo el mundo lo sabe), traen sus niñeras, a veces sus cocineras y sus bebidas, sobretodo si se quedan en villas. El impacto económico positivo sería mayor si Las Terrenas estuviera preparado para vender servicios a tales transeúntes, desde transporte público hasta venta de comida para entrega.

Rodeados, como lo estamos, de cocoteros ninguno de estos viajeros podrá encontrar un potecito de dulce de coco terrenero para llevarse a la capital. El terrenero no hace dulce de coco.

Se esperan que unos 200 apartamentos o condominios serán entregados este año, lo que quiere decir que, potencialmente, 200 familias vendrán a quedarse por lo menos dos veces al mes. O sea, en un año tendríamos 200 familias de visita 24 veces al año con un mínimo de estadía de 2 noches y tres días. Si una familia promedio tiene 4 personas eso quiere decir que de un sopetón se nos han añadido 800 nuevos residentes temporarios cada uno prendiendo bombillos, utilizando agua, echando basura y disfrutando de la playa.

Veamos todos los beneficios posibles pero veamos también las nuevas demandas en servicios y en productos que traerían. A manera de ejemplo, el servicio tan deficiente en la recogida de desechos sólidos creará nuevas crisis. ¿En qué vertedero vamos a echar toda esa nueva basura cuando el vertedero que ya tenemos está a capacidad y más? ¿Seguirán los camioneros de alquiler echando basura en nuestras veredas y caminos (el creciente vertedero provisional de Las Terrenas)?

A mi preocupa el impacto sobre la playa, sobre el manejo de desechos sólidos y sobre el área salud, entre otras cosas. Me preocupa igualmente que gran parte del beneficio que podría ser recibido por la población en general no está siendo realizado por limitaciones intrínsecas en la comunidad y por circunstancias a las que nadie le mete el diente, como el costo a veces abusivo de los alimentos y servicios. Es cierto que la playa se está limpiando más, que hay nuevas ofertas recreativas y gastronómicas y que el mar nos sigue regalando un concierto de belleza y nuevas sensaciones cada vez que sale el sol. Pero hace falta preparar estacionamientos para los autobuses que seguirán viniendo y más baños portátiles. Hay sectores de la playa donde no hay un solo basurero, sobretodo en las zonas críticas a la salida del pueblo hacia El Limón donde cada fin de semana aquello se convierte en un franco basurero repleto de desechos plásticos.

A fin de cuenta lo que todas estas cosas parece indicar es que necesitamos un mejor pensar en cuanto al impacto que las nuevas condiciones crean y seguirán creando para todos nosotros. Nuevas circunstancias demandan nuevas decisiones. Hay que dar el salto en la manera de pensar y en la manera de decidir sobre estas cosas.

Que el universo otorgue sabiduría a nuestros líderes, la vamos a necesitar mucho.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Desafíos Imponderables

Las Terrenas confronta desafíos cuyas consecuencias no pueden estimarse. Es admisible que el macro futuro de Las Terrenas no dependerá del gobierno local porque el gobierno central y las secretarías tienen sus aspiraciones para el desarrollo de un gran destino turístico y porque, por otro lado, inversionistas individuales y los dueños de proyectos que han invertido cientos de miles de dólares o cientos de millones de dólares necesitan que sus inversiones sean protegidas adecuadamente. La razón es simple: dichas aspiraciones e inversiones no pueden dejarse al cuidado caprichoso de una gerencia municipal cuestionable, deficiente y poco profesional.

El ayuntamiento deberá entonces enfocarse en otra dirección. Sus mayores desafíos consisten en vivir a la altura de los lineamientos de la nueva Ley 176-07 sobre el Distrito Nacional y los Municipios. En sus artículos y acápites, la Ley contempla las mejores prácticas de gerencia municipal. Si el municipio es irremediablemente incapaz de disponer de su macro-futuro y si persiste la tendencia a la incapacidad de ajustarse a los lineamientos de la nueva ley en el plano local nos acercaríamos entonces a un estado de ingobernabilidad imponderable.

Los ciudadanos de conciencia debemos considerar cuidadosamente la naturaleza de los desafíos para el municipio, los que se pueden resumir como sigue:

El desafío de la autosuficiencia. La comida es muy cara en un municipio CAPAZ de autosuficiencia agrícola básica. En Laguna Grande, en El Jamito, en Los Naranjitos, en el mismo Cossón, en La Barbacoa y en otras zonas se pueden producir la mayoría de los vegetales de consumo diario: tomates, berenjenas, auyamas, molondrones, ajíes, albahaca, cilantro, lechugas, zanahorias, y muchos más. La gerencia municipal podría otorgar o diligenciar los micro-créditos, podría igualmente atraer recursos de ONGs o del gobierno central para impulsar el desarrollo agrícola en áreas estratégicas, incluyendo frutales, para que haya más trabajo, para que circule más el dinero localmente y para que se supla al mercado local de manera más económica. Mercados de productores atraerían a turistas y residentes al tiempo que fomentan el desarrollo turístico y artesanal.

