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sábado, 24 de octubre de 2015

Política, Políticos y el Medio Ambiente







La política es el proceso de acceder al poder y a los recursos públicos.  No hay otra manera de manejar bienes públicos, de disponer de los bienes y de los procesos que permiten controlar las masas y de adquirir control sobre la administración pública y sus servicios excepto a través de la política.  Como tal, la política es entonces el instrumento de la democracia.

Los políticos son las personas que hacen de la política su vocación.  Aspiran a ocupar los cargos administrativos y los electivos porque se consideran poseedores de las capacidades, conocimientos e ideas que harían del servicio público y de la administración pública su ocupación.  Como todos sabemos, hay políticos buenos y malos, sabios e ignorantes, corruptos y transparentes, mientras que también hay aquellos que son simples mercaderes de las ventajas y desaciertos de un sistema político en bancarrota, como el de nuestro país.

El medio ambiente es lo que hace la vida posible.  Sin un medio ambiente sano y sostenible la calidad de vida de todos se afecta; sin los mecanismos, conocimientos y técnicas necesarios para un manejo adecuado de los recursos naturales la comunidad sufrirá los riesgos y las consecuencias del mal manejo.  El medio ambiente no es sólo árboles y agua, es también aire, ruido, manglares, playas, corales, humedales, ríos , cañadas, cuevas, foresta, como también es manejo de los desechos sólidos, es salubridad en aceras, contenes y calles, es polvo y caliche y es desague sanitario.

En Las Terrenas no tenemos política medioambiental.  Eso quiere decir que los políticos que tenemos, los que actualmente están en el poder y la administración, y hasta los que aspiran llegar ahí, no han demostrado ni conocimientos, ni prácticas, ni ideas, ni intenciones de hacer del medio ambiente parte de su política municipal.  Eso es muy lamentable como también es trágico para el futuro sostenible del municipio.

Esfuerzos recientes no fueron parte de una construcción políticamente inteligente de la situación.  Fue parte de la politiquería barata ya que los buenos conocimientos e ideales que lograron incorporarse en tales esquemas no fueron hechos partes ni de la práctica ni del ejercicio gerencial del municipio.  Fueron palabras sin fondo y sin fondos.  La actual administración edilicia representa la cúspide del mal manejo medioambiental porque además de la ignorancia se le añaden la impertinencia y la intransparencia.  Los políticos no nacen sabiendo sobre el manejo sostenible de los recursos naturales, por lo que el peor de los políticos es el que no se deja ayudar, que no busca lo necesario para nutrirse e informarse y que le pone obstáculos perversos e innecesarios a cualquier iniciativa a favor de lo obviamente indispensable:  proteger nuestros recursos naturales y manejarlos de manera sostenible.

No todo es desesperanza, creo que el presente período eleccionario nos ofrece una nueva oportunidad de crear conciencia,  motivar y hasta educar a los aspirantes políticos sobre la necesidad crucial de que el medio ambiente se constituya parte central de su plan de gobierno, pero no en términos retóricos sino reales. 

¿Por dónde empezar?  En primer lugar, la mejor manera de indicar sin lugar a dudas que el medio ambiente es importante es hacerlo parte clave del presupuesto municipal, pero éste no posee muchos recursos de ley que puedan utilizarse para tales fines, lo que crea la necesidad de que la gerencia electa sepa cómo obtener recursos externos, financieros y técnicos, los que a veces podrían superar cualquier cantidad dentro del presupuesto local. 

En segundo lugar, el próximo gobierno municipal debe aspirar a un cambio de cultura, o sea, abandonar la desidia sobre el medio ambiente y constituirlo en bastión de su gerencia.  Si en el período 2016-2020 se hace del medio ambiente un tema angular—urgente y vital--es posible que en los años subsiguientes poseamos los niveles de conciencia, accionar y prácticas que nos ayuden a revertir los daños actuales y a prevenir los futuros.

