En la práctica
tradicional de la política el poder se concentra en la persona en el tope. En el caso de la política municipal ese tope
lo representa la persona elegida por la mayoría como alcalde o alcaldesa y en
un país como el nuestro, presidencialista, centralizado y con alardes dictatoriales,
ese tope lo controla prácticamente todo, convirtiéndose en una autocracia
autoritaria. Las Terrenas no es
diferente. Una escueta revisión
histórica demostraría que Las Terrenas carece de una práctica política que no
haya sido autocrática y autoritaria, sobre todo en los últimos ocho años, con
sus desastrosas consecuencias sociales e institucionales.
Eso tiene que
cambiar. Si queremos algo mejor no
podemos seguir haciendo lo mismo. Lo
deseable sería una práctica política progresista, como se lo merece y espera
Las Terrenas, que busque otorgar al Concejo Municipal un rol más preponderante,
según lo detalla la Ley de Municipios. Amparados
por la Constitución y de acuerdo a la Ley de Municipios l@s regidor@s conformados
en Concejo Municipal son los que toman las decisiones a favor del municipio,
mientras que el/la alcalde ejecuta las mismas.
Claro está, hay aspectos administrativos propios del gobierno municipal que
son funciones exclusivas del gerente
municipal (aldalde/sa), pero ninguna está exenta ni de la supervisión ni de la evaluación
del grupo de regidor@s. Hasta el
momento, la autocracia autoritaria ha tendido a controlar el gobierno local,
con regidor@s aliad@s al que está en el tope, generalmente los de su mismo
partido.
Si tenemos suerte y la
persona electa como alcalde/sa es un/a buen/a gerente entonces la parte
ejecutiva del gobierno municipal funcionará bien, de lo contrario ya sabemos lo
que puede pasar a juzgar por nuestra historia en los últimos ocho años. Pero si l@s regidor@s no están a la altura de
sus responsabilidades entonces tampoco tendremos un gobierno municipal efectivo. Regidor@s ineficaces potencian al gerente
municipal autocrátic@ y autoritari@.
Creo que para las
elecciones del 2016 debemos poner mayor atención a la selección de l@s
candidat@s a regidores de todos los partidos porque es posible que en las elecciones
del 2016 se determinará el futuro de Las Terrenas para sus próximos veinte años
y ese futuro va a depender de las capacidades intrínsecas y adquiridas por parte
de l@s regidor@s. Entre las capacidades
intrínsecas importantes están (en orden de importancia) una vocación ejemplar
hacia el servicio comunitario, una honestidad incuestionable, leer y escribir
bien y asiduamente, manejo adecuado de los medios incluyendo las redes
sociales, franca disposición hacia la transparencia financiera, lealtad a la
Constitución y a las leyes POR ENCIMA de su lealtad partidaria y, de manera
indiscutible, un uso fiel de su tiempo, talentos y recursos a favor del bien
común. Entre las capacidades adquiridas
están un conocimiento fundamental y destrezas básicas en la Ley de Municipios, en
las leyes parlamentarias, en las finanzas y gerencia municipal, en la equidad
social, en la gestión medioambiental, en desarrollo sostenible, en gestión
turística y, cuesta decirlo, en los principios básicos de cortesía y de servicio
al cliente.
Es posible que el
futuro más promisorio para Las Terrenas radique en elegir no solamente a un/a
alcalde/sa bien calificad@, sino en también elegir a l@s regidor@s más capacitados. Si no hemos llegado donde deberíamos estar es
porque han habido amplias y profundas debilidades en ambos lugares. Un/a buen/a alcalde/sa sin buen@s regidor@s sería
tan engorroso como tener buen@s regidor@s sin un/a gerente competente. Entonces, elegir un liderazgo balanceado
compuesto por una buena gerencia y por un buen Concejo es la mejor garantía de
eliminar al autocratismo autoritario imperante.
Es ese liderazgo elegantemente balanceado lo que constituye la mejor
garantía de un municipio económicamente sostenible, más equitativo, más
transparente, más eficiente, protector de los recursos naturales, mejor
organizado y dispuesto a ofrecer los mejores bienes y servicios a toda la
comunidad.
Todos soñamos con un
gobierno municipal modélico y paradigmático, lo opuesto a un gobierno corruptor
y pervertidor. Si imaginamos lo mejor lo
podremos hacer realidad porque los cambios mejores empiezan todos en la
imaginación.