El desafío de la capacitación. El mayor estancamiento socio-económico lo produce el analfabetismo, real y funcional. Sin poder leer ni escribir la gente analfabeta se queda a la merced del vaivén de las fuerzas de explotación social y se quedan impedidos de progresar en su capacitación, en su desarrollo humano y en el apoyo a sus hijos y jóvenes. El municipio necesita de un plan de alfabetización y debería igualmente fomentar la capacitación técnica, vocacional y empresarial, a través de la creación de un Centro de Desarrollo Técnico, Vocacional y Empresarial, para que plomeros, electricistas, albañiles, carpinteros, ebanistas, policías y oficiales municipales, secretarias, contables y otros adquieran y/o mejoren sus destrezas. El Centro ayudaría a preparar a una fuerza laboral que pueda ganar más, poseedora de las destrezas necesarias para ofrecer un buen servicio y para recibir un mejor salario. Millones de dólares están disponibles en agencias no gubernamentales para tales fines.

El desafío gerencial. El su artículo 226 la nueva Ley 176-07 expresa que “se instituye el presupuesto participativo municipal que prevé los mecanismos de participación ciudadana en la discusión, elaboración y seguimiento del presupuesto del municipio en lo concerniente al 40% de la transferencia por ley que reciben los ayuntamientos del presupuesto nacional para la realización de obras”. En relación al total del presupuesto, la misma ley establece que la sindicatura debe someter la propuesta de presupuesto a más tardar el 1ro de octubre y los regidores tienen hasta el último día de diciembre para su conocimiento y aprobación. Los regidores deben consultar con el pueblo para poder representar sus intereses de la mejor manera, sobretodo en lo concerniente al 40% para la realización de obras. Igualmente, la Ley, en el artículo 231, contempla los órganos municipales de participación que son el Consejo Económico y Social Municipal, los Comités de Seguimiento Municipal y los Consejos Comunitarios. Además, el artículo 227 trata de las organizaciones de la sociedad civil y los mecanismos de participación ciudadana en la gestión municipal. Estos mecanismos son a) el Derecho de Petición, b) el Referendum Municipal, c) el Plebiscito Municipal, d) el Cabildo Abierto y e) el Presupuesto Participativo. Dichos mecanismos equipan a la ciudadanía para poder ejercer un rol gestor, representativo, democrático, activo y responsable, tanto en el manejo de fondos como en la toma de decisiones.

El desafío medioambiental. Las Terrenas ha sido una de las zonas más depredadas en todo el territorio nacional. El desmonte forestal, la destrucción de montes, el daño permanente a humedales y cañadas, la contaminación en las áreas naturales y las construcciones cuestionables han hecho su daño. No todos los inversionistas y constructores actúan en consonancia con la preservación del medio ambiente o con la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales. Cada construcción y proyecto actual ha debido contar con autorizaciones firmadas del Ayuntamiento, de la oficina local de turismo y de la secretaría de medio ambiente. La depredación ocurrida sucedió porque las tres entidades lo permitieron por acción o por omisión. Un gran desafío actual y futuro consiste en remediar el daño hecho y prevenir que mayores daños ocurran y la mejor manera de hacerlo es a través de la Unidad de Gestión Ambiental Municipal (UGAM) propiciada por la Ley 64-00.

El desafío de la imaginación. La imaginación es la fuente de todas nuestras realidades. Una administración municipal capaz de soñar, de imaginar realidades en toda la anchura, altura, profundidad y extensión posibles es una bendición para la comunidad. Esa es una capacidad que hay que formar porque no se nace con ella y porque lo primero que hace la política demacrada es asesinar a la capacidad creativa, ya que los líderes vanos se convierten en veletas de las ideas gastadas y lacradas de un entorno político escaso en valores. En función de municipio, la mejor forma de imaginar el futuro es participativamente, porque así el sueño del municipio no sería el sueño de unos pocos sino el sueño de todos.

La ejecución de esas piezas claves en la nueva ley constituye el desafío más importante para este municipio bendecido por la naturaleza, el ombligo turístico del país.

Carta Abierta Para los Concejales

  Carta abierta a los concejales de Las Terrenas CONCEJALES PARA UN FUTURO MÁS CERTERO Por José Bourget, comunitario Querid@s Concejales: Si...