En tercer lugar, el próximo gobierno municipal debe apropiarse del concepto de que un medio ambiente sostenible vende en el mercado turístico.  Si Las Terrenas fuera más limpia y sostenible, con una oferta turística medioambiental diversa y adecuada, podría venderse como tal y, muy posiblemente, duplicaría los niveles de ocupancia y de impacto económicos.  Hacer de Las Terrenas un “municipio verde” es un gran desafío, pero es también la más grande de sus oportunidades.

En cuarto lugar, hay factores externos que imponen dudas sobre el futuro sostenible del municipio entre los cuales están el calentamiento global, la erosión de sus playas, la desaparición de los humedales, la pérdida de calidad de las aguas subterráneas, en ríos y cañadas y los problemas relacionados al manejo de los desechos sólidos y el desague sanitario.  Ninguno de esos factores han sido atendidos efectivamente por las administraciones edilicias—los políticos—y cada uno de ellas amerita atención urgente y diestra.

Finalmente, ¿nos merecemos los polítiquitos que tenemos?  Hasta cierto punto sí, porque una comunidad ignorante de los factores medioambientales que la afectan no exigirá de sus políticos que cambien el status quo.  Es la comunidad la que provoca la politiquería barata, clientelista y manipulativa y es esa misma comunidad la que puede ayudar a poner columna vertebral a los politiquitos que no son más que veletas vestidas de gallitos pintos.  La mayor desesperanza para los que nos consideramos defensores del medio ambiente es el tremendo nivel de ignorancia y desidia en la población, lo que realmente constituye la principal causa de los problemas medioambientales que tenemos.  Y eso no se refiere solamente a los menos educados, se refiere también a grandes empresarios e inversionistas que han hecho fiestas con nuestros bosques, ríos, humedales y playas.  Lo hacen porque la clase política no es amiga del medio ambiente y por la ignorancia y desidia en la población.  Si fuera diferente no tendríamos las pésimas condiciones medioambientales que nos arropan.


La política sigue siendo el mejor canal de acción, pero es también el mayor peligro si los políticos que aspiran a gobernarnos durante los próximos cuatro años no hacen del tema medioambiental una urgencia para su formación personal, para la elaboración de medidas y prácticas efectivas y para la creación de una conciencia colectiva que haga de este terruño un paraíso medioambiental para beneficios de todos y todas.

jueves, 20 de noviembre de 2014

El Significado de las Cosas


Los eventos recientes han sido trascendentales.  Sus resultados pueden ser analizados por sus causas o por sus consecuencias, pero también por los procesos a los cuales dan orígenes. 

De manera superficial encuentro que las transformaciones sociales nacidas de esos eventos trascendentales apuntan en muchas direcciones, algunas de las cuales vale la meta considerar y matizar con nuestras opiniones.

1.  El fin de una era.  El advenimiento del servicio eléctrico trajo a Las Terrenas un desarrollo veloz, pero pobremente planeado.  Ambiciones personales provocaron que algo muy bueno se convirtiera en algo terriblemente malo.  Tenía que terminar.  De hecho, terminó hace tiempo, pero implosionó de manera dramática apenas hace unos días.

Luz y Fuerza/Generadora implosionó.
Su auto destrucción comenzó moralmente.
Lo demás era asunto de tiempo.

2.  El amanecer de un despertar.  El pueblo de manera dramática produjo dos eventos claves, un cierre total y un caos virtual en menos de un mes.  Cogió a todo el mundo de sorpresa.  Para una larga crisis y para una extensa angustia lo sucedido apenas se comienza a entender, pero lo importante es que el pueblo descubre de lo que es capaz.  Ya nadie se podrá limpiar el CXXO con la gente de Las Terrenas.

3.  El difícil proceso de la comprensión.  Los líderes emergentes tienen mucho que aprender, empezando por saber hablarse y entenderse mutuamente.  Es normal, el bebé tuvo que aprender a correr bajo una tormenta de nieve.  No hay gente más independiente ni más rebelde que el terrenero y para sentarlo a pensar y a gestar cambios de peso requiere de mucha pero mucha paciencia.  Es terriblemente prometedor, pero angustioso.

