lunes, 14 de mayo de 2012

El Mensaje De LA LLAVE



Cuando el Ministro de Turismo Francisco Javier García entregó las llaves del camión del bomberos al Coronel Tata Hernández rompió con el protocolo.  Las llaves las debió recibir el alcalde municipal, Comandante en Jefe de los bomberos.  Cuando los tres empresarios amigos de Las Terrenas donaron sus cientos de miles de pesos cada uno para la compra del camión rompieron con el protocolo, no le dieron el dinero al Comandante en Jefe de los bomberos, sino que le entregaron el dinero al Ministro deTurismo.  Y los amigos de Las Terrenas que han donado un millón de pesos adicionales para asegurarse de la debida manutención de los equipos donados no escribieron sus cheques a nombre del Comandante en Jefe de los bomberos, sino que depositaron sus fondos con el Ministro de Turismo.  (Derecha, foto de Mundo Visión)
El Mensaje de La Llave es claro, tanto de parte de las llaves reales y físicas como de las llaves monetarias que hicieron posible este preciado obsequio para Las Terrenas (no uno, sino DOS camiones) y ese mensaje es un secreto a voces;  no hay confianza en el Comandante en Jefe.  No hubo confianza antes y no hay confianza ahora.  Ameritó un desastre (sin desgracias personales) para que estos donantes que tenían sus fondos desde mucho antes y conocían las temibles condiciones de la Aldea de los Pescadores, se motivaran a finalmente hacer algo.  Pero así como no llamaron antes al Comandante en Jefe para resolver el problema harto conocido, tampoco lo llamaron ahora.  Tampoco lo llamarán durante los cuatro años de comandancia que le quedan.  Los terreneros perdemos todos por esa falta de confianza. 

La Aldea de Los Pescadores era el más emblemático destino turístico de Las Terrenas, sobretodo para los que buscaban buena comida y buen entretenimiento.  Era el baúl de inmensas memorias, forjadas en momentos de ocio, de amistad, de cofradía y de placer bacanal.  Era el centro de chismes más grande del municipio, donde algunos sabelotodos se sentaban para criticar a todos y a todo, como también era el centro de grandes decisiones comerciales y de emotivos momentos románticos.  Había historia, cultura, cocina, música, bailes y el arte de ver y ser vistos. Habían también grandes problemas medioambientales, de estructura física, vicios de construcción, seguridad peatonal, en el tránsito y era un lugar donde mejor se representaba aquello del “viejo oeste” porque, francamente, prácticamente cada quién hacía lo que le venía en ganas, sexo oral detrás de El Toro y niños siendo explotados comercialmente vendiendo tortuguitas. 
Uno podría especular que el corto-circuito eléctrico que alegadamente empezó en una de las propiedades fue resultado de la falta de atención a los estándares mínimos que ni el Ayuntamiento, ni Turismo, ni los bomberos, ni la defensa civil, ni Medio Ambiente se atrevieron a resaltar y corregir.  Estoy seguro que nadie va a demandar al presunto responsable de que el siniestro comenzara en su propiedad, el cual podría ser acusado de irresponsabilidad civil, pero debemos estar contentos de que no ocurrió durante las horas más ocupadas y transitadas y que ningún tanque de gas explotara y se llevara la vida a 20 turistas, porque eso hubiera sido otra historia y no muybuena.  (Fuente izq.  Ensegundos.com)

La Aldea era tierra de todos y de nadie.  Es probable que terminemos con algo parecido si no se utilizan procesos efectivos de gestión, una gestión que, lamentable pero afortunadamente, no caerá sobre los hombros del Comandante en Jefe, porque nadie le tiene confianza, porque no tiene las capacidades necesarias y porque, francamente, nadie le va a dar ni un solo centavo ni una onza de apoyo. 
Yo soy de los que piensan que lo que ha ocurrido en un arma de doble filo, cortante en ambos lados, porque por un lado revela lo que hemos argumentado por años, que el municipio ha perdido su soberanía, al tiempo que igualmente revela debilidades críticas en el andamiaje comunitario, porque estamos dispuestos a recoger las obras y las migajas que pondrán un parcho sobre la más innegable de las condiciones:  aún no somos marca destino, no tenemos un plan estratégico ni una visión coordinada de la oferta turística local gracias al Comandante en Jefe, quien debió empezar a formularlas de manera inclusiva e integral hace años.  Igualmente, dependemos de una oferta selecta de romo, baile, prostitución y arte culinario para que unos cuantos se beneficien ampliamente y muchos otros recojan lo que puedan con sus empleos directos e indirectos.  (Foto de Arqhys arquitectura)

La reconstrucción debiera ser parte de un plan modelo marca-municipio, que vaya de Punta Popy a Punta Karibeach, del cementerio al Don César y quizás reconstruir la Aldea bajo un nuevo concepto, y crear una nueva donde haya más espacio y más oportunidades, sin nada de los problemas anteriores y con todas las nuevas posibilidades y potenciales que le podamos añadir a todo lo bueno que ya existía, que era mucho.  Pero esa llave no se la podemos dar al Comandante en Jefe.  No hay confianza. No hay capacidad.  Y eso lo sufriremos todos antes, durante y después de que se haga lo que se vaya a hacer.

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