CATRAIN Y EL FUTURO POLITICO DE SAMANA
Por José R.
Bourget Tactuk, Ph.D.
El senador Catrain se perfila como la
mejor posibilidad en tiempos recientes a juzgar por las iniciativas que ha
tenido y que continúa teniendo a favor de la provincia. Comparativamente, en menos de año y medio,
las acciones del senador Catrain parecen indicar un desempeño que supera en
muchos aspectos al de su predecesor en doce años de senaduría. Las acciones de beneficio económico para la
población ya sean individuales, a través de juntas de vecinos o de organizaciones,
o a través de propuestas de resoluciones, o de respuestas a situaciones
provinciales, denotan capacidad de acción e intención de acción prometedoras.
La mayor de las promesas, sin embargo, no
radica en el uso del barrilito para beneficiar a personas necesitadas o a
organizaciones de la sociedad civil, ni en las conocidas iniciativas relativas
al peaje sombra, a la obtención de visas de trabajo temporal en los Estados
Unidos y Puerto Rico, ni en el plan de regulación de la pesca en Sánchez, ni en
la reciente propuesta de crear un área protegida y parque nacional en Las
Garitas. La mayor promesa no es en lo
hecho sino en lo que falta por hacer.
Para nadie es secreto que la mayor
maldición en Samaná ha sido la falta de unidad de propósito entre los poderes
políticos provinciales a todos los niveles.
A través de años y décadas, a Samaná han llegado millones de dólares,
decenas de organizaciones con fondos externos, una multitud de proyectos
iniciados e innumerables promesas ministeriales y presidenciales. Sin embargo, en su mayor parte, las tales no
lograron frutos y algunas ni arrancaron, resultado principalmente de la falta
de concordia, de claridad de propósito y del tradicional “tira y jala” entre
los poderes económicos y políticos en la provincia.
Los tiempos han cambiado y es por eso que
lo que el senador Catrain tiene en sus manos es una oportunidad única. Claro, es más fácil tener un desempeño de obvia
preferencia a su partido y a sus partidarios, como bien sabe hacerlo todo
político tradicional. Claro, es más
fácil reconocer y dar méritos solamente a sus seguidores. Claro, es más fácil el acostumbrado desempeño
político que muchas veces se adhiere directa y exclusivamente a los que están
del lado del encumbrado. Claro, es más
fácil inclusive violentar parámetros y procesos establecidos para proteger a
los de su partido o a sus simpatizantes.
La oportunidad única, sin embargo, está en
“el cambio”, en hacerlo distinto, en ser un ente aglutinante, en fomentar el
consenso, en identificar los puentes que deben ser construídos para acercar a
la gente y en no levantar murallas que dejan a “los otros” del otro lado. En otras palabras, el senador Catrain, motus
propio o con el consejo y participación de sus acercados, ha logrado construir
suficiente energía e impulso como para dar el salto hacia una nueva forma de
hacer política. Esa “nueva forma” es
crucial para la provincia.
Una nueva forma de hacer política implica
que de una vez y para siempre los líderes sociales, culturales, económicos y
políticos buscarán el bien común, procurarán una clara concepción del propósito
deseado y no traicionarán al sendero trazado una vez hayan comenzado a andar
por el mismo. Una nueva forma de hacer
política es establecer un desempeño marcado por el trabajo en equipo, lo que
implica reconocer diferencias y obligaciones diversas. No es que cada persona abandone su paraje,
sino que cumpla con lo prometido en aras de un bien común que beneficiaría a
todos los parajes.
El Senador Catrain es el primero de los
líderes políticos recientes que llega a esa altura y a la envidiable posición
de llegar a ser el más efectivo de todos los catalizadores. Junto a sus grandes logros ha dado resbalones
y sufrido tropezones. Debió rechazar el
barrilito y aún espero que lo haga, pero entiendo sus razones. Pero no hay nada que no pueda ser redimido
con generosidad, cortesía y humildad. La
bondad vale mucho y no cuesta nada, sólo el empeño. El senador no tiene que fracasar a destiempo,
ni abrazar la ecuanimidad a regañadientes.
Por años el senador Catrain fue
identificado como un “politólogo”, ahora falta por verse si también puede ser aceptado
como un estadista, legislando para todos los ciudadanos samanenses, repartiendo
bienes, propuestas, iniciativas, mejoras, cambios y, más que nada,
distribuyendo la miel de una política constructiva, humanista, incluyente y
servicial hasta que todos nos empalaguemos con un desempeño justo e
imparcialmente efectivo.
Nada se compara al potencial viviente de
la provincia de Samaná, con sus magníficas cualidades naturales y humanas, con
una historia rica y diversa y con un patrimonio socio-cultural único en el
país. Qué privilegio tiene Catrain de
ser el senador de una provincia tal y qué honrados estaríamos todos si él
lograra sentar las pautas y establecer el ejemplo de cómo lograr el anhelo de
todos con todos y para todos.
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