Coronel Caamaño Deñó

4.  El impremeditado fruto de la sorpresa.  Nadie lo esperaba y nadie estaba preparado.  Un general y 5 coroneles no pudieron pararlo.  El ejército no lo paró.  Hubo cierto control, pero nadie duda de quién estaba en control.  Gente sin preparación en guerra de guerrillas se convirtieron en Caonabos, Anacaonas, Enriquillos, Lembas, Luperones, Manolos, Minervas y Caamaños.

5.  Las vacas sagradas pa’l matadero.  En el 2014 han caído tres vacas sagradas:  José Alexis, Orsini y Marianita, ésta última en acelerado proceso de degradación.  Gente ya empiezan a recoger firmas para pedir la renuncia de esta última.  Crecen las expectativas del pueblo en cuanto a sus líderes.  Los que no saben escuchar al pueblo o los que sólo piensan en sí mismos descubren de repente que les ha llegado su hora de patíbulo.

Orsini, Vanderhorst, Martínez.

6.  El desfalco del pseudo-liderazgo.  A los así llamados políticos les agarra el fuego con las manos en la masa.  El pueblo los rechaza, no sólo sus posturas sino también sus ofertas.  Nadie quedó vivo, a todos les tocó algo.  El pueblo se queda sin un liderazgo político notable o de alcance.  ¿Cuál será el escenario para las elecciones del 16?  Nadie sabe, pero los cadáveres de los políticos ya comienzan a heder.

7.  ¿Qué prensa?  Un reconocido “periodista” recibe 250 kilos gratis de luz al mes.  Otro tiene mucho que agradecerle al tirano.  Otros no se saben dónde están o están en todas partes.  Cuando más se necesitaba no hay programa donde la opinión pública, transparente, balanceada, informada, se exprese.  Sólo quedan las voces de los pagados.  Todo el mundo sabe quiénes son.  Los únicos que no saben cómo se los ve son ellos mismos, pero eso es parte del yoísmo que los envuelve.  Algunos que escriben en la prensa dan, bueno, francamente, mucha pena, pero a ellos no les dá el más mínimo resquemor.

La "prensa" local fue puesta a prueba y
se quemó.

8.  El gran teatro.  No pasa un día sin un drama en Las Terrenas.  Este pueblo vive del teatro y ese teatro es la principal fuente de entretención.  Este pueblo conoce todos los vicios, tapujos, grietas y hoyos de todo el mundo y exhibe una enorme e intensa tolerancia hacia la fragilidad de todos los expuestos a la opinión pública.  Los más visibles y los semi-ocultos participan en la novela diaria de nuestro pueblo como si fueran artistas principales.  Los vemos, los reímos, los gozamos y luego nos juntamos con otros asistentes al teatro para quejarnos del alto precio de la boleta para entrar a ver nuestro propio teatro.  Los griegos crearon el teatro, los terreneros lo perfeccionamos.

9.  Los grandes ausentes.  Los extranjeros y los empresarios turísticos son los grandes ausentes.  Muchos huyeron, otros sólo se quejan, pero los que han expresado solidaridad ante la crisis se cuentan con los dedos de una mano.  ¿Qué pasa cuando nuestros vecinos, amigos, clientes y empleadores de otras tierras parecen como vivir en la luna ante condiciones que sólo los sufrientes del pueblo parecen entender?  ¿Qué pasa cuando empresarios turísticos que viven del quehacer de este pueblo mantienen una actitud apática, fríamente calculada y orientada exclusivamente a sus intereses particulares, sin solidaridad ni empatía?  Es posible que digan como la triste frase del descaro:  “no es asunto nuestro.”  De alguna manera deben llegar a comprender que ciertas cosas son más importantes que lo que hayan perdido en términos de dólares o euros.

