CATRAIN Y EL FUTURO POLITICO DE SAMANA (Parte 2 de 2)
Por José R. Bourget Tactuk, Ph.D.
No tengo la menor duda de que el senador Catrain tiene en sus manos una posibilidad única y de que él reúne condiciones particulares potencialmente muy beneficiosas para Samaná.
Realizarse como un senador histórico no es cualquier vainita y en el caso de Catrain, además de las ventajas obvias hay igualmente desafíos únicos tanto para él como para la provincia.
El primer desafío es una de clase social. Creo no equivocarme al decir que Samaná nunca ha tenido un senador con un haber financiero declarado en los 200 millones de pesos. Catrain es además una persona que se codea con individuos y organizaciones que pertenecen a una élite social y política, los que comparten ideas e ideales no tradicionales para Samaná y que en los últimos años se constituyeron en voz y pluma para la expresión de ideales políticos ajenos al tradicional centro o centro derecha de la política dominicana. Muy pocos samanenses conocen el total historial político del senador ni las circunstancias que lo pudieron llevar a una candidatura por el partido que hoy ocupa el poder. Cuando digo “clase social” no me refiero solamente al tradicional esquema de las diferencias de clases (Catrain nunca ha sido un hijo de machepa, como lo son más del 75% de la población samané), sino también a la formación socio-política del senador.
El segundo desafío radica en su capacidad de transgredir las limitaciones de su entorno para poder cruzar hacia el lado llano de la población. No pongo en duda su capacidad en ese sentido, pero en sus largos y productivos años de vida profesional en Las Terrenas y en la provincia, el senador nunca fue conocido como una persona metida “en el medio”, bregando y trabajando con las mayorías populares, las que se encuentran en barrios, iglesias evangélicas, clubes de madres, juntas de vecinos y condiciones afines. No es que no los conozca, es que simplemente no ha estado en el medio. Una cosa es ser amante de la cultura y del ambiente social de Las Terrenas, del cual ha sido un activo participante en algunos aspectos; pero otra es haber logrado relacionarse empáticamente con individuos y organizaciones representativas de la mayoría de la población samané. Lo está haciendo poco a poco, pero al pescado del mar hay que echarle sal para comerlo.
El tercer desafío es uno intrínsicamente ligado al partido que lo eligió, el que no es diferente a ningún otro partido mayoritario, con sus tendencias, fricciones, amagos de cordialidad y espasmos de rebeliones. Con la exgobernadora fuera del entorno político burocrático algunas cosas le podrían resultar más fácil para el senador, pero en el decir de la gente es difícil confiar en la lealtad de los políticos de patio, los que fácilmente se transforman según las avenencias del poder y de los beneficios y para quienes el senador sigue siendo un extra terráqueo. Catrain tiene la pesada carga de “convencer” no sólo al samané del patio, sino a los de su propio partido. Todavía hay personas que hablan de que el senador no llega aún a la gente común y algunos sienten igual dentro de su propio partido.
Pero el mayor de los desafíos está en llegar a ser un legislador divorciado de la realidad clientelar que permea la política dominicana. Catrain atacaba al barrilito y se codea y codeaba con personajes bien conocidos por criticar el uso totalitario y explotador del poder político clientelar. Catrain era alguien para quien yo aspiraba fuera uno de los primeros en abandonar tales privilegios y por eso voté por él. Junto a muchos en la provincia y más fuera de la provincia, me he sentido traicionado en varios aspectos de la ejecución de una política más progresista.
Quizás las realidades socio-económicas de la provincia hacen imposible que el senador abandone el acceso a fondos y recursos que se dispensan como limosnas y privilegios. Es posible también que yo esté “pontificando” o que me apegue a “verdades absolutas” (dos graves cargos echados sobre mi por el mismo senador), pero creo aún que ese instrumento creado por el fenecido senador Reinaldo Pared Pérez es uno de los peores instrumentos del Estado porque ayudan a mantener a la mayoría de los ciudadanos en una dependencia indignante e impide efectuar las transformaciones sociales y económicas esenciales para promover la calidad de vida integral.
Ninguno de esos desafíos es insalvable y hace tiempo que el senador ha demostrado ser habilidoso para manejar encrucijadas, zancadillas, posturas y presiones, como la de renunciar su apoyo a las comunidades LGBTQ a quienes apoyó por años y la de apoyar la agenda religiosa evangélica en la que nunca hizo presencia en el pasado. Son gajes del oficio. Muchos dirán que el senador Catrain ya ha superado esos desafíos y no lo dudo. Además, el senador Catrain representa algo muy valioso para el PRM por ser una persona de capacidades, recursos y alcance para poder lograr reales y profundas transformaciones legislativas para Samaná, lo que no ha logrado significativamente ningún otro legislador en la historia de Samaná.
Eso es lo que necesita Samaná, un habilidoso a varios niveles que pueda evaluar, asimilar y producir transformaciones legislativas, sociales, económicas y culturales a la altura del potencial de la provincia. Jamás hubiéramos podido esperar semejantes cosas del exsenador Prim Pujals y quizás tampoco de los que comienzan a sonar como posibles candidatos a la senaduría para el 2024.
No deberíamos entonces ningunear el potencial del senador Catrain, ni dudar que en los 33 meses que le faltan en este período electivo se pueda convertir en el líder político más beneficioso para la provincia, sobre todo si deja de jugar a las escondidas con Las Terrenas y que de ser un político forzosamente binario se transforme en un político cuántico, para beneficio de todos y todas en esta gran provincia que tanto merece y que tanto necesita.
(Política cuántica, ver https://terrenero.blogspot.com/2021/11/el-cambio-viene-parte-3-final.html)