domingo, 17 de abril de 2022

Las Terrenas: Modelo Nacional de lo Indeseado

 


LAS TERRENAS, MODELO NACIONAL DE TODO LO INDESEABLE (Parte 2)

“Los últimos diez años han sido explosivos para Las Terrenas, en todos los aspectos, buenos y malos.  Los próximos diez años serán la tumba o la cumbre de este municipio.”

Por José R. Bourget Tactuk

Todo el mundo sabe que la mayoría de las cosas tienen un límite.  Hace diez años (2012) alguien debió haber dicho “basta”, pero faltaron bolas.  Diez años más tarde (2022) Las Terrenas se encuentra a las puertas del milagro económico jamás visto en este país, o ha cruzado el umbral del comienzo del fin.  Yo soy de los que piensan que en diez años en Las Terrenas no se podrá vivir.  Efectivamente, creo que Las Terrenas es el modelo de todo lo indeseable en el crecimiento económico.

Primero, es un crecimiento sin el más mínimo planeamiento u ordenamiento.  El crecimiento experimentado es entonces el mejor modelo de explotación irracional y auto destructiva que se pueda ver.

Segundo, es un municipio cuyos líderes políticos firman papeles de “no objeción” sin importarle lo que sucede después de estampar sus firmas sobre ese papel.  Es un nivel altamente irresponsable de gestión municipal y es peor ahora que nunca antes.

Tercero, es ninguna otra parte del país el flamante Ministerio de Turismo ha construido obras tan desastrosas como las que ha hecho en Las Terrenas.  Por ser destino turístico Las Terrenas no tiene una total soberanía municipal, por lo que el MITUR es quien decide en lo macro y nosotros sufrimos sus desastres en lo micro.

Cuarto, dos ministerios del Estado, Turismo y Medio Ambiente, son los responsables más directos por medio de sus acciones y sus inacciones del desmonte, depredación y explotación de todo lo bueno que existe en Las Terrenas, incluyendo lo más valioso que tiene, sus recursos naturales.  No hay nada en el aire, en los montes, en los ríos, en las playas, en el pueblo, en el subsuelo, en las lagunas y por doquier que no haya sido tocado por la más escandalosa ineptitud de esos dos ministerios en los últimos veinte años, peor en los últimos diez.

Quinto, las autoridades edilicias actuales son responsables del más extenso, colorido y flamante lavado de cara del municipio, tan grande y tan amplio que uno piensa que es el prometido paraíso terrenal, mientras que los mismos puntos neurálgicos de toda una vida siguen igualitos, en las calles, esquinas, callejones, entradas, salidas y en cada uno de los ámbitos de pertenencia de la gerencia municipal según la ley de municipios.

Sexto, aunque no hay agua, ni caminos, ni luz, ni internet, ni recogida de basura en cantidades suficientes, o de calidad, que llegue a todos de manera confiable, y aunque parecen no existir controles para el uso de los espacios públicos ni suficiente infraestructura en ningún aspecto, se sigue manejando el municipio y se toman decisiones como si nada importara.

Séptimo, el elemento que todos reconocen como el más emblemático del municipio, El Pueblo de los Pescadores, se ha convertido en el tácito ejemplo de todo lo indeseable de parte de la alcaldía y del MITUR, convirtiéndole en un verdadero teatro de horrores y errores sin par, con un puente peatonal aledaño y un tabloncillo que son peligros públicos mientras miles y miles de turistas caminan por ahí contemplando y tomando fotos a sus escandalosas condiciones.

Octavo, aunque Las Terrenas constituye la base económica de la provincia, ya Sánchez, Arroyo Barril, Santa Bárbara, Las Galeras, El Limón y otras zonas de la península tienen obras prometidas, ejecutadas o en proceso de ejecución mientras que en Las Terrenas nos seguimos chupando el deo, sin capacidad aparente en ningún nivel para solucionar nada trascendental o de importancia.

Noveno, dos de las tres entradas del pueblo (por Hoyo del Cacao y por La Ceiba) tienen condiciones que representan un verdadero peligro público y la mejorcita (por El Portillo) tiene una curva donde hay un hoyo del desague sanitario sin tapa aún en vísperas de semana santa.  Tiene meses así.

Décimo, los terreneros vivimos del cuento y todo parece ser un gran teatro, desde camiones en la loma hasta Macos andando como vaqueros locos por las calles, desde calzadas putrefactas hasta una falta de estacionamiento increíble.  Nada importa y na’e’na, por lo que no nos debe extrañar que cada quién hace lo que le venga en gana.

Hay muchas cosas más, pero dejémoslo ahí.  ¿Cómo es posible que el modelo nacional de crecimiento económico sea el peor modelo de gestión municipal, tanto por parte de la alcaldía como por el gobierno central?  Las condiciones existentes y los daños provocados son tales que se tomarán años en remediarlos y transformarlos en algo mejor o aceptable.  Lo que sí es cierto es que en los próximos diez años se decidirá si este fabuloso destino sobrevive o sucumbe por nuestra ineptitud e inacción.

Yo me siento defraudado por la actual administración edilicia, la que nada fundamental ha cambiado y la que ha permitido que problemas transcendentales para la calidad de vida y el manejo del municipio permanezcan sin cambio y sin mejora.  Me siento igualmente defraudado por el MITUR, el que ha complicado innecesariamente todo lo que podría estar haciendo para mejorar ya que, después de todo, por ser un destino turístico ellos piensan que son los que mandan y mandan MUY mal.

¿Qué hacer?  Creo firmemente que lo único que puede cambiar las cosas es si los ciudadanos y las ciudadanas de conciencia despiertan del estupor de su apatía, se empoderan con conocimientos y prácticas que les permitan hacerse dueños y actores de las transformaciones necesarias.  De otra forma, en diez años aquí no se podrá vivir.


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