La dignidad habla por sí sola

10.  Apagando fuegos.  No podemos pasarnos la vida apagando fuegos.  El bien hay que hacerlo a pesar de todo.  Esta experiencia debe enseñarnos más profundamente el valor de la solidaridad, de la templanza, del sosiego; pero, más que nada, comenzar a vernos como lo que somos, ciudadanos compartiendo una inmensa humanidad, reflejos de un deseo simple, espontáneo y poderoso:  queremos vivir vidas dignas.  La dignidad no es posible cuando el abuso es la norma y, sobretodo, cuando el abuso es amparado por la impunidad y por la misma ley llamada a destruirlo.  No más abuso.  
Es el tiempo de la dignidad.

domingo, 10 de abril de 2011

Ven Listo



           Esa noche Yahaira dijo las palabras que Rafael había esperado por muchos meses.  “A las ocho, en el lugar de siempre,” y las palabras mismas eran recordadas como ecos retumbantes dentro de las paredes de su cuerpo, de su corazón, de su alma.  No se trataba solamente del deseo carnal sino de sentimientos ancestrales, de unir esa necesidad constante y cortante de la carne con la pujante monstruosidad del deseo de poseer, de tener, de adueñarse de algo ajeno, prohibido pero eternamente ansiado.

            A todos nos llega un momento como ese, el secreto que sólo dos conocen con todo lujo de detalles, la ansiedad, la palpitante agonía de querer que los días, horas, minutos y segundos desaparezcan como el viento de cuaresma.  La boca se hace agua, como cuando vemos los mangos colgados de sus ramos, tentando nuestros ojos y nuestras manos y aunque estén verdes (y lo sabemos) le tiramos piedras sólo para verlos caer.  No importa el desperdicio de cientos de mangos si termina en que nos comamos una docena de ellos.  Debajo de cada mata de mango hay cientos de piedras y de mangos verdes, el recuerdo de momentos en que la lujuria de la mordida no pudo aguantarse y sucumbimos al intenso placer del zumo agridulce de la codicia.

            Rafael podía probar en su boca ese jugo agridulce e interminable de la anticipación, porque nada es tan suculento como la sorpresa que se anticipa, el pecado que convertirá deseos en placeres, el abrazo que derretirá todas las ansiedades engavetadas para transformarlas en dulce de coco empalagantemente delicioso.

            ¡Cómo es posible que ocho palabras calaran tan profundo en el interior de un ser humano!  “A las ocho, en el lugar de siempre.”  Eso sólo lo entienden otras personas que han escuchado las mismas palabras, los que han visto el maratón de sangre y aire corriendo por arterias y pulmones, el palpitar incesante que repite en sus adentros “sí, sí, sí!!!!”  Las personas raras veces entienden el impacto que sus palabras causan en llos demás.  El niño que constantemente escucha lo malo terminará un fracasado, la mujer que incesantemente oye su desgracia termina siendo una asesina de sus propias verdades, el hombre que oyó vez tras vez que es un inútil termina sirviendo solamente para cambiar los bombillos de la casa.  Los seres humanos nos hablamos constantemente y constantemente nos edificamos o nos destruímos.

            Rafael quería saber más, quería que Yahaira le anticipara mejor el momento, deseaba en lo más profundo de su ser escuchar dos palabras más:  “ven listo.”  Listo, sí, para todo, para llegar hasta el fin del mundo, para hacer girar las horas en dirección opuesta, para parar todos los vientos y todas las olas, para decirle al sol que regresara de donde vino, para ordenarle a la luna que se ocultara para siempre, para recordarle a las estrellas que podía hacer que brillaran eternamente, para hacer que el calor de dos cuerpos encontrados fuese capaz de encender todos los volcanes en la bolita del mundo y se derramaran todas las botellitas de sangre que existan en el universo.  “Ven listo” era una promesa, era una orden, era un imprevisto, era una ansiedad, era una condena, era la soga en el cuello y la espada contra la pared.  “Mardita!!", alcanzó a decir Rafael, “tú me vas a dar un ataque al corazón.”  Yahaira no escuchó esas palabras, ya había colgado el teléfono, pero si pudiera ver a Rafael en secreto se hubiera arrepentido de haberle causado semejante consternación.  Como ocurre a menudo, las mujeres no saben totalmente lo mucho que los hombres dependen de ellas.

            Si yo pudiera contarles lo que ocurrió es posible que ustedes también pensaran lo que yo pensé.  Llegó el día, llegó la hora, llegó el minuto, llegó el segundo, no en hora dominicana sino en “hora gringa.”  Eran las ocho en punto y Rafael esperaba en el lugar de siempre.  Se maldijo mil veces por no haber hecho pipí antes de venir, allí estaba él y la vejiga casi se le explotaba.  “Ven Yahaira, ven Yahaira, ven Yahaira,” se repetía vez tras vez.  Pasaron las ocho, luego las ocho y media, después las nueve y, finalmente, a las diez Rafael comprendió que Yahaira no cumpliría con la promesa.  En ese momento comprendió muchas cosas, sus ojos se fueron abriendo poco a poco, su ansiada esperanza, sus deseos anticipados se convirtieron en bilis amarga y espesa.  En su angustia llegó a abrazar el sentir de tantas personas que han escuchado semejantes promesas en toda la historia de la humanidad.  No hay nada tan pesaroso y tan azaroso como las mentiras y las promesas incumplidas.

            Millones de preguntas se enconden detrás de la frase "por qué no vino?"  Los que sobrevivimos a esas hecatombes continuamos sembrando esperanza.  Cuando el azaroso incumplimiento del más profundo de nuestros deseos cambia nuestras verdades es tiempo de que sembremos nuevas esperanzas y nuevas realidades.  Pobre Rafael.  Felices nosotros.

miércoles, 2 de junio de 2010

Paciencia

La vida es el cambio que nos ofrece cada día. Aunque a veces parezca imposible la vida sigue el curso de cada día, de sus horas, minutos y segundos, marcando una pauta de avance hacia otro nuevo día mientras nos añejamos esperando que el de hoy pase para que llegue el que sigue. Aunque muchos desearían que los segundos y minutos suspendieran su agitado tronar por el espacio humano, la verdad es que todo sigue sin parar bajo el cielo que todos compartimos.
Paciencia.
A la vida no se la puede agarrar por los moños y forzarla a seguir un sendero pre-escogido o cuidadosamente seleccionado. Aunque nos aflijamos, aunque no podamos dormir, aunque se nos revienten las úlceras estomacales, los días siguen el fluído eterno del universo, el viento entona su cantar a través de ramas y flores, el sol descansa su ardor sobre la arena y la lluvia canta su eterna metamorfosis de agua-gas-agua. Las cositas que pensamos que son resultado de nuestro control son bromas que nos juega el universo para que no nos resulte tan pesado descubrir que, a fin de cuentas, no controlamos nada.
Paciencia.
Millones vienen y millones van, pero si nos elevamos en la atmósfera lo suficientemente alto al fin y al cabo todo se verá tan pequeño! Todo, absolutamente todo, puede terminar en un breve segundo. Si no, pregúntenle a José “el Mambo” Lima, quien con apenas 37 añitos y en el curso de una excelente carrera como pelotero no pudo hacer nada para impedir que su corazón le dijera “basta ya.”
Paciencia.
No sólo es asunto de morir. Es mayormente asunto de vida. Cada aspecto de la existencia sigue el designio perfecto de la física y de la química. Nada se destruye, todo se transforma. Nosotros, los seres humanos; todos los seres vivos desde árboles hasta los microorganismos invisibles dentro de nuestras orejas, se mueven al compás de un ritmo que nadie puede ni avanzar ni parar como le plazca. Por más canas que nos halemos de entre los cabellos que nos quedan, el cielo seguirá donde está, el mar seguirá yendo y viniendo y la arena de hoy entre nuestros dedos terminará siendo la arena de otro lugar, de otra playa y hasta de otros dedos.
Paciencia.
El mal es la enredadera que chupa la sangre de cualquier pared, árbol o casa. Como ente vivo al fin, la enredadera se ve creciente, expansiva, engañosa en su frondosidad y en la complejidad de su telar. Pero la corrupción corrompe y debajo de la aparente vida hay muerte y dolor. Las cosas y las personas se destruyen y otras se autodestruyen bajo el amparo de la corrupción. Es sólo asunto de tiempo.
Paciencia.
El bien es una gota capaz de penetrar la roca más dura. La vida es la esperanza narrada en cada pincelada de nuestro aliento. Hacer el bien es el canto que ofrecemos al pasado y al futuro, es la sonrisa ofrendada al presente, es saber decir que hay una mejor forma de vivir. Sin importar los costos el bien siempre resultará más barato, porque dando el bien se da vida y dando vida nos enriquecemos más. Cuando todos somos ricos todo cuesta menos. Es cuando la maldad nos empobrece que todo nos sale mucho más caro.
Paciencia.
El amor es recostar la cabeza sobre la arena debajo de un almendro y contemplar al sol moverse entre las hojas. Hacer el amor es el momento esperado, cuando las hojas se mueven para dejar pasar el ardor de una estrella incansable. Hay más disfrute en esa espera imposible que en mil fosforitos prendidos al azar. En esa espera hay imágenes y sueños, hay toques y susurros, hay abrazos y consuelos. Más que nada hay pasión, pero no como la describe el sonado regatón. Eso lo puede hacer cualquiera, hasta una máquina. Amar en la paciencia de la espera es el vaivén del mar, la lección de nubes que se transforman cada segundo, haciendo que el azul del cielo sea la película que nunca cansa, que nunca entristece, que siempre permanece.
Paciencia.
¿Cuánto habrá que esperar para que en Las Terrenas más gente pobre viva mejor? ¿Cuánto tendremos que rezar para que el amor al prójimo sea el norte de toda actividad? ¿Cómo podremos motivar a los que tienen poder y recursos para que más de ambos sea compartido equitativamente? ¿Cómo invitamos a los intrépidos ignorantes, vaqueros de la soberbia, buzos de la iniquidad, payasos en la tragedia teatral política, a descubrir la fortaleza y la sabiduría que se obtiene del servicio honesto y solidario hacia los demás?
Paciencia.

jueves, 7 de junio de 2007

Deseo

Si usted tuviera un solo deseo en la vida, uno solito y ni uno más, ¿cuál sería? Algunos ejemplos:
· Paz en el mundo
· Que acabe el hambre en el mundo
· Que todos los seres humanos tengan un techo
O quizás podría ser
· Que no hayan más enfermedades, cáncer o SIDA
· Que se acabe la guerra en Irak
· Que a todo el mundo se le dé un pedacito de tierra
O puede que el deseo sea
· Sacarse la lotería
· Una yipeta
· Más cuartos que Lola

Hace varias semanas le hice la pregunta a un grupo de adolescentes y ellos me respondieron:
· Un Humvee amarillo
· Una yipeta como la de un bachatero muy conocido
· Tres novias con tetas grandes (eso fue un varón)
· Un armario lleno de vestidos (eso fue una hembra)
· Vivir en la capital

A juzgar por esas respuestas se puede saber algo de lo que los jovencitos están pensando aunque sería un poco más difícil saber por qué. Lo importante es que lo que pensamos dentro y revelamos fuera puede ser una buena demostración de las cosas que valoramos, porque nadie desea algo que no quiere o que no aprecia. Si un joven de 14 años no piensa en “hacerse ingeniero” sino en tener un Humvee entonces sabemos dónde están sus valores. Si una niña piensa en “tener un armario lleno de vestidos” y no en hacerse doctor en medicina entonces sabemos en qué está pensando.

¿A quién le echamos la culpa si nuestros niños y jóvenes han traspuesto sus valores y se enfocan en lo más superficial? Bueno, no tengo la respuesta pero hay tres cosas que he observado y me preocupan.

Primero, hace varias semanas una señora vino a la biblioteca y se quejaba de que su hija no estaba aprendiendo mucho. Entonces reveló algo muy interesante. Aparentemente el maestro de su hija se ha hecho abogado recientemente y en lugar de ir a enseñar manda a la ayudante a enseñar para el poder atender su “negocio.” Como hay demasiados niños en el aula la hija de esta doña, que necesita un poco de atención particular, no está aprendiendo nada pero sí ha estado adquiriendo muy malos hábitos de conducta.

Segundo, uno de los candidatos políticos que recientemente visitó a Las Terrenas trajo consigo mucho dinero para repartir. Preguntándole a una persona que conozco lo que opinaba al respecto él me contestó que en este pais y, particularmente, aquí en Las Terrenas esa era la manera de hacer política, porque a la gente no le interesa la solución de los problemas en la comunidad sino que le “resuelvan sus problemas particulares”; en otras palabras, que le den algo para resolver una deuda, comprar algo de comida o tener unos billetes en el bolsillo “para bebérselo.” Si eso piensan los adultos y lo comparten en su hogar y con sus amigos entonces la comunidad será un reflejo de ese pensar y de esos valores. Romper con ese pensar es muy difícil porque vivimos en una “cultura del desempeño” donde lo que vale es resolver algo rápido y lo rápido se resuelve con dinero. O sea, a muchos no les preocupa la solución permanente de un problema sino resolver “lo de él, los demás que se vayan pa’l carajo.”

Tercero, en la pasada contienda política se construyeron 2 o 3 acueductos barriales y luego se paró todo. Bueno, en este pueblo tenemos un grave problema de agua y aunque el gobierno central ha comenzado a construir un acueducto provincial faltan por lo menos 36 meses para llegar ahí. ¿Qué van a hacer las gentes mientras tanto? Bueno, pues seguir con la raquiña en la piel, los parásitos, las enfermedades gastrointestinales, las infecciones de oídos, de vagina y de ojos todos provocados por el uso de agua contaminada. Se seguirá lavando ropa y mondongo en la misma cañada y también se seguirá vendiendo tanques de agua a precios exorbitantes. ¿Por qué no seguir con pequeños acueductos barriales para solucionarles el problema de agua a la gente, para que hayan menos enfermedades, para elevar la calidad de vida de las personas, para reducir los gastos de medicinas y el tiempo perdido en enfermedades, para que los niños y adultos vivan vidas más saludables, etc. , etc., y más etc.?


Muchos se quejan de que en este pais hay demasiada política y demasiadas elecciones. Yo pienso todo lo contrario. Yo creo que deberían haber elecciones cada año, porque esa parece ser la mejor manera de atender a las necesidades de la gente. Si hay elecciones cada año eso quiere decir que—al igual que las elecciones municipales pasadas—los candidatos se van a pelear para construir acueductos, canchas, escuelas, centros comunales y para hacer operativos de salud, de dar techos y poner tuberías. Si tuviéramos elecciones cada año en Las Terrenas se nos acabarían todos los problemas porque cada uno de los candidatos va a meter cuartos a solucionar problemas que le compiten a los políticos solucionar.

Si yo tuviera un deseo en la vida, ¿cuál sería? Que hayan elecciones cada seis meses y que se hagan listas de todas las cosas que los candidatos van a resolver, construir y solucionar, para que dentro de tres o cuatro años vivamos en un verdadero paraíso, con escuelas rurales a izquierda y derecha, con agua potable reborbotando en cada barrio y en cada rincón, con las calles arregladas, con los puentes y calzadas construídas, con parques infantiles, con bibliotecas, con centros comunales, con un hospital moderno y equipado que funciona a la perfección, con centros de informática para la juventud, con un calendario socio-cultural repleto de eventos, con una academia de música, con un coro municipal, con una banda municipal, con retretas cada domingo, con unas calles y callejones limpios, sin basura, con un sistema de tránsito bien planeado, efectivo y con sus áreas de estacionamiento debidamente marcadas. En fin, un pueblo moderno, civilizado y limpio.

A mi que me den elecciones cada año. Las Terrenas las necesita.

Carta Abierta Para los Concejales

  Carta abierta a los concejales de Las Terrenas CONCEJALES PARA UN FUTURO MÁS CERTERO Por José Bourget, comunitario Querid@s Concejales